CAPÍTULO 16. LOS NEANDERTALES SE EXTINGUEN, LOS SAPIENS SON DIVIDIDOS

   Ningún clan de neandertales o sapiens estaba interesado en confraternizar con otro, preferían mantenerse aislados para no tener que competir por todo tipo de recursos y debido a eso los conocimientos para el uso del carbón de piedra y la transportación de guijarros encendidos no se esparcieron con facilidad.

Fue decidido entonces hacer intervenciones directas, pero para reducir la cantidad de nuevos semi-dioses que con seguridad surgirían, se optó porque interviniera solo un ser de luz.

Yo no fui el designado para eso porque fui excluido de nuevas misiones por quinientos años, debido a mi imprudente comentario de que hablar con los dioses o sus mensajeros eran patrañas.

Quien me substituyó tomó el nombre de Rong e hizo un excelente trabajo.

En cien años visitó a todos los clanes para enseñarles personalmente.

Su nombre quedó registrado por numerosas culturas, aunque con deformaciones y adaptaciones.

Cuando terminó mi sanción fui autorizado a visitar el planeta para actualizarme sobre la manera en que los humanos estaban sobreviviendo la Edad del Hielo.

La glaciación duró 100,000 años.

Durante los inicios de ese periodo, que fue cuando hice mi investigación, fueron los neandertales los que emigraron más lejos, habiendo llegado a lo que ahora es Australia, Siberia y el Continente Americano.

Eso no me sorprendió porque en glaciaciones anteriores, mucho antes de la aparición de los sapiens, un grupo de los más primitivos neandertales ya había alcanzado Australia.

La mayoría de los neandertales permanecían en Europa, mientras que la mayoría de los sapiens ya se habían desplazado al Asia Menor y a lo que ahora es Rusia, India, China e Indochina.

Aprendí que la población de sapiens se estaba incrementando mientras que la de neandertales disminuía, me propuse entonces identificar las causas de tan contrastantes tendencias demográficas.

Intenté estudiar primero a los neandertales que habían penetrado el Continente Americano, pero tuve que conformarme con visitar sus vestigios en Canadá, Estados Unidos y México, porque ya se habían extinguido.

Me ocupé entonces en un grupo de neandertales europeos.

Cruzaban un extenso bosque de coníferas cubierto de nieve, su avance era hacia el sur y estaban a unos cuatrocientos kilómetros de un mejor clima, lo que significaba unos siete u ocho días de caminata.

En total eran treinta personas, tenían limitados alimentos para nueve días, suficiente carbón y cinco hornillos con guijarros encendidos que eran transportados por los jefes de familia.

No había ancianos porque los seis que formaban parte del clan hasta ayer, habían decidido morir y se habían alejado del grupo durante la noche.

La columna avanzaba penosamente de uno en fondo en el nevado paraje boscoso, los hombres iban al frente seguidos por las mujeres y los niños, al final cuatro mujeres cargaban a infantes que aún no caminaban.

Recorrí sus emociones, todos estaban tranquilos y con la voluntad puesta en avanzar, no tenían ningún pensamiento para los demás, no percibí sentimientos afectivos entre ellos que no fueran consecuencia del instintivo amor de las madres a sus críos.

Poco después del medio día salieron del bosque y se adentraron en una nevada planicie.

Al ocaso solo veinte personas se congregaron en el centro de un círculo formado por cinco fogatas, habían perecido cuatro niños, tres infantes y tres mujeres.

Los sobrevivientes no lamentaban los decesos y aunque las muertes no les alegraran, si percibí que consideraban que ya contaban con más alimentos de reserva.

No charlaban pero actuaban en admirable coordinación para armar pequeñas tiendas de piel cuya altura solo era suficiente para estar acostado; en ellas se instalaron de dos a cinco ocupantes, esa fue la única circunstancia que me permitió identificar la manera en que se conformaba cada una de las cinco familias.

