Extra 1
《3 Años Después》
Muchas cosas habían sucedido en los últimos 3 años. Sin embargo, la familia de la pareja de directores del FBI continuaba unida cómo la última vez que los vimos. El pequeño cambio en los sucesos radica en que aquellos pequeños cachorros que vimos desde su nacimiento, hasta él inició de la adolescencia (en su gran mayoría), ahora sus lobos se habían manifestado y una nueva etapa en sus vidas había iniciado hace unos años atrás.
Alfas, Betas y Omegas... Horacio y Volkov estuvieron ahí para ellos en cada momento. Abandonando sin remordimiento alguno sus trabajos en más de una ocasión cuando alguno de sus cachorros los necesitaba. Cómo por ejemplo, cuando el primer celo de su primogénita se manifestó mientras esta se encontraba en un entrenamiento y al recibir la llamada de Darya, se dirigieron al lugar en medio de su patrullaje. Igual que Lily cuando justo antes de salir para sus clases de danza comenzó a sentirse algo mal y su hermana mayor permaneció con ella hasta que sus padres llegaron a la casa para explicarle lo que estaba ocurriendo. Del mismo modo, cuando Lucas presentó el inicio de sus síntomas una semana después en la escuela, sabía de inmediato lo que debía hacer y se refugió en el baño hasta que sus padres lo recogieron.
Aún así, habían muchas cosas que estos por más que quisieran, no iban a poder prever por ellos. Sabían lo cruel que podía llegar a ser la sociedad, sobre todo en unas edades tan complicadas de sobrellevar. Por lo que les dieron desde el inicio la confianza a sus cachorros para que siempre que necesitasen algo, supieran que sus padres iban a ser los primeros en acudir. Sin embargo, nada los preparó mentalmente para la conversación que se iba a estar llevando a cabo esa tarde noche en su hogar.
— ¿A quién le toca limpiar hoy? — preguntó el ruso mientras se ponía de pie luego de que terminaran de cenar en familia.
— ¡Lucas!
— ¡Lily!
Exclamaron ambos mellizos a la vez el nombre del contrario haciendo reír a los demás en la mesa. Podrían tener 15 años, pero estos seguían siendo igual que cuando eran unos pequeños de 5 años. Lo cual ambos padres agradecían pues sabían que su amor y cuidado seguiria estando allí sin importar lo que sucediese.
— Bueno, pues gracias a ambos por ofrecerse — dijo el moreno mientras se ponía de pie para acercarse a la ya no tan pequeña Jolie de ahora 8 años para bajarla de la silla y caminar con ella hacia el sofá.
— Pero... — comenzaron a protestar ambos omegas.
— ¿Que no quieren postre dicen? — dijo Volkov mientras abría el refrigerador para sacar unas paletas de helado.
— Limpiaremos enseguida — dijo Lily mientras recogía los platos de su lado.
— Sí, papá — continuó Lucas imitando la acción de esta — nunca dijimos que no lo haríamos.
— Eso me pareció escuchar — continuó este para luego voltear a ver como su primogénita permanecía sentada en la mesa del comedor observando su plato con aún gran parte de su comida intacta — hija, ¿estas bien?
— ¿Qué? — preguntó saliendo de su transe — sí папа, lo siento hoy no tenía mucha hambre — finalizó pasándole el plato a su hermano.
Momento en el que tanto el alfa cómo el omega intercambiaron miradas. Ambos conocían a sus cachorros como la palma de la mano; y aunque estos hayan crecido, seguían teniendo algunas costumbres iguales a cuando eran unos pequeños. Algunas cosas nunca cambian.
Horacio le hizo una seña a su esposo para intercambiar lugares y este poder acercarse a su hija para hablar. Volkov comprendió de inmediato y fue hasta la sala de estar para continuar viendo alguna caricatura en la televisión con su pequeña. Así, mientras estos permanecían allí y los mellizos tenían una conversación que solo ellos comprendían; el omega mayor de la familia, se acercó para tomar asiento en la mesa al lado de su hija. La cual al sentir la presencia de este y su aroma a rosas y miel, comenzó a relajarse un poco. Haciendo que el omega lograse la primera parte de su cometido.
— ¿Todo en orden? — comenzó la conversación dedicandole una sonrisa.
— Sí... o eso creo... — respondió sin estar muy segura.
Podría ser una alfa de casi 18 años, pero en momentos cómo este, Horacio no podía evitar ver a su pequeña bebé, la princesa que lo convirtió en padre y que desde el instante en que se enteró que esta venía en camino, su vida cambió hermosamente por completo. Si bien el omega no era una persona de mucha paciencia, por sus pequeños era capaz de esperar una eternidad si era necesario.
