CAPÍTULO XXIV

~PDV AKANNI~

Me pareció muy extraño que Niara no estuviera en su casa cuando fui a buscarla, traté de no pensar en nada ya que cada vez que lo hacía me volvía demasiado pesimista.

En vez de llamarla como un loco que ha perdido su perro decidí esperar a que ella me llamara, esta vez esperaría que se acercara y hablara conmigo cuando sintiera que era el momento correcto, no la presionaría.

Me subí al auto y me encaminé a la universidad, tenía clases en las primeras horas por lo que de seguro al menos ahí podría verla.

Al estacionar el auto pude notar que Niall me estaba esperando, y eso no era una buena señal, a pesar de que me había confesado sus sentimientos hacia mi novia y sus intenciones, todavía no me podía confiar de él.

—¿Me estabas esperando? —pregunté mientras cerraba la puerta de mi auto y colocaba la alarma.

—Si, ¿A quién más sino? —Su forma de ser tan seria e irónica contrastaba con la mía haciendo que me irritara con tan solo verle, pero a pesar de eso era un buen subcapitán que estaba pendientes de todos desde las sombras, incluso aunque nadie reconociera su trabajo.

—A Niara por ejemplo. —Su cuerpo ni se inmutó al sentir el nombre de ella, aunque el brillo de sus ojos tras escuchar su nombre me confirmaba la seriedad de sus sentimientos.

—No vine a esperarla, pero si a hablar de ella. —Eso me puso en completa alerta.

—Di lo que tengas que decir. —Trataba de que no se diera cuenta de que algo estaba pasando entre nosotros.

—Creo que se la razón por la que no está contigo el día de hoy. —Me sorprendió que lo notara, pero más aún que lo hablara.

—No tengo tiempo para juegos Niall, creo que lo dejé en claro la última vez que hablamos, sin mencionar que no somos amigos, solo compañeros de voley y que formamos un equipo como capitán y subcapitán, fuera de eso no nos relacionamos. Así que si tienes algo que decir ve directo al grano. —La verdad que desde que mencionó que está enamorado de la misma mujer que yo he quedado muy perturbado. Quiero y no quiero saber qué es lo que siente Niara y eso me está matando.

—No esperaba menos de ti. —Sonrió de manera tan vacía que daba escalofríos verlo—. Anoche, a pesar de que cambié mi ruta para correr terminé por encontrarme con ella —Al oír eso no pude evitar poner mi cuerpo rígido—, no te preocupes que como te dije no hice nada. Sin embargo, si le dije que hablé contigo sobre mis sentimientos hacia ella, las veces que nos hemos encontrado y la decisión que tomé. —Mi tranquilidad se estaba derrumbando de a poco.

—¿Qué tu hiciste qué? ¿Quién te crees para interrumpir en su vida y hablar de algo que prefería callar? —Ya no aguantaba las ganas de matarlo y la sangre corriendo en mi puño cerrado daba cuenta de eso.

—Soy el dueño de mis palabras y de mis decisiones. Le mencioné que te dije sobre que no me interpondría en su relación, pero que esperaría a que ella venga a mi. Después de eso seguí con mi recorrido. Y prefiero venir de frente y decirte cómo fueron las cosas a que se creen chismes que solo la van a lastimar. Como te prometí no voy a meterme en su relación, pero no puedo impedir que las cosas sucedan según el capricho del destino. —Lo impresionante de todo esto era que mientras yo estaba hirviendo por dentro y por fuera él no se inmutaba, luego de eso se marchó.

Cómo se suponía que después de todo esto diera las clases que me correspondían, qué fue lo que hice tan mal en mi vida para que me estuviera sucediendo esto.

Tomé aire lo mejor que pude para calmarme y dirigirme a mi primera clase. Demyan ya me estaba esperando en el aula de las chicas, pero al entrar y no verla en su lugar me preocupé aun más.

¿Dónde mierda estas Niara?

~PDV NIARA~

Luego de que Milena se fuera me quedé recostada hasta el punto de dormirme y despertarme cuando la alarma me avisaba que era hora de entrenar. El voley como siempre era mi único cable a tierra y la cancha se convirtió en mi refugio.

Cuando llegué las chicas ya me estaban esperando en el cambiador.

—¿Estas bien? —La voz de Zaida se oía preocupada desde el otro lado de la cortina que separaba mi desnudes del mundo.

—Si, no te preocupes. —Traté de que no se preocupara tanto.

—Mira que si nos mientes nos daremos cuenta. —Naima me amenazaba, y yo me preguntaba dónde había quedado su lado inocente.

—Si chicas —dije corriendo la cortina una vez ya cambiada—, no es gran cosa solo que tengo que ordenar mejor mis pensamientos y mis emociones. —Sonreí mientras guardaba mis cosas en el locker.