Lamenté que los neandertales que observaba mostraran más desintegración familiar que los Yei que había visitado en mi anterior misión, quienes ya de por sí se habían olvidado de las armoniosas maneras de los vegetarianos Mácui, aquellos que habían aprendido de Ella cómo producir fuego frotando maderas.

A la mañana siguiente reiniciaron la marcha, nadie conversaba, atrás quedaron cenizas, residuos de comida, heces y un pequeño bulto de piel.

Desde la salida el arreglo fue de uno en fondo en el mismo orden con el que terminaron la jornada anterior.

La mujer que iba al final avanzaba con notoria lentitud y se detenía cada seis o siete pasos para ver hacia atrás, al percatarme de tal actitud y de que no traía consigo a su hijo, me desplacé hacia el lugar en donde estuvo el campamento y descubrí que el paquete de pieles contenía a un infante que dormía plácidamente con su rostro cubierto por un trozo de piel de armiño.

Aun conservaba una confortable tibieza pero sería por poco tiempo, el aire frío ya comenzaba a penetrar sus ropas y con seguridad perecería congelado.

Lo único que se me ocurrió fue despertarlo para que reclamara la presencia de su madre, así lo hice y su plañido no se hizo esperar.

La madre se detuvo y se arrojó de rodillas al suelo mientras emitía un lastimero grito, cuando se incorporó fue para regresar apresuradamente a recoger a su hijo y fue entonces cuando me di cuenta que rengueaba, leí su mente y supe que se le habían congelado los dedos del pie izquierdo y que por eso había abandonado a su hijo.

Lo recogió con un abrazo lleno de ternura y yo me sentí muy feliz y orgulloso de haber transgredido la regla que me prohibía intervenir en la vida de los humanos sin previa y precisa autorización.

¡Ay de mí!, lo único que logré fue que seis horas más tarde madre e hijo murieran congelados tras perseguir infructuosamente al resto del clan.

Recuerdo vivamente la terrible escena en la que una congelante ventisca con temperaturas de hasta menos cincuenta grados centígrados envolvió sorpresivamente a la mujer que exhausta se había sentado sobre una piedra en la que su cuerpo y el de su hijo permanecieron inmóviles por cerca de veinte mil años hasta que se descongelaron y desintegraron ante los embates de fortísimos vientos.

Esa noche solo catorce se reunieron dentro del círculo formado por las cinco fogatas.

Durante los siguientes cuatro días la escena se repitió fatalmente hasta que solo quedaron los cinco jefes de familia, así, solos, buscaron afanosamente otros clanes y con ello la posibilidad de nuevas parejas y más hijos.

De lo observado aprendí que al no proteger a sus mujeres y a sus niños, los neandertales cancelaron la posibilidad de la supervivencia de su especie.

Inferí que a los neandertales de América les había pasado lo mismo.

Decidí entonces conocer la forma en que los Homo Sapiens enfrentaban las adversidades.

Con esa idea busqué y localicé un numeroso contingente que avanzaba hacia el sur en lo que hoy corresponde al territorio de Alemania.

Iniciaba el crepúsculo y se afanaban en montar sus tiendas y encender las indispensables fogatas.

Al abrigo de un acantilado trece hombres estaban escuchando con atención a un energizado expositor.

- Nuestro exploradores –dijo señalando a cuatro hombres de unos dieciocho años que estaban a su diestra- me informan que el hielo continúa por más de diez jornadas hacia el sur.

Por otra parte –siguió diciendo-, Thor, quien es el que fue hacia el poniente, se cruzó con un explorador del pueblo Zhu que asegura que el frio disminuye de manera importante en esa dirección en solo cinco días.

Propongo que llevemos nuestro pueblo hacia el poniente con dos exploradores en avanzada y que otros dos exploradores vayan al sur cuatro jornadas y después hacia el poniente para caminar en paralelo de nuestra columna principal, en previsión de que el buen clima esté más al sur de lo esperado.

Un hombre canoso dijo con autoridad.

