CAPÍTULO XXXIX

~PDV NIALL~

Menos mal que pude despertarme temprano para ver a Niara, ella lograba que la perspectiva de mi vida cambiara de a poco, la verdad no se qué es lo tiene ella que me tiene locamente enamorado.

Luego de estar un rato con ella, corrí para llegar al desayuno y que nadie notara mi ausencia, menos mal que soy rápido.

Después del desayuno pasamos a los partidos, en el primer partido Akanni no jugó porque el entrenador lo notó demasiado distraído, y la verdad es que desde temprano su expresión era algo rara, no sabía si estaba molesto, triste, confundido o qué, y eso era raro en él porque siempre fue una de las pocas personas transparentes con sus emociones.

Menos mal que ganamos, nuestro trabajo en equipo estaba mejorando de a poco.

Por fin Akanni entró al partido pero fue un fracaso total. Sin querer remató un pelotazo que fue a dar contra el armador del equipo contrario, que para nuestra mala suerte, es el dueño del peor temperamento de todo el campamento.

—Lo siento. —Se disculpó Akanni y fue a estrecharle la mano.

—¿Es qué los cuernos no te dejan ver bien? —Éste le contestó irónicamente mientras corroboraba el estado de su nariz.

—¿Disculpa? —Se podía ver la furia en los ojos de Akanni.

—¿A parte de cornudo también eres sor...? —No pudo continuar porque Akanni lo calló de una piña.

El otro equipo ante esa reacción no se quedaron quietos y se apresuraron a golpear a Akanni mientras este se defendía con sus puños.

No tuve más opción que meterme en la lucha para tratar de separarlos, y como pude lo arrastré hasta afuera donde quedamos los dos solos, sabía que el entrenador se encargaría del resto y con suerte no nos expulsarían del campamento.

—¡¿Qué demonios sucede contigo?! —grité furioso ante su reacción inmadura, en otra ocasión hubiera bromeado con el comentario y lo hubiera dejado pasar hasta aplastarlo en la cancha en un partido.

—¡Déjame imbécil! No te me acerques. —Me alejaba con sus manos y su rostro lleno de ira mirando el suelo.

—No eres así. —dije sosteniéndolo por sus hombros.

—¿Y de quién crees qué es la culpa? —Pude ver dolor e ira en sus ojos, me estaba culpando de algo y no sabía de sobre qué.

—No entiendo a qué te refieres. —Era sincero con lo que decía, en ese momento no podía pensar en nada que hubiera afectado nuestro rendimiento en el equipo.

—Tu y Niara se divierten mucho a mis espaldas. —Escupió más con dolor que con odio moviendo su cuerpo para safarse de mi agarre.

—¿Todo esto es por Niara? —pregunté aturdido.

—¿Te parece poco qué quieras sacarme a la única mujer que he amado de verdad? —¿En verdad todo esto había sucedido por lo que había dicho sobre ella?

—¿Me estás queriendo decir que están a punto de expulsarnos del campamento por qué no pudiste controlar tus estúpidos celos? —Ahora era yo quien estaba enfadado por su descuido y poco profesionalismo como capitán.

—¿Te parece poco? No contento con declarar tus sentimientos delante de todos, también vas a escondidas a verla y pasan tiempo juntos riendo y divirtiéndose sin decirme nada. —Akanni no quitaba sus ojos de mi, el odio era lo más cercano a lo que se reflejaba en ellos.

—Siempre fui sincero contigo respecto a mis sentimientos hacia ella, y si tú no puedes confiar en ella no es mi problema. —Esta situación me estaba agotando la paciencia, sobre todo porque nuestro equipo estaba perdiendo su reputación por culpa de que no puede separar entre el voley y su vida amorosa—. Es cierto que fui a verla esta mañana, la ayudé a caminar un poco y reímos mientras lo hacíamos, pero no pasó nada más, ella me había pedido tiempo para aclarar sus sentimientos ¿y por qué piensas qué quiere hacerlo? —Ahora yo era quien lo miraba desafiante—. Porque no quiere lastimarnos y eso se debe a que tiene sentimientos por ti. Y si piensas que eso no me está matando por dentro te equivocas, la diferencia entre tu y yo es clara: yo mantengo al margen mi vida privada y emocional porque sin el voley no soy nadie, solo uno más del montón. —Terminé por decirle.

—Solo déjame. —dijo rendido, al parecer tenía mucho en que pensar.

Akanni se quedó por unos segundos mirándome para después alejarse lo más rápido posible, era como si nuestra cercanía le quemara.

Lo que restó del día el entrenador nos comunicó que habían suspendido a Akanni por un día entero y que luego solo podría jugar tres set por día. Menos mal que no afectó al resto del equipo porque ahora si me conocería enojado.

