CAPÍTULO XLII

~PDV NIARA~

—Espero que no te atrevas a ponerle un dedo encima. —Akanni amenazó a los sujetos sosteniendo la mano que iba a impactar en mi cara.

—¿Cómo puedes defender a la perra qué te metió los cuernos? —decía el sujeto tratando de liberarse del agarre de Akanni.

—No es de interés suyo lo que haga o deje de hacer con mi vida, pero si insisten tanto en querer ser parte de ella aquí mismo puedo hacerlos partícipes. —dijo con una mirada completamente amenazadora y con la mano libre mostrando su puño cerrado—. Ustedes deciden, yo no tengo nada que perder.

—¡Suelta de una vez! —El sujeto dos que estaba aún en el suelo recuperando el aliento habló mientras se ponía de pie.

—De acuerdo, pero no quiero volver a verlos cerca de ella en lo que queda del campamento. —Akanni luego de amenazarlos soltó la muñeca del tipo para que se alejaran—. ¿Estás bien? ¿Te hicieron algo? —Era un buen hombre y estaba sufriendo por mi culpa, eso me volvía loca.

—No te preocupes no lograron hacerme nada. —Esperaba que pudiera tranquilizarse.

—Vamos, te acompaño, estoy seguro que vas a la enfermería por tus masajes. —dijo caminando seguro pero se detuvo al comprobar que yo no lo seguía—. ¿Qué sucede? ¿No vienes? ¿Me equivoqué? —No paraba de hacer preguntas y yo no respondía a ninguna.

—No creo que esto sea correcto. —Por fin hablé, mi tono de voz era duro y serio, trataba de ser lo más sincera con él para no confundirlo ni lastimarlo más de lo que ya lo había hecho.

—No logro comprender a qué te refieres o a dónde quieres llegar. —La mirada en su rostro sencillamente mostraba lo confundido que se hallaba debido a mis palabras.

—No creo que sea bueno que pases más tiempo conmigo, no quiero que te confundas y sigas sufriendo. Las personas seguirán pensando que somos pareja si nos ven juntos y luego hablarán cuando me vean con Niall. —Trataba de explicar lo que sentía sin meter el dedo en la yaga—. Que hablen de mi no me importa, de hecho nunca lo ha hecho, pero si me dolería que hablaran de ti que no hiciste nada malo. —Esperaba que no malinterpretara mis palabras. Traté de adivinar qué pensaba pero no pude, mi vista se obstaculizó al ser envuelta en sus brazos quedando mi rostro oculto en su pecho.

—Es imposible no amarte cuando después de todo lo que te hecho sufrir sigues cuidándome de esta forma. —Mis brazos colgaban a los costados de mi cuerpo, no sabía si abrazarlo o no, por el contrario él se aferraba más a mi cuerpo pero no me animaba a separarlo, no me sentía con el derecho de hacerlo—. No debes preocuparte por si los demás hablan o no a mis espaldas, solo debes preocuparte por dos cosas: ser lo más feliz que puedas y entrar al equipo titular como líbero. —Al escuchar esas palabras mis ojos se llenaron de lágrimas, estos días había estado demasiado sensible y al escucharlo decir eso, sin pensarlo también lo envolví en mis brazos por unos minutos mientras me permitía egoístamente desahogarme.

—Bueno, vamos ahora que mis piernas van a comenzar a doler si no recibo mis masajes. —dije ahora si rompiendo el abrazo y tratando de volver a mi yo ruda a lo que Akanni rió abiertamente.

—Vamos antes de que tu novio nos vea y muera de celos, porque aunque no lo demuestre Niall es muy posesivo. —No fue irónico su comentario, por el contrario sonó muy sincero. Le ofrecí una sonrisa y comencé a caminar a su lado.

Luego de que llegáramos hasta la enfermería Akanni se aseguró de dejarme en manos de la enfermera y se despidió agitando mi cabello con su mano.

—¿Cómo se sienten? —La enfermera preguntó curiosa.

—Pensé que sería incómodo pero ahora veo que me equivocaba. —dije mirando con una sonrisa en dirección a la salida.

—¿Estamos hablando de tus piernas verdad? —Al darme cuenta de su pregunta la miré avergonzada, para nada tenía que ver mi respuesta con mis piernas.

—Claro, de qué más podría estar hablando. —mentí tratando de ocultar mi vergüenza, por el contrario ella sonreía divertida.