- Me parece muy razonable tu propuesta, si hay alguien que opine en contra es el momento de hablar –Nadie opinó en contra y la reunión se disolvió en silencio-

Recorrí el campamento para levantar un censo; eran 543 en total, había 116 menores de 13 años, 111 infantes, 60 ancianos y 256 adultos de los cuales 136 eran mujeres.

El bullicio y la risa de los niños me dieron alegría, la forma en que los adultos suavizaban el semblante para con los pequeños despertó en mí una extraña sensación que ahora sé que fue de ternura.

Concluí que los homo sapiens le daban a la familia una mayor importancia que los neandertales.

Siete días después los exploradores de avanzada al poniente llegaron a unas cálidas tierras que ahora corresponden al oriente de Francia, las observaron desde las nevadas alturas y caminaron de regreso tres días para dar la buena nueva y guiar la columna principal a su anhelado nuevo asentamiento.

Los Homo Sapiens aseguraron su subsistencia gracias a que su capacidad afectiva les facilitaba arriesgarse para servir a sus congéneres.

Concluida mi investigación retorné al espacio de los seres de luz para participar en una reunión en la que se discutió lo que yo recién había aprendido, pero que ya era del conocimiento de los demás porque ellos no habían estado en aislamiento.

Ante la clara evidencia de que los Neandertales desaparecerían dejando a los Sapiens como herederos del planeta, el Verbo nos ordenó avanzar en una nueva etapa que tuvo como propósito el de que los humanos sobrevivientes, los Homo Sapiens, elevaran su espiritualidad y le dieran sentido a su vida, aprendiendo de la sabiduría que nuestro padre ya les había regalado, pero de la que aun no estaban conscientes.

Surgieron dos corrientes, la de los que consideraban que debíamos seguirlos apoyando con intervenciones directas, y la de quienes asegurábamos que el potencial creativo que ya se les había otorgado, era más que suficiente para que se superaran sin ayuda.

Ante la solidez de las argumentaciones en favor de cada idea, decidimos usar dos grupos, a uno lo someteríamos a contactos directos con mensajeros, al otro lo dejaríamos solo.

Al primer grupo lo etiquetamos como experimental y al segundo como de control, el experimental residiría en los territorios ya poblados y el de control en nuevos asentamientos.

Así, la ética, la moral, la religión, la tecnología, la medicina, el arte, las matemáticas, la política, la economía y todas las demás ramas del conocimiento de ambos grupos se desarrollarían por caminos diferentes.

Eso dio origen a dos mundos distintos bendecidos por Nuestro Padre.

El Verbo nos informó que los grupos se encontrarían en algún momento y que eso sería la culminación de la etapa que estábamos iniciando.

El primer paso fue cancelar la presencia de los grandes depredadores que aun pululaban en el planeta, eso para dar a los humanos mayores oportunidades de supervivencia.

Ella presentó con su acostumbrada vehemencia, una idea que consideraba solo al grupo de control.

- Amado Verbo, separarlos no es suficiente, el grupo de control debe habitar en condiciones adecuadas para facilitar la contemplación, la reflexión y la integración con el universo.

Si no vamos a ayudarlos cuando menos debemos colocarlos en un territorio que propicie que su principal preocupación no sea sobrevivir sino hacer crecer su espiritualidad para poder definir el sentido de su vida.

- Estoy de acuerdo –aprobó El Verbo-, selecciona a alguien que te apoye y define lo que hay que hacer para implementar tu propuesta.

Ella me escogió a mí y su segunda decisión fue la de que buscáramos un sitio adecuado a su idea.

Nos dirigimos al Continente Americano, que en ese entonces no tenía nombre y estaba deshabitado de humanos tras haber sido ocupado brevemente por neandertales.

En lo que hoy es Alaska, Canadá, sur de Argentina y sur de Chile aún había glaciales.

En el resto había un clima muy agradable incluso durante el invierno, esa característica nos había motivado desde hacía milenios a crear ahí una extraordinaria cantidad de formas de vida vegetal y animal.

- Te expondré mi idea con detalle para que me des tu opinión –me dijo Ella-

Deseo integrar un grupo de cuando menos dos mil, y motivarlos a que emigren hacia acá en busca de nuevos y mejores lugares para vivir.

