Capítulo 6: Charlas
Y nuestra primera situación tras despertar, verificar que todo estuviera en orden y volver a la ciudad para ver el Rito del Descenso que justo empezaba fue correr.
Pero no de correr de llegar tarde ni mucho menos, o correr para la salud, no no no, básicamente era... correr porque se nos acusó de asesinar Morax, así es, llegamos a una nueva nación y la cálida mañana que nos recibe es varias decenas de guardias pisando nuestros talones y apuntando con su afiladas lanzas que no tenían buena pinta para atravesarme. Miré a Izuku que corría cada vez más y más rápido.
—Lumine, escúchame, nos dividiremos, yo captaré la atención de la mayoría, tu intenta abrirte paso, nos encontraremos donde acampamos anoche.
—¿Qué?, espera, Izuku. ¡NO! —grité para que se detuviera pero fue inútil.
El de un ágil y preciso movimiento de alguna manera "imbuyó" su pie derecho en energía anemo y dio un contundente golpe al piso levantando una densa nube que interrumpió por completo la vista de todos. Y cuanto menos sentí que me lanzó por los aires por lo que terminé sobre un tejado sin rasguños.
—¡Rápido, tras la chica! —gritó el primer hombre de otro grupo de soldados que me estaba persiguiendo.
No pude gritarle por su imprudencia porque al devolver mi vista a la nube de polvo lo vi envuelto en una estela de rayos verdes que atravesaba el gentío como si no fuese la gran cosa, él cumpliría su parte, a mí me correspondía la mía. No obstante, al saltar del tejado de nuevo, me vi acorralada por otro grupo.
—¡Paimon tiene miedo! —exclamó la tonta de Paimon.
—¡¿Por qué rayos no fuiste con él?!
—Paimon te prefiere a ti —contestó y acto invoqué mi espada, y me puse en pose de lucha.
Sin embargo, una figura se puso en frente de mí, tenía el pelo corto, anaranjado, con vestimentas grises y una capa roja que colgaba de un costado.
—Atrás chica.
En sus manos espontáneamente se formaron dagas de agua que mezclado con pocos pero contundentes golpes dejaron fuera de combate a quienes interrumpían el paso, no me dio tiempo para procesar todavía lo que acaba de pasar cuando me indicó que lo siguiera. Sé que no es buena idea hacerlo pero si me salvó lo más probable es que esté de mi lado.
Paimon desapareció de su polvo de estrellas como yo lo llamo dejándome a solas con el tipo, pasamos varias veces cerca de guardias por lo que tuvimos que intentar mezclarnos entre los transeúntes. En lo que esto pasaba lo pude detallar más, era bastante alto, tenías unos ojos azules profundos, en su cabeza colgaba una máscara peculiar que no le encontré alguna forma. La parte superior tenía algo así como una chaqueta gris con decorados en plata, arremangada y dejaba ver cierta parte de su abdomen al no tener los botones abrochados. Poseía unos guantes negros y un pantalón gris simple, añadir que en su cintura colgaba una visión hydro que por lo que me mostró Izuku en su libreta, correspondía al diseño de Snezhnaya.
Finalmente al estar casi en las afueras de la ciudad se detuvo, tenía en el rostro una pequeña sonrisa, no sé por qué este tipo me da una extraña sensación.
—Gra-gracias por ayudarme —atiné a decir tranquilizando la respiración.
—No hay problema, Lumine —dijo el extraño por mi nombre—. Quiero ayudarte, me llamo Nobile, y antes de que preguntes conozco tu nombre porque te he estado echando ojo desde que llamaron la atención en Mondstadt.
—¿Y tú quién rayos eres para hacer algo así? —interrogué amenazante.
—Tranquilízate, vengo en son de paz —dijo sonriente alzando las manos—. Eso sí, ¿qué tal estuvo el altercado con la Signora?
Eso derramó el vaso.
—Un Fatui, ¿eh? No quiero ni necesito tu ayuda en lo más mínimo —apreté los dientes con enojo—. Esto es una trampa ¿no es así? Tus amiguitos están esperando que baje la guardia para atacarme por la espalda —estaba lista para sacar mi arma pero el rápidamente negó con la cabeza.
