Capítulo 106: La boda.

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Kat.

Ya teníamos todos los preparativos para la boda y por increíble que parezca, solo faltaban unas semanas.
Una antes de la boda, yo tuve que mudarme con mi papá, pero todos los días hablaba o veía a Drake.

Y sin más el día tan esperado llegó.

Era una hermosa mañana de sábado, mi papá me había despertado temprano porque necesitaba desayunar, darme un baño, esperar a la maquillista y peinadora, prácticamente tener todo listo y solo esperar el tiempo para encaminarnos a la iglesia. La verdad no tenía mucha hambre pero por el embarazo papá me obligó a hacer el esfuerzo y comer.

El tiempo pasaba en ratos rápido y en otros tantos un poco lento, cada segundo me ponía más nerviosa y sentía que me desmayaría.

Drake.

Estaba en casa, esperando que diera la hora para acudir a la iglesia. Miraba mi habitación en silencio, minutos después tocaron la puerta.

–Pasen –anuncié.

Se abrió la puerta y entró mamá, me miro y se veía feliz pero sus ojos estaban llenos de lágrimas.

–¿Todo está bien? –inquirí.

–Sí –suspiro–. Solo que no esperaba verte así tan pronto, creo que no estaba preparada. Me refiero a que ya vives independiente de nosotros, pero este es otro paso –explicó con la voz entrecortada.

–Me lo imagino –la abracé.

–Pero no debes preocuparte por mí, estaré bien. Estoy feliz de que seas feliz –dijo y se separó un poco de mi pecho para darme un beso en la mejilla.

–Gracias mamá –le devolví el beso.

–Te quiero.

Volvió a recargarse en mi pecho y solo escuchaba sus suspiros. Yo también estuve a punto de llorar.

•••

Y llegó la hora. Subí al auto del lado del copiloto, papá manejaba y mamá junto con Linda iban atrás. Llegamos a la iglesia y solo estábamos esperando a que Kat apareciera, me moría de los nervios literal, ya quería tenerla cerca.

–¿Por qué tarda tanto? –le pregunté a mamá.

–Es tradición –respondió.

–¿Y eso de que ayuda a mis nervios? –me crucé de brazos.

–Les gusta hacernos sufrir –interrumpió papá.

–Ya lo veo.

–Tranquilo, ya llegará –menciono mamá tratando de que me calmara.

No tenía otra opción más que esperar.

Kat.

Llegó el momento, estaba temblando. Subimos al auto, papá manejaba a un lado iba Carlos y yo atrás. Dijo que daría unas vueltas porque era una vieja tradición hacer esperar un poco al novio, conociendo a Drake supongo que ya está bastante desesperado.

Minutos después llegamos, Carlos bajo primero, seguido de papá quién me ayudó a bajar a mí.
Si hubieran visto la cara de Drake, sus ojos tenían un brillo especial y empezaban a llenarse de lágrimas.
Tomé el antebrazo de papá y caminé hasta la entrada de la iglesia, Drake se adelanto para estar frente al altar, mientas al fondo sonaba la marcha matrimonial, papá y yo caminábamos lentamente de hecho todo parecía estar en cámara lenta.

•••

–¿Jared Drake Bell, aceptas como tu esposa a Katherine Williams para amarla y respetarla hasta que la muerte los separe? –pregunto el padre mientras Drake me miraba fijamente a los ojos.

–Acepto –respondió él.

–¿Katherine Williams, aceptas a Jared Drake Bell para amarlo y respetarlo hasta que la muerte los separe? –repitió el padre.

–Sí, acepto –dije.

–Bien. Por el poder que me confiere la iglesia los declaró marido y mujer, Drake, puedes besar a la novia –finalizó.

Se escuchaban los aplausos de todos, Drake lentamente se acercó a mí y depósito un tierno beso en mis labios, oficialmente soy la señora Bell.

Drake.

Estábamos en la fiesta, comiendo. Había bastantes invitados ya y la música ambientaba la celebración.

Más tarde nos levantamos a bailar nuestra primer canción ya como esposos.

–Sabes, aún no decido a dónde iremos de luna de miel –le dije, mientas seguíamos bailando.

–¿Todavía estás pensando que habrá luna de miel? –dijo atónita.

–Claro –aseguré.

–Si sabes que es algo peligroso que yo viaje con esta panza, ¿no? –me pregunto mirándome fijamente a los ojos y señalando su vientre.

–Amm... sí, por supuesto. Por eso pensaba en algo tranquilo –claro que no era así y ella lo sabía.

