CAPÍTULO 1. EL DICCIONARIO FILOSÓFICO
En Febrero del año 2003 terminé de depurar una novela de corte político-costumbrista y las tareas pendientes ya no prometían confrontarme con retos de escritor sino con trámites de registro y publicación, decidí entonces iniciar la investigación para un nuevo libro.
El tema que me atrajo fue el de dilucidar las causas y circunstancias que determinaron que en el Continente Americano no hubiesen existido los caballos antes de la llegada de los europeos.
¿Se imaginan las huestes aztecas, charrúas, guaranís, quechuas o incas a caballo? eso hubiese sin duda cambiado la historia, porque nunca hubiera existido una conquista como la que inició Hernán Cortés, ni las culturas originarias de América hubieran sucumbido como lo hicieron.
Para hacer acopio de información sobre la manera en que se distribuyeron los caballos en el planeta desde la prehistoria, me dirigí a la biblioteca central de la Universidad Autónoma de Querétaro, donde consulté libros de antropología, historia de las civilizaciones mesoamericanas, geología y paleontología.
Durante una de esas visitas sentí curiosidad por leer lo que los pensadores de mayor reconocimiento universal han escrito sobre La Creación y pedí un diccionario filosófico, el libro que recibí de la amable bibliotecaria fue el Diccionario de Filosofía de Nicola Abbagnano.- Fondo de Cultura Económica, México, 1993.
Ahí encontré CREACIÓN en la página 256 y procedí a leer en tranquilidad hasta que mis ojos se posaron en la página 256bis., mi primera impresión fue de incredulidad, pero al confirmar que realmente el número de la página ostentaba un "bis" me mofé en silencio del responsable de la edición, lejos estaba de imaginar que esa página cambiaría mi vida de manera irreversible.
Lo que leí fue.
"La primera manifestación de la voluntad de Nuestro Padre fue La Luz y con ella El Movimiento y El Tiempo, después produjo El Desorden para poder crear y creó a El Verbo otorgándole un Potencial Creativo equivalente al suyo.
Nuestro Padre estableció cuatro niveles de existencia con potencial creativo de acuerdo a lo siguiente:
El de Nuestro Padre (que incluye a El Verbo)
El de los Seres de Luz (Obreros y Soplos de Vida)
El de los Arcángeles (Obreros Materializados)
Y el de los Humanos (Seres materiales animados por un Soplo de Vida)
El Verbo fue el encargado de crear a los obreros y entre ellos me creo a mí.
Todos recibimos Libre Albedrío, Memoria Individual y Potencial Creativo.
Nuestra razón de ser fue La Creación Universal y para cumplir ese cometido fuimos integrados a algo que ahora llamamos El Taller de la Creación pero que entonces no requirió de etiqueta alguna.
Al inicio nuestra única tarea fue producir materia a partir de partículas de luz que amontonamos en un lugar de la nada, hasta que era tanta que se empezó a calentar por la presión generada en su interior y explotó en ígneos destellos.
Fue así que guiados por la voluntad de Nuestro Padre creamos lo que llamamos el Supraentorno Mineral, que incluye planetas, sistemas solares, galaxias, nebulosas y espacios infinitos.
Usando el Supraentorno Mineral como receptáculo creamos dos supraentornos más, el Vegetal y el Animal.
En el Supraentorno Vegetal creamos seres con Génesis Biológica Diferenciada, Memoria Celular, Voluntad Incorporada y Capacidad Genitiva.
En el Supraentorno Animal, que incluye a los humanos, creamos seres con Libre Albedrío, Memoria Individual, Génesis Biológica Diferenciada, Memoria Celular, Voluntad Incorporada y Capacidad Genitiva.
Pero a los humanos se nos ordenó otorgarles dones adicionales, a ellos, cuando aún están en el vientre de su madre, se les incorpora en un ventrículo del centro de su cerebro, un Soplo de Vida que les permite tener Potencial Creativo Diferenciado y Memoria Colectiva.
