Capitulo 29: Nuevas Oportunidades
Era un día bastante normal en la vida de la omega Darya Savinnova. Esta estaba llegando recién a su casa, luego de recoger a su hija en la escuela. Dejando de un lado sus pertenencias, se permitió tomarse unos segundos para recargar energías en el sofá, antes de continuar con todos sus demás deberes. Sin embargo, no se había acomodado bien en este cuando el sonido de su móvil captó su atención.
— Примите душ, чтобы поужинать позже (Ve a ducharte para luego poder cenar) — le indicó a su hija, la cual obedeció para luego dejar a su madre contestar la llamada — Привет Viktor — saludó al alfa.
— Привет Darya — le devolvió el saludo — ¿cómo estás?, ¿te encuentras ocupada en estos momentos?
— Нет, я только что приехал домой после того, как забрал Melissa из школы (No, acabo de llegar a mi casa de recoger a Melissa de la escuela) — le explicó, mientras se retiraba los zapatos para estar más cómoda — ¿Вы все в порядке? (¿está todo en orden?)
— Да-да... — le respondió mientras que pasaba por la habitación de sus cachorros, para ver como los mellizos continuaban haciendo sus tareas — На самом деле все становится намного лучше (las cosas han estado cada vez mucho mejor, la verdad.) — confesó con una sonrisa que no pudo contener, mientras que se detenía en medio de las escaleras — Я знаю, что мы давно не разговаривали, и я признаю, что это была в основном моя вина, но... (sé que hace mucho no hablamos y reconozco que eso ha sido mayor parte mi culpa, pero... ) — estaba diciendo, cuando la omega lo interrumpió.
— Нет Viktor, У каждого своя жизнь, мы друзья, и мы здесь, чтобы поддерживать друг друга, как мы это делали с тех пор, как мы встретились (cada cual tiene su vida, nosotros somos amigos y estamos para apoyarnos como lo hemos hecho desde que nos conocimos) — le dijo segura de sus palabras, pues no quería que el alfa se sintiese mal por esto — escucha... no está mal que seas feliz y "te olvides" de mi o de otras personas o incluso fechas importantes — soltó un suspiro ante esto — sé feliz Viktor, luego de todo lo que has pasado los últimos dos años, me hace muy feliz el hecho de que las cosas hayan estado mejorando tanto en tu vida.
— ¿Lo dices en serio? — preguntó sin poder creer como esta era capaz de ser tan comprensiva con él, cuando este no veía las cosas de esa forma.
— Por supuesto — reafirmó sus palabras — no debes sentirte culpable por tu felicidad.
Volkov analizó estas palabras. Analizó que durante mucho tiempo se había estado culpabilizando, como ella bien le había dicho por su propia felicidad. Lo hizo al inicio de su relación con el omega, también poco tiempo después de que los mellizos nacieran y de igual forma en el momento en que se olvidó del aniversario de su hermana, hace ya poco más de dos años atrás. ¿Realmente había estado haciendo esto por tanto tiempo?, ¿de verdad a pesar de todo seguía considerando que no merecía ser feliz?, ¿la vida no se había cansado ya de demostrarle que las cosas se tornarían en un mal rumbo si continuaba culpabilizandose?
— ¿Viktor? — lo llamó Darya, luego de que este permaneciera mucho tiempo en silencio — ¿todo está en orden?
— Sí, sí — afirmó de inmediato — tienes razón... gracias... yo, debo trabajar en eso pero de verdad significa mucho para mi que me digas estas palabras.
— Para eso está tu querida amiga — le dijo volviendo a relajarse en el sofá con una sonrisa — tú dime lo que necesitas y yo te apoyaré sin dudarlo, como tú mismo has hecho conmigo.
— Bueno... — comenzó a decir ahora algo nervioso, pues con estas palabras recordó el motivo por el cual había iniciado la llamada — sí hay algo que te debo pedir.
— Tú sólo dime y...
— Horacio quiere hablar contigo — soltó sin darle oportunidad a que este terminara — me ha pedido que te lo comunicara, a ver cuando tenías disponible para que los tres nos sentaremos a hablar.
Darya más que impactada, estaba sorprendida ante estas palabras. Podría haberse imaginado muchas peticiones por parte del alfa, pero jamás pasó por su mente la idea de que el esposo de su amigo quisiera hablarle. Claro, esto para ella no presentaba ningún problema, pero le intrigaba mucho el motivo por el cual este quería hablar con ella.
— Viktor, ¿qué tanto me he perdido que no me has contado? — le cuestionó entre nerviosa, intrigada y con una cierta sonrisa oculta.
— A ver... — inició soltando una risa, mientras pensaba en cómo resumirle todo lo que había sucedido — han pasado muchas cosas, Horacio y yo hablamos... varias veces y hay cosas que quiero contarte, pero lo más importante es que — tomó aire antes de revelar el motivo por el cual estaba tan feliz — Horacio y yo lo estamos intentando de nuevo.