— Es que hay un chico en la escuela... — comenzó a decir la castaña luego de unos largos segundos sin atreverse a levantar la mirada — llevamos tiempo siendo amigos pero... creo que últimamente ha estado actuando un poco... diferente.
— ¿A qué te refieres con diferente? — la animó a continuar, manteniendo un tono de voz suave.
— Pues... — buscó las palabras para expresarse — siento cosas extrañas... y creo que se preocupa por mi de una forma diferente a como lo hacía antes, ha tenido algunos detalles conmigo y... bueno... no lo sé.
— ¿A qué te refieres cuando dices que sientes cosas extrañas? — le preguntó curioso en un intento por no sonreír demasiado.
— Mi estómago, siento cosas cuando estoy con él — volvió a explicarse — aveces, cuando no nos vemos, me siento como si no lo sé... quizás pienses que es algo exagerado... pero es como si me faltara algo... — se resignó — él es un buen omega... ya lo han visto varias veces...
— ¿Y en qué es que quieres que te ayude exactamente? — quiso saber el moreno — porque según lo poco que me has contado, parece ser que no solo él ha estado actuando diferente. Quizás no te has dado cuenta, pero eso que me expresas y seguro todo aquello que no me has contado, es la muestra de que algo más ocurre.
— ¿Y qué se supone que haga, papá? — preguntó esta viendolo y haciendo que el moreno sonriese.
Horacio acercó su mano derecha al rostro de esta para acariciarla, haciéndola sonreír al instante.
— Mi niña... — volvió a tomar la palabra este — solamente tú sabrás como tomaras todo estos nuevos sentimientos que recién estás descubriendo. Es normal que sientas interés por otra persona y viceversa. Sin embargo, este es tú proceso. Tu padre y yo estaremos aquí para lo que necesites y aconsejarte, pero a la hora de la verdad, solamente tú sabrás lo que es mejor para ti o lo que tu quieras en ese momento.
— ¿Y si me equivoco? — lo interrumpió para expresar por fin aquello que llevaba rondando su cabeza — ¿Y si resulta que es una mala persona, me lastima y... me rompe el corazón? — se detuvo para soltar un suspiro y luego volver a mirarlo, ahora con una expresión que más que preocupación, también denotaba algo de tristeza... — ¿Cómo supiste que papá era el alfa con él que querías pasar toda tu vida?
Horacio no pudo evitar sonreír para luego voltear a ver a su esposo el cual ahora no solamente se encontraba en la sala de estar con su hija más pequeña, sino también con los mellizos. Riendo, abrazados y pasando un momento en familia que siempre iba a agradecer infinitamente.
— Simplemente lo sentí aquí... — colocó su mano en el pecho de esta, del lado del corazón — y estoy seguro que tu también lo sentirás cuando aclares todos tus pensamientos y las decisiones que ahora se te complican, sean más fluidas.
— ¿Pasará mucho antes de eso? — quiso saber Penélope para luego aceptar la mano que su padre le otorgaba.
— El tiempo es algo relativo, pero recuerda que es mejor tomar una decisión cuando estés preparada, que tomar una precipitada y luego arrepentirte — le aconsejó por experiencia.
— ¿Y si se cansa de esperar por mi? — preguntó y Horacio no pudo evitar reír.
— Entonces no es el indicado — respondió con simpleza — porque quien se interesa por ti, te demuestra que te quiere y te visualiza como esa pareja para que se acompañen durante toda su vida... — le hizo una seña para que volteara a ver a su otro padre — te espera y respeta tus decisiones.
— ¿Hiciste esperar mucho a papá? — preguntó riendo y poniéndose de pie, para acercarse más al moreno.
— Depende del momento de nuestra relación del que estés hablando — dijo levantando sus hombros, restándole importancia — pero inicialmente, fue un poco al revés, nuestra relación ha tenido muchas etapas, sé que lo sabes — volteo a verla y esta asintió — pero el que sea la persona correcta, no significa que las cosas serán más fáciles.
— Entiendo, entiendo — respondió de la misma forma que este hacía, una cosa más que había copiado del moreno inconscientemente — ...gracias por escucharme, papá...
— Nunca lo dudes, princesa — la recibió en sus brazos para apretarla en un abrazo — solo recuerda todo lo que tu padre y yo te hemos enseñado y lo orgullosos que estamos de ti. Jamás olvides todo lo que vales.
《Más Tarde en la Noche》
Horacio y Volkov se encontraban en su habitación, el moreno recostado en la cama mientras que terminaba de enviar un email con su portátil, mientras que el ruso recién iba saliendo de darse una ducha. Volkov se colocó su pantalón de pijama para luego ingresar y unirse a su esposo mientras que este dejaba de lado lo que hacía.
