9
Debía reconocer muchas cosas de mi compañera de baile. Una de ellas era que era terriblemente expresiva con sus pensamientos. Y otra, que me daba aún más ganas de reír que lo anterior, era su pésima suerte para todo. ¿Cuándo se ha visto en el mundo que un ciego y un vidente corran juntos y el vidente sea el que se tope contra el árbol?
No pude evitar reírme con una sonora carcajada a pesar de la situación. Entre lo ocurrido, la molestia de Nicole y su forma de soltar entre gruñidos lo que a ambos nos daba tanta pena decir, me era imposible elegir de qué reírme primero.
-Descansemos un momento.- ya que estaba sentada sobre la hierba por el golpe, me dejé llevar por la cinta que nos mantenía unidos y me senté a su lado.- ¿Qué tal está tu nariz?
-Lista para la fiesta de cumpleaños en la que me contrataron esta noche como payaso.- por la forma que me hablaba, la nariz era lo menos que se había lastimado, más bien se escuchaba como si sobara su cara.
-Te diste en la cara, ¿cierto? En la mejilla si no me equivoco.- dije con una sonrisa de satisfacción.
-Not, si sabes dónde me di el golpe, ¿por qué no me avisaste cuando me acercaba al árbol?- ese tono era jocoso, sin llegar a reír, ella estaba siendo graciosa con ese tema.
¿Qué raro? No recordaba si alguien me había dicho en estos años algún chiste sobre mi vista que no me hubiera molestado. Sin embargo, Nicole hablaba... no, ella vivía de esa forma tan espontánea y solo suya. Sin tapujos, era directa y sincera.
-Estaba más concentrado en lo que te quería decir, pero ahora me di cuenta de que te me adelantaste tú.- sí, su confesión me había dado la valentía de asumir mi mayor miedo, aunque ella asumiría un mayor reto conmigo.
-¡¿Cómo?!- su grito de asombro me hizo dibujar una sonrisa y desviar mi cara hacia ella.- ¡¿Ibas a invitarme a salir?!
-Bueno, en teoría, eso era lo que planeaba hacer. En la práctica, no tenía ni idea de cómo hacerlo y tampoco sé qué lugar proponerte para ir...- volví mi cabeza al frente y luego un poco abajo, aunque no dejé de sonreír.- Como que estoy a ciegas por tus gustos más allá de las películas, el helado de chocolate o el baile.
La escuché soltar una leve risa y luego tirar de la cinta. Parecía como si buscara algo, luego la escuché rezongar una vez más. Era graciosa cuando se desesperaba así por algo que yo ni sabía qué era.
-¿Qué se te perdió, Nicole?- dije con una leve risita.
-Traía dos entradas para una función, pero se me olvidó que dejamos las cosas en el casillero del salón.
Aquello sí que me tomó por sorpresa. ¿Entradas para una función? Ella estaba de acuerdo en ir conmigo, no le importaba si yo era una molestia por mi ceguera. Bueno, eso o estaba tan desesperada por salir de casa que no vio más opciones.
-¿Estás segura de ir conmigo? No tienes por qué hacerlo.- no disimulé en mi tono una decepción que no sabía de dónde había salido, pero mi hombro fue empujado, creo que por su mano.
-Estoy segura, y no tengo problema con hacerlo, pero ahora quiero saber ese tonito a qué se debió.- su voz sonaba como si me regañara, mi rostro tardó, pero mi corazón estaba sonriendo plenamente.
-Ok, seré directo entonces. No sé de qué es la función, pero... ¿estás segura de tener una cita con un ciego?- de ser alguien más, hubiera adornado más aquella expresión, ¿qué hacía Nicole para que yo no tuviera miedo de hablar de mi condición?
-¿Cuál es el problema? Mi profesor de baile me enseñó que un ciego puede bailar tango. Así que quiero invitar a un amigo a tener una cita.- se escuchaba en su voz que sonreía, eso me gustaba mucho de ella.
-Entonces vas a reconocer que estás loca de remate al hacer esto.- reí levemente al responderle.
-¿Eso me lo dice mi amigo o mi profesor?- por el tirón de la cinta, supe que se había cruzado de brazos.
-Tu profesor, porque te aseguro que a tu amigo aún no lo conoces.- esta vez mi sonrisa era más pícara, me gustaba la idea de salir con ella y que ya estuviera preparada.
-Mis pretensiones son conocer mejor a mi amigo, ¿es posible?
-Por supuesto. ¿Cuándo es la tan famosa función?- me puse de pie nuevamente y le ofrecí mi mano.
