CAPÍTULO V

~PDV NIARA~

No podía creer que el idiota me había besado, no besaba mal, pero cómo mierda se atrevía a besarme sin mi consentimiento, aunque es verdad que algo le seguí el beso, pero estoy segura que fue por la sorpresa.

—¿Qué haces imbécil? —Estaba más que enojada.

—No voy a disculparme porque de verdad quería besarte. —Afianzó su mano en mi cintura pegándome más a su cuerpo, y como si no hubiera sido poco lo de recién me volvió a besar.

—¿Te crees muy irresistible verdad? —dije luego de separarme y haberle dado una cachetada, mi mano ardía pero no importaba se lo merecía.

—El primer beso fue porque me estaba conteniendo —Sonrió como si mi golpe no hubiera hecho efecto—, y el segundo fue para felicitarte por haber ingresado al equipo.

—Estoy más que segura que hay otras formas de agradecer. —respondí de una manera tajante y di media vuelta para irme, no tenía nada más que hacer ahí.

Akanni se quedó simplemente congelado en su lugar, y de verdad agradecí que no me detuviera, esta vez sería algo más que una simple cachetada.

El trayecto hasta mi departamento fue silencioso, lo único que se oía eran las copas de los árboles siendo mecidos por una suave brisa refrescante, y la emoción en mi cabeza por haber entrado.

Giré la llave de la puerta de mi departamento y al ingresar lo primero que hice fue tirarme en mi cama y gritar como una loca... ¿Qué? ¿Es que no se me permite un poco de locura?

Había entrado, pensé que con el molesto de Akanni en mis pruebas no lo iba a lograr, pero me había preparado mucho para poder lograrlo, por lo que ahora tenía que festejar con una increíble cena.

Me bañé porque estaba más que sucia por haber corrido tanto hoy, creo que me excedí un poco pero qué se le iba a hacer, si mis piernas querían seguir corriendo yo no se los iba a negar.

Abrí el grifo de la izquierda para que poco a poco saliera el agua y fuera agarrando temperatura, no estábamos en invierno pero la verdad es que por las noches refrescaba bastante, así que no había mejor opción que una buena ducha de agua caliente.

Me quedé por unos minutos debajo de la ducha con los ojos cerrados, sólo disfrutando del agua llegar a cada uno de los rincones de mi cuerpo, eso era una de las cosas que más me relajaban. Sentir cómo cada gota rebotaba sobre mi piel y el sonido silencioso del agua era mágico.

"Felicidades por entrar al equipo de voley."

Sus palabras resonaron fuerte en mi mente. Cerré el grifo y mientras me secaba pensaba en las extrañas coincidencias que había tenido con él. Cómo era posible que no pudiera ver su rostro, más el recuerdo de su sonrisa me dejó estupefacta.

Cada vez que pensaba en él terminaba por volverme loca. Más allá de las extrañas coincidencias que nos podíamos permitir, había algo que de seguro no era una simple coincidencia: él me conocía.

Al terminar de cambiarme salí por algo de comida, hoy no quería cenar en casa por lo que fui a un local de comida variada.

Mientras esperaba que el camarero trajera mi cena un grupo de jóvenes ruidosos ingresaban al lugar. Agradecí estar bastante alejada, como ya era cliente frecuente, las personas aquí conocían mis preferencias, pero si de algo estaba segura era que Dios me odiaba.

El camarero se acercó con mi hamburguesa con papas fritas y mi refresco, porque la verdad el alcohol no se me daba muy bien. Traté de no prestar atención a los ruidosos y de concentrarme en mi cena, por lo que puse mis auriculares y la música a todo volumen.

Me acerqué a pagar y darle la propina al mesero y fue ahí que me di cuenta de lo maldita que es mi suerte.

—¿Pero a quién tenemos aquí? —Unos de los jóvenes habló parándose muy cerca mío.

—¿No es acaso la nueva líbero? —habló otro desde su silla.

—¿Por qué no te sientas a beber un poco con nosotros preciosa? —Ese término ya lo había escuchado mientras calentaba para las pruebas: el equipo de voley masculino.

—¿Es qué acaso no tienen a alguien más a quien joder? —dije desde mi lugar.

—No hay nadie más linda que tu. —Era evidente que éstos ya estaban algo tomados.

—Dejen de molestarla. —Esa voz...

—No molesten a mi chica. —¿No podía ser peor?

—¿Tu chica? —Me acerqué hasta donde Akanni se encontraba y le di un rodillazo en sus partes importantes.

—Yo no soy la chica de nadie —dije mientras me dirigía a la salida—, y mucho menos de alguien como tú.

Me habían arruinado la noche, jodido Akanni, así que simplemente me dirigí a mi departamento, lo mejor cuando estoy de mal humor es dormir.

~PDV NIALL~

Era muy gracioso ver sus expresiones cuando se enojaba, realmente mi suerte debía ser buena si ella estaba en mi vida. Comenzaba a creer que nuestros destinos fueran uno solo. Al menos a encontrarnos era seguro.

~PDV NIARA~

Me quedé pensando toda lo noche en ese sujeto, y creo que realmente me estoy obsesionando con él porque me pareció haber escuchado su voz anoche. Lo bueno es que hoy comienzo las clases y eso me mantendrá con la mente ocupada.

La universidad era toda una celebración arquitectónica por dentro y por fuera. Al entrar el ambiente era abrumador, cientos de personas buscando sus horarios y las aulas correspondientes a sus materias yendo de un lado para el otro.

La primera materia del día: Introducción a la Psicología. Aula repleta. Busqué un asiento en la parte trasera del curso, la verdad es que no me gustaba destacar junto con los nerds al frente, prefería hacerlo a mi manera.

Había varios puntos a favor de sentarse atrás: la primera y muy importante, los profesores están tan pendientes de los que están adelante que se olvidan de los que están atrás, segundo: desde atrás se puede tener una gran perspectiva de todo el curso, desde acá se podía ver hasta los que se tomaban de manos a escondidas; y tercero, y no por eso menos importante, estaba al lado del enchufe para poder cargar mi celular por si me quedaba sin batería.

Estaba mirando mi celular cuando siento que hay una conmoción en el curso en donde todos se estaban acomodando. Supuse que a lo único que se podía deber era a que los profesores estaban entrando, pero la verdad es que nunca esperé lo que vi: su sonrisa sarcástica gritaba silenciosamente "te tengo".

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