CAPÍTULO XLI
~PDV NIARA~
Estábamos desesperadas por mostrar cuánto queríamos estar en la cancha y cuánta sed de victoria teníamos.
Decidí jugar el segundo set, primero necesitaba conocer al enemigo, y que mejor manera de hacerlo que desde la banca analizando sus movimientos.
Perdimos los primeros cinco puntos y eso se debía a que las chicas aún estaban algo nerviosas y presionadas, todo se acabó cuando Sia le armó una pelota en primer tiempo a Zaida y ésta la estampilló sobre el suelo.
La mayoría de las jugadoras pensaban que en nuestro equipo las jugadoras estaban atadas al lugar que les tocaba desempeñar, pero con los años aprendí que el elemento sorpresa era mucho mejor para nosotras, por lo que a veces en secreto, y con ayuda de Gael, preparamos a las chicas para que pudiera jugar en cualquier posición y atacaran sin importar qué.
El grito de festejo de Zaida por ver la cara de confusión del otro equipo fue muy emocionante de ver, tanto así que me moría por entrar a la cancha, y lo cierto era que para ella era su primera vez intentando un primer tiempo en un partido real.
—Estoy seguro de que todo esto es obra tuya. —El entrenador me habló sentado a mi lado—. Sin embargo, no diré nada si da resultados. —dijo sin voltear siquiera a mirarme.
—No se de que estas hablando. —Hice como si no supiera en lo absoluto lo que estaba pasando. ¿Dar resultados? Partidos ganados dará, pensé para mis adentros mientras me dirigía a la zona de calentamiento.
Mientras estaba calentando Brisa saltó desde zona cuatro para dejar la pelota clavada en el piso en la zona uno del otro lado. Brisa era una punta con un buen golpe, tenía una mano pesada pero carecía de confianza, esto le ayudaría a mejorarlo.
Después de mucho esfuerzo las chicas ganaron su primer set, y por fin era mi turno de jugar.
—Lo hicieron muy bien chicas. —Las felicité mientras llegaban desesperadas por agua.
—Nunca pensé que tendría que estar tan atentas a las pelotas del bloqueo. —Naomi habló totalmente agotada, es muy raro que una punta reciba las pelotas que deja caer el bloqueo rival o los toques que puedan llegar a hacer—. Lo bueno es que estuvimos como un mes practicando eso, sino no creo que hubiéramos podido ganar. —Se dejó caer en el banco luego de realizar el cambio.
—Tienen un muy buen bloqueo, es como si una muralla se extendiera hacia nosotras. —Naima se veía sorprendida ante sus jugadoras centrales.
—Toda muralla tiene un punto débil, solo hay que seguir presionando. —Tihana, nuestra opuesta era muy tranquila una vez que entraba a la cancha y eso le permitía observar con cuidado las jugadas, era un buen apoyo para Sia.
—Es cierto, todo depende de Marina y Brisa en este set. No tienen que temer que siempre les cuidaré las espaldas. —dije tranquila dándoles suaves palmadas sobre ellas.
—La verdad es que la comunicación y el compromiso que hay entre ustedes es sorprendente. —Gael se acercó hasta nosotras—. En los años que llevo de preparador físico nunca había visto un equipo suplente tan unido y decidido a robarle el puesto a las titulares en conjunto, hasta ahora las ambiciones siempre fueron individuales. —Sonrió como si fuera un padre viendo crecer a sus hijas.
—Es que somos especiales, somos únicas individualmente y como equipo somos más fuertes. —dije mirando a cada una de las chicas recordando lo duro que habíamos luchado para llegar a entrar si quiera al equipo.
—¡Vamos por el segundo set! —gritó Sia haciendo que todas nos uniéramos en un abrazo grupal y gritáramos como locas, atrayendo las miradas de todos en el gimnasio, y si, así era nuestro equipo, un conjunto de locas.
Empezó, por fin lo hizo. Mis piernas estaban desesperadas por reaccionar, mis brazos pedían a gritos sentir el roce de la bola en un buen apoyo y mi corazón estaba enloqueciendo por no dejar caer la bola.
El saque era de ellas por lo que contuve la respiración esperando el sonido del silbato para que diera inicio a lo que yo diría sería una guerra despiadada.
El saque era flotado y lo había direccionado a zona cinco, mala elección ya que ese era mi zona.