— Dios Viktor eso es increíble — dijo con una sonrisa, denotando lo feliz que esta noticia le hacía — me alegro mucho, muchísimo por ti.
— Gracias Darya — le respondió sincero — sé que antes debo ponerte al día para que entiendas cómo llegamos a esto, pero como sé que tienes mucho trabajo, más el ocuparte sola de Melissa...
— No, no, para nada — lo interrumpió — tú dime qué día prefieren y yo me adapto.
Unos pocos días pasaron hasta que el de la tan esperada charla llegó; y con este los diferentes sentimientos por cada parte de los que estarían allí presentes. Darya por su lado estaba muy nerviosa, pues con todo lo que había sucedido y si bien el alfa le había explicado un poco de lo que iba a ir la conversación; no podía evitar sentirse de esa forma. Horacio sin embargo, tenía varios sentimientos, pero el más que más sobresalía ante toda la situación era lo apenado que se sentía. Luego teníamos a Volkov, este jamás pensó que esta charla se pudiese llevar a cabo y ahora que estaba en una mesa con su esposo y omega a su lado derecho, mientras que del izquierdo tenía a su ex destinada y amiga; no daba crédito a lo que sus ojos veían. La imagen era ante todo increíble, y ahí sentados en la terraza de aquel restaurante, con las pocas personas personas a su alrededor ajenas a lo que se llevaría a cabo en esa charla, Volkov se remueve inquieto.
— Bueno pues... — comenzó a decir el alfa, sin saber muy bien cómo iniciar la conversación — estamos aquí...
Horacio por su parte, si bien estaba algo ansioso por la conversación, no pudo evitar tomarse unos segundos para observar detenidamente a la omega, tan pronto esta se les había unido. Siendo lo primero que pasase por su mente el hecho de que Melissa fuese idéntica a su madre. Aún recordaba el día en que descubrió que sus hijas compartían una amistad, antes desconocía que la amiga pelirroja de la que tanto le hablaba su primogénita, era la hija de la en ese entonces destinada de esposo. Hasta que comenzó a notar ciertos patrones en esta, luego de pasar cada fin de semana junto a Viktor, antes cada vez que escuchaba el nombre de Melissa asumía que era una compañera de la escuela. Sin embargo, un día mientras hablaba con ella, se percató de que su amistad había surgido en otro lugar.
《Flashback》
— Entonces Melissa y yo encontramos muchas flores bonitas — concluyó la primogénita con su historia.
— Me alegro mucho princesa — le respondió, acercándose pues esta había relatado su historia desde la isla de la cocina — ¿las encontraron en el jardín de la escuela?
— No, papi — le dijo riendo — fue en el parque al que nos llevó papá — aclaró como si fuese lo más normal del mundo, volviendo su vista a su bowl de frutas — papá dijo que la semana que viene iremos a jugar otra vez todos juntos.
— ¿Quienes... princesa? — le preguntó más intrigado, pues no entendía del todo.
— Papá, hermanito, hermanita, Melissa y la mamá de Melissa — respondió, para ahora mirar a su padre — se parecen mucho, son igualitas con su pelito rojito como el tuyo.
— La mamá de Melissa... — comenzó a cuestionar de manera discreta, mientras cortaba las frutas que le daría a sus mellizos — ¿dónde la conociste, cariño?
— No recuerdo, pero es amiga de papá — dijo para luego comer su último pedazo de fruta — ¿puedo ir a mi habitación?
— Sí mi vida — expresó, para ver como esta emprendía su camino escaleras arriba — amiga de papá... ¿no será capaz verdad? — se preguntó a sí mismo, mientras tomaba su móvil y marcaba el número del alfa — juro que si es ella lo voy a...
— Priviet, Horacio — escuchó al ruso del otro lado de la línea — ¿todo está en orden?
— ¿Quién es Melissa? — lo interrumpió — mejor dicho, ¿de quién es hija?
— Horacio... — soltó un suspiro, mientras que cerraba sus ojos al percatarse de lo que se avecinaba — Melissa es hija de Darya... — le respondió, para luego ser recriminado por el omega.
Horacio le recalcó el hecho de que no quería que esta o su hija estuviesen cerca de sus cachorros, mucho menos sin el conocimiento, ni consentimiento de este. Volkov intentó explicarle que no había nada de malo y que su destinada era inofensiva para sus cachorros, sin embargo a este no le importó y continuó con su reclamo hacía el alfa, enfatizando como Darya no debía estar presente en la vida de estos. Conversación que escaló a una discusión, discusión que sin darse cuenta sería escuchada por su primogénita y sin darse cuenta, el motivo por el cual la pequeña Penélope comenzaría a rechazar a partir de ese momento a la omega pelirroja.
