La parte más difícil de una disculpa siempre es el cómo comenzarla, porque crees que no importa lo que digas no podrás hacer ni decir nada que compense lo que provocaste y por lo tanto no serás perdonado; y aún si eso llegase a pasar, las cosas no serían iguales.

A pesar de ese pensamiento, Error miró fijamente el anillo en su mano izquierda antes de armarse de valor y tocar la puerta de su cuarto.

Giró el pomo cuando un tenue "Adelante" se escuchó dentro de la habitación.

Ambos esposos se miraron fijamente durante lo que parecieron siglos, luego Ink se levantó y abrazó a Error, quien no tardó en corresponderle.

-Lo siento- se disculpó el artista.

-No, yo lo siento- dijo Error.

Esa tarde ambos hablaron y arreglaron el asunto, agradeciéndoles a sus hijos por su ayuda y sintiendo orgullo hacia ellos y su increíble madurez.