Capítulo 107: Somos padres.

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Los días pasaron, afortunadamente ese día Drake llegó temprano del trabajo y habíamos salido a dar mi caminata regular después de comer. Regresamos y nos sentamos a ver películas en la sala, cuando iba de camino al baño ya que tuve la sensación de querer ir, sentí como algo corría por mi entrepierna como agua, baje la mirada y lo único que alcance a ver fue un pequeño charco de agua, como si no hubiera alcanzado a llegar al baño.

–¡Drake, Drake! –Comencé a gritar.

–Kat, ¿qué pasó? ¡Oh por Dios! –exclamo en cuanto me vio–. ¿Estás bien? –preguntó– ¡Linda, Linda! –grito.

–¿Qué pasó? –preguntó también, llegando a nosotros.

–Linda, ¿qué hago? ¡No sé qué se hace en estos casos! –Drake se estaba volviendo loco y yo solo los observaba.

–Primero tranquilizate –le dijo–, ¿Kat ya sientes las contracciones? –me pregunto.

–Aún no, pero ya no deben tardar –mencioné.

–No sé de qué están hablando pero, ¡me están poniendo muy nervioso! –exclamo de nuevo Drake.

–Mi niño, porque no sube a la habitación del bebé y baja la pañalera que ya tenemos preparada –le indicó Linda.

–Y en nuestra habitación también hay una pequeña maleta que prepare mía, bajala también y guardarlas en el auto, cariño –mencioné mientras él subía a las habitaciones.

–Ahora que se fue, vamos calmarnos, solo se rompió la fuente pero me empezaré a preocupar cuando tengas las contracciones.

–¡Auh! –me quejé–. Bien, aquí está la primera, ya invocaste –ella sonrió.

–Tomaré el tiempo, camina un poco –me dio instrucciones y yo las seguí.

Al principio las contracciones eran cada 15 o 10 minutos, después bajaron y ya eran de 5 a 3 minutos. Linda comenzó a prepararnos, Drake se adelanto para subir las cosas al auto y mantenerlo encendido, regreso a casa por mi mientras Linda se encargaba de cerrar todo bien. Subimos al auto y Drake manejo hasta el hospital más cercano que teníamos.

Llegamos y de inmediato me pusieron en una silla de ruedas, Drake me acompañaba por el largo pasillo que daba al área de maternidad.

–Tengo miedo, Drake –tomo mi mano.

–Tranquila, todo saldrá bien –me iba diciendo–. Haré todo lo posible para estar ahí contigo.

–Hasta aquí señor, ya no puede pasar –le dijo una enfermera, beso mis cabellos y a mi me llevaron, mientras él se quedaba ahí.

Drake.

Estaba muy tranquilo viendo la televisión, Kat se había ido al baño, Linda estaba en la cocina creo, la verdad es que siempre está ahí y pues yo no suele meterme en sus asuntos.

–¡Drake, Drake! –Escuche cómo me gritaba Kat.

Tomé el control, le puse pausa a la película y me levanté del sofá para ir a verla.

–Kat, ¿qué pasó? –dije cuando iba dando la vuelta para llegar al pasillo que lleva al baño, levanté la cara y ahí estaba ella parecía que se había echo del baño–. ¡Oh por Dios! –exclamé–. ¿Estás bien? –pregunté y comencé a gritarle a Linda– ¡Linda, Linda!

–¿Qué pasó? –llegó con nosotros, pero ni siquiera se espanto, estaba de lo más normal.

¿Qué les pasa a estás mujeres? Linda llegó muy tranquila y Kat solo nos observaba. Yo estoy bastante desesperado, no sé qué estaba pasando, no sé qué hacer, ¡me voy a volver loco! ¡Dios!

–Linda, ¿qué hago? ¡No sé qué se hace en estos casos! –y era verdad.

–Primero tranquilizate –mencionó–, ¿Kat ya sientes las contracciones? –le preguntó.

–Aún no, pero ya no deben tardar –mencionó.

Y aquí ya parecía que solo estaban ellas, ¡maldición! ¿Yo qué hago? Eso gritaba mi yo interno.

