CAPÍTULO IV
~PDV AKANNI~
Hace mucho que no me pasaba de conocer a una mujer como Niara. Era raro que alguien me llamara la atención de esa forma, y no porque no me gustaran las mujeres sino porque últimamente carecían de sentido, es decir que la superficialidad prevalecía en la mayoría.
Esa tarde nos tocaba entrenamiento físico y el entrenador me había pedido que juntara a los chicos en la cancha de atletismo. Cuando llegué luego de haber ido a dejar unos papeles en secretaría noté que alguno de los chicos se encontraban algo excitados y en lo único que pensé fue que alguna chica linda había aparecido.
—¿Qué sucede? —le pregunté a uno de ellos tratando de ver hacia donde todos dirigían las miradas.
—Están emocionados porque hay una joven calentando en la pista. —Me contestó uno de los nuevos.
—¿Y es que nunca han visto una chica correr? —dije de manera irónica.
—Una como ella, no. —Volvió a contestarme y no pude quedarme con la intriga.
Caminé hasta delante y la verdad no daba crédito a lo que mis ojos veían. Era un morena que deslumbraba, no era tan alta como las demás y a simple vista se notaba que cuidaba bien de su cuerpo.
Tuve que disculparme por la actitud de mis chicos, como capitán tenía que responsabilizarme por las acciones que cometieran, tanto buenas como malas.
Al hablarle quedé aún más fascinado al conocer su voz y su actitud altanera, era rebelde y se notaba que tenía un cerebro que usaba, puntos a favor.
Luego de que los chicos realizaran el castigo que les impuse llegó el entrenador y me mandó a ayudar con las pruebas del equipo de voley femenino. Volteé para verla una vez más pero ya se había marchado, me hubiera gustado hablar un poco más.
—Hola Mile. —Saludé a la capitana del equipo que también era mi compañera de clases.
—Akanni. —Levantó la mano en forma de saludo.
—¿Muchas inscriptas el día de hoy? —Saqué el tema para despejar mi mente.
—La verdad es que hay más de las que esperábamos, así que no me quedó otra que decirle al entrenador que te mandara. —habló mientras miraba la lista de las inscriptas.
—¿Alguna que destaque a simple vista? —El rostro de la morena revoloteaba de un lado para otro en mi cabeza.
—Una sola. —dijo mirando hacia un extremo de la cancha en donde resonaba el golpe seco de la pelota contra la pared.
—¿Ya está calentando con pelota? ¿No va a calentar a la par que las demás? —Mi asombro era grande.
—Por lo que me dijo y vi, ya había calentado una hora atrás en la pista de atletismo. —Al decir eso rápidamente enfoqué la vista en el sonido de la pelota, y allí estaba ella ¿Qué más podíamos tener en común? La curiosidad aumentaba.
—Es cierto —No dejé de mirarla—, mis chicos estuvieron molestándola. —Sonreí.
—A simple vista no puedo decir en qué sea buena, pero si puedo notar la dedicación y la pasión que le ha puesto. —Milena expresó su opinión.
—Es verdad. —afirmé.
—Vamos, es hora de presentarnos. —Me señaló el lugar en donde nos esperaban las demás chicas del equipo y el entrenador.
Cuando me tocó presentarme no pude contener la sonrisa y mirarla, sé que se dio cuenta que era para ella, pero al darme vuelta la cara solo logró que me interesara más.
La primera parte de las pruebas consistía separarse por posición, yo esperaría a ver cómo me sorprendería.
—Se ve que este año no hay nadie. —hablé a Kailani que era la líbero oficial del equipo.
—Creo que este año no tendré que lesionarme. —Me sonrió ante la broma que había hecho.
—Disculpa. —¡Oh su voz! era tan sexy—. Vengo para el puesto de líbero.
Ahora si se ponía más emocionante la cosa, lo había decidido, este año ayudaría a Kailani con las pruebas.