Generalmente se podría decir que el lugar más práctico para una líbero era zona seis ya que se encontraba en el medio de la cancha y podías llegar con mayor comodidad a cualquier lado de la cancha. La zona uno le correspondía al opuesto que cubría la espalda de la armadora, pero para mi era más desafiante estar en zona cinco y llegar a todas las pelotas, qué podía hacer si me gustaban los retos.
Por fin la bola tocó mis antebrazos. La recepción fue buena, aunque podría haber sido mejor pero pude entregar un pase estable a Sia para que le armara a Marina. Fue punto nuestro y nos juntamos en el centro a gritar por el primero de veinticinco que obtendríamos.
Íbamos por el tercer o cuarto punto, y hasta ahora el otro equipo había evitado que yo tocara la pelota, algo que más que frustrarme me estaba enloqueciendo. En ese instante Naima intentó un golpe pero fue interceptado por "la muralla", como las habíamos apodado nosotras. Ninguna reaccionaba a la pelota, por instinto me estiré lo más que pude hasta ellas pero no podría llegar con las dos manos así que con un poco más de esfuerzo extendí lo más que pude mi brazo derecho y tras caer en el suelo la pelota rebotó en mi antebrazo haciendo que se elevara mientras yo confiaba que Sia sabría que hacer con esa jugada. Y así fue, rápidamente llegó hasta ella y le armó a Brisa para que golpeara de zaguero. Punto nuestro.
El set terminó más rápido de lo que pensé. Ganamos 25-19, ahora solo quedaba un set más.
—Muy bien jugado. —Demyan nos felicitó pero no se porque notaba poco incentivo genuino de su parte. —Ya saben cómo es la formación para el próximo set. —De repente volteó a verme y eso me generó un escalofrío en todo el cuerpo, ahora no había hecho nada malo como para que me observara de esa forma—. Jugaste bien, ahora ve a la enfermería por los calmantes y los masajes.
—Puedo estirar aquí y antes de la cena ir. —Me excusé en verdad quería seguir viendo el partido.
—Si quieres jugar mañana y pasado más te vale hacerme caso y no llevarme la contra. —dijo retirándose hasta donde se encontraban el equipo titular.
—Tranquila, puedes ir. Solo confía en nosotras. —Zaida sabía cómo levantarme rápidamente el ánimo.
—Nos veremos en la cena. —aseguré, y tras chocar los cinco con cada una me retiré del gimnasio.
Afuera estaba bastante fresco ya. Para llegar a la enfermería tenía que rodear el gimnasio en donde se encontraban jugando los chicos y en verdad me preocupaba saber cómo Akanni lo estaba haciendo y si en realidad no me había mentido con lo de ser suspendido hasta hoy, pero no me arriesgaría a ir a ver y que me suspendan cuando por fin había comenzado a jugar.
Decidí que luego le preguntaría a Jihan, estoy más que segura de que nos encontraríamos pronto, el muy vivo sabía cómo escaparse para verme cuando estaba aburrido porque no lo ponían a jugar.
—¿Tú debes ser la que le pones los cuernos a Akanni? —Una voz salió de la nada y de repente me vi interceptada por dos tipos de más de dos metros.
—Estoy seguro de que es ella, es la única que llama la atención y que puede estar fuera del gimnasio cuando aún están en los partidos. —habló el otro. Decidí ignorarlos y seguir con mi camino. "Evita problemas Niara" me repetía mentalmente.
—¿A caso no nos escuchas? —El primero que habló me tomó por el hombro evitando que siguiera caminando, conté hasta tres y como no me soltaba y ya me había tocado las narices volteé y le di una patada en su "hombría" si se podía decir que la tenía, automáticamente cayó al suelo soltando un rosario de maldiciones dirigidas hacia mi.
—De verdad no quería tener problemas, pero ustedes no dejaron de molestarme y eligieron el peor momento. Ya me encuentro bastante molesta por no poder seguir jugando. —dije cruzando mis brazos sobre mi pecho.
—Ya verás perra. —dijo el otro levantando su mano supongo que para propiciarme una bofetada pero nunca llegó.
—Ni se te ocurra ponerle uno de tus sucios dedos encima. —Akanni estaba frente a mi sosteniendo la mano del otro tipo y yo pensando qué más podía salir mal el día de hoy.
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