Capítulo 7: ¿Qué nos pasó?
Aún le costaba adaptarse a esta nueva realidad, seguía en parte atrapado en lo que pudo haber sido y fue... durante un tiempo. Sin embargo, tenía motivos para continuar y no iba a decepcionarles, no de nuevo. Por lo que aún le costaba dar el paso y firmar esos papeles; si lo hacía sentía que estaba rindiéndose... otra vez, y no quería hacerlo. Luego de todos esos momentos que habían pasado juntos y lo que desencadenó la situación actual... simplemente no creía que esta fuese la solución a todo, aunque una parte de sí mismo lo aceptara, quería buscar otra alternativa. No obstante, puede ser que ya sea demasiado tarde para eso...
— ¿Volkov? — se escuchó como lo llamaron a la puerta — ¿Estas despierto?, llegarás tarde...
Sin mucho más en lo que pensar por el momento, cerró la carpeta con los papeles y se aproximó a la puerta donde Greco y Alanna lo estaban esperando.
— Buenos días V — le dijo animada la omega — sé que nos pediste que no lo hiciéramos, pero yo estaba cerca, él también y pues...
— Queríamos asegurarnos de que llegaras hoy a la sede — finalizó Greco.
— Iba de salida — respondió con simpleza para luego tomar sus llaves y cerrar la puerta tras de él.
— Vale pues te dejo con Monier — dijo Greco — debo llegar a la comisaría mínimo una hora antes de la reunión para organizar las cosas — miró su reloj — y debemos estar llegando a las 12:50 y son las 11:45.
— De acuerdo — aceptó el alfa sin prestarle tanta atención, para luego comenzar a descender las escaleras.
Greco y Alanna intercambiaron miradas, ambos preocupados pues seguían sin estar acostumbrados a esta faceta del subdirector del FBI. Por lo menos Alanna, Greco solía decir que era el mismo comisario de hielo que alguna vez llegó a ser. Sin dudarlo, ambos bajaron para encontrarse con el alfa ingresando a su auto.
— No veo tu auto Monier — le dijo a la omega, la cual no supo qué contestar pues los habían atrapado — no importa, venga — le indicó abriéndole la puerta para que ingresa a su auto — llegaremos tarde.
Alanna y Greco se despidieron para luego cada uno dirigirse a su lugar de trabajo. Hoy se estaría llevando a cabo una reunión entre las facciones de Los Santos y algunas otras sedes más cercanas. Como de costumbre la sede donde estos trabajaban serían los anfitriones, por lo que debían alistar todo desde antes para asegurar que todo saliese según lo pronosticado.
《En la sede del FBI》
Horacio se encontraba paseando de un lado para otro en la sala de reuniones, asegurándose de que todo estuviese en orden para cuando los invitados llegasen.
— Hermano debes calmarte — le dijo Gustabo mientras seguía con la mirada al omega, pero este no le prestó atención, por lo que volteó a ver al otro agente que se encontraba en la habitación buscando ayuda.
— García tiene razón, H — apoyó Blake acercándose al director — creo que ya está todo preparado ¿por qué no...?
— ¡Basta! — lo interrumpió mirando por fin a ambos — Sé lo que hago, no tienen que estar vigilándome todos los días como si en cualquier momento fuese a actuar de otra manera — les siguió diciendo desahogándose un poco — estoy cansado de esto, pero estoy bien, se los juro... así que por favor, dejen de preocuparse por mi como si estuviese mal porque no lo estoy, ¿entendieron?
Gustabo y Blake intercambiaron miradas mientras pensaban cómo reaccionar. Si bien Horacio no era un alfa, este muchas veces actuaba de tal forma. Por lo que siendo el alfa con aroma a chocolate y fresas quien lo conocía más, decidió tomar él la palabra.
— De acuerdo... — comenzó a decir el mayor de los alfas — ven, vamos a mi oficina y hablamos con más tranquilidad, ¿quieres?
— No Gustabo — sentenció rechazando la cercanía de este para luego detenerse y cerrar los ojos.
El omega permaneció unos segundos con sus ojos cerrados mientras que respiraba tranquilamente y contaba hasta diez, varias veces mentalmente. A pesar del tiempo que había pasado desde lo sucedido, esto seguía afectado la manera en la que este se expresaba y actuaba con los demás, incluso con su hermano y amigos. Afortunadamente estos comprendían la situación y lo apoyaban, mientras que eran pacientes con él en momentos como este.
