quien eres tu?
En la casa rodante, Ben, Gwen, y Lincoln estaban sentados en el sofá mientras el ambiente estaba tenso. Max estaba parado frente a sus nietos con los brazos cruzados, mientras Leonardo hacía lo mismo con Lincoln. Ambos adultos tenían expresiones severas, dejando claro que los tres chicos no iban a escapar de un regaño serio.
Max (mirando a Gwen y Ben con firmeza):
"¡¿Qué estaban pensando?! ¡No tienen poderes, no tienen entrenamiento, y aun así decidieron enfrentarse a un golem gigante! ¿Acaso creen que esto es algún tipo de película de acción?"
Gwen (protestando mientras levanta las manos):
"¡Abuelo, no podíamos simplemente quedarnos de brazos cruzados! Teníamos que hacer algo para ayudar a Lincoln."
Max (alzando una ceja):
"¿Ayudar a Lincoln? ¿Con qué? ¿Lanzándole cosas al golem y haciendo trampas improvisadas? Podrían haberse lastimado gravemente, o peor. Esto no fue valentía, Gwen, fue pura imprudencia."
Ben (cruzando los brazos, tratando de justificarse):
"¡Pero abuelo, al final funcionó! Logramos derrotarlo, ¿no? Y nadie salió herido."
Max (mirándolo con un tono severo):
"Eso no justifica lo que hicieron, Ben. Sólo porque tuvieron suerte esta vez no significa que fue lo correcto. ¿Qué habrían hecho si el golem los hubiera atacado directamente? ¿O si Lincoln no hubiera podido terminar la pelea?"
Mientras tanto, Leonardo estaba enfocándose en Lincoln, quien miraba al suelo con los hombros caídos, claramente sintiéndose culpable.
Leonardo (suspirando profundamente antes de hablar):
"Lincoln, chico, ¿qué estabas pensando? Sé que tienes ese artefacto -el Omnitrix, ¿verdad?-, pero no significa que eres invencible. Te lanzaste a enfrentar a esa cosa sin un plan real, confiando sólo en tu fuerza."
Lincoln (mirándolo con una mezcla de arrepentimiento y frustración):
"Lo sé, abuelo. Pero sentí que era mi responsabilidad. Si no hacía algo, ese golem habría destruido el pueblo."
Leonardo (asintiendo, pero manteniendo el tono firme):
"Entiendo eso, Lincoln, y no estoy diciendo que debías quedarte quieto. Pero hay una gran diferencia entre ser valiente y ser imprudente. No sólo pusiste tu vida en peligro, sino también la de Ben y Gwen."
Lincoln (bajando la mirada aún más):
"Lo siento... No pensé en eso. Sólo quería detenerlo."
Leonardo (suavizando un poco su tono):
"Lo sé, chico. Pero tienes que aprender que ser un héroe no significa hacer todo solo. Especialmente cuando no estás completamente preparado para lo que enfrentas."
Max (interrumpiendo mientras mira a Ben y Gwen):
"Y ustedes dos, deberían haber sido la voz de la razón. En lugar de eso, siguieron a Lincoln sin pensar en las consecuencias. ¡Esto no es un juego, chicos!"
Ben (haciendo una mueca mientras intenta replicar):
"Pero abuelo, ¿qué se suponía que hiciéramos? ¿Sólo mirar cómo ese golem destruía todo?"
Max (señalándolo con firmeza):
"Exactamente. Lo que debieron hacer era buscar ayuda, alertar a alguien con más experiencia. No improvisar y esperar que todo saliera bien."
Gwen (cruzando los brazos, con un tono un poco desafiante):
"Bueno, nadie más estaba ahí para ayudar, así que hicimos lo que pudimos. Y funcionó, ¿no?"
Leonardo (mirando a Gwen y luego a Lincoln):
"Funcionó porque tuvieron suerte. Pero si esa suerte no hubiera estado de su lado, podríamos estar hablando de algo mucho más grave ahora mismo."
Lincoln (levantando la mirada, con un tono más serio):
"Tienen razón. Esto fue más suerte que habilidad. Prometo que seré más cuidadoso la próxima vez. No quiero poner en peligro a mis amigos de nuevo."
Max (asintiendo, pero manteniendo el tono firme):
"Esa es una buena actitud, Lincoln. Pero todos ustedes están castigados. No habrá más salidas solas ni enfrentamientos hasta que podamos confiar en que actuarán con más precaución."