《Fin del Flashback》
Por lo que ahora que la tenía de frente, pudo apreciar las similitudes que esta le había heredado a su hija Melissa, siendo capaz de reconocer que esta era una omega muy bella como pocas. Mientras que al mismo tiempo sentía que esta transmitía un aura totalmente diferente a lo que esperaba encontrar. Lo que hizo que se sintiese en la confianza de iniciar la conversación.
— Gracias por aceptar el venir aquí — expresó el omega por lo bajo a la pelirroja, la cual aún nerviosa sólo asintió — yo... honestamente no sé muy bien cómo iniciar... — volteó a ver a su esposo y este sólo le dedicó una sonrisa, para luego tomar su mano derecha en un intento por ayudarle a calmarse. Acción que el omega agradeció — sé que no nos conocíamos personalmente, y que aún así sabemos el uno del otro. Aunque claro... tú debes saber más de mí que yo de ti.
— No te preocupes — le respondió esta de manera tranquila — esta conversación es algo que sabía iba a terminar sucediendo — ante esto Horacio comprendió que si bien la rusa no tenía motivos para ser comprensivo con él, esta había aceptado ir. Y no sólo eso, sino que ir con ningún tipo de intención más que el de apoyar a Viktor, como este le había comentado que había estado haciendo durante todo ese tiempo que él no lo hizo. Por lo que con esto en mente, escogió bien sus siguientes palabras.
— Darya, yo... quiero ser sincero contigo — comenzó a decir el omega, ahora muy seguro de sus palabras — no te voy a mentir, desde que llegaste a la vida de Viktor siendo su destinada me sentí incómodo, incluso hasta celoso podría decir. Actúe de una manera muy impulsiva y eso hizo que las cosas se complicasen más de lo que debieron de haberlo hecho — reconoció luego de darle una rápida mirada al alfa, que aún seguía sosteniendole la mano, otorgándole esa seguridad y apoyo que necesitaba — mientras que tú estuviste ahí para apoyar a mi esposo en medio de todas las dificultades que estábamos pasando y no sólo eso, sino que aceptaste su petición de romper el lazo de destinados que compartían aún cuando tú no tenías porqué hacerlo, ni siquiera debías haberlo considerado pero lo hiciste — continuó diciendo sin poder creerlo, pues esto era algo que jamás iba a poder comprender — y yo por mi parte... fui una mala persona, no sólo contigo, sino que también con tu hija... — la miró para que este comprendiese que lo que estaba por decir era muy enserio — tú conoces a mis cachorros... y hasta donde tengo entendido nunca los has rechazado, apartado y siempre los has respetado... — soltó un suspiro, mientras que sus ojos comenzaban a arderle por las lágrimas que amenazaban con salir — yo... yo no sólo te traté mal a ti... también lo hice con tu hija, y eso es algo que jamás me voy a perdonar. Me negué y le prohibí a Penélope compartir con Melissa y fuí el responsable de que su amistad se viese interrumpida... y todo esto por mi resentimiento y orgullo. Mis cachorros son lo más importante en mi vida y si alguien hubiese hecho lo que yo hice con nuestras hijas, no sé cómo hubiese reaccionado — fue sincero, pues de haber sido al revés, este habría respondido de mala manera por el simple hecho de que se tratase de una de sus pequeños — por lo que... te pido disculpas, por eso y por... todo lo demás — dijo luego de que Viktor limpliase una lágrima que no había podido contener del rostro del omega — no tienes que hacerlo ahora, o nunca si no quieres pero...
— Yo... — comenzó a decir la omega al ver como este iniciaba a divagar — te perdono, Horacio — exclamó con toda la honestidad del mundo, sorprendiendo tanto al alfa como al omega — sé que estaban pasando por un momento difícil al igual que yo... y todos tenemos diferentes forma de reaccionar ante las adversidades que nos pone la vida. Así que cuando te digo que te perdono... Я имею в виду это и из глубины моего сердца (lo digo en serio y desde lo más profundo de mi corazón) — finalizó en su idioma natal, sin darse cuenta, para luego reír — lo siento, dije que...
— Te entendí... — la tranquilizó el omega con una sonrisa.
— Darya, muchas gracias nuevamente — tomó ahora por primera vez la palabra el alfa — como bien ha reiterado en varias ocasiones mi esposo... no tenías porqué aceptar, ni mucho menos tener tanta consideración, pero por mi parte me consta del corazón que tienes y me ha quedado muy claro de la compasión que hay en él — habló desde su experiencia, mientras que el omega asentía estando de acuerdo con lo que este mencionaba — por lo que ambos — le dedicó una mirada a su omega — estaremos siempre agradecidos contigo.