-A saber. Ni me fijé en la fecha, así de desastre soy.- tomó mi mano y se levantó también.
-Bueno, podemos seguir trotando hasta el salón, ya que dijimos lo pendiente. Y espero que lo próximo no sea una señalización de STOP, o me estaré riendo un mes.- claro que también me reí al decir aquello.
Nicole soltó un bufido bastante tierno y tiró de mí a través de la cinta para que continuáramos la marcha. Milagrosamente, llegamos sin problemas al salón y entre algunas palabras más. Ella se notaba más agitada que yo, no era su costumbre hacer eso, pero había logrado mantener mi paso y coordinación todo el tiempo y ya eso era algo bastante bueno.
Entramos al salón y me dejé llevar por ella sin quitarme la cinta de mi muñeca. Al parecer, a ella también se le había olvidado por completo, puesto que fue directo al casillero a buscar sus cosas, o, más bien, las dichosas entradas de la función.
-¡Aquí están!- dijo por fin tras unos largos segundos rebuscando y moviendo mi mano en continuación con la suya.
-Bueno, ¿y qué dice?- la escuché balbucear, lo normal en alguien que busca algo entre lecturas.
-En un día, a la noche. 7:30 pm para ser exactos. Y es la función de... Ay, no puede ser... Ahora sí metí la pata hasta el fondo...
Su expresión me decía que algo no estaba bien, y ya me imaginaba lo que era. Aún así, esa era una oportunidad más que clara para saber si ella de verdad iba en serio conmigo, aunque también me estaba precipitando si solo era el plan de la primera cita.
-Adivino, no habías leído de qué era la función y era para el cine, ¿no es así?- dije con una media sonrisa.
-¡¿C-cómo lo supiste?!- estaba entre sorprendida y nerviosa ante mi observación.
-Vamos, Nicole. No nací ayer y esa reacción tuya solo me decía cine por todos lados. Pero, no creo que tengas problemas, ¿no?
-Pues...- no le di tiempo a pensar las cosas o desarrollar sus dudas.
-¿No decías que no habría problemas si tu profesor de baile te había demostrado que un ciego puede bailar tango? Entonces tu amigo quiere demostrarte que no hay problemas con que un ciego vaya al cine.
Tardó algunos segundos en responder. Solo escuchaba su respiración algo irregular, sobre todo, podía notarlo gracias al silencio del salón y a la cercanía que nos obligaba la cinta. Aún así, me intrigaba mucho la expresión de su rostro. Vale, lo acepto, incluso el cómo era su rostro me mantenía ansioso de vez en cuando por la curiosidad.
-Entonces no hay problema. ¿Dónde te recojo?- me había dejado anonadado.
-Pues... puedes pasar por mi apartamento una hora antes. Yo estaré abajo esperando.- dije con algo de pena, no esperaba que accediera.
Más bien, creí que se arrepentiría o algo parecido. Pero luego caí en la cuenta de con quién estaba hablando. Era Nicole, la chica que había accedido a ayudarme a ganar un concurso nacional de tango por sobre profesionales aún sin saber siquiera tener ritmo. Pues sí, con esa chica tan impredecible estaba planeando una cita y ella estaba accediendo como si nada.
-Bien, entonces, haremos eso. Disculpa, debo ir a trabajar. Me dieron nuevos proyectos y debo adelantarlos pronto si quiero tener tiempo para ensayar.- ese tono de despedida me dolió un poco, pero no me duró mucho ese dolor.
-Ehm... Nicole...- dije con una leve risa.
-¿Si?- le señalé a mi muñeca con la cinta aún atada a la de ella.- No creo que me quieras tanto como para llevarme a tu casa aún.
-¡¿Qué?!- desató la cinta con una velocidad increíble y cerró la puerta del casillero con fuerza.
-Era solo una broma, Nicole. No te pongas roja.- me aventuré a decir eso, ya que, de alguna forma, lo suponía.
-¡¿Tú cómo sabes...?!- escuché su voz como si se volteara, yo la recibí con una sonrisa.- ¡No seas presumido, Not!- gruñó y sus pasos se dirigieron a la salida.
-Te veo mañana, querida alumna.- agité mi mano en forma de despedida.
-¡Y con ganas me verás!- el portazo fue estruendoso, pero solo me logró sacar una sonrisa suspirada.
No esperaba que una simple petición de una cita terminara de tal forma, pero con Nicole no había forma de aburrirse. Esa chica tenía una chispa increíble.
¿Una... chispa...?
Sí... tal vez, hasta una lucecita que estaba entrando a mi vida... ¿sería para quedarse?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top