Lo más práctico será seleccionar pueblos que estén ubicados en las cercanías del paso entre las tierras habitadas y este enorme territorio vacío de humanos.

Pretendo involucrar de cinco a seis pueblos que se complementen para propiciar que surjan dos culturas madre.

¿Cómo voy hasta aquí?

Ella calló y yo no pude atinar a opinar nada por un momento.

Después dije cuidando mis palabras.

-Sin depredadores invencibles y con este clima no tendrán que enfrentar amenazas graves a su supervivencia.

Eso es bueno porque podrán aplicar su potencial creativo en otras cosas.

¿Pero qué haremos para que lo usen para elevar su espiritualidad?

Pregunté con la seguridad de que estaría tan vacía de opciones como yo.

Nuevamente me mostró su enorme capacidad para explicar con sencillez complicados asuntos.

- En el ámbito humano la creatividad se está usando para obtener poder o placer.

Poder para controlar personas y cosas.

Placer para disfrutar la vida.

El poder demanda materialismo.

El placer espiritualidad.

Para el materialismo los humanos tienen por límite su capacidad física.

Para la espiritualidad no tienen ninguna limitación.

Creo que al confrontarse con ese hecho, su creatividad fluirá más fácilmente hacia la espiritualidad.

El riesgo que identifico es que descubran la forma de incrementar su capacidad física y eso aleje su interés por crecer espiritualmente.

Para reducir la posibilidad de que eso suceda propondré que se eliminen los caballos para el grupo de control.

Yo protesté de inmediato.

- No estoy de acuerdo.

¿No fue precisamente potenciar las capacidades físicas de los humanos lo que justificó el proyecto de los caballos?

¿No es por eso que su diseño prevé que su evolución genética dependa del uso que se les dé?

Tengo entendido que al Grupo Experimental se les darán, entre otros muchos conocimientos, los de como beneficiarse del bronce, el hierro y el vidrio, y además los necesarios para crear sus propios caballos.

¿Por qué no dar ese beneficio al grupo de control?

¿Cuál es el efecto negativo que deseas evitar?

Ella respondió con docta autoridad.

- Tú te estás respondiendo solo.

El caballo incrementará la capacidad de los humanos para realizar proezas físicas y con eso se incrementará el riesgo de que disminuya su interés por crecer espiritualmente.

Sabemos que la fuerza espiritual proyectada a través del pensamiento permite realizar proezas físicas.

Los humanos nunca lo sabrán si no tienen el interés de aprender como.

Eso es lo que debemos de evitar que le suceda al grupo de control.

Lo más probable es que también desarrollen su materialismo, pero estar expuestos a la belleza de estas tierras y vivir bajo la bondad de su abundancia, seguramente les hará proclives a reflexionar sobre su lugar en el universo y la importancia de convivir en armonía para disfrutar placenteramente la vida.

- No estoy de acuerdo contigo, creo que lo que propones les privará de una enorme posibilidad de bienestar.

- Ese es precisamente el punto, para que este grupo tome conciencia y pleno dominio de la sabiduría de nuestro padre que reside en ellos, debemos propiciar las circunstancias para que jerarquicen el bien ser por encima del bien estar, sin embargo te concedo total libertad para opinar y votar en contra cuando presente mi propuesta a la mesa de control.

- Sabes que no lo haré.

- Si en verdad estás en contra te exijo que lo manifiestes como parte de tus obligaciones para conmigo.

- Bien, entonces lo pensaré con calma y si sigo en desacuerdo así lo expresaré.

- Es un compromiso que no debes olvidar –después agregó-.

Antes de regresar a presentar mí propuesta deseo hacer la localización precisa de dos lugares por los que fluya abundante energía cósmica para acunar a las culturas madre.

No quiero dejar preguntas sin contestar ante la mesa de control, temo que Beluzio hará todo lo posible por hacerme pasar un mal rato.

