Le costó tiempo pero con algo de esfuerzo, Ink creyó que al fin había descubierto el motivo del constante mal humor de Error.

Aprovechando que estaba en el sillón, Ink se montó sobre él y apoyó su cabeza en el hombro ajeno.

-Que estemos juntos no quiere decir que dejes de ser atemorizante- le dijo.

-¿Qué?-

-¿Recuerdas cuando destruíste media ciudad en Storyshift, y todos gritaban asustados? Realmente fue sorprendente- A Ink le causaba cierto disgusto recordar aquello, pero sabía que eso mantendría feliz a Error.

-Lo fue- concordó Error, sonriendo con superioridad mientras su pareja seguía alabando sus habilidades.

Ink se hizo una nota mental: aumentar el ego de Error cada cierto tiempo para mantenerlo contento.

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Lo sé, suena tonto, pero a todo "malo de la historia" le gusta que lo alaben(?)