Para mi desgracia se pasó todo el día, y sin Akanni cerca me tocó asumir las responsabilidades del capitán por lo que no pude ir a ver a Niara antes de su cena, esperaba poder verla un rato mañana antes del desayuno.

~PDV NIARA~

No pude dormir bien en toda la noche, los músculos me dolían un infierno, pero si me quejaba del dolor lo más probable es que no me dejaran jugar ni mucho menos que me dieran el alta. Pero eso no fue todo.

En las pocas horas en las que podía conciliar el sueño la conversación con Akanni me perseguía constantemente, sus ojos tristes, su ojo morado, su expresión de dolor, como si ya supiera la respuesta a mis sentimientos, no dejaban de atormentarme.

Finalmente, alrededor de las seis de la mañana decidí despertarme por completo. Me senté en la cama y comencé con los ejercicios de masajes que la noche anterior la enfermera me había enseñado. Luego de casi media hora de masajes mis piernas se sentían un poco más aliviadas por lo que intentaría caminar un poco por mi sola.

Despacio, buscando no hacerme daño ni hacer demasiado ruido, fui moviendo mis piernas fuera de la cama hasta que quedaron colgando sin tocar el piso. Respiré profundo y los bajé hasta que tuvieron contacto con el suelo helado y áspero.

—Menos mal que llegué a tiempo. —La voz de Niall me sobresaltó un poco.

—¿Qué haces aquí? —pregunté tratando de ocultar la emoción que me generaba el poder verlo.

—¿Y qué más piensas que hago aquí si no es venir a verte? —Me dedicó esa mirada seria toda misteriosa que no veía hacía mucho tiempo—. Vamos, es hora de caminar un poco. —Volvió a decir a medida que tomaba mis manos para echar el peso de mi cuerpo hacía delante.

No hacía falta hablar demasiado entre nosotros, el silencio no era incómodo, era otra forma de expresarnos, algo que solo nosotros dos sabíamos hacer.

El contacto fugaz de nuestros ojos confirmaba los sentimientos que ambos teníamos por el otro, las leves caricias que me daba de vez en cuando sobre mis manos me hacían sentir un cosquilleo en mi estómago como si tuviera quince años y estuviera viendo al chico que me gustaba por primera vez.

—Anoche vino Akanni. —decidí contarle, después de todo no guardábamos secretos entre nosotros.

—¿Por qué será que ya lo presentía? —dijo ayudándome a volver a la cama para iniciar mi sesión de masajes parte dos.

—Si te incomoda hablar de esto lo entiendo. —dije queriendo ver su reacción y esperando a que me permitiera seguir con la conversación.

—Nada de ti me incomoda. —habló concentrado en el masaje que daba a mi pierna derecha sin levantar la vista.

—Alguien me dijo que lo habían suspendido del equipo, lo que no esperé que fuera por involucrarse en una pelea debido a mi. —El remordimiento no dejaba mi corazón.

—Es cierto que la pelea la inició el otro sujeto, pero él podría haber hecho oídos sordos al comentario y destrozarlo en la cancha. —Noté que estaba molesto por la leve presión que ejerció en mi pierna, pero decidí callar mis pensamientos.

—Lo importante fue lo que pasó después, se alteró bastante al punto de levantar la voz. —Ante mi comentario Niall dejó de mover sus manos y sus ojos se fijaron en mi.

—¿Te hizo algo? Si te hizo algo juro que yo lo mato. —Ahora no estaba segura de si hice bien al haber dicho eso.

—Tranquilo —dije poniendo mis manos sobre su rostro para calmarlo y al parecer funcionó porque su expresión se suavizó—, no me hizo nada pero no pude seguir actuando como si no hubiera sucedido nada y le dije cómo me sentía en realidad. —Niall al escuchar eso se detuvo y se enfocó solamente en mi—. Le dije que mis sentimientos por ti eran mucho más fuerte que por los de él. —En ese instante Niall no me dio tiempo a nada y se abalanzó sobre mi para besarme.

Los labios de Niall atacaban los míos con fuerza, con desesperación y con agradecimiento. Podía sentir cómo con ese beso me agradecía por corresponder a sus sentimientos, y es que la verdad no tenía nada que agradecer, más bien era yo quien debía agradecerle a él por apoyarme siempre en todo.

—Vamos despacio. —articulé una vez que nos separamos para respirar pero sin romper el contacto visual con él—. No quiero lastimar más sus sentimientos ni mucho menos su orgullo. —En verdad, a pesar de todo quería cuidarlo.

—De acuerdo —dijo acariciando mi mejilla derecha con su pulgar—, pero no me pidas en este momento que deje de besarte porque no lo haré. —Niall volvió a devorar con pasión mis labios y no se lo negaría, ahora quedaba ver cómo seguía esta historia sin causar más daño del que ya habíamos hecho, Akanni no se lo merecía.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top