—Wow señorita, cálmese, si quisiera atacarte ya lo hubiese intentando, como le dije, quiero ayudarla, no llamar la atención y que nos lleven presos a ambos. Además, tras el "temita" que provocó la Signora en Mondstadt, nosotros los delegados de Snezhnaya se nos ha puesto en duda.
—Con toda razón, esa tipa es una lunática —no contuve mi opinión, ese golpe que me dejó fuera de combate dolió bastante—. Se lo tienen merecido.
—Volviendo al tema, solo vengan al Banco del Norte, si quieres limpiar tu nombre tendrás que recurrir a medidas no convencionales —con un gesto de cabeza me invitó a seguirlo.
Tenía muchas razones para dudar, pero parece muy seguro de sus palabras y además no tengo nada que perder, no tengo una gnosis después de todo o algo que se le parezca. Aunque algo me dice que esto me va a llevar un tiempo.
{...}
Vueltas por aquí y vueltas por allá, todo el día encaminandome a través del desfiladero Jueyun; es decir, territorio de los adeptus, criaturas iluminadas que tienen poderes y que supuestamente conceden bendiciones aunque dudo bastante de ello, pero quién soy yo para juzgar.
—Mejor saco eso de mi mente, no vaya a ser que una de esas bestias lea la mente y me maldiga, jeje, Izuku se pondría nervioso... un momento —tardé unos segundos en conectar las ideas en mi cabeza—. ¡Carajo olvidé por completo que nos teníamos que encontrar donde acampamos anoche!
Como pude aceleré mi camino hasta llegar al punto de teletransporte más cercano para retornar hasta este punto y retornar este encargo de la Preservadora de la Nubes. Hace unas horas el sol se había puesto, prácticamente era la hora perfecta para cenar, cómo rayos pude pasar la ausencia de él por tanto tiempo.
Abrí el mapa y me fui al punto más cercano de donde habíamos acampado, pude ver a lo lejos una fogata.
—Debe ser él, probablemente está cocinando algo —me relajé, menos mal no estaba buscándome pensando que me habían capturado.
Caminé hacia el lugar, pero distinguí dos voces, una correspondía a la de mi compañero, pero la otra era la de una mujer. Me puse alerta y me acerqué lo más sigilosa que pude, a tal punto que tenía la escena bastante más clara, y para mi desagrado era Izuku sosteniéndole la mirada a...
—La Signora —susurré incrédula.
Ahí estaba él, parado frente a la Fatui que le robó la gnosis a Venti, nos dejó fuera de combate no sin antes humillarnos e incluso lastimó a Paimon. ¡LASTIMÓ A PAIMON! Esto debía de ser una broma, ¿no? ¿Qué pasó mientras no estuve como para que Izuku hablara con ella? o... ¿que hablaron mientras yo estuve inconsciente? Tenía muchas dudas en la cabeza y a ni una sola de ellas le podía dar una respuesta lógica.
Solo podía distinguir que ella estaba sonriendo, la luz de la fogata le daba algo de color a su increíblemente pálida piel, invoqué mi espada en silencio pero ella decidió tomar la palabra.
—Un gusto verte, como me esperaba, te volviste más fuerte, aunque aún no lo suficiente.
Lo vi caer, por concentrarme tanto en ella no me percaté del estado de él.
—¿Cuál es tu objetivo en Liyue? —escupió Izuku intentando levantarse—. ¿Más gnosis, por eso mataron al Arconte Geo?
—¿Matar? Oh no viajero, te equivocas en tu acusación, no soy una asesina de dioses... nos vemos luego, Izuku —y se alejó entre la oscuridad de la noche.
Podría haberla perseguido, pero primero tenía que velar por la salud de Izuku que estaba luchando por levantarse. Corrí a socorrerlo cuando me aseguré de que no había nadie más.
—¡Izuku! ya estoy aquí —lo giré para que me viera a los ojos, pude notar su confusión—. No te preocupes, todo estará bien.
—Yo... lo siento tanto, Lumine —apretó el gesto y una herida de su mejilla soltó una gota de sangre que se deslizó sobre su rostro—. Soy demasiado débil.
