Prólogo
Mi historia empezó algo diferente a las otras... cuando me morí, muy tétrico inicio lo sé como si esta fuese una película de terror, una novela gótica o uno de los escritos de Edgar Allan Poe entre ellos mi favorito "corazón delator", pero no... mi muerte me recordó a la de Charlotte en Ghost Girl por unos ositos de gomita... aunque en mi caso fueron unas serpientes de gomita que una muchacha me invitó en la cooperativa por ayudarla a estudiar para sus exámenes.
Nunca me imaginé perder la vida de una manera tan absurda, siempre creí que moriría por mi alergia a las almendras o de un paro cardiaco por mi adicción a las garnachas y los tacos de sudadero, pero no justamente morí en el patio de mi escuela ya que mi acosador personal Pedro se le ocurrió asustarme mientras comía mis gomitas y en lugar de ayudarme el desgraciado se puso a reír mientras me iba con el tocayo de este.
Lo miré con mis ojos negros y este fue mi último pensamiento.
—Tal vez no en esta vida... pero me vengaré de ti.
Dicho esto cerré mis ojos y todo se volvió negro.
Desperté en un sitio oscuro, que raro pensaba que el cielo era un poco más brillante ¿y los ángeles? de pronto escuché el sonido de la señora de los tamales y el olor a hierro oxidado llegando a mis pulmones ¿qué estaba pasando doctor García?
—Brandon ya está el desayuno pinche vago— escuché la voz de una mujer de avanzada edad que no era la de mi madre ella jamás se referiría a mí con ese vocabulario y me llamó Brandon no era cierto.
Fui al baño y en el espejo vi a Brandon Cárdenas el protagonista de una novela que vi hace tiempo en una plataforma de lectores y escritores un chico con un tatuaje de dragón en la espalda, cabello largo y negro y unos músculos que ni en un millón de años en un gimnasio hubiera obtenido... saben que era lo peor yo era Brandon Cárdenas.
—Esto tiene que ser una pinche broma— me tapé la boca— ay perdón— apenas me la creí ¿yo un chico malo? ni en mis más extraños sueños lo vi venir.
Y entonces ¿porqué me leí ese libro si era bastante cliché? era joven y veía en el protagonista masculino lo que me hubiese gustado ser, valiente, delgado y osado pero que por mis miedos de que me fuera peor con los bullys o que mi madre me pegara con la chancla y ya no me cocinara mis platillos favoritos.
—¡Se te va a enfriar el desayuno pinche puto!
Eso último me hizo estallar.
—¡Ya voy vieja loca!
Sin duda estar en el cuerpo de un chico malo te quitaba mucha paciencia, tendría que aprender a lidiar con estos demonios más adelante... bajé por las escaleras listo para la paliza de mi vida aunque doña Socorro quiero decir mi mamá sólo me sonrío y me dio el desayuno un par de huevos estrellados con un jugo de naranja en la humilde casa que de milagro no era de lámina.
—¿Dónde está el quesito? Y su jitomate.
—No hay para eso date de Gracias Que aún te alimento de mi bolsillo mantenido.
La señora tenía razón este hombre era un bueno para nada, sólo viajaba en su motocicleta con sus amigotes, tomaba, fumaba, humillaba a la protagonista y nunca vi muchas interacciones con su madre sólo que era madre soltera y el padre los abandonó y así pero nada de que contribuyera a la casa sólo imaginaba que robaba, corría en motos y le daba ese dinero a su progenitora.
—Sí mamá prometo conseguir un trabajo para ayudarte.
La mujer canosa y de mirada amargada se sorprendió al oír esas palabras salir de mi boca hasta que por fin no escuché palabrotas de la señora yo sólo me limité a desayunar, gruñir por lo seco que estaba e irme a la calle recordando cada rincón de la ciudad del ambiente de Brandon y pues adaptarme a esa nueva vida.
Sabía que toda mi calma y serenidad se irían por el caño cuando me encontrara con la protagonista y que lo tóxico se haga presente lo que se supone era una historia de amor sin querer también iba a tener su buena dosis de venganza.
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