— De la misma forma en la que yo lo estaré contigo, Viktor... — concordó con el alfa, notando como el omega se tensaba un poco — Volkov, siempre lo estaré contigo y eso incluye de la misma forma a tus cachorros y esposo — posó su mirada ahora al omega — que si te incomoda que le llame por su nombre yo...
— No, no, no — la interrumpió de inmediato el omega — es sólo que... es extraño — confesó soltando una sonrisa — sólo mi madre y mi cuñado lo llaman por su nombre además de mi, por lo que se me hace extraño cuando escucho a alguien más llamarlo así. Pero quiero que tengamos confianza y que nuestras hijas vuelvan a llevarse como antes.
— De acuerdo... — aceptó algo apenada la pelirroja, para que luego el ambiente se quedase en silencio por unos segundos.
— Sabes qué... — inició el omega nuevamente, como si se le hubiese ocurrido la mejor idea del mundo — mi cumpleaños es dentro de un mes, aún no sé lo que haré pero, ¿porque no le digo a Vik que te deje saber y traes a Melissa contigo?
— Eso... — comenzó a decir sorprendida por la invitación — eso me parece bien, gracias.
— No hay de qué — contestó animado — bueno... ¿y ahora?, ¿quieren pedir algo? porque me estoy muriendo de hambre — propuso, haciendo a los demás reír, al mismo tiempo que pedía una carta para poder hacer el pedido.
Mientras que ordenaba, el omega no podía dejar de pensar en cómo había estado tan equivocado con Darya. Esta definitivamente no era para nada como lo había pensado, lo que recalcaba lo equivocado que había estado en relación a esta durante los últimos dos años. Volkov por otro lado, sonrió ante la actitud más relajada que había adquirido el omega, una vez se sacó de dentro todo eso que tenía por decir. Sin embargo, ante la última propuesta de este, pudo percatarse de que le quedaba sólo un mes para terminar de organizar lo que tenía en mente para el cumpleaños de su esposo. Había estado tan distraído las últimas semanas, reviviendo esa fase de enamoramiento con su esposo, que recién se percataba de que tenía el tiempo en contra.
《Dos Semanas Más Tarde》
Los días pasaban y las cosas seguían mejorando para la pareja y por consiguiente para su familia. Volkov había comenzado a frecuentar más el hogar donde el omega vivía con sus cachorros, como de la misma forma, la relación de estos se consolidaba cada día más. Tanto al alfa como al omega sentían que esa chispa que dio inicio a su relación hace diez años atrás, había resurgido entre ellos, y ambos lo veían reflejado en esos incontables mensajes que se pasaban intercambiando y el tiempo extra que compartían tanto en la sede como fuera de esta. Sin embargo, la pareja seguía manteniendo lo acordado de que por el momento no le comentarían a sus cachorros que habían retomado su relación. Todo esto no porque se lo quisieran ocultar, sino porque querían manejar esta situación con sutileza ante ellos y no de una forma tan abrupta como lo fue el momento de su separación. Por lo que sus momentos más íntimos como pareja, eran limitados a los pocos que eran capaces de tener sólo para ellos.
Hoy por ejemplo, Horacio se encontraba en casa con los mellizos ayudándoles con sus tareas, cuando el sonido de un mensaje le distrajo. Buscó en su bolsillo su teléfono para percatarse de un mensaje que Volkov le había enviado.
Viktor ❤️
"Solntse, ya estoy con Penélope camino a casa."
5:32p.m.
"¿Quieres que lleve algo para cenar?"
5:33p.m.
Una sonrisa boba se formó en el rostro de Horacio. Y es que desde que él y su esposo se habían reconciliado, aún no de manera oficial ante los demás (aunque tampoco se habían estado molestando por ocultarlo). Le hacía especial ilusión que el alfa llegara a casa a compartir con ellos un rato, a veces incluso para cenar, antes de irse a su departamento. Hoy precisamente se había visto poco con él, tuvo que lidiar con mucho trabajo administrativo, así que sin pensarlo mucho le respondió a su sugerencia.
"No te preocupes, si quieres hoy podemos hacer la cena juntos."
5:36pm
"¿Te parece?"
5:36pm
Viktor ❤️
"Me parece perfecto, querido mío."
5:37pm
El alfa por su parte, se encontraba mirando fijamente la pantalla mientras sonreía, aún le costaba creer cómo las cosas habían cambiado tanto para ellos. Sentía que estaba viviendo una nueva etapa de enamoramiento con su omega, los nervios de volver a verse, la ilusión de compartir una comida juntos al lado de sus cachorros... todo era especialmente nuevo y nostálgico a la vez, y eso lo hacía muy feliz.
—Ehh... ¿papi? — se escucha de repente la voz de su hija desde la parte trasera del auto, sacándolo de sus pensamientos.
— Eh sí, dime princesa, ¿qué ocurre? — inquiere tratando de ocultar su sonrisa ante sus previos pensamientos.