Ben (protestando, levantando las manos):
"¡¿Castigados?! ¡Pero si salvamos el pueblo!"
Gwen (mirando a Ben con resignación):
"Ben, mejor cállate. Sólo empeoras las cosas."
Max (mirando a Gwen y Ben):
"Es por su propio bien. Prefiero tenerlos aquí castigados que tener que preocuparme por encontrarlos en peligro de nuevo."
Leonardo (mirando a Lincoln con una mezcla de seriedad y alivio):
"Y tú, chico, mantente enfocado. Ese Omnitrix es poderoso, pero también es una gran responsabilidad. Aprende a usarlo con cuidado antes de lanzarte al próximo problema."
Lincoln asintió lentamente, sintiendo el peso de las palabras de su abuelo. Aunque todos sabían que el regaño era merecido, también entendían que había una valiosa lección detrás de todo. El ambiente en la casa rodante se calmó un poco mientras los adultos observaban a los chicos reflexionar sobre lo ocurrido.
La tarde avanzaba en la casa rodante mientras los tres chicos cumplían con el castigo impuesto por Max y Leonardo. Lincoln, con un trapeador en mano, estaba concentrado limpiando el suelo. El sudor corría por su frente, pero no se quejaba; sabía que se lo había ganado. Gwen, por su parte, estaba en la pequeña cocina, lavando los trastes acumulados. Mientras tanto, Ben se encontraba sentado en un taburete cercano, bufando y cruzando los brazos, claramente molesto por toda la situación.
Ben (mirando a Lincoln mientras juguetea con un trapo):
"¿De verdad tenemos que hacer esto? Digo, técnicamente salvamos el pueblo. No sé tú, pero yo creo que deberíamos estar celebrando, no fregando el suelo como si fuéramos empleados de limpieza."
Lincoln (sin dejar de trapear, lanzándole una mirada cansada):
"Ben, no creo que Max o Leonardo estén de humor para escuchar ese argumento. Además, tú tampoco estás haciendo mucho. ¿Por qué no ayudas en lugar de quejarte?"
Ben (haciendo una mueca):
"¿Ayudar? Ya estoy ayudando... moralmente. ¿No ves cómo te doy ánimo con mi presencia?"
Gwen (volteando desde el fregadero con una sonrisa sarcástica):
"Sí, Ben, tu 'presencia' es justo lo que necesitamos para limpiar esta casa rodante. Eres todo un héroe, ¿sabes? Pero, ¿qué tal si agarras un trapo de verdad y haces algo útil?"
Ben (poniendo cara de disgusto):
"¿Útil? Yo soy el más útil aquí, Gwen. Si no fuera por mí y mis brillantes ideas para distraer al golem, no estaríamos teniendo esta conversación."
Gwen (arqueando una ceja mientras sigue lavando):
"¿Brillantes ideas? ¿Te refieres a la vez que tropezaste y casi te caes encima de Lincoln? Sí, Ben, toda una estrategia de genio."
Lincoln (tratando de no reírse mientras sigue limpiando):
"Para ser justos, sí hizo que el golem se distrajera... aunque creo que fue más accidental que otra cosa."
Ben (cruzando los brazos, ofendido):
"¡No fue un accidente! Fue táctica, chicos. Lo que ustedes no entienden es que yo opero en otro nivel. Un nivel que requiere... descanso."
Gwen (respondiendo rápidamente):
"Pues tu 'nivel' necesita ponerse a trabajar. Max dijo que todos teníamos que hacer nuestra parte, y eso incluye a ti, genio."
Ben (suspirando dramáticamente mientras se levanta):
"Está bien, está bien. Supongo que alguien tiene que asegurarse de que esto quede impecable. Pero si alguien me pregunta, estoy aquí bajo protesta."
Lincoln (riendo mientras le pasa un trapeador extra):
"Claro, Ben. Te daré el título de 'héroe de la limpieza' si eso ayuda."
Ben (tomando el trapeador y fingiendo indignación):
"¿Héroe de la limpieza? Preferiría 'Ben, el extraordinario limpiador del universo'. Tiene más estilo."
Gwen (sarcástica mientras seca un plato):
"Sí, claro, porque limpiar el suelo es lo más heroico que has hecho últimamente."
El ambiente se llenó de risas mientras los tres continuaban con sus tareas, incluso con las quejas de Ben. A pesar del castigo, la camaradería entre ellos seguía intacta.