—Vamos a suponer que te creo. —dijo sonriendo dejándome ver sus blancos dientes mientras comenzaba a masajear mi pierna derecha.

Alrededor de quince minutos duraban los masajes en cada pierna, así que después de que se cumpliera la media hora me advirtió que no debía moverme de mi lugar hasta que ella volviera para comprobar el estado en el que estaban. No me quedó de otra que quedarme recostada nuevamente en aquella horrible y chillante cama.

Mientras pensaba en el partido y en la confianza que habíamos creado entre las chicas mis ojos fueron volviéndose cada vez más pesados, no iba a resistirme así que me preparé para dormir un rato.

—¡Hola, hola amor! —El maldito de Jihan apareció gritando a los cuatro vientos haciendo que me sobresaltara, juro que éste no iba a llegar vivo a los treinta.

—¡Jihan, maldito! ¿Puedes dejar de ser tan ruidoso cuando vienes a verme? —Me estaba conteniendo de no matarlo ahí mismo, más le vale que agradeciera a la enfermera de que no podía moverme.

—¿Es qué no estas contenta de verme? —preguntó el muy cínico sentándose en la vieja silla de madera que estaba a mi lado.

—Claro ¿por qué pensarías lo contrario mi amado Jihan? —Mis palabras sonaban tan falsas como lo eran mis ganas de ser central.

—Suenan tan vacías tus palabras, ¿dónde está mi amor? —Se puso de pie para intentar abrazarme pero lo detuve de un ligero cachetazo en el brazo—. ¡Oye eso dolió! —fingió que lo había lastimado.

—Pues compórtate, piensa qué pasaría si Meda entra por la puerta y te ve queriendo abrazarme, puedes empezar a despedirte de tu sueño dorado de estar con ella. —Lo regañé como un niño a lo que él volvía a tomar asiento.

—De acuerdo, eso no lo había pensado. —Pareció meditar un poco la situación—, pues que se joda, ella nunca se volteó siquiera a verme. —Ahora parecía estar enojado y dolido.

—¿No pensaste quizás que es tímida contigo por qué le gustas? —Trataba que se diera cuenta de algo que, al menos para mi, era obvio.

—No vine aquí para hablar de mi vida amorosa. —Se cruzó de brazos.

—¿Y para qué viniste entonces? —pregunté curiosa.

—¿Acaso necesito alguna razón para venir a ver al amor de mi vida? —Me rendí, Jihan simplemente era único y no iba a cambiar.

—Nunca apareces porque si, así que vamos largando la sopa. —dije confiada, había algo más detrás de su visita, siempre lo había.

—Es muy cruel que pienses eso de mi. —Ahí estaba nuevamente haciéndose el ofendido, en la otra vida de seguro fue una diva—. Pero... —Se debatía si hablar o no—, solo por esta vez te voy a contar y solo porque me caes bien. —dijo observando que la curiosidad me estaba matando.

—¡Ya habla de una vez que me estas volviendo loca! —grité olvidando que estaba en la enfermería y lo que menos quería hacer era hacerle saber de que estaba con alguien antes de que el idiota de Jihan pudiera contarme lo que estaba pasando.

—Tranquila amor, no te hace bien enojarte. —Listo yo a este lo mato ahora mismo—. Resulta que hace un rato estábamos en pleno descanso, justo nuestro equipo había terminado un partido contra el equipo de Niall, y mientras descansábamos en la puerta del gimnasio dos tipos pasaron hablando sin saber que él estaba ahí sentado. —No se porqué pero esto me daba mala espina.

—No te quedes callado y sigue hablando antes de que regrese la enfermera o te juro que le diré a todos de tu amor por Meda. —Lo amenacé.

—Ya sigo... —Hacía ademanes con sus manos para que me calmara—. La cuestión fue que los tipos hablaron sobre que te habían estado molestando un rato para divertirse y apareció Akanni para interponerse. Los dos jugadores también dijeron que los habían visto muy cariñosos y a los abrazos a los dos. —Ahora si estaba jodida.

—¿Y Niall que hizo? —pregunté horrorizada.

—Solo apretó sus puños, se levantó de su lugar y desapareció y hasta ahora nadie puede encontrarlo. —Al terminar de decir eso me levanté lo más rápido que pude.

No me importaba nada tenía que aclarar este malentendido con Niall, no quería que nuestra relación empezara de esta manera.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top