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Cuando estuvieron hablando sobre el atuendo que usarían aquel día, Error debió imaginar que algo así ocurriría.

-¿Te gusta, Error?- preguntó con burla PJ, mientras alzaba más el vestido blanco. Que la semana ya hubiese pasado no significaba que no podía seguir burlándose del mayor.

La única razón por la que Error no hizo nada, fue porque el engendro estaba parado junto al pintor, quien lo veía como diciendo "Tócalo y verás".

-Eres tan gracioso, engendro- bramó entre dientes, forzando una sonrisa.

Estúpida tregua forzada.

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