CAPÍTULO XLIX
~PDV NIARA~
Gael se marchó en dirección de Demyan dejándonos muy nerviosas a todas.
—¿Qué piensa hacer? —Naomi preguntó sin dejar de mirar en dirección de él.
—Porqué será que tengo un mal presentimiento acerca de esto. —Zaida afirmó mirándonos a todas.
—Este idiota está buscando morir en mis manos. —dije caminando de un lado a otro.
—Mejor nos tranquilicemos, quizás solo quizo bromear con nosotras. —Marina trataba de calmarnos.
No había forma de que pudiéramos estar tranquilas. Todas mirábamos en la dirección en la que se hallaba hablando el imbécil de Demyan y el idota de Gael.
El sonido del silbato en un gimnasio completamente en silencio nos alertó de que el segundo set había acabado y nadie sabía si quiera quién lo había ganado porque ni un solo grito de festejo se escuchó.
Naima tuvo que corroborar el tanteador para saber que habíamos ganado 35-33... Ni cuenta nos habíamos dado que el set se había extendido tanto. Nos alegramos al saber que íbamos en la delantera pero ninguna podía seguir concentrada en ello, todo giraba en torno al estúpido de Gael.
El árbitro tocó el silbato para hacernos saber que estaba por comenzar el último set y no había señales de que esos dos llegaran a un acuerdo. Esto ya me estaba poniendo de los putos nervios, en cualquier momento iría y los golpearía a los dos.
En el momento que estaba comenzando a caminar en su dirección Zaida me detuvo tomándome del brazo y es que Gael venía a nuestro encuentro con una enorme sonrisa. Jodido imbécil, más tarde me encargaría de borrársela por habernos preocupado.
—¡Vamos vengan! —Encima se daba el lujo de apresurarnos, este hombre quería morir en mis manos—. ¡Rápido que no hay tiempo! —dijo haciendo que todas nos juntáramos alrededor suyo tras pedirle unos minutos al árbitro.
—¿Vas a decirnos qué mierda sucede? —pregunté una vez que todas estábamos a su alrededor.
—Ahora no hay tiempo. Van a entrar a jugar como en el primer set y a los quince puntos Zaida cambiará por Naima. —explicaba atropelladamente.
—¿Vamos a jugar? —Tihana preguntó alegre.
—No. Van a ganar. —afirmó muy confiado—. Saben lo que tienen que hacer. —Sonrió ladinamente.
—Taparle la boca al entrenador y al equipo titular. —Nuestra armadora habló en modo sádico activado.
—Quiero tu título como mejor líbero. —afirmó, más bien exigió Gael mirándome con confianza, y se lo agradecía. El hecho de que alguien confiara en nosotras nos hacía sentir profundamente orgullosas y en deuda.
—¡A ganar! —gritamos todas juntas bajando nuestras manos en el centro de la ronda para ir tomando nuestros respectivos lugares en la cancha.
Los gritos desde la tribuna junto con los aplausos no se hicieron esperar. El equipo de Meda también subió a la cancha y en un momento nos acercamos ambas hasta la red.
—Por fin ha llegado la hora. —Meda sonrió extendiendo su mano.
—A jugar sin remordimientos. —Sostuve su mano en un fuerte apretón.
—Que gane la mejor líbero. —dijo apretando más fuerte ahora su mano.
—Entonces ya sabremos quién ganará. —Sonreí de lado soltándome de su agarre para volver a mi lugar en la cancha.
—Ya lo veremos. —Su risa se oyó en todo el gimnasio.
El árbitro tocó por fin el silbato decisivo, aquél por el que tanto luchamos así que era el momento de dejar los reproches y las lamentaciones de lado, era hora de demostrar el fruto de nuestro esfuerzo en los entrenamientos.
El primer saque se dirigió hasta Tihana que recibió algo inestable pero que de igual manera Sia pudo alcanzar para salir esta vez en un ataque de primer tiempo con Marina desde atrás.
El primer punto llegó desde nuestro lado y el estadio se llenó de gritos, incluso Gael lo festejó a todo pulmón.
—Vamos por el segundo. —grité a lo que las chicas aplaudieron.
