CAPÍTULO XLV

~PDV NIARA~

Las chicas ganaron todos los partidos como era de esperar, el equipo suplente realmente se lució hasta el último partido por lo que me sentía más que orgullosa por ellas.

Por otro lado, yo me mantenía en un rincón fuera del gimnasio calentando sola pero sin ser demasiado excesiva, no era mi intención llegar cansada al partido, y por lo que escuché de una de las chicas Meda tampoco estaba jugando, la competitividad entre nosotras era notable.

—¿Calentando? ¿Quieres que te ayude con eso corazón? —El único en el mundo que me hablaba de esa forma era Jihan así que sin voltear le pasé la pelota.

—¿Estas bien con esto? —pregunté mientras me ponía en posición de recibir.

—¿Con qué? —Lanzaba con cuidado la pelota hasta mis brazos, al parecer se encontraba frío.

—Con que le quite el puesto de mejor líbero a tu noviecita. —Me burlé de él mientras enviaba un buen pase hasta su frente.

—Ella no es mi novia. —Se quejó dirigiendo un pase de yema hasta mis antebrazos.

—Por ahora. —respondí divertida.

—¿Y tú que sabes? —preguntó ahora comenzando a atacar de manera controlada.

—Yo lo se todo. —Sonreí al pasarle perfectamente su ataque—. ¿Acaso olvidas que somos amigas? —pregunté divertida ante la situación, a leguas se notaba que esos dos se gustaban solo necesitaban un empujoncito.

—Claro... Amigas y rivales. —Ahora arremetió con todo contra la pelota, ya había calentado motores.

—Se ve que ya calentaste lo suficiente. A decir verdad no pegas tan mal como pensaba. —Me burlé de él, era divertido verlo enojarse.

—¿Piensas que eres la única que entrena en secreto? No mi amor, yo también entreno para mejorar. —Al terminar de decir eso lanzó una pelota que dejó una extensa marca roja en mis antebrazos haciendo que no pudiera direccionarla y la pelota saliera en otra dirección.

—Estoy gratamente sorprendida cariño. —respondí a su juego cariñoso de palabras.

—¡Oh! ¿Con qué ya andamos de cariño? —dijo divertido y se acercó hasta mi para abrazarme desde atrás y hacerme cosquillas, eso no me lo esperaba pero tampoco me molestaba porque sabía de quién estaba enamorado.

—¡Ya suéltame! —A penas si podía hablar de tanto reír, para ese momento ya estábamos en el suelo.

—¿Hola? ¿Interrumpo? —La voz ronca de Niall hizo que nos detuviéramos y dirigiéramos la mirada hasta donde él se encontraba.

—Para nada. —respondí tranquila.

—¡Tú! Quítate de encima de ella sino quieres morir. —No me había dado cuenta de que Jihan todavía me tenía debajo de su cuerpo sosteniendo mis manos para que evitara que frenara con su cosquilleo.

—Ok. —Jihan se apartó de mi como si fuera una ráfaga de viento que le urgía seguir su camino.

—¿Por qué no vas a darle ánimos a tu futura novia? —Niall lo miró desafiante—. Y dejas de molestar a la mía. —En ese instante me tomó por la cintura atrayéndome a su cuerpo, no esperaba conocer ese lado posesivo suyo.

—¿Le contaste sobre Meda? —Jihan me miró incrédulo.

—Era eso o que te matara por estar cerca mío todo el tiempo. —Traté de defenderme—. Además cariño —Lo miré divertido—, yo no tengo secretos con él. —Terminé por mostrarle una sonrisa divertida por la situación, sin contar que mi novio no soltaba su agarre.

—¡Oh pequeña! —Comenzaba a alejarse—, ya veré cómo castigarte. —Terminó por decir mientras se iba maldiciendo por lo bajo, era muy divertido de ver. Jihan era un gran amigo y un gran apoyo durante este campamento por lo que estaba muy agradecida de haberlo conocido.

—Menos mal que es el último día así ya no lo veras más. —dijo mirando en la dirección en la que mi amigo se había ido.

—¿Y es que vas a seguir pendiente todo el día de Jihan o me vas a saludar como corresponde? —Le dediqué una mirada reprobatoria por su accionar.