— El semáforo ya está en verde, papi — responde divertida sin comprender del todo lo distraído que estaba su padre.
Volkov se sobresaltó en su asiento al percatarse rápidamente que el auto de atrás le estaba tocando la bocina, por lo que sin pensarlo mucho aceleró nerviosamente, mientras seguía escuchando la risa de su hija.
—Vamos a casa— dice finalmente riendo con su cachorra.
Minutos más tarde, Horacio levantaba su cabeza al escuchar el ruido de la puerta abrirse, encontrándose a su hija corriendo a abrazarlo, siendo esta seguida de su alfa. Hace unas semanas atrás, casi de inmediato luego de que la pareja retomara su matrimonio, el omega le había devuelto aquellas llaves que el alfa le entregó en el momento en que dejaron de vivir juntos, para que ahora nuevamente este pudiese ingresar cuando quisiera al que también era su hogar, aún cuando este no dormía allí.
— ¡Papi, papi! — grita con alegría Penélope mientras es recibida en los brazos del omega.
—Hola hija mía — dije al tiempo que besa la cabeza de esta con una sonrisa — ¿cómo te fue hoy en tu entrenamiento?
— Genial, corrimos muchísimo y practicamos muchos goles — relató muy contenta mientras que el omega veía a su alfa saludar a los mellizos — estoy cansadísima.
—Pues bien — continuó Hache —¿qué te parece princesa si te vas a bañar, mientras que tus hermanos terminan sus tareas, y papá y yo hacemos algo rico para cenar?
— Siii me gusta cuando papá cena con nosotros — respondió animadamente Penélope, al tiempo que se dirigía escaleras arriba.
— ¡Cuidado no subas corriendo! — le habló en alto el omega preocupado — ¡y tu ropa te la he dejado sobre tu cama! — expresó casi gritando al ver que su hija ya había llegado al segundo piso.
— Hola... — escuchó de repente detrás suyo esa voz especialmente familiar, esa que le hacía revolotear mariposas en su estómago.
— Ho-hola... — respondió dándose la vuelta tratando de ocultar su nerviosismo — ¿cómo te fue hoy?
— Bien, fue un día bastante movido la verdad — contestó soltando un suspiro — muchos atracos y persecuciones que terminaron en tiroteos, pero todo bien. ¿Qué tal todo por la sede?
—Pues bastante más aburrido que tu día sí fue — expresó con una pequeña risa — muchas reuniones y muchos informes, pero todo muy tranquilo.
— Papi, no encuentro el marcador morado — la voz de la más pequeña de la casa irrumpió en la conversación, desde el salón donde se encontraba dibujando con su hermano.
El omega se acercó hacia la pequeña mesa de trabajo donde esta se encontraba, localizando en el piso el marcador que buscaba.
— Aquí tienes hermosa — le dijo el peliazul — lo habías dejado caer.
— Gracias papi — respondió Lily con una sonrisa.
— Bueno, su padre y yo vamos a estar en la cocina haciendo la cena — les informó Horacio a sus pequeños — quédense aquí tranquilos terminando sus tareas.
— Sí, papi — respondieron al unísono los mellizos, ensimismados en sus trabajos.
El omega se dirigió nuevamente hacia la cocina donde el ruso ya se encontraba mirando dentro del refrigerador.
— ¿Qué habías pensado para cocinar? — quiso saber el ruso en cuanto vió entrar a su esposo en la cocina.
— Mmm... ¿qué te parece si hacemos pasta? — sugirió el menor.
— Perfecto — aceptó seguido de una sonrisa, para luego sacar los ingredientes necesarios del refrigerador.
Horacio se acercó a la alacena para sacar la pasta, buscó una olla lo suficientemente grande y puso a hervir el agua. Mientras que Volkov por su parte se encontraba picando las verduras sobre la encimera detrás de él. Toda esta dinámica hizo que ambos recordasen esos días cuando sus cachorros estaban más pequeños y aprovechaban la hora de la siesta de estos para poder preparar la cena, recoger un poco la casa y tener unos breves momentos a solas. Lo que hizo que el omega con esto en mente soltase una sonrisa, que fue escuchada por su alfa.
— ¿En qué piensas? — quiso saber el de aroma a vodka y almendras, mientras que volteaba a mirarlo siendo contagiado por la sonrisa de este.
— Nada, nada — le respondió sin dejar de sonreír, la verdad era que estaba feliz y ya no se iba a molestar en ocultarlo — sólo estoy feliz — terminó confesando — ¿te ayudo en algo? — preguntó ahora mientras se le acercaba.
— Podrías ayudarme con la carne — propuso el ruso tratando de disimular el efecto que su omega le causaba al estar tan cerca de él, sobre todo con su aroma tan presente el cual le demostraba que en efecto, estaba feliz.