En el lugar donde el golem había sido destruido, Hex, el mago oscuro, caminaba con su bastón resonando en el suelo, inspeccionando los restos de su creación. Los ciudadanos del pueblo estaban ocupados reparando los daños, sin notar la presencia de este misterioso hombre envuelto en un aura oscura y enigmática.
Hex (murmurando):
"Mi golem... reducido a escombros por simples mortales. Esto no tiene sentido. Esta creación debería haber sido invencible para los habitantes de este lugar."
Entre los escombros, Hex encontró un fragmento del núcleo del golem, aún emitiendo un tenue brillo púrpura. Sosteniéndolo en alto, sus ojos brillaron con una mezcla de ira e intriga.
Hex:
"Algo inusual ocurrió aquí. No fueron simples humanos quienes lograron esto... lo sé. Pero no importa, descubriré la verdad."
Golpeó el suelo con su bastón, abriendo un portal oscuro que lo llevó a un claro distante y oculto. Allí, sobre un círculo mágico ya preparado, colocó el fragmento del golem en el centro, rodeado de símbolos rúnicos dibujados con precisión.
Hex (alzando su bastón):
"Pieza de mi creación, revélame lo que viste antes de tu destrucción. Muéstrame a los responsables de esta humillación. ¡Que la verdad salga a la luz!"
El círculo brilló con una intensa luz púrpura, y el fragmento comenzó a flotar mientras emitía un zumbido constante. Pronto, una proyección etérea apareció en el aire, mostrando los últimos momentos del golem.
La primera figura que Hex vio fue la de Jetrey, con sus alas desplegadas y sus movimientos ágiles mientras intentaba luchar contra el golem.
Hex (frunciendo el ceño):
"Interesante... un demonio. ¿Acaso algún invocador de este lugar tuvo la audacia de llamarlo para enfrentarse a mí? Aunque... no parece como otros demonios que he enfrentado antes."
La proyección mostró cómo Gwen y Ben también ayudaban, utilizando trampas improvisadas y objetos a su alcance para distraer al golem. Hex apenas les prestó atención, enfocado principalmente en Jetrey.
Hex (murmurando):
"Es claro que ese ser alado es el responsable principal. Pero... ¿por qué su energía no parece ni celestial ni infernal? Hay algo extraño aquí..."
La escena final lo dejó desconcertado. Vio cómo Jetrey, después de elevar al golem y dejarlo caer desde gran altura, aterrizaba y comenzaba a destransformarse. La proyección mostró el proceso de transformación, con la imponente figura alada reduciéndose hasta revelar a un niño albino exhausto.
Hex (sorprendido, susurrando):
"¿Un niño? ¿Ese demonio era en realidad un simple mortal? ¿Cómo es esto posible?"
El mago observó con atención cómo Lincoln hablaba con sus compañeros, quienes lo felicitaban por el esfuerzo. Aunque no podía escuchar las palabras, su confusión aumentaba al ver que el supuesto "demonio" era solo un joven humano.
Hex (con un tono mezclado de incredulidad y frustración):
"¿Qué clase de magia o artefacto permite a un niño transformarse en algo tan poderoso? Esto no es obra de simples mortales. Ese artefacto en su muñeca... debe ser la clave."
La proyección se desvaneció, y el fragmento del golem cayó al suelo. Hex lo recogió, examinándolo con cuidado antes de guardarlo en su túnica.
Hex (hablando en voz alta):
"Niño o no, es peligroso. Nadie debería tener tal poder sin control. Si los enfrenté a través de mi golem, será necesario que lo haga yo mismo. Necesito ese artefacto... y asegurarme de que no pueda volver a utilizarse contra mí."
Con un movimiento de su bastón, abrió otro portal. Antes de entrar, echó un último vistazo al círculo mágico.
Hex (con una sonrisa fría):
"Disfruten su victoria, niños. Pronto aprenderán que enfrentarse a un mago como yo tiene consecuencias."
Hex permanecía en el claro oscuro, con su mente ocupada en los recuerdos que lo llevaron a esta misión. Con un movimiento de su mano, sacó un libro antiguo de entre sus túnicas, con la cubierta desgastada y runas apenas legibles en el lomo. Lo abrió con cuidado, pasando páginas llenas de diagramas y escrituras arcanas, hasta detenerse en una ilustración que mostraba dos brazaletes: de un azul profundo, adornados con una piedra roja brillante en el centro, rodeada de símbolos que parecían cambiar bajo la luz.