—Bueno, solo por hoy te permitiremos con Naima que nos muelas a pelotazos en el entrenamiento. —La expresión de horror en el rostro de Naima hizo que no aguantara las ganas de reírme y simplemente solté una carcajada.

—¡Perfecto! Ahora me siento motivada. —dije abrazándolas por los hombros—. Es hora de empezar a entrenar. —Las arrastré hasta la cancha.

A penas pusimos un pie fuera del vestuario el entrenador nos ordenó ir a correr a la pista de atletismo unas diez vueltas, a este ritmo casi todas ya podían aguantarlo.

Al terminar nos hizo ocupar los dos lados de la cancha poniéndonos en una fila sobre la línea de fondo y nos explicó que teníamos que realizar diez saltos rodillas al pecho, correr hasta la línea de tres en velocidad, hacer veinte sentadillas, tocar la línea del medio y dar media vuelta para correr hasta la línea del fondo, eso teníamos que hacer cuatro veces.

La mayoría de las chicas nuevas se quedaron atascadas en la segunda repetición, mientras que las chicas del equipo titular y yo realizábamos la rutina sin dificultad.

Luego hicimos un ejercicio donde nos colocábamos en una fila en cinco y el entrenador nos remataba a los brazos, nosotras teníamos que defender en cinco, darle el pase a tres y él nos armaba para atacar por cuatro. Los equipos seguían igual.

Creo que solo las puntas y yo pudimos hacer bien el ejercicio. A Zaida y Naima les costaba acelerar el paso debido a que atacar por cuatro y por tres no era lo mismo, pero era divertido verlas saltar al divino botón sin siquiera poder tocar la pelota.

Luego de eso el entrenador nos separó a mi y a Kailani para que trabajáramos con el preparador físico, mientras que las demás tenían que hacer un ejercicio de ataque y bloqueo.

Siempre pensé que los entrenamientos eran demasiados fáciles, y eso fue porque no había tenido la oportunidad de entrenar con el preparador físico, que literalmente me mató.

Dios no podía creer que detrás de ese rostro de niño bueno se ocultara un demonio de la actividad física. Puso al límite mi resistencia, tanto que quedé tirada en el suelo sobre mi espalda sudando a mares.

—Bienvenida al mundo del entrenamiento para líberos. —Kailani comenzó a burlarse de mi tras sentarse a mi lado y ofrecerme un poco de agua.

—¿Es que ese niño ha hecho un pacto con el diablo o qué? —A penas podía articular mis palabras.

—En realidad Gael es mayor que Demyan. —dijo mirándolo mientras recogía las cosas que acabábamos de usar.

—¿No es posible? —Traté de sentarme pero no pude, mi espalda se resistía a despegarse del suelo.

—Cuando Demyan estaba en su primer año de universidad Gael ya era el capitán del equipo, luego de recibirse se especializó en la preparación física, debido a que sufrió un accidente y se lastimó las rodillas se tuvo que conformar con eso. —explicó despreocupadamente.

—No puedo imaginar mi vida sin jugar al voley. No quiero que llegue el día en que mi cuerpo no pueda reaccionar al sonido de un pelotazo. —De verdad me había puesto muy triste saber su historia, sobre todo sabiendo que pudo haber tenido un futuro brillante dentro de la cancha.

—¡Chicas vengan todas! —Demyan nos gritó para que nos acercáramos hasta donde estaba él.

—No me puedo parar ¿Que debería hacer? —Le pregunté a Kailani con ojos de perrito mojado.

—Si no puedes caminar rueda hasta allí. —Se levantó riendo y dejándome sola.

No tuve otra opción que rodar hasta donde estaban todas, y no me hizo falta abrir los ojos para saber que se estaban riendo de mi.

—No lo puedo creer, la gran Niara no se puede levantar. —Milena se reía a carcajadas.

—¡Búrlate todo lo que quieras! Pero de verdad no me puedo mover más. —Las miré desde abajo—. Deberían haberme dicho que iba a morir.

—¿Y arruinarle la fiesta a Gael? —Eileen era ahora quien se reía.

—La verdad es que me sorprendió que no se derrumbara antes. —Gael apareció mientras terminaba de ordenar las cosas y sonriéndome me guiñó un ojo divertido.

—No te diviertas con mi desgracia y ven a ayudarme. —Al decirle eso con una carcajada en el aire se acercó hasta donde estaba y me ayudó a sentarme para colocarse detrás de mi y darme unos masajes en la espalda primero y luego en mis piernas.

—Si ya terminaron de reírse quería informarles que inscribí a todas las chicas nuevas en un torneo que durará dos meses, por lo que depende de ustedes ganar y pasar al equipo titular. —Demyan habló sin rodeos como siempre.

Luego de dar semejante noticia con un tono serio se marchó mientras que el resto de nosotras festejábamos, por fin mi oportunidad de sacarle el puesto de titular a Kailani había aparecido. Tremenda sorpresa tenía guardada Milena.

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