El menor tomó un bol para comenzar a preparar la carne continuando con la cena en ese ambiente tan tranquilo que habían formado. Mientras lo hacían, Uve inició a contarle algunos sucesos ocurridos durante su patrullaje y Hache se dedicó a escucharle atentamente, contándole también sobre su día, divertido con los excéntricos maleantes de la ciudad. La comida al ser de corta preparación estaba ya adelantada, por lo que Volkov se encontraba lavando los utensilios que habían usado cuando Horacio entró nuevamente al lugar. Este había ido a chequear a los mellizos que ya habían finalizado su tarea y estaban viendo la televisión, acompañados de su hermana mayor, la cual había terminado de bañarse y ponerse su pijama.
— Huele muy bien — comentó el omega al entrar — y la comida también — agregó de manera coqueta al mismo tiempo que se posicionaba detrás del ruso, agarrando su cintura con una mano. Ante esto, el contrario casi dejó caer el cuchillo que estaba lavando al sentir el especial tacto de su esposo.
— Eh... sí, sí que huele bien... — respondió inquieto — ya le falta poco a la comida.
— Bueno, pero cuidado con hacerte daño — agregó divertido el omega al notar el nerviosismo de su pareja — no vaya a ser que en vez de salsa de tomate sea otra cosa.
— Hombre no — dije entre risas mientras dejaba el cuchillo de lado — eso no va a pasar.
— Quien sabe... a veces uno se distrae mucho — continuó el omega mientras afianzaba más el agarre y acercaba más su cuerpo al contrario — sobre todo cuando hay tantas cosas apetecibles alrededor — dijo esto último muy cerca del oído del ruso.
Volkov sintió su cuerpo tensarse. Había extrañado tanto el contacto con su esposo que no se creía capaz de contenerse mucho, más aún cuando este no dejaba de insinuarsele de esa manera.
—Ho- Horacio...— siguió diciendo este cuando sintió ahora los labios del omega besar su cuello — los niños pueden entrar en cualquier momento — ante esto el omega detuvo el camino de besos que había iniciado, se alejó un poco considerando esto último dicho por el alfa, por lo que echó un vistazo a la puerta cerca de ellos, tomando de repente la mano del alfa llevándoselo consigo, mientras abría la misma.
Una vez dentro del pequeño cuarto de lavandería, siguió tirando de la mano del ruso, para luego cerrar la puerta empujando al contrario contra la misma. El alfa soltó un jadeo por el repentino movimiento, pero este quedó interrumpido en el momento en que los labios de su esposo se unieron con los suyos en un apasionado beso. Volkov no perdió su oportunidad y tomó con firmeza el rostro del menor mientras correspondía el beso con intensidad. Las manos del omega paseaban con desesperación por el cuerpo del más alto, buscando apegarse más contra este.
La pequeña habitación no demoró mucho en inundarse con sus intensos aromas y de sus respiraciones entrecortadas. El alfa en su intento de querer sentir más a su omega, lo tomó de las piernas, cargándolo mientras que el contrario lo ayudaba posicionando sus manos por detrás del cuello de este. El más alto sentó al menor sobre la lavadora que allí se encontraba, tomando lugar entre sus piernas sin separar sus labios. Horacio aprovechó para pasear sus manos por la fornida espalda de su esposo hasta llegar a su trasero, el cual estrujó contra sí haciendo que sus entrepiernas se rozaran entre ellas.
— Viktor...— lo llamó por lo bajo en un jadeo, cuando el alfa dejó su boca para encarnizarse en su cuello, lamiendo y mordiendo todo a su paso. Definitivamente las cosas habían escalado mucho más de lo que había pensado en un inicio — si no paramos ahora la cena se nos va a quemar y los niños... — no logró completar su frase, ya que su alfa había comenzado a moverse, y entre el roce de sus erecciones y la lengua del ruso lamiendo su antigua marca, Horacio había comenzado a perder el poco control que le quedaba. Por lo que seguramente las cosas hubiesen escalado más de no ser porque de repente, desde el salón se empezaron a escuchar pequeños gritos...
—¡Que esa película ya la hemos visto muchas veces, yo quiero ver otra! — soltó casi en un grito Lucas, lo que hizo que ambos padres se sorprendiesen, pues su hijo solía ser muy tranquilo.
— ¡Pero que yo quiero verla otra vez! — respondió Penélope aumentando su tono.
Los esposos se separan luego de escuchar esto y se miran por unos segundos, notando sus agitadas respiraciones y el problema en sus pantalones. Soltando así una corta risa al mismo tiempo.
— Iré a ver qué ocurre... — expresó el omega bajándose de la lavadora, arreglando un poco su vestimenta y notando cómo el ruso lo imitaba.
— Sí, sí... yo eh... iré a ver la comida — respondió el ruso aclarando su garganta.