Por tanto, los seres humanos tienen al igual que nosotros, Libre Albedrío, Memoria Individual y Potencial Creativo, pero además Memoria Colectiva, Génesis Biológica Diferenciada, Memoria Celular y Capacidad Genitiva; todo contenido en un cuerpo material que les permite dar a su individualidad una intensidad que nosotros solo podemos igualar cuando nos materializamos.
La materia humana es mortal, no así su Soplo de Vida que continúa animando nuevos cuerpos hasta que su desarrollo le hace elegible para permanecer en los espacios etéreos como obrero.
Está previsto que los soplos de vida integrados a un humano que agreda gravemente a otro, tengan como sanción dejar de ser.
Los crímenes que siempre tienen como consecuencia tal castigo son el genocidio y el abuso sexual de niños.
Nosotros diseñamos la fisiología de los humanos.
Ellos son lo que definen sus conductas según sus particulares circunstancias usando su Potencial Creativo y su Libre Albedrío, resultando frecuentemente en comportamientos que no logramos entender y menos predecir.
La única manera que tenemos para incrementar nuestro conocimiento de los humanos es aprendiendo de los soplos de vida que retornan y de los seres de luz que han sido comisionados como arcángeles.
Nosotros inventamos el sexo pero los humanos le añadieron emotividad y produjeron conductas sexuales complicadas que varían a través del tiempo y las culturas.
El sentido del humor está en nuestra naturaleza y en la de los humanos por gracia de Nuestro Padre, pero los humanos nos superaron en su desarrollo como consecuencia de su mejor disposición para disfrutar la vida, por eso fue que terminamos por aprender de ellos.
La simpatía por la sexualidad y el sentido del humor de los humanos, propició en nosotros el gusto por proyectarnos holográficamente con la apariencia del sexo de nuestra elección y el interés de mejorar nuestro sentido del humor.
Cosas ambas que causaron alegría en Nuestro Padre, porque además de manifestar más evidentemente nuestra individualidad, comenzamos a reír y a dejar de tomarnos tan en serio.
Nuestra primera travesura colectiva fue convenir apoyar la ocurrencia de uno de nosotros, para nombrar Beluzio al Ser de Luz que nos lideraba cuando explotó la materia original.
El sexo que elegimos lo evidenciamos en tres momentos:
Cuando optamos por el género que daremos a nuestra imagen.
Cuando concertamos ser pareja de otro ser de luz del sexo opuesto.
Y cuando convenimos procrear.
Esto último lo recreamos generando dentro de la pareja femenina un espacio ventral que llenamos con emanaciones de la naturaleza de ambos.
En realidad, la práctica de proyectarnos y simular una gestación en vientre de mujer es totalmente innecesaria, porque podemos crear solos o en conjunto con solo liberar nuestros deseos, pero fantasear nos permite el disfrute de una individualidad muy gratificante.
Ser diferente e irrepetible es lo que da individualidad y por tanto la certidumbre de existir y son los espacios tangibles de la materia los que permiten percibir la existencia con mayor intensidad, por eso es que son los humanos los que están en la cúspide de la posibilidad de disfrute de la vida.
Los Seres de Luz solo experimentamos una individualidad plena cuando nos convertimos en arcángeles, ya que nos constituimos en entidades totalmente diferenciadas capaces incluso de ejercer nuestra sexualidad como cualquier humano. (Ver: )"
Así terminaba el texto que me indujo a la aventura más fantástica que jamás hubiera imaginado.
Con el entusiasmo desbordado saqué de mi portafolio una hoja en blanco, anoté la dirección de la Internet y me dispuse a solicitar el libro en préstamo.
Una enorme angustia me agobió cuando fui informado que solo prestaban libros a domicilio a estudiantes y maestros de la Universidad.
De inmediato eché mano a mi teléfono y llamé a mi buen amigo Octavio quien tenía una amiga que trabajaba en la rectoría, le pedí ayuda y diez minutos después me llamó para informarme que su amiga Beatriz no estaba en su oficina, pero me aseguró que al día siguiente podría resolver mi problema.