Hex (murmurando):
"Los Angulares de Bezel... Artefactos antiguos, creados por los primeros alquimistas y magos. Según las leyendas, estos brazaletes otorgan un poder más allá de la imaginación, capaz de alterar la realidad misma. Pero su verdadero propósito..."
Pasó sus dedos por una página que mostraba una figura envuelta en sombras, con los Angulares en sus muñecas, mientras una explosión de energía devastaba el paisaje.
Hex:
"Un poder que los mortales nunca deberían poseer. Solo alguien como yo, con la sabiduría y el conocimiento para manejarlos, merece tener acceso a algo tan grande."
Golpeó su bastón contra el suelo, generando un leve temblor en el suelo cubierto de hojas. Miró el fragmento del golem en su mano, recordando lo que había visto a través de su hechizo.
Hex:
"Mi golem debía explorar, buscar pistas, localizar los Angulares. En cambio, fue destruido por... ¿un demonio? No, no era un demonio. Era algo más extraño. Ese dispositivo en su muñeca, esa transformación... y luego, ese niño albino."
Guardó el libro en su túnica y comenzó a caminar entre los escombros del pueblo en reconstrucción. Cada paso lo acercaba al lugar exacto donde su golem había sido derrotado. Observó los daños, las huellas de batalla, y se detuvo al encontrar una pieza más grande de su creación.
Hex:
"Si ese niño está relacionado con los Angulares de Bezel, entonces mi misión ha cambiado. No puedo permitir que un simple mortal interfiera con mis planes."
Levantó la pieza del golem y comenzó a trazar runas en el aire con su bastón, pronunciando palabras en un idioma antiguo. La pieza comenzó a brillar, y en un destello, una proyección del combate apareció frente a él: el golem luchando, la transformación de Lincoln en Jetrey, y finalmente, su regreso a la forma humana.
Hex (con los ojos entrecerrados):
"Interesante... Esa criatura roja con alas. ¿Y luego se convierte en un simple niño albino? ¿Qué clase de poder es este? Parece que estos Angulares están atrayendo fuerzas que desconocía. Pero no importa, ahora tengo dos objetivos: recuperar los Angulares de Bezel y descubrir el secreto de este chico."
Golpeó su bastón contra el suelo una vez más, y las imágenes desaparecieron. Guardó la pieza del golem en su túnica y comenzó a caminar hacia el borde del pueblo.
Hex (con una sonrisa oscura):
"El destino me está guiando, y no puedo ignorarlo. Ni ese niño ni nadie se interpondrá en mi camino. Los Angulares de Bezel serán míos, y cualquiera que intente detenerme... aprenderá por qué Hex es un nombre que inspira terror."
Lincoln y Gwen estaban sentados en el sofá de la casa rodante, observando un programa en la pequeña televisión instalada en la esquina. Ambos parecían inmersos en la pantalla, aunque la atención de Lincoln estaba dividida, echando miradas ocasionales hacia Ben, quien estaba sentado en una silla cercana, absorto en su consola portátil.
Gwen (con una ceja levantada):
"¿De verdad estás interesado en este programa? Parece más de mi estilo que del tuyo."
Lincoln (encogiéndose de hombros):
"No está tan mal. Es como un documental sobre criaturas raras. Me recuerda un poco a lo que pasó ayer, aunque sin los golems, claro."
Gwen (cruzando los brazos):
"Es educativo, ¿sabes? Al menos no es solo explosiones y cosas brillantes como lo que le gusta a mi primo."
Ben (sin apartar la vista de su consola):
"¡Oye! Escuché eso. Y para que conste, no todo lo que me gusta tiene explosiones. Esto, por ejemplo, es estrategia."
Lincoln (riendo ligeramente):
"¿En serio? ¿Qué estás jugando, Ben?"
Ben (mostrando la pantalla con orgullo):
"Un clásico: Sumo Smash Fighters. Es como un torneo, pero con sumos alienígenas. ¡Mira este combo!"
Gwen (sarcástica):
"Sí, muy educativo. Seguro aprendes mucho de cómo apretar botones lo más rápido posible."
Ben (haciendo una pausa y levantando la mirada):
"Eh, al menos no estoy viendo un programa sobre cómo los pájaros migran en invierno."