–Obviamente no sabías.

–Te lo juro que sí –repetí.

–Te conozco lo bastante bien, para saber que no es así –sonrió triunfante.

–Bien, me rindo. Pero... sí podemos hacer algo, ¿no? –le pregunté, tal vez tendría alguna propuesta interesante.

–Depende, veamos cómo me siento. Si no hacemos nada, tampoco debes de sentirte mal, lo hacemos por el bien del bebé.

–Tienes razón –y bese sus labios.

Continuamos bailando y después continuo otra pieza pero ahora cada quién bailaría con sus padres, Kat con mi suegro y yo con mamá.
La fiesta continuó un rato más, Kat se veía feliz pero también cansada. Me imagino lo difícil que debe ser para ella cargar con todo eso, yo estaba platicando con Andy y algunos de la banda cuando a lo lejos la vi... creí por un momento que era una visión, pero me enoje mucho al darme cuenta de que no era así.

–Ahora regreso, no tardo –anuncié y todos dijeron que sí, al unísono.

Caminé lo más rápido que pude y me acerque a ella.

–¿Qué carajos estás haciendo aquí? –pregunte muy alterado ya.

–Vine a felicitarlos –dijo con cinismo.

–Lo mejor es que te vayas, no quiero que Kat se ponga mal –dije tomándola del brazo y arrastrándola hacia la salida.

–No tienes que por portarte así con tus invitados.

–Tú ni siquiera estabas invitada, no sé cómo llegaste aquí –mi furia crecía más y más.

–No tengo porque darte explicaciones y suéltame que me estás lastimando –se zafó de mi agarre pero comenzaba a hablar más fuerte.

–¡Cállate! Y vete, de verdad no debes estar aquí.

–¿Drake? ¿Qué pasa? –escuche a Kat detrás de mí, al parecer aún no veía a Paydin–. ¿Qué hace ella aquí? –demasiado tarde.

–Estoy tratando de que se vaya, pero ya sabes cómo es de necia –respondí de inmediato.

–Por favor Drake, dile la verdad. Estabas pidiendo verme en otro lugar –dijo Paydin y la reacción de Kat no se hizo esperar.

–¿De qué está hablando, Drake? –dijo Kat impresionada.

–Paydin, ¡por favor no empieces! Sabes que las cosas no son así –mencione suplicante.

–¡Ash! Está bien –giró los ojos–. No dijo nada eso, la verdad sí estaba corriéndome, pero yo solo vine a felicitarlos –respondió Paydin.

–¿Y eres sorda, acaso?

¡Wow! Kat jamás en la vida le había hablado de esa manera. Paydin la miraba con tanto desprecio y yo solo me quedé inmóvil, me sorprendió mucho.

–No –después de unos minutos respondió Paydin.

–Entonces vete por dónde llegaste o sino tendré que sacarte –dijo muy enérgica mi ahora esposa.

Yo simplemente no podía creerlo.

–¿Ah? –Paydin hizo un gesto extraño y puso sus manos en sus caderas, me miro como esperando ayuda.

–Bueno pues ya escuchaste a mi esposa –respondí–, por favor vete.

Paydin giro de nuevo los ojos y sin más dio la media vuelta para comenzar a caminar e irse. Mire a Kat.

–¿Qué fue todo eso? –pregunté.

–No sé, pero agarrame porque creo que me voy a desmayar –alcanzo a decirme.

–Tranquila, vamos a sentarnos.

La tomé entre mis brazos y caminamos hasta una banca cerca para sentarnos.

Kat.

Estábamos tomando un poco de aire, de pronto se acercó Robin.

–¿Está todo bien, hijos? –preguntó.

–Sí –me apresuré a decir–, solo quería tomar un poco de aire.

–Pero sabes, Kat se está sintiendo un poco mal –mencionó Drake.

–Pues si quieren partimos el pastel y después pueden ir a descansar.

–Me parece bien –dijo Drake de inmediato.

Nos levantamos de la banca y caminamos de nuevo hasta el festejo, partimos el pastel y seguido de eso comenzamos a despedirnos para retirarnos.
La mayoría de nuestros invitados entendieron perfectamente, pero les mencionamos que podrían seguir ahí sin ningún problema, no supimos más.
Llegamos a la habitación y yo corrí al baño por diferentes razones, una es que ya necesitaba hacer del baño y la otra porque ya no soportaba la ropa, mucho menos los zapatos. Me puse mis sandalias y mi pijama y me fui a la cama, ahí estaba esperando a Drake.

Continuará...

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