–No sé de qué están hablando pero, ¡me están poniendo muy nervioso! –exclamé otra vez, desesperado por qué me dijeran algo a mí.

–Mi niño, porque no sube a la habitación del bebé y baja la pañalera que ya tenemos preparada –me indicó Linda.

–Y en nuestra habitación también hay una pequeña maleta que prepare mía, bajala también y guardarlas en el auto, cariño –mencionó mientras subía a las escaleras.

Eso no me ayudaba en nada, pero al menos me mantenía activo y distraído de su plática de la cual yo no estaba entendiendo nada. Las escuché hablar, pero ya no presté atención, baja y dejé las cosas en el piso, Kat caminaba de un lado a otro y Linda venía solo su reloj, Kat se quejaba cada cierto tiempo.
Después me mandaron a buscar los papeles de Kat y más tarde a subir las cosas al auto y tenerlo encendido, solo estaba esperando la orden para irnos al hospital.

Llegamos y de inmediato nos dieron una silla de ruedas, los enfermeros la subieron a ella y entonces comenzamos a caminar por el largo pasillo que daba al área de maternidad. Mientras tanto Linda se encargaba de entregar los papeles y hablarle a nuestros padres.

–Tengo miedo, Drake –me dijo y yo tomé su mano.

–Tranquila, todo saldrá bien –mencioné para darle ánimos–. Haré todo lo posible para estar ahí contigo –y de verdad esperaba que me dejaran pasar.

–Hasta aquí señor, ya no puede pasar –me detuvo una enfermera, así que solo besé sus cabellos y observé como se la llevaron.

•••

A veces agradecía mucho tener de amigo a Brian, me había permitido estar junto a Kat en su labor, así que aquí estaba; poniéndome la ropa quirúrgica, cubre bocas, guantes y el gorro. Entre a su habitación y estaba muy sudada y haciendo mucho esfuerzo. Me acerqué a ella y tomé su mano, después saque el celular de mi bolso y le pedí a uno de los enfermeros que grabará un poco, él aceptó.

No sé exactamente cuánto tiempo pasó, pero me di cuenta de que éramos padres porque escuché su llanto y era una de las experiencias más hermosas que había tenido hasta ahora.

–¡Es un varón! –exclamó Brian y después se lo pasó a la enfermera para que lo limpiara.

–Somos padres –le dije a Kat, mientras besaba su frente.

–Sí –respondió con lágrimas en los ojos.

–¿Ya pensaste en un nombre para él? –le pregunté –asintió–. ¿Y cuál es?

–Jared, cómo su papá.

Mis ojos se llenaron de lágrimas, me sentía muy orgulloso y me gano un poco el sentimiento pero fue interrumpido por la enfermera quién nos estaba acercando al pequeño Jared.

Kat.

Drake dijo que estaría aquí conmigo, pero ya había tardado mucho, aunque al parecer lo había llamado con la mente porque de pronto apareció, eso me alegro muchísimo.
Se acercó a mí y tomo mi mano, luego de unos minutos saco su celular y le pidió a uno de los enfermeros que se encontraba ahí que sí podía firmar, me sorprendí de mi capacidad de poner atención a ese tipo de cosas cuando debería estar únicamente concentrada en parir.
Y entonces escuché su llanto, había llegado al fin, una lágrima rodó por mis ojos; estaba muy feliz.

–¡Es un varón! –escuché decir a Brian y después ya escuchaba a la enfermera decirle a otra los datos sobre el bebé, ya saben, el peso; talla y todo eso.

–Somos padres –me dijo Drake, mientras besaba mi frente.

–Sí –respondí con las mejillas empapadas de mis lágrimas y la voz entrecortada.

–¿Ya pensaste en un nombre para él? –me preguntó y yo asentí–. ¿Y cuál es?

–Jared, cómo su papá –respondí y vi como sus ojos se llenaron de lágrimas, creí que lloraría pero no fue así. Ya que nuestro momento fue interrumpido por la enfermera, quién nos acercaba a nuestro bebé.

Continuará...

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