Esa noche no pude dormir, a la mañana siguiente esperé a la puerta de la rectoría y en cuanto llegó Beatriz usé mi teléfono para ponerla en contacto con Octavio, el apoyo fue inmediato y entusiasta, cuando llegué a la biblioteca ya estaba ahí la instrucción de que se me prestaran libros con cargo a la cuenta de mi nueva amiga, lo primero fue solicitar el libro en cuestión.
La espera fue larga y mi impaciencia motivo de desagrado de quienes me atendían, pero finalmente lo recibí y con ansia busqué la página 256 bis y... ¡no estaba ahí!; mi protesta fue rabiosa y la respuesta del personal rotunda, ¡ningún libro de ninguna biblioteca tiene páginas "bis"! y... tuve que admitir que sufrí algún tipo de alucinación, me desplomé sobre una silla y mi patética imagen atrajo la conmiseración de la bibliotecaria.
- Señor... verifiqué mis registros y encontré que un libro igual fue entregado en préstamo ayer.
- ¡Cómo! ¿Cuántos diccionarios de estos tiene la biblioteca?
- Solo dos y el que sacaron ayer lo entregarán mañana.
- ¿Puede darme los datos de la persona que lo tiene?
- No, no puedo ¿por qué no viene mañana?
- Sí gracias, así lo haré.
Salí desolado y en torpe deambular me dirigí a la cima del Cerro de las Campanas, en cuyas faldas está el campus universitario, ahí, al pie de la monumental estatua de don Benito Juárez y con la colonial Ciudad de Querétaro ante mi vista, urdí un desesperado plan.
Montaría guardia todo el día siguiente hasta que el diccionario fuese regresado a la biblioteca.
Aprovisionado de dos tortas de huevo y una botella de agua del Rancho del Tlacote, famosa por esos días, permanecí desde primera hora al frente de la ventanilla donde se regresan los libros sacados en préstamo.
Pasaron dos largas horas en las que logré poner los pelos de punta al personal de la biblioteca.
Me supongo que buscando opciones para deshacerse de mí, la bibliotecaria revisó las fichas para ver si el dichoso diccionario ya había regresado.
- Señor, estoy viendo que el libro que espera fue regresado ayer al medio día y le tengo aquí los dos volúmenes que hay en la biblioteca por si quiere revisarlos.
Mi estómago dio un vuelco cuando vi en la pasta de uno de los libros una mancha de humedad que me indicó que se trataba del que había tenido en mis manos dos días atrás.
- ¡Gracias, muchísimas gracias!, no se imagina el enorme favor que me hace.
Presuroso fui a tomar asiento y encontré que no existía una página 256bis pero que en las comisuras del libro entre las páginas 256 y 257 quedaban rastros de una hoja desprendida de forma violenta, nuevamente me sentí abatido por la desilusión y la frustración.
Súbitamente recordé haber anotado la dirección de Internet y frenéticamente saqué el legajo de hojas en blanco que guardaba en mi portafolio, ahí en la primera hoja estaba anotada la dirección .
Corrí a mi casa y sin darme la oportunidad de recuperar el aliento encendí la computadora y consulté la página en cuestión, vi dos botones virtuales, uno decía TEXTO COMPLETO SOBRE LA CREACIÓN, el otro, CONTÁCTAME AHORA, de inmediato imprimí el texto completo antes de leerlo ya que no deseaba perderlo nuevamente.
Transcribo enseguida la continuación de lo que leí en el diccionario filosófico.
"Existe un concepto cuya comprensión y uso define de manera diferente nuestros procesos lógicos y los de los humanos, tal concepto es el tiempo.
El tiempo está presente en el universo desde sus inicios, pero nosotros no tenemos una clara conciencia de su transcurso ni sentimos la necesidad de medirlo porque somos inmortales, en cambio los humanos al saberse mortales supeditan todo su quehacer al tiempo.
Nuestro Padre creó el tiempo para crear vida y aunque nosotros siempre hemos tenido toda la información sobre tal concepto y su íntima relación con el desorden y los procesos creativos, no lo entendemos de la misma manera que los humanos, ya que nosotros percibimos los procesos creativos como asociados con un propósito y una dirección, no con un cambio en tiempo o en dirección que es la manera como los humanos definen el objetivo de su creatividad.