Solo pude consolarlo en el momento, comprendo su sentimiento de inferioridad, dos veces pelea con la misma persona y dos veces termina en el piso. Apretaba los puños a la vez que intentaba liberar esa energía extraña que ha estado aumentando progresivamente desde que la usó por primera vez.
—No tiene caso perseguirla, ya se fue. Tienes suerte que ella no te haya lastimado aún peor —le pedí a Paimon que trajera agua en un trapo del rio más cercano.
—Ese es el problema Lumine, ella no lo hizo —confesó soltando lágrimas de impotencia—. Es mi culpa.
—¿Qué?
[IZUKU]
Después de perder a todos esos soldados de la geo armada me dispuse a esperar a Lumine. La primera hora fue relativamente sencillo pensar que había tenido que desviarse para asegurar perderlos, pero pasadas las dos me preocupé bastante, tanto que volví a la ciudad y entré a la tienda de ropa más cercana para comprar una capucha que cubriera mi rostro. Unas cuantas moras después y me acerqué a un grupo de soldados que por sus palabras, Lumine junto con otro sujeto de pelo naranja se habían dado a la fuga y lesionado en su haber a 5 de sus compañeros.
—(Tal vez fue acorralada y no le quedó de otra más que luchar, pero ¿quién es el otro sujeto del que hablan?)
En busca de más pruebas volví de nuevo a donde había muerto Morax. Según vi, habían varias de las "7 Estrellas de Liyue", daban órdenes a las personas que se estaban encargando de poner el orden todo y lucían con un rostro desconcertado.
—(¿De verdad murió? Y aunque así fuera cómo podrían los mortales acabar con un dios que lo ponen como uno de los más fuertes de todos. Nada de esto tiene sentido, esto tiene algo más por detrás)
Di marcha atrás para devolverme pero choqué con alguien.
—Pe-perdón no me fijé por donde iba —no levanté la mirada para evitar que me reconociera, no quería correr riesgos.
—Tu mirada lucía pensativa, como la de un poeta que no sabe a dónde lo lleva el poder de su palabra —una gruesa y poderosa voz resonó, era la voz del tipo—. Perdón chico, también fue mi culpa por no estar pendiente. Un gusto, me llamo Zhongli.
—Un gusto señor Zhongli, me llamo... Izuku.
—Un nombre bastante raro, es la primera vez que lo escucho. Por cierto, bonita visión anemo, parece nueva —señaló para luego cambiar de tema—. Es increíble, ¿no? La muerte de un dios.
—Tiene razón, pero por alguna razón es extraño, ¿no lo cree? —vamos a comprobar que tanto sabe este sujeto—. Tenía entendido que esto no puede pasar sin más.
—Los dioses no son invencibles, Izuku, hasta el más fuerte puede ver su fuerza superada por otro —contestó soltando un suspiro.
—Se supone que cuando un dios muere deja a su paso una gran destrucción a su alrededor, solo miré que el cielo se tornó de otro color y repentinamente cayó el cuerpo ya sin vida del arconte más antiguo —tomé unos segundos para pensar que añadir—, no es que sea experto en el tema, pero es muy esporádico.
—Tienes unas buenas bases y análisis, aunque te corregiré algo. Eso de la ola de destrucción está condicionado a la situación que precede a la muerte, no todos los casos son iguales.
—Suena a como un alma que no maldice a nadie porque se va en paz... —reflexioné y el sujeto puso su mano sobre mi hombro.
Rayos, se percató de quién soy.
—Hasta los más fuertes se pueden ir en paz.
Esas palabras calaron en mí, una pieza que había estado intentando rebuscar se me había dado por fin. Decidí agradecerle y le sonreí, pero me di cuenta de mi error, revelar mi rostro, estaba listo para correr si era necesario, pero el solo dijo que no hay de qué. Dejándome como una roca justo donde estaba, no porque no le importara, sino porque era la misma mirada con la que me había cruzado la noche anterior, unos ojos ámbar indescifrables, pero esta vez me transmitían una sensación de alivio y descanso.
—(Podría ser...)
No había tiempo para sacar conclusiones, ya había visto y escuchado lo que tenía, era hora de irme y evitar a más desconocidos filosóficos.