- ¿Habrá lugares específicos para las culturas madre? –Pregunté sorprendido- ¿a quienes meteremos ahí?

- La información sobre la existencia de esos lugares la implantaremos en la memoria colectiva de todos los pueblos que escojamos para integrar el grupo de control, y serán ellos los que se autoseleccionarán para perseverar y llegar hasta a esos destinos de privilegio.

Todo este coloquio lo hicimos proyectados en hologramas que nos identificaban a ella como del sexo femenino y a mi como del masculino.

- Entiendo –dije sin haber entendido totalmente-

Y de que Beluzio esté presto a hacerte pasar un mal rato ni lo dudes, pero no creo que debas asumir que su objetivo principal es molestarte, lo que pasa es que es un perfeccionista.

- Yo no soy tan benévola al juzgarlo, la verdad creo que le resulta muy placentero ser molesto y que cuando se materializa y su energía vital se refleja en conductas humanas, se muestra en su verdadera dimensión de macho, pendenciero, abusivo y hasta... lambiscón.

- ¡Jaaa, Ja, Ja! -exploté en carcajadas a pesar de mi condición incorpórea- eso sí estuvo bueno, mira que jamás creí que en condición etérea pudieses ser tan vehemente, ¡estas logrando sentir sin sentidos!, ¡estás logrando emocionarte sin corazón!, me alegro por ti.

- Pues tú no te quedas atrás –me dijo con una mueca alegre-, entérate que te estás carcajeando no sonriendo y también estás en condición etérea.

Mira –continuó Ella-, emocionarme no es algo nuevo ni para mí, ni para ti, ni para los demás, pero ahora estoy experimentando una extraña amargura que creo que surge de mi incapacidad para aceptar lo que me disgusta y no puedo cambiar.

Eso es algo nuevo porque me desequilibra y al mismo tiempo hace que me sienta más viva, más vulnerable, no entiendo lo que siento y eso me resulta desconcertante.

- Pues disfruta tu capacidad de sentir como si fueras mortal, eso es algo que a mi me gustaría poder hacer.

Con ese último comentario abandonamos el tema de Beluzio y nos ubicamos en una actitud de observación que nos permitía ver el territorio que nos interesaba como ahora puede ser visto con ayuda de los satélites artificiales.

Desde esa posición identificamos una gran cantidad de lugares a lo largo de las líneas de energía que recorren el planeta, Ella señaló los dos que consideró más propicios.

El primero estaba en lo que ahora es el Estado de Tabasco y sur del Estado de Veracruz en México.

El otro al sur del Lago Titicaca cubriendo parte de lo que ahora es Bolivia y Perú.

Una vez localizados los lugares procedimos a revisarlos a detalle, se trataba de territorios contrastantes, el de México al nivel del mar, el compartido por Bolivia y el Perú en las alturas.

Con la finalidad de evaluarlos a detalle, vimos, olimos y sentimos cada espacio.

Antes de continuar me permitiré abrir un paréntesis para establecer que no incluimos en nuestros planes a la Isla de Pascua, ni tuvimos algo que ver con un grupo que arribó a lo que ahora es Yucatán proveniente del Este.

Ambos casos formaron parte de proyectos en los que no participamos.

Ya satisfechos con la elección de los sitios, nos dirigimos a presentar nuestra propuesta ante la mesa de control.

Tal como lo previmos fue Beluzio el primero en argumentar en contra.

- ¿Por qué piensas que el caballo sería un obstáculo para su desarrollo?, realmente creo que estás propiciando una enorme desventaja para el grupo de control.

Ella respondió retadora.

- El proyecto de los caballos pretende acercar a los humanos una fuente exógena de fuerza física y sin duda les resultará muy útil, pero no para desarrollar su espiritualidad.

- No menosprecies las capacidades del caballo –señaló Beluzio-, será capaz de transmitir su energía a los humanos si ellos adoptan la actitud de recepción correcta; un caballo podrá proyectar seguridad, tranquilidad, sensación de poder.