Lincoln (interviniendo antes de que comenzara una discusión):
"Es sobre cómo las criaturas en la naturaleza usan estrategias para sobrevivir. ¿Sabías que algunas luciérnagas imitan patrones de luz para engañar a los depredadores? Es bastante interesante."
Ben (volviendo a su consola):
"Claro, claro. Mientras no haya un golem luciérnaga gigante atacándonos, pueden seguir viendo lo que quieran."
Gwen (rodando los ojos):
"Siempre tan maduro, Ben."
Lincoln (tratando de mantener la paz):
"Vamos, chicos. Después de todo lo que pasó, esto es un buen descanso, ¿no creen?"
Gwen (suspirando):
"Supongo que sí. Pero, Lincoln, tengo curiosidad. ¿Qué opinas del Omnitrix? No todos los días te dan algo tan poderoso."
Lincoln (pensativo):
"Es... complicado. A veces siento que no debería tener algo así, pero luego veo todo lo que puedo hacer para ayudar. Ayer fue aterrador, pero también emocionante. Aunque todavía no sé cómo usarlo bien."
Ben (desde su asiento):
"Consejo de alguien con experiencia: no te lo tomes tan en serio. A veces solo tienes que lanzarte y ver qué pasa. Funciona el 90% del tiempo."
Gwen (mirándolo con severidad):
"¿Y el otro 10%? ¿Cuando casi destruyes algo o te metes en problemas?"
Ben (encogiéndose de hombros con una sonrisa):
"Bueno, nadie es perfecto."
Los tres se quedaron en silencio por un momento antes de que Gwen y Lincoln volvieran su atención al programa, y Ben siguiera con su partida.
Después de un rato, Max y Leonardo entraron a la casa rodante, ambos con una actitud seria, pero calmada. Max, como siempre, tenía todo bajo control, y Leonardo lo seguía en silencio, observando la situación. Se acercaron a donde estaban Ben, Gwen y Lincoln, quienes ya estaban listos para salir.
Max:
"Chicos, vamos a salir al mercado del pueblo. Será una buena oportunidad para hacer unas compras, pero como siempre, vamos todos juntos. Nada de separarse, ¿entendido?"
Ben (mirando su consola):
"¿El mercado? No sé... suena aburrido."
Leonardo (sin mostrar mucho entusiasmo, pero con una expresión seria):
"Es por seguridad, Ben. Todos vamos, no hay excusas."
Gwen (suspirando):
"Vamos, Ben. Podría ser interesante. Además, nunca sabemos qué podemos encontrar en esos lugares."
Lincoln (con una sonrisa tímida):
"Sí, nunca se sabe. Y siempre hay algo curioso."
Ben (haciendo una mueca):
"¡Está bien! Pero sólo porque no quiero quedarme atrapado aquí con ustedes."
Al llegar al mercado del pueblo, todos quedaron sorprendidos por la variedad de puestos y colores. Había todo tipo de productos: frutas frescas, artesanías locales, ropa, y hasta algunos objetos antiguos que llamaban la atención. Ben rápidamente se mostró aburrido, metiendo sus manos en los bolsillos y suspirando mientras se dejaba llevar por el flujo de la multitud. Gwen, por otro lado, no podía dejar de mirar a su alrededor, interesada en todo lo que veía.
Gwen (entusiasmada):
"¡Miren esto! ¡Cuántas cosas interesantes!"
Lincoln (observando todo el mercado, pero sin detenerse demasiado en nada en particular):
"Sí, hay tantas cosas diferentes aquí. Algo nuevo cada vez que miro."
Mientras caminaban, Gwen se detuvo de repente al ver un puesto que vendía varios objetos antiguos, pero uno en particular llamó su atención. Un par de brazaletes de color azul, con una piedra roja en el centro, y unos símbolos extraños grabados en ellos
La mirada de Gwen se iluminó de inmediato.
Gwen (emocionada):
"¡Miren esos brazaletes! Son increíbles. Tienen algo... mágico, ¿no lo creen?"
Lincoln (acercándose, observando los brazaletes de cerca):
"Sí, esos símbolos... no estoy seguro, pero se ven como si tuviesen algún poder."
Gwen (dirigiéndose a la vendedora, que estaba cerca del puesto):
"Disculpe, ¿cuánto cuestan esos brazaletes?"
La vendedora sonrió amablemente, respondiendo sin dudarlo.