Los humanos fueron los seres con los que concluimos nuestra tarea creadora.
Tras un largo periodo de experimentación hicimos coexistir dos grupos con diferente grado de Potencial Creativo, los Neandertales y los Homo Sapiens.
Los Homo Sapiens fueron los más creativos, mostraron mayor emotividad y menos propensión a un egoísta sentido de conservación.
Eso fue algo extraordinariamente bello de observar porque nos permitió atestiguar la manifestación material de algo que a nosotros nos daba gran gozo pero que no habíamos tenido ni la necesidad ni la oportunidad de identificar como parte de la naturaleza de Nuestro Padre y por tanto de nosotros, el amor.
El amor cohesiona el ánimo de personas y colectividades para sortear amenazas insalvables por individuos aislados, pero solo los sapiens lo entendieron.
Los Neandertales de menos Potencial Creativo no aprendieron a amar y como consecuencia no fueron capaces de superar las amenazas a su supervivencia.
Los sapiens no requirieron sacrificarse unos por otros para sobrevivir, el amor no es eso, lo que salvó a los sapiens fue una actitud colectiva de protección del otro.
Pero con el tiempo, en lugar de incrementar el círculo de personas merecedoras de su protección, comenzaron a disminuirlo de manera inaceptable, por eso Nuestro Padre nos encomendó ayudarlos a que reaprendieran a amar.
El Verbo, en atención a tal disposición, decretó que debíamos enseñarles que el amor que salva es una permanente predisposición para aspirar a la felicidad de los demás sin excepciones.
También nos hizo entender que siendo los humanos materia y espíritu, su felicidad requiere de bienestar material y bien ser espiritual, y por lo tanto debíamos apoyarlos a que aprendieran a desarrollarlos en equilibrio.
Beluzio pronosticó que ante la certidumbre de que morirían, los humanos darían prioridad al logro de su bienestar sobre la superación de su espiritualidad y no repararían en usar su potencial creativo y su libre albedrío para destruirse entre ellos.
Para evitar que eso pasara propuso que se les disminuyera el potencial creativo o el libre albedrío.
El Verbo anunció que Nuestro Padre había decretado que no hubiera cambios y en consecuencia solo autorizó a Beluzio para que estimulando la predisposición de los humanos a cometer errores multiplicara la confrontación de ideas y así se acelerara su aprendizaje.
Esto bajo la premisa de que los errores son fracasos de la razón que dan factibilidad al triunfo de la razón.
Al mismo tiempo aprobó un proyecto propuesto por una entidad de luz que optó por manifestarse como mujer, para motivar a los humanos a beneficiarse de la porción de sabiduría de Nuestro Padre que se les otorgó junto con su soplo de vida.
No hubo consenso sobre la mejor manera de proceder, unos consideraron que lo más práctico era materializarnos para entregarles mensajes explícitos, otros que debíamos dejarlos solos y darles la oportunidad de ejercer su libre albedrío y creatividad.
Convenimos manejar dos grupos.
El primero, que etiquetamos como Grupo Experimental, quedó compuesto de varios subgrupos que expusimos al contacto con mensajeros.
El segundo se constituyó en el Grupo de Control y lo mantuvimos al margen de estímulos directos.
En apego a la idea fundamental, Beluzio solo hizo sentir su presencia en el Grupo Experimental.
Ahí, para hacer su tarea, optó por inducir en los humanos la idea de que él era la causa y origen de toda maldad, facilitándoles así el eludir la responsabilidad de sus actos para culparlo a él.
Hasta la fecha muchos humanos mantienen la práctica de acallar sus remordimientos por haber causado daños, declarando que fueron tentados por "el mal".
Este arreglo ha dado vigencia a una egoísta definición de lo que es justo y lo que no, que permite a la "gente buena" desentenderse de la despiadada desigualdad en la posesión de bienes materiales surgida de los abusos del hombre contra el hombre.
Las intervenciones de Beluzio ya terminaron, pero su efecto continúa.
A pesar del escepticismo de muchos de nosotros, el resultado ha sido positivo, ya que haciendo uso de su razonamiento, los humanos han desarrollado repetidamente numerosas corrientes de pensamiento en las que se han asumido responsables de sus conductas y de la corrección de sus errores.