Niara no se quejó ni una sola vez de las pruebas que tenía que pasar, de hecho me dejó mudo al ver lo bien trabajada que tenía la recepción, pero mayor fue mi sorpresa cuando la vi con el saque flotado. Eso según mi opinión significaba que no quería rendirse con el voley a pesar de su baja estatura.
Algo me molestó, y fue que pude notar cómo miraba a Demyan, creo que estaba algo celoso. Demyan era alto, de músculos marcados, cuerpo con tatuajes, sonrisa encantadora y todo lo que a las chicas les gustaba, lástima que él ya se encontraba en una relación con Kailani, y eran una pareja encantadora.
Luego de que las pruebas terminaron me quedé hablando con los chicos.
—¿Cómo han estado las chicas? —preguntó Milena.
—Las centrales estuvieron muy bien, destacaron dos. —contestó Kindra estirando un poco sentada en el suelo.
—A las puntas les falta mejorar la recepción, de ataque están bien, pero pueden ser más agresivas todavía. —agregó Eileen.
—Las opuestas necesitan más reacción. —Esta vez era Titrit quien hablaba.
—¿Cómo están las armadoras? —Demyan se dirigió hacia Milena.
—La verdad es que ninguna destaca, necesitan mejorar los pases de yemas, y al igual que a las opuestas necesitan mejorar su reacción. Pero nada que no se pueda mejorar con un entrenamiento duro. —habló firme, si de algo se caracterizaba era por sus entrenamientos exigentes.
—Kailani ¿Es cierto que este año si hay postulante para líbero? —Titrit preguntó asombrada, y todas las miradas se dirigieron a la más pequeña de todas.
—Si, y es muy buena. —Inconscientemente me apresuré a responder.
—¿Y por qué tanto interés Akanni? —Demyan me miró pícaramente.
—Yo no tengo interés por nadie, ya me conocen. —Mentí.
—¡Akanni! —El entrenador me llamaba.
—Salvado por la campana. —Rió Kindra.
Me fui mirando hacia los vestidores, no la había visto salir y a regañadientes fui hasta donde el entrenador me llamaba.
Luego de un rato que estuve yendo de aquí para allá con los chicos culpa de que el entrenador tenía ganas de que les mostrara a los nuevos las instalaciones, algo que ya había hecho la semana anterior, y cuando por fin me pude desocupar me dirigí a los vestuarios de chicas esperando que no se hubiera ido.
Al llegar vi la luz encendida, y teniendo en cuenta cómo quise destrozarle las piernas deduje que era ella la que faltaba irse, por lo que esperé en la puerta de salida.
—Me gustas. —Le confesé en cuanto la tuve frente a mi pero ella ni se inmutó y luego de advertirme de que no la molestara y de tratar de hacerme creer que era lesbiana, se marchó.
Estuve el resto del día pensando en ella, más allá de la atracción física que podía llegar a tener con la morena, la sensación de que su personalidad era lo que había estado buscando en una chica no me dejaba.
Después de rogarle a Milena que me diera su número por un buen rato, lo conseguí y le escribí, estaba decidido, me ganaría su corazón.
Tres horas llevaba esperando a que llegara, luego de que le informé que las listas ya estaban en la puerta, de hecho sería la primera en verla, ya que las demás las verían mañana por la mañana.
La vi llegar cansada y desesperada, algo le había pasado pero no pude descifrar exactamente si fue algo bueno o malo. Al confirmar que estaba en la lista rompió en llanto, uno que me tomó por sorpresa porque no esperé que tuviera un lado sentimental.
Le tendí mi mano con un pañuelo para que secara sus lágrimas, verla llorar me había enternecido el corazón y un sentimiento de protección se expandió por mi pecho.
—No quiero nada de ti. —Rechazó mi ayuda y se puso de pie sola.
No lo pude controlar, la tomé por la cintura para atraerla a mi pecho y la besé. Niara me había robado el corazón.
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