Vendedora:
"Esos brazaletes cuestan diez dólares, querida. Son únicos, hechos a mano."
Gwen (murmurando para sí misma mientras revisaba su billetera):
"Diez dólares... solo tengo cinco."
Gwen (mirando a su abuelo, Max):
"Abuelo, ¿me prestas cinco dólares? ¡Te lo prometo que te los devolveré!"
Max (con cara de pocos amigos):
"Lo siento, Gwen, pero no voy a darte el dinero para eso. Ya sabes cómo son esas cosas. No podemos andar comprando todo lo que nos llame la atención."
Gwen (haciendo pucheros, pero sin rendirse):
"Pero, abuelo, son especiales... ¿qué tal si los necesitamos para algo importante?"
Ben (interrumpiendo, burlón como siempre):
"Vamos, Gwen. No gastes tu dinero en eso. Son solo un par de brazaletes. Seguro no valen lo que piden por ellos."
Gwen (mirando a Ben con una ceja levantada):
"Lo dice el que gasta toda su plata en videojuegos."
Ben (poniendo los ojos en blanco):
"Esos videojuegos tienen valor. No como esas cosas que sólo acumulan polvo."
Gwen (molesta, cruzándose de brazos):
"Si no me los vas a prestar, ¡voy a encontrar otra forma!"
Al ver cómo Gwen no se rendía, Lincoln observó la situación. Le dio algo de pena ver a su amiga tan insistente y preocupada por conseguir los brazaletes. Pensó en cómo, tal vez, él podía ayudar un poco. Así que, después de un breve momento de indecisión, Lincoln sacó algo de dinero de su billetera.
Lincoln (sacando los diez dólares y dándoselos a Gwen):
"Aquí tienes. Te los doy para que los compres, pero prométeme que me los devolverás."
Gwen (sorprendida y sonriendo ampliamente):
"¡Lincoln, en serio! Muchas gracias. Te lo prometo, te los devolveré."
Ben (fingiendo una tos ruidosa mientras los mira):
"Seguro. Nunca verás esos diez dólares de nuevo."
Gwen (mirándole con una sonrisa burlona):
"Lo verás, Ben. Soy más honesta que tú, ¿verdad?"
Ben (poniendo los ojos en blanco):
"Sí, claro. Soy yo el que no sabe lo que hace con el dinero."
Lincoln (sonriendo tímidamente, sintiendo algo de incomodidad con la situación):
"No se preocupen. Gwen me lo devolverá, estoy seguro."
Gwen (poniéndose los brazaletes con una sonrisa):
"¡Lo haré! Ya verán, van a ser útiles. ¡Gracias, Lincoln!"
Ben (en tono burlón mientras se aleja):
"Seguro, seguro. Ya verás los brazaletes en un estante acumulando polvo, igual que todo lo demás."
A pesar de la broma, el resto del grupo siguió caminando por el mercado, pero ahora Gwen lucía feliz con sus nuevos brazaletes. Mientras tanto, Ben se quedó observando a lo lejos, claramente sin entender por qué todos se emocionaban tanto con cosas tan "comunes".
El día en el mercado de pueblo había comenzado de manera tranquila, pero pronto todo se descontroló. Mientras Lincoln, Ben, y Gwen caminaban entre los puestos, observando curiosidades, la tierra comenzó a temblar ligeramente. La multitud reaccionó con desconcierto, y el sonido de piedras cayendo comenzó a retumbar por las calles. Los tres amigos se miraron entre sí, al principio desconcertados, hasta que de entre las estructuras de los edificios, apareció un gigante golem de piedra.
Ben (despreciando el espectáculo):
"Otro golem... ya estoy empezando a hartarme de esto."
Gwen (mirando al golem, con seriedad):
"Es igual al que enfrentamos antes... ¿qué está pasando?"
Lincoln (murmurando, mientras se escondía detrás de un puesto):
"Esto no puede ser casualidad... no voy a quedarme mirando. Tengo que hacer algo."
Sin perder tiempo, Lincoln se alejó de sus amigos, corrió hacia un rincón apartado, donde activó el Omnitrix en su muñeca. En un instante, el reloj brilló en un destello verde y, antes de que alguien pudiera reaccionar, Lincoln se transformó en Frío, su alienígena helado. Un torrente de aire gélido envolvió el área mientras Frío se preparaba para la batalla.
Frío (mirando al golem, mientras la temperatura alrededor comenzaba a bajar):
"Ya he enfrentado a estos monstruos antes... no será fácil, pero no voy a dejar que cause más daño."