- Lo que dices fortalece mis conclusiones -replicó Ella-

¿No es un hecho que la mayor energía a la que pueden aspirar los humanos está ya dentro de cada uno de ellos?

¿Para qué exponerlos a una fuente alterna que los desvíe de un desarrollo individual pleno?

- ¿Por qué eres tan marcadamente femenina?

¿Cómo es que te has contaminado tanto de ese rol?

¿O eres tú quien contaminó el rol?

Lo que lograrás que se desarrolle en el grupo de control es una marcada tendencia a no dominar nada, a no creer en su capacidad para modificar su entorno, a no asumir responsabilidades por el ejercicio del poder.

Porque ejercer el poder físico implica la responsabilidad física de las consecuencias.

Si solo se confrontan con el reto de desarrollar el poder de su pensamiento acabarán creyendo que todo lo pueden resolver pensando intensamente.

Eso significará un fracaso rotundo, porque ellos son materia y vivirán totalmente desubicados si no están conscientes de ello a cada latido de su corazón.

Y todo será achacable a la actitud maternal con que tú estás asumiendo tu responsabilidad.

- No estoy aquí para presentar un examen sobre mi individualidad -arremetió Ella-,

Si mi actuación daña u obstaculiza el desarrollo del grupo de control, nuestro padre será mi juez, pero nada de lo que yo pueda pensar, hacer o deshacer está fuera de su previsión.

Si crees que no soy idónea para la tarea que me fue encomendada este no es el foro para discutirlo.

Por otro lado, si mi propuesta te parece inadecuada el único derecho que te asiste es el de ejercer tu voto después de argumentar y recibir respuestas.

Nuevamente se sacudieron todos los espacios de la creación con la confrontación entre Ella y Beluzio.

Tras un breve silencio El Verbo intervino dirigiéndose a Ella.

- ¿Conoces los detalles del plan de desarrollo del grupo experimental?

- Completamente -Respondió-

- ¿Qué crees que sucederá cuando se encuentren los humanos de ambos grupos y los del grupo de control estén en desventaja por no tener caballos?

Ella se levantó de su asiento virtual y dobló la cerviz asumiendo una actitud reflexiva, yo me preocupé porque conociéndola temí que su respuesta concluyera en un exabrupto, mentalmente le sugerí calma, me respondió violenta y yo quedé aún más intranquilo.

Su respuesta a El Verbo fue pausada y tranquila.

- Amadísimo Verbo... lo que se me encomendó fue propiciar que los humanos del grupo de control elevaran su espiritualidad y le dieran sentido a su vida aprendiendo de la sabiduría de nuestro padre que ya reside en ellos.

Para eso estudié el ambiente, evalué de nuevo el potencial creativo que les dimos y visualicé la mejor forma de inducirlos a usarlo para acceder a la sabiduría de su soplo de vida.

Identifiqué las variables que podrían contaminar el proceso y de entre ellas las que son susceptibles de eliminación o manipulación, no consideré lo qué pueda pasar cuando los dos grupos se encuentren.

Ahora que lo mencionas y lo reviso creo que será una confrontación violenta y seguramente el grupo experimental estará más preparado física y mentalmente para destruir a su enemigo.

Solo espero que tú sepas lo que haces, porque al final de cuentas tú eres y serás el responsable de todo.

No sé cuando hubo más consternación, si cuando Ella se confrontó con Beluzio o cuando nos recordó que el que manda es responsable de las consecuencias de sus órdenes y por tanto que El Verbo era el que debería responder sobre los aciertos y desaciertos de la creación.

- Así es... –El Verbo esbozó una limpia sonrisa- espero que nadie aquí lo haya olvidado por ni siquiera un instante.

¿Alguien desea agregar algo?

Tras una breve pausa El Verbo continuó.

- Si no hay más comentarios o propuestas pasemos a la votación.

Los doce miembros de la mesa de control, incluido Beluzio, votaron a favor del plan sin enmiendas.

Ella no pudo evitar cuestionarlo.

- ¿Por qué...?

- Porque es lo correcto -respondió Beluzio-

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