Rotamos dejando a Sia con el ataque. El equipo de Meda se miraban entre ellas tratando de adivinar qué tipo de saque haría. Mi amiga solo se limitó a reír y sin retroceder, luego de que el pitido se escuchara, lanzó la pelota al aire y antes de que bajara hasta la altura de su cabeza aceleró su brazo golpeando la pelota en seco con todas sus fuerzas haciendo que la pelota quedara clavada en medio de tres y seis. La multitud volvió a gritar su nombre y ella lo disfrutaba.
El segundo saque fue a parar entre la opuesto y Meda, pero ella logró reaccionar más rápido y aunque logró recibir, su recepción se desvió por lo que la armadora empujó la pelota desde el cajón para que la punta que estaba en cuatro pegara, pero ésta solo logró pasarla pensando que caeríamos en su toque.
—¡Mía! —grité abriéndome paso entre las chicas que se hallaban en la red logrando una recepción perfecta.
Sia no lo pensó dos veces y salió con Zaida que dejó la pelota en el cajón de uno. Meda trató de alcanzarla con una secante pero el impacto de la pelota fue más rápido y se estrelló en el suelo.
El segundo punto se hizo escuchar, a esta altura las chicas se habían olvidado de los nervios y de las extrañas palabras de Gael, que seguía alentándonos desde el banco ya que él actuaba como nuestro entrenador.
Sia retrocedió para realizar el tercer saque, esta vez eligió uno flotante pero Meda pudo leer la trayectoria haciendo que su armadora dirigiera perfectamente la pelota hacia su atacante que remetió con todo contra Tihana que estaba algo sorprendida y no pudo recibir bien ya que no se hallaba bien agachada.
La pelota se dirigió hasta el fondo de la cancha cerca de las tribunas así que tomando todo el aire que pude corrí tras la pelota y antes de que cayera pude levantarla para que alguna pudiera pasarla. Caí golpeando el costado derecho de mi cuerpo contra las gradas de la tribuna a lo que al escuchar el golpe de mi cuerpo todos se cayaron.
—¡Que pase! —grité poniéndome de pie rápidamente para volver a la cancha.
Marina desde seis, se encontraba más cerca de la pelota por lo que fue ella quien terminó por pasarla de antebrazos.
El otro equipo tuvo una recepción perfecta y un armado perfecto, también devolviendo el ataque esta vez con su central.
Pude recibir algo incómoda ya que Marina amagó un poco, pero fue lo suficientemente alto para que Sia pudiera armar, sin embargo, Naomi no se encontró cómoda y la pelota quedó en la red.
Meda y su equipo celebraron su primer punto como su fuera el último. El resto de los equipos de las chicas festejaban con ellas. Había una clara división entre los equipos masculinos y femeninos que no sabíamos cómo fue que terminó por formarse.
—¡Tranquila! —Gael le gritaba a Naomi que se lamentaba por el error que había cometido.
—Lo siento. —dijo en voz baja en cuanto nos juntamos para chocar las palmas.
—Si vas a lamentarlo que el próximo golpe sea punto. —Quizás mi modo de hablar no era el más dulce dentro de la cancha, pero ellas a esta altura ya sabían cómo era mi forma de ser.
—¡Concentradas! —Sia gritó para que prestáramos atención al toque del silbato.
—¡La defensa agachadas si no quieren morir! —amenacé a mis jugadoras y ellas entendían a la perfección cómo sería su muerte si no estaban en posición.
La jugadora del otro equipo retrocedió lo suficiente para que pudiera adivinar que sería un saque de potencia por lo que dejé a las chicas cubriendo los cortos mientras que retrocedí lo suficiente para hacerme cargo del cajón. Ni en sus sueños más profundos haría un punto en mi terreno.
El silbato sonó, y al parecer quiso evitarme, pero su saque se dirigió con todas sus fuerzas a seis, y si no hubiera estado bien colocada la pelota se hubiera clavado justo en la línea, pero para su mala suerte ese tipo de saques eran los que más me gustaban recibir y tuve mucha ayuda de mi novio en las prácticas.
El pase fue perfectamente dirigido a Sia que sin pensarlo demasiado se lo envió a Naomi para que les devolviera el punto y así lo hizo, lo clavó en la línea de cinco.
Gael solo sonreía desde la banca sin gritar instrucciones, él en verdad confiaba en nosotras.
Mis ojos se encontraron con los de nuestro entrenador y al hacerlo un escalofrío recorrió mi cuerpo, algo andaba mal, estaba segura.
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