Frío disparó una ráfaga de aire congelado hacia el golem, alcanzando su torso de piedra. El hielo se expandió rápidamente sobre su cuerpo, cubriéndolo con una capa espesa. El golem gruñó, levantando su enorme brazo para golpear, pero Frío lo esquivó con facilidad, usando su habilidad para manipular el hielo para mantenerse fuera de su alcance.
Frío (concentrado, mientras prepara otra ofensiva):
"Necesito detenerlo antes de que cause más daño."
Mientras tanto, Ben y Gwen observaban desde un lugar seguro. Gwen, aunque estaba impresionada por la habilidad de Lincoln como Frío, no podía dejar de preocuparse por los brazaletes que había comprado en el mercado, esos misteriosos artefactos con una piedra roja que había sentido algo extraño desde el primer momento que los vio.
Ben (burlándose):
"Vamos, ¿quién va a ganarle a un golem de piedra? Seguro que Frío lo tiene todo bajo control."
Gwen (mirando los brazaletes, pensativa):
"No estoy tan segura... esos brazaletes... hay algo raro en ellos."
Leonardo (observando, preocupado por la seguridad de los chicos):
"Quédense donde están, no quiero que se pongan en peligro. Lincoln sabe lo que está haciendo."
Justo cuando Frío estaba a punto de lanzar otro ataque contra el golem, una figura sombría apareció entre la multitud. Era Hex, el mago que había estado buscando esos extraños artefactos mágicos. Se acercó con paso firme y una mirada intensa, centrándose en Gwen.
Hex (con una sonrisa fría y despectiva):
"¡Oye, mocosa! ¡Devuélveme esos brazaletes ahora mismo!"
Gwen (sorprendida por la aparición de Hex y reaccionando con desconfianza):
"¿Quién eres tú? ¿Qué quieres de mí?"
Hex (avanzando hacia ella, señalando los brazaletes):
"Esos no son simples adornos. Esos brazaletes, llamados Angular de Bezel, son artefactos antiguos que poseen un poder inmenso. Tienes algo que no entiendes, niña. Y ahora, devuélveme lo que me pertenece."
Gwen (mirando sus brazaletes, frunciendo el ceño al notar algo extraño):
"Espera un momento... la vendedora me dijo que eran hechos a mano, únicos... ¿pero esto...?"
Al escuchar la palabra "Angular de Bezel", Gwen finalmente comprendió que no había sido una simple compra en el mercado. Los brazaletes tenían una conexión mucho más profunda, y el mago parecía saber más de lo que ella había imaginado. Miró a Hex con desconfianza y se cruzó de brazos.
Gwen (con determinación):
"Esos brazaletes son míos, no los voy a devolver. Y tú, ¿qué sabes de ellos?"
Hex (sonriendo con arrogancia, levantando una mano):
"No te hagas la valiente. Esos artefactos son mucho más poderosos de lo que crees, y yo soy el único capaz de manejarlos. No me hagas perder el tiempo."
Mientras Hex se acercaba más a Gwen, la tensión en el aire crecía. Frío, al ver que la situación estaba empeorando, lanzó otro ataque directo al golem, cubriéndolo por completo con hielo, deteniéndolo en su lugar. Sin embargo, el golem seguía luchando, liberando energía en un intento por romper el hielo. Frío sabía que no podía bajar la guardia, por lo que volvió a concentrarse en su lucha.
Frío (gritando mientras lanza una nueva ofensiva helada):
"¡Voy a terminar con esto de una vez!"
Con un giro rápido, Frío levantó sus manos, creando una enorme tormenta de hielo que rodeó al golem. A medida que el hielo lo cubría por completo, el golem emitió un último rugido antes de colapsar, quedando completamente congelado. Frío aprovechó la oportunidad para saltar sobre él con una tacleada cargada de fuerza, rompiendo el golem de piedra en mil pedazos.
Frío (respirando con esfuerzo, mientras se quita el hielo de encima):
"Eso debería ser todo. A ver si no aparece otro."
Lincoln, aún transformado en Frío, se apresuró al lugar donde había dejado a su abuelo Leonardo, a Max, a Ben, y a Gwen. Su corazón latía fuerte mientras observaba que sus amigos estaban en el suelo, inconscientes, pero lo que más le preocupaba era la falta de Gwen. Miró a su alrededor, buscando cualquier pista sobre su paradero.