— Lo siento... — les dijo a ambos una vez abrió los ojos — es sólo que... se los he dicho ya muchas veces, estoy agradecido con ustedes y los demás por todo lo que han hecho por mí y mis niños durante el último año y medio...
— Pero estás bien — terminó de decir por él su hermano — lo sabemos, solo... queremos asegurarnos ¿sí? — preguntó y el omega asintió — así que ya, es suficiente drama por hoy — dijo esto último riendo.
— Con su permiso director H — lo interrumpió Nina entrando a la habitación donde se encontraban.
La omega había sido parte del nuevo grupo de reclutas que este había contratado hace unos meses, basándose en unos viejos informes que Volkov había hecho. Fue complicado, pero sabía que necesitaba más agentes que ayudaran con el trabajo el tiempo que él y Volkov estuvieron fuera.
— ¿Qué sucede Nina? — le preguntó el director mientras que se acercaba a esta.
— Ya están comenzando a llegar los invitados — informó la rubia — el superintendente Rodríguez de la LSPD y el Capitán Collins de la LSSD están abajo junto a sus tres representantes.
— Joder... llegaron temprano — dijo mirando su reloj que marcaba las 12:45pm — Dile al subdirector que vaya a recibirlos... Gustabo, tú Blake y...
— Lo siento director — lo volvió a interrumpir la agente en pruebas ganándose la mirada de este — el subdirector aún no ha... llegado — dijo con un poco de temor.
Si bien los nuevos agentes en pruebas no conocían del todo la historia, sabían que entre estos dos tenían hijos en común, y que eran un increíble equipo juntos, aun cuando sus miradas entre ellos mataran y sólo se hablaban lo justo y necesario.
— Lo voy a... — comenzó a decir entre dientes mientras apretaba el puño para luego suspirar — no pasa nada... ¿Gustabo?
— 10-4 hermano — accedió este comprendiendo lo que pedía — tu queridísimo agente especial al mando está listo para salvarte — finalizó mientras caminaba hacia la salida para ser seguido por Nina.
Al mismo tiempo en la entrada de la sede, Volkov se bajaba de su auto junto con Alanna. Se habían retrasado casi una hora por culpa de un leve accidente que hubo frente a ellos. Por lo que ambos a paso rápido se acercaron a la entrada para ver a Gustabo recibiendo a los primeros invitados, mientras que unos helicópteros se aproximaban.
— Asumo que son los invitados de Boston, Nueva York y Washington — le dijo la omega para luego recibir un asentimiento por parte del alfa — ¿Quiénes estaremos en la reunión?
— Según entendí — dijo mientras revisaba las anotaciones que había hecho del informe, mientras subían por las escaleras para no cruzarse con los invitados en el ascensor — El director, el agente especial al mando, Blake, usted y yo.
— 10-4 — respondió la omega — en ese caso voy por la chaqueta y me reúno con ustedes en un momento.
Dicho esto, tomaron caminos diferentes y en menos de un minuto, el subdirector se encontraba frente a la puerta de reuniones. Había pasado un año y medio, y aún se le hacía difícil acostumbrarse a sentir el aroma de Horacio y no poder acercarse a este como antes hacían. Por lo que, tomando un impulso de valor, entró en la sala donde se encontraba el omega junto con Nina.
— Debías haber recibido a la LSSD y a la LSPD — le habló de manera fría el subdirector.
— Había un accidente y retrasó mi llegada — explicó acercándose pero no demasiado a este y Williams — ¿la agenda es la misma?
— 10-4 subdirector — respondió Nina entregándole una hoja de papel.
— De acuerdo... Horacio, ¿qué te parece si...? — comenzó a decir pero este lo interrumpió al ver las puertas abrirse.
— Caballeros, señoritas — dijo el omega pasando de lado del alfa y dirigiéndose a sus invitados.
Al final Blake fue a recibir a los restantes al helipuerto y se juntó con Gustabo a mitad de camino, para así llegar a la par al mismo tiempo que Alanna estaba a punto de ingresar y poder dar inicio a la reunión sin tener que esperar.