Bajar los escalones fue sencillo, lo que no estaba preparado era que de camino a la entrada de Liyue en unos de los puentes del Banco del Norte mirase a la Signora, pálida como siempre, unos ojos tal grises claros como el hielo y el pelo rubio cerca del blanco. Mis pies temblaban al recordar su fuerza, cuando sentí que me iba a devolver la mirada agaché la cabeza y me fui lo más pronto posible obviamente sin intentar llamar la atención y que una persona que le gusta aclarar lo obvio diga "ESTÁ CORRIENDO".
Una vez afuera de la ciudad, me fui corriendo hasta el lugar que había acordado con la desaparecida Lumine que por ahora me conformaba con saber que no había sido capturada. Dejé la capucha colgada sobre un árbol y del mismo tomé una manzana. Estaba por relajarme cuando una voz lo arruinó todo.
—Ho —fue interrumpida por una patada mía la mando a estrellar contra el suelo a varios metros de distancia.
Era la Signora que lucía estupefacta. Sus ojos abiertos como platos no procesaban mi ataque.
No tuve que pensarlo dos veces para activar el OFA y correr hacia ella con la intención de acabar todo tan pronto o perder de nuevo.
—¡10% Anemo Force! —un golpe con mi pie descendente fue recibido por la tierra, ella lo había alcanzado a esquivar.
—Es de mala educación no saludar —susurró detrás de mí y con una fuerza sobrehumana me tomó del pie para estrellarme contra el piso—. Y tampoco golpear sin avisar.
El golpe que yo le iba a propinar me lo terminé llevando yo, con su afilado calzado me pateó enterrándose entre la tierra. El aire abandonó mis pulmones y como pude esquivé otro golpe que iba esta vez a mi rostro.
—Toma esto —salté y repliqué el mismo ataque que le había hecho a aquel árbol.
Lo esquivó con un movimiento sumamente elegante y de un solo impulso redujo la distancia entre nosotros a un palma y tomándome de la cabeza me golpeó contundentemente en el estómago, pero no era un golpe normal, más allá de la fuerza aplicada, una sensación de fuego brotó de allí.
—¡AHHH! —mis ojos vieron que su puño estaba bañado en llamas.
—¿Ahora escucharás? —preguntó esbozando una sonrisa.
—Púdrete —le escupí y me liberé generando una corriente de viento que le dio de lleno—. Probemos un mayor porcentaje... 20%.
La velocidad aumentó el doble y lancé mis ataques sin pensar, mi cuerpo estaba pidiendo a gritos que me detuviera, pero sabía que si lo hacía nada podría evitar que ella me matara. Esta vez estaba solo, no podía haber otra razón para su llegada tan repentina. No obstante, la desesperación me consumió, esquivaba todo sin problemas.
—¡Maldita sea! —aún con la inexperiencia en su uso, forcé la energía de mi One For All a potenciar mi visión Anemo.
Concentré todo lo que tenía en la mano, y cuando la logré por fin acorralar mandé el puño directo hacia ella, un pequeño temblor retumbó hacia los árboles agitarse y las aves que descansaban sobre ellos, volar despavoridas, como no, el polvo del suelo se alzó sobre nosotros, pensé que mi ataque había surtido efecto, pero estaba equivocado.
—Fuerte, pero no lo suficiente —rio mientras con su mano sostenía mi puño que ya estaba roto—. Ahora, como dije, me escucharás. Tengo una propuesta para ti... a largo plazo.
La sensación de poder del OFA me había abandonado, dejando solo el dolor interno de mi cuerpo y sin otro remedio de escuchar que tenía la loca para decir. No esperé que se tratara de una invitación a unirme en su causa.
[LUMINE]
Estaba dormido sobre mi regazo, tras contar su historia comprendí por qué más allá de su dolor físico, le pesaba la conciencia tras ese encuentro tan humillante para su ser, sin embargo... esas últimas palabras...
No, no debo preocuparme.
—Tú no te unirías a los Fatui, ¿verdad? —cerré los ojos descansando por fin de tan ajetreado día—. No me dejes sola también, Izuku.
When subes seguido:
No olviden dejar su estrellita si les gustó c:
Por cierto, ¿les gustó la nueva portada? O prefieren la antigua c:
GottoCatch
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top