Lincoln (gritando mientras se acerca a los inconscientes):
"¡Abuelo! ¡Max! ¡Ben! ¿Qué ha pasado?"
Max (despertando lentamente, tocándose la cabeza con una expresión confundida):
"Hex... ese tipo que se llama Hex nos atacó. Nos dejó fuera de combate. No sabíamos por qué, pero se llevó a Gwen."
Ben (despertando a su vez, frotándose la cabeza con una mirada atónita):
"¿Gwen? ¡¿Se la llevó?! Pero... ¿por qué? Si solo quería los brazaletes, ¿por qué se la lleva a ella también?"
Leonardo (con dificultad, levantándose un poco, con la voz aún rasposa):
"Nosotros tampoco entendemos por qué. Gwen solo tenía los brazaletes, pero Hex no quería solo eso. Sabía algo más, algo que nosotros no sabíamos."
Lincoln (mirando alrededor, cada vez más preocupado, con el rostro tenso):
"¡Tenemos que ir por Gwen! Si se la llevó, significa que algo está pasando y yo no dejaré que lo haga."
Max (con una mirada de preocupación, apenas consiguiendo mantenerse en pie):
"Ten cuidado, Lincoln. Hex no es cualquier enemigo. Si se llevó a Gwen, no sabemos qué planes tiene."
Ben (con un tono serio, también levantándose con esfuerzo):
"Sí, tenemos que encontrarla antes de que sea demasiado tarde."
En un lugar muy alejado del pueblo, en lo profundo de una cueva oscura, Hex se encontraba observando a Gwen, quien estaba atada con cuerdas mágicas brillantes. La cueva estaba impregnada de una atmósfera oscura y misteriosa, con ecos de murmullos de magia antigua resonando en las paredes rocosas. Gwen, atrapada y vulnerable, luchaba por liberarse, pero las cuerdas mágicas la mantenían inmovilizada. Su rostro mostraba tanto confusión como frustración.
Gwen (mirando a Hex con una mezcla de rabia y confusión):
"¡Ya tienes los brazaletes! ¿Por qué me sigues manteniendo aquí? ¡No soy nada más que una niña!"
Hex (con una sonrisa arrogante, acercándose lentamente a Gwen):
"Oh, Gwen, tú no eres nada más que una pieza en un juego mucho más grande de lo que puedes imaginar. Los brazaletes son solo una parte del plan, y tú... tú solo eres un comodín para evitar que alguien decida atacarme. Nada más. No eres importante para nada más que para mantener las cosas bajo control."
Gwen (con los ojos bien abiertos, luchando contra las cuerdas mientras escuchaba sus palabras):
"¡No soy ningún comodín! ¡No puedes hacerme esto! ¡No puedes usarme de esta manera!"
Hex (se acerca aún más, disfrutando de la angustia de Gwen, con una mirada fría y calculadora):
"No creas que tienes algún valor, Gwen. No eres la llave de nada. No eres importante. Lo que eres, es la garantía de que nadie se atreva a atacar cuando yo lo diga. Al tenerte aquí, bajo mi control, aseguro que cualquier intento de intervención se detendrá. Eres solo una herramienta, una forma de asegurarse de que nada me salga mal."
Gwen (mirándolo con odio, pero también con una sensación creciente de temor):
"¿Solo soy un peón para ti?"
Hex (con una sonrisa siniestra):
"Exactamente. No hay nada más que entender. Ahora, tengo que ir a un lugar, y necesito que permanezcas aquí... tranquila y fuera de los problemas. Debo ir al cementerio, y cuando regrese, todo estará en su lugar."
Gwen (confusa, tratando de comprender lo que acaba de escuchar):
"¿Cementerio? ¿Qué vas a hacer allí? ¿Por qué el cementerio?"
Hex (sin dejar de sonreír, dando la espalda a Gwen mientras se aleja):
"No te preocupes por eso. Te lo diré todo cuando sea el momento adecuado. Solo quédate aquí y no te muevas. Y no intentes nada estúpido... porque sabes lo que sucederá si lo haces."
Gwen (pensando para sí misma, nerviosa pero decidida a resistir):
"El cementerio... ¿por qué allí? ¿Qué tiene que hacer Hex en un lugar así? Esto no tiene sentido. Tengo que encontrar una forma de escapar, y rápido."
Fin del capítulo
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