Ink estaba caminando hacia su habitación cuando escuchó por casualidad la conversación que tenían sus dos hijos en el cuarto del más grande.

-Será horrible no poder fastidiarte más- habló Gradient, sentándose en la cama -Aguado-

-No voy a morir, cuatro ojos- Paper Jam le lanzó una caja vacía que había por ahí. Ambos estaban guardando algunas cosas del mayor para que Gradient empezara a cambiarse a la habitación pues la boda era en unos días -Vendré a joderte de vez en cuando-

Gradient se cubrió el rostro, protegiéndose del golpe del objeto y sonrió, ayudando a PJ a guardar unos lápices y hojas.

-¿Sabes? La casa es muy grande para dos personas- comentó después de un buen rato en silencio.

-Dirás tres personas- lo corrigió el mayor. Gradient se le quedó viendo, como diciéndole algo con la mirada, y Jammy suspiró cuando entendió a su hermano. Ellos no habían nacido convencionalmente, por lo que no importaba si sus padres los trataban así, en realidad nunca fueron niños y ahora ambos ya eran mayores de edad*.

Ninguno dijo nada después de eso.

Ink, quien había escuchado atentamente aquella parte de la conversación, decidió ir a la planta baja. Sus hijos jamás fueron niños pequeños, pero estaban creciendo muy rápido.

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* Si mis cálculos extraños no me fallan, Gradient en este punto tiene 18 años y Paper Jam tiene 27.