—En eso mismo estaba pensando. —Dejó ver una sonrisa ladina y con todo el amor del mundo sostuvo mi rostro para acercarlo al suyo y unir nuestros labios.

A decir verdad Niall besaba muy bien, y cuando digo muy bien era excelente. Lo que más me envolvía en su mundo era la forma posesiva en la que reclamaba mis labios y la manera tan varonil en la que me sostenía, afianzando el agarre en mi espalda baja.

Lo que menos buscaba al llegar aquí era estar con alguien, no estaba acostumbrada a las muestras de afecto y el único lugar en el que me podía comunicar con las personas era dentro de la cancha. Niall se encargó de romper cada barrera, tomó cada trozo de mi vida y los unió con cada beso que me dió.

—¿Ahora estamos mejor? —preguntó traviesamente, lo hacía porque sabía que nadie nos veía desde nos encontrábamos sino por el contrario volvía a ser aquél joven callado y serio, que conmigo también lo era pero me dejaba ver otro lado, uno más romántico.

—Se podría decir. —bromeé con él, Niall solo me abrazó con fuerza y me sostuvo así por unos segundos en silencio—. ¿Hasta cuándo tratarás así a Jihan? —pregunté mientras rompía el abrazo y me sentaba sobre el suelo, acción que imitó a la par que sostenía mi mano.

—Hasta que deje de jugar contigo. —respondió tan serio que me causó gracia.

—Entonces Jihan tendrá que acostumbrarse a tus celos y tu tendrás que acostumbrarte a sus juegos. Jihan es juguetón por naturaleza, sin contar que él solo tiene ojos para Meda. —expliqué muy tranquila mientras disfrutaba de como mi novio acariciaba mi cabello.

—¿Estás segura de que no te mira a ti? —preguntó en modo celoso.

—Muy segura. —afirmé dándole un corto beso—. Por cierto... ¿qué haces aquí y cómo supiste que estaba acá? —Recién me estaba dando cuenta, es que con semejante beso quién podría pensar en otra cosa.

—¿Y recién te das cuenta? —preguntó muy divertido por mi despiste.

—Tu solo contesta mi pregunta si quieres que sigamos juntos. —Lo amenacé.

—Tranquila, no hay necesidad de llegar a tanto. —No me quitaba los ojos de encima—. ¿Te dije que te amo?  —Me miró aguantando la risa.

—Ok, iré en busca de Jihan para seguir jugando con él. —Hice el amague de ponerme de pie pero tiró suavemente de mi mano, que aún no soltaba, dejando caer mi cuerpo arriba del suyo, pero él se mantenía demasiado calmado.

—Tu no vas a ningún lado. —dijo y depositó un beso muy suave sobre la comisura de mis labios—. Los partidos de nosotros acabaron antes ya que los entrenadores están esperando ansiosos ver tu partido, ya que por tres años consecutivos nadie le ha sacado el título a Meda, sin contar que has dejado impresionado a más de uno. —explicó tranquilamente.

—¿Con que era eso? —¿Tan impresionante es Meda que nadie le ha arrebatado el título? El solo hecho de pensarlo solo me volvía más competitiva—. Te falta algo por responder. —mencioné lo obvio ya que había hecho dos preguntas y solo había respondido una.

—Los equipos masculinos se estuvieron acomodando en tanto terminaba el partido y no te vi por ningún lado por lo que supuse que estarías calentando sola, o al menos eso pensé hasta que te vi con ya sabemos quién. —Su forma de tratar no sonar celoso me llenó de ternura—. Luego de salir fue fácil, solo busqué un lugar alejado en el que nadie te podría encontrar pero que pudieras estar atenta por si el entrenador te llamaba y aquí estamos. —En verdad este hombre era especial, a mi ni en mil años se me hubiera ocurrido pensar en todo eso.

Mientras estaba a punto de decir algo sentimos el sonido del silbato y el grito de victoria de alguien, que yo estaba más que segura que era mi equipo. Ese sonido provocó que mi corazón se acelerara, por fin llegaba el momento que había estado esperando: hoy me haría con el título de mejor líbero así tuviera que perder las piernas en la cancha.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top