Lamentablemente, también se han presentado retrocesos.
La evolución de los dos grupos fue asombrosa.
Los humanos del Grupo Experimental imaginaron variadísimas religiones y nos llamaron dioses y semidioses, pero lo más sorprendente fue que crearon un concepto que llamaron "pecado" que los desvió y continúa desviándolos de la verdad.
El Grupo de Control produjo cosas no menos sorprendentes.
Sin el beneficio de nuestro apoyo generaron explicaciones de la naturaleza de Nuestro Padre que no lo convertían en controlador de todo lo que sucede, sino en el creador de todo lo existente a quien tenían que agradecer lo que ya les había dado y demostrarle que eran merecedores de conservarlo.
Uno de sus logros más importantes fue el manejo del concepto de dualidad, que les permitió no requerir de la idea del pecado para explicar las aparentes contradicciones de su entorno.
Entendieron de esa forma que la luz existe porque existe la oscuridad, la vida por la muerte, la alegría por la tristeza, el bien por el mal, en fin, que todo existe gracias a su contraparte.
El Verbo estableció desde el principio que a su debido tiempo, el Grupo Experimental y el Grupo de Control deberían unirse para avanzar juntos en el logro de su felicidad.
Así quedó establecida la ruta de desarrollo para los humanos.
Nosotros también hemos sido beneficiados por este proceso.
Nuestras tareas se multiplicaron y diversificaron, incrementando nuestras experiencias y con ellas la consolidación de nuestra individualidad.
Esto porque al igual que los humanos, cada uno de nosotros tiene una diferente historia personal.
Por ejemplo, mi pareja y yo nos conocimos cuando fuimos integrados a la misma mesa de trabajo en el Taller de la Creación, fue ahí en donde nuestras afinidades propiciaron nuestra unión.
Hemos sido comisionados para trabajar juntos en seis ocasiones, pero cada quien con un rol diferente.
En la primera llevamos a los humanos el conocimiento para producir fuego.
En la segunda como transportarlo.
En la tercera propiciamos la migración de cinco pueblos de homo sapiens al Continente Americano.
La cuarta fue para apoyar en la desintegración del cuerpo que alojó el soplo de vida de El Verbo cuando decidió nacer de mujer.
La quinta fue para observar, pero derivó en El Milagro de Guadalupe.
Se inició cuando tras la caída del imperio Azteca, los europeos (Grupo Experimental) se pusieron a jugar con la idea de declarar irracionales a los nativos del nuevo mundo (Grupo de Control) para esclavizarlos como ya lo habían hecho con los negros africanos.
La sexta misión la estoy iniciando ahora mismo y pretende que los descendientes del Grupo de Control recuperen el sentido de su vida y los descendientes del Grupo Experimental revisen el sentido de la suya".
Hasta aquí el texto que recuperé de la Internet.
Ansioso procedí a hacer "clic" en CONTÁCTAME AHORA, la respuesta fue el acceso a una dirección de correo electrónico en una mascarilla lista para recibir mi texto, la dirección era y lo que escribí más que una formal petición, fue un infantil cuestionamiento.
- ¿Quien eres?
La respuesta llegó a mi buzón cinco minutos después.
"Soy un simple mensajero de la verdad, ya tengo poco tiempo para decir lo que tengo que decir, me urge verle, propongo el próximo primero de Abril a las doce del mediodía en el área de libros del Sanborns del Ángel.
Le pido disculpas por no decirle más por ahora, por favor asista.
Juan José Egúsquiza.
P.d. Llevaré un ejemplar del diccionario filosófico en las manos."
No puedo explicar las emociones que en mí se desbordaron, por un lado la curiosidad, por el otro la duda, en medio, temores, sospechas de engaño, indignación conmigo mismo por estar tentado a asistir a la cita y una ansiedad indescriptible, como esas que dan cuando en la cercanía del hogar la vejiga amenaza con vencer a los esfínteres.
Si esa animosidad hubiera prevalecido, de seguro nunca hubiera existido la presente obra.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top