《2 horas más tarde》
La reunión había procedido como debía, era para darle seguimiento a un antiguo caso y de paso ponerse al día y asegurarse que todos estuviesen al tanto de los temas más importantes.
El subdirector estaba mencionando unos puntos importantes cuando el sonido de su teléfono lo interrumpió. Con la mirada asesina del que alguna vez fue su omega sobre él, rechazó dicha llamada para continuar con su discurso. Sin embargo, fueron nuevamente interrumpidos ahora por el sonido del teléfono del director. Ambos intercambiaron miradas pues sabían lo que esto significaba.
— Agente García — llamó Horacio a su hermano mientras sacaba el teléfono y lo comprobaba.
— Discúlpenos un minuto — dijo Volkov en un tono serio para luego salir junto con el omega a paso apresurado.
— ¿Buenas? — respondió Horacio al teléfono dejando al alfa con la intriga — Si... si... él está conmigo, estábamos en una reunión del trabajo... comprendo — seguía respondiendo mientras que el ruso esperaba a que este le compartiera la información — no se preocupe, voy en camino.
— ¿Qué sucedió? — preguntó preocupado una vez el omega finalizó la llamada — ¿los niños están bien?
— Sí — respondió cortante el director — pero los niños ya salieron, la directora se excusó por interrumpirnos, le dije que no había problema así que voy por ellos, ¿terminas tú la reunión? — dijo esto más como una orden que una pregunta.
— Yo puedo ir por ellos Horacio... — le respondió firme el alfa tratando de hacerlo ceder aun cuando sabía que esto no pasaría.
— No — respondió cortándole la palabra antes de que este siguiera insistiendo — los tendrás todo el fin se semana, aún es mi turno.
Finalizó para salir antes de que este le dijera otra cosa. Por lo que el alfa suspiró y se tomó unos segundos antes de poder entrar nuevamente a la reunión. Para su suerte, sus agentes estaban igual de capacitados para continuar la reunión y esta había seguido de forma regular.
— Les pido que disculpen al director Pérez — les habló el alfa cuando todos voltearon a mirarlo — hubo un problema en la escuela de nuestros hijos y tuvo que ir por ellos, pero no ha sido nada, disculpen nuevamente el inconveniente, continuemos.
《En la escuela de los niños》
Horacio llegó en menos de 15 minutos a recoger a sus tres hijos. Si bien la directora y los maestros sabían lo ajetreados que eran tanto él como Volkov; no les gustaba aprovecharse de esto como tampoco el que sus hijos estuviesen más tiempo del debido en la escuela.
— ¡Papi! — gritaron Lucas y Lily al verlo llegar mientras que iban corriendo hacia su padre.
— Hola bebés — los saludó con un beso mientras tomaba a Lucas en brazos y a Lily de la mano, para acercarse a la maestra que estaba al lado de Penélope — lamento mucho el retraso directora.
— No se preocupe — le respondió con una sonrisa — y gracias por acudir de inmediato, pensamos que habíamos hablado con su esposo...
— Ellos ya no son esposos — interrumpió Penélope ganándose la mirada de los mayores.
— Penélope — le llamó la atención Horacio.
— Это правда (Es la verdad) — continuó diciendo la niña — Папа Ви уже давно не живет в доме ( Papá V no vive en la casa desde hace mucho tiempo) y siguen diciendo que están casados cuando no viven juntos.
— Suficiente Penélope Volkova — la interrumpió nuevamente Horacio — despídete y al auto ahora.
La Niña de ahora casi 7 años con los brazos cruzados caminó hacia el auto que estaba tras de ellos. Mientras tanto, el omega se disculpó una vez más con la directora para luego ir al auto con sus mellizos.
— Que sea la primera y última vez que te comportas de esa forma señorita — regañó el omega a su primogénita una vez emprendieron camino a su hogar — no vuelvas a hablar de esa forma.
Penélope no respondió al regaño de su padre, simplemente permaneció callada durante el camino mientras que los mellizos contaban cómo les había ido durante el día. Horacio por su parte comprendía que todo este proceso había sido difícil para sus tres pequeños, sin embargo, estos "arrebatos" que hacía su hija mayor de vez en cuanto lo preocupaban. Y es que ni él mismo se había adaptado a su nueva realidad... ¿cómo iba a esperar que sus niños lo hicieran?
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Les presento la nueva realidad...
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