— ¿Y bien? — comenzó a preguntarle el alfa, extendiendo su brazo para que este se recostara sobre él y poder abrazarlo — ¿ya me contarás lo que le ocurre a nuestra pequeña?
— ¿Nuestra pequeña mayor de casi 18 años? — preguntó riendo mientras colocaba todo en la mesa de noche para luego acomodarse como su alfa le pedía.
— Efectivamente — respondió observándolo mientras que con su mano libre, comenzaba a acariciar el torso descubierto del contrario.
— Penélope cree estar enamorada — reveló luego de soltar un suspiro — está muy confundida y tiene muchas preocupaciones... me dijo que no quiere que le rompan el corazón — explicó mientras que el contrario lo escuchaba atentamente — pero eso es casi imposible ¿verdad? — comenzó a acariciar el brazo del alfa con la yema de sus dedos — le dije que todo es un proceso, que no tome decisiones precipitadas y que si él no está dispuesto a esperarla hasta que ella se aclare, entonces no es el indicado.
Se hizo un silencio en la habitación, Volkov procesando lo dicho y Horacio esperando una respuesta por parte de este. El tema del enamoramiento y todo lo que este conllevaba era uno muy complicado, pero demasiado familiar para ellos. Sin embargo, era diferente cuando se trataba de su hija.
— Obviamente como padre no me gusta mucho la idea — pronunció por fin el ruso — esto abre una puerta enorme con demasiadas cosas que pueden ocurrir a partir de este momento, tanto buenas como malas... — hizo una pausa para luego voltear a ver a su esposo a los ojos — pero, si ese ¿omega? — preguntó recibiendo un asentimiento de cabeza por parte de Horacio — se atreve a lastimar a nuestra hija, solo hace falta que hagamos unas llamadas, que familia de más tenemos — dijo haciendo reír al moreno — ¿sabes que? dile que lo invite a cenar, así sabe quienes somos y dejamos las cosas claras desde el principio — tomó al moreno por la cintura para acomodarse mejor y terminar de acostarse mientras lo abrazaba.
— Ella dijo que ya lo conocemos — dijo riendo el Omega por la actitud de su esposo — así que...
— No es lo mismo — lo interrumpió el ruso, colocando su cabeza en el lado del cuello donde Horacio tenía su marca — además, le diré a Greco que venga con tu hermano.
— Viktor... — le dijo en tono de advertencia para luego sonreír ante la escena que su alfa estaba creando en su cabeza — primero nuestra hija tiene que aclarar sus sentimientos y decidir lo que quiere hacer con todo esto que es nuevo para ella...
— Lo sé, pero... — quiso continuar pero el moreno no se lo permitió.
— Te prometo que haremos esa cena, con Penélope, Lucas, Lily e incluso Jolie cuando lleguen sus momentos — quiso tranquilizarlo — pero mientras tanto, veamos lo qué pasa y estemos ahí para ella ¿te parece bien?
— Está bien... — terminó aceptando luego de unos segundo al tiempo que soltaba un pesado suspiro a modo de rendición — pero si un día, veo a mi hija llorando por su culpa, no me hago responsable de lo que haga — concluyó mientras se extendía para apagar la lámpara de luz.
— Y yo que pensaba que yo eras muy sobre protector — dijo riendo Horacio y haciendo que este lo mirase de igual forma — pobre de Lucas y Lily...
— ¿Porqué lo dices? — lo interrumpió el ruso curioso — ¿Sabes algo que yo no sepa?
— No, Vik... — dijo riendo mientras se acurrucaba mejor — vamos a descansar mejor...
— Horacio — lo llamó en advertencia pero este solo continuó riendo.
— Buenas noches, te amo — el omega dio por finalizada la conversación.
— Te amo más — respondió a sabiendas de que ya no lograría sacarle más información a su esposo.
Por lo que luego de resignarse (momentáneamente) decidió intentar descansar.
La vida de padres nunca había sido aburrida para ellos. Mucho menos luego de que volviesen a vivir juntos años atrás y se mudaran a la casa donde actualmente estaban viviendo. Pero si algo ambos estaban seguros, es que a partir de ese momento, todo iba a volver a cambiar. Solo esperaban que pudiesen seguir estando ahí para aclarar, aconsejar y acompañar a su primogénita en todo momento. Cómo habían prometido desde el primer momento en que la vieron nacer, hace 17 años atrás.
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Un extra que nunca pensé escribir y publicar, espero les haya gustado 🥹❤️🩹
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