El de cresta se encaminó hacia la puerta, no sin antes robarle un fugaz beso a su esposo, para luego guiñarle un ojo saliendo de la estancia, dejando atrás a un enamorado Volkov que lo observa irse con una gran sonrisa adornando su sonrojado rostro.
Unos minutos más tarde, la familia se encontraba junta en la mesa del comedor. Mientras que el alfa servía las bebidas, Horacio hacía lo mismo con las porciones de pasta que sabía cada uno de sus pequeños era capaz de comerse. Sin embargo, ninguno estaba listo para el siguiente tema de conversación.
— ¿Así te parece bien, Ma princesse? (Mi princesa) — le preguntó el omega a su primogénita, luego de percatarse que esta se había quedado observandole una vez terminó de servirle.
— Ese anillo es igual al de papá — afirmó mientras que los observaba a los dos.
Tanto el alfa como el omega intercambiaron una mirada nerviosa, pues quizás Volkov no lo sabía, pero era la segunda vez que uno de sus cachorros le cuestionaba al omega sobre el anillo que ahora con orgullo volvió a portar en su dedo anular. La primera vez fue Lily hace unas noches atrás cuando mientras hacía dormir a su pequeña, esta comenzó a buscar aquel anillo que este portaba en su cadena y al no encontrarlo se enfadó un poco.
— ¿Quieres más ensalada? — cambió rápidamente de tema el moreno, mientras dejaba de lado la pasta y buscaba el recipiente con la ensalada.
— ¿Por qué cambiamos de tema? — le siguió cuestionando esta, haciendo ahora que Horacio le suplicase con la mirada al alfa que interviniera.
— Penélope, princesa — la llamó, captando la atención de esta — quizás papi no quiere hablar de eso, ¿de acuerdo? — dijo en un tono delicado — ¿recuerdas lo que hablamos sobre no presionar a los demás para hablar de cosas que ellos no quieren?
— Sí... — exclamó por lo bajo, sintiéndose ahora apenada — lo siento, papi...
— No te preocupes princesa — la tranquilizó, dejando todo de lado para acercarse a esta luego de ver el drástico cambio en el ánimo de esta — sabes una cosa — dijo agachándose para quedar al nivel en el que esta se encontraba en su silla — te diré un secreto — le susurró, para luego ver como esta sonreía acercando su oído, para poder escuchar lo que su padre tenía que decirle.
Volkov no pudo evitar sonreír enternecido por la escena que apreciaba. Sin embargo, desvió su atención por unos segundos para observar a Lucas y Lily, los cuales parecían estar igual de intrigados que él por saber lo que su esposo le había comentado a su primogénita, la cual tenía ahora una sonrisa en su rostro.
— Pero es un secreto entre tú y yo, ¿de acuerdo? — se escuchó nuevamente la voz en alto del omega, mientras que su hija asentía, para este volver a tomar asiento en su silla al lado de su esposo y Lucas.
Horacio le dedicó una sonrisa al alfa para que se despreocupase y proceder con la cena como si nada hubiese pasado. Esto presentó una sorpresa para Volkov, pero asumió que el omega le comentaría todo más tarde, y así fuese a través de un mensaje. Por lo que la cena transcurrió tranquila entre risas y algunas anécdotas de sus pequeños de lo que habían hecho durante el día en la escuela.
Luego de cenar, Horacio se encontraba en la cocina con Lucas en brazos, el cual había insistido en continuar con su padre, aún cuando este sólo se había apartado para buscar algo de tomar. El omega observó desde su lugar como su esposo escuchaba con una sonrisa lo que sus hijas le estaban contando. Lo que le hizo recordar la primera vez que lo vió hablando con Penélope a solas, cuando esta apenas tenía unos días de nacida. Si bien hasta ese momento pensó que no podía estar más enamorado de su esposo, el verlo siendo padre hizo que se enamorase aún más y en ese entonces no creía que eso fuese posible. Sin embargo, ahora tenía una sensación familiar. Por lo que se iba a acercar nuevamente al resto de su familia, cuando notó un cambio de actitud repentino en el alfa.
— No puede ser... — dijo el alfa para sí mismo por lo bajo, luego de revisar el mensaje que había recibido y contestar.
"Lo siento, me distraje con los niños y no me percaté de la hora"
7:46pm
"Estoy ahí dentro de 10 minutos"
7:46pm
Envió los mensajes para luego ponerse de pie y percatarse que el omega lo había estado observando confundido, lo que hizo que se pusiese más nervioso. Así que tomó aire para luego despedirse de sus niñas y caminar hacía donde su esposo se encontraba aún con Lucas en brazos.
— Debo marcharme — le comunicó al menor, mientras tomaba a su hijo en brazos para despedirse — había olvidado un compromiso y voy tarde.
— ¿Un compromiso? — le cuestionó dudoso el contrario, mientras volvía a tomar a su hijo y seguía al alfa hacia la puerta — ¿tan de noche?
