Los últimos días la pequeña panza del guardián había crecido más de lo esperado, cosa que ponía un poco tenso a Error, quién no podía controlar su paranoia y se preocupaba constantemente por su esposo y el bebé en camino.

-Error, Ink estará bien- le reprendía Geno. La casa del más antiguo matrimonio parecía ser el único lugar en donde Error se sentía ligeramente tranquilo e Ink podía descansar de la preocupación constante de su esposo.

Geno se alejó con el pintor y dejó a Error con Reaper.

-Una vez Geno casi tropieza de las escaleras- le dijo la parca y Error salió corriendo tras su esposo mientras una sonrisa de satisfacción y burla crecía en el rostro del Dios.

La casa de Reaper y Geno también era el lugar donde Error aumentaba su paranoia.