Error no quería. En verdad no quería ir. Y no era porque le disgustara que los otros supieran de su boda con Ink (si por él fuera le gritaría a todos en el multiverso que el pintor era única y exclusivamente de su propiedad), sino que no deseaba escuchar las burlas contra su reputación de los demás idiotas con los que alguna vez convivió.

Por esa razón, y como castigo por intentar linchar a Fresh (de nuevo), Ink lo obligó a que lo acompañara a repartir invitaciones.

-¡Felicidades!- gritó Dream, lanzándose a abrazar a los prometidos.

Nightmare intentaba controlarse para no decir un comentario burlón hacia Error y para callar esa carcajada que luchaba por salir de su garganta. Error iba a gritarle cuando llegó una idea a su mente.

-Casi lo olvido. Toma Dream- Dijo Error con forzada amabilidad, extendiéndole una invitación extra -Para que invites a Cross con ustedes. Apuesto que le encantaría ir contigo a la boda-

El glitcheado sonrió triunfal cuando sintió la mirada fulminante de Nightmare sobre él.

-¡Qué buena idea Error! ¡Gracias!-

-No hay de qué- respondió altanero.

Una vez que Ink y Dream se alejaron para hablar más a detalle sobre la fiesta, Nightmare se acercó a Error.

-Eres un hijo de puta- siseo.

Esa fue la primera vez que Error bendijo los malditos celos.