— Sí, lo sé pero era el único horario en que estaba disponible — dijo mientras abría la puerta y se despedida una vez más de sus cachorros — hasta mañana — le dijo a la vez que se acercaba a este para darle un beso, pero al ver a Lucas aún en los brazos de este retrocedió y le dedicó una sonrisa al omega — que descansen.
Horacio vio como este ingresaba en su auto y salía por el portón de la casa. Conocía a su alfa y sabía que este nunca había sido bueno para ocultar las cosas, lo cual siempre o por lo menos la mayoría del tiempo, si prestaba suficiente atención era capaz de percatarse cuando esto sucedía. Sin embargo, en lugar de comenzar a sobrepensar las cosas, decidió volver a donde sus hijas para compartir un rato más con estas antes de que la hora de dormir llegase.
Volkov por su parte, condujo rápidamente (pero siempre con precaución) para llegar a su destino y cumplir con el plazo de tiempo que había estipulado. Definitivamente el tiempo pasaba volando cuando estaba junto a su familia, y esto era algo que había estado pasando con más recurrencia que antes. Por supuesto que esto no presentaba un problema para este, pero sí un conflicto cuando tenía otros compromisos y aún no se acostumbraba a tener que volver a dividir su tiempo.
— Lamento la tardanza — se disculpó el alfa mientras desbloqueaba su vehículo para permitirle el ingreso a la omega.
— No te preocupes Viktor — le respondió esta con una sonrisa que lo tranquilizó — llamé al lugar y dijeron que podían esperar un poco y no cancelarían la reservación.
— Gracias — dijo soltando un suspiro — si la llegan a cancelar me quedaba sin segunda opción.
— Tercera — dijo la joven alfa que había tomado asiento en la parte trasera del auto — no olvidemos que las primeras dos veces rechazaste el lugar porque no te convencía.
— Gracias Gaia, lo había olvidado — le dijo con sarcasmo a su sobrina, mientras marcaba en el GPS el lugar.
— De nada, tío Uve — respondió con una sonrisa irónica, al tiempo que se abrochaba el cinturón de seguridad.
— Gaia, no seas así con tu tío — la regañó la rubia que se encontraba en frente de copiloto — él sólo quiere hacerle una sorpresa a tu tío, y estoy segura de que todo saldrá bien.
— Gracias Charlotte — le dijo el alfa, pues desde que le pidió ayuda a esta para que lo apoyase en su idea por organizarle algo a Horacio por su cumpleaños, había estado con la cabeza en muchas cosas, pues no quería que nada saliese mal.
Como Gaia había mencionado, esta era la tercera vez durante el último mes que iban a revisar un local. El alfa había estado muy exigente con todos los preparativos y ambas rubias tenían sus sospechas a lo que esto pudiese deberse. Sin embargo, Charlotte le había pedido a la mayor de sus nietas que no hiciese un comentario al respecto y que solamente se dedicase junto con ella a apoyar al alfa en su misión. Lo cual era algo complicado cuando el ruso comenzaba a hacer preguntas a los dueños del local como estaba haciendo ahora.
— ¿Pero cómo es posible que me digan que no puedo pagar más por añadir horas extras? — cuestionó indignado.
— Viktor... — lo llamó Charlotte, dedicándole una sonrisa apenada a quien los atendía — ¿podemos hablar? — el alfa asintió y se apartó un poco para poder hablar con esta — cariño, sé que quieres que todo sea perfecto y que mi hijo pase un cumpleaños increíble... — dijo haciendo a este sonreir — ¿pero no crees que él será feliz con sólo tener a todos sus seres queridos juntos? así sea por sólo 4-5 horas en este lugar.
Volkov analizó las palabras dichas por su suegra. Sabía que esta tenía razón, sobre todo porque conocía al omega y lo que era más importante para él, y eso era justo lo que la rubia le había mencionado. Quería que todo saliese bien, después de todo quedaban poco más de dos semanas para que el día de cumpleaños de su esposo llegase. Por lo que aceptando lo que Charlotte le había dicho, volvió hasta el lugar donde el caballero los estaba atendiendo, para intercambiar unas pocas palabras más, antes de cerrar el trato y reservando el lugar para el próximo 30 de abril. Ahora sólo le quedaba finalizar algunos otros detalles, hacer unas llamadas y todo estaría listo para el cumpleaños de su esposo y omega.
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
Se viene el cumpleaños de Horacio y el pobre de Volkov esta todo ansioso por que las cosas vayan perfectas 👉🏼👈🏼 ¿cómo creen que vayan las cosas en la fiesta? ¿Puras cosas buenas o hay que preocuparse por algo? 🤔
Ya solo queda un capítulo más, el epílogo y 3 extras (por el momento) 🥺 no le quiero soltar el brazo a esta historia ❤️
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top