Capitulo 21: Operativo
《Una Semana más Tarde》
Eran las 2:36 de la madrugada cuando el móvil del omega lo levantó de la cama alterándolo por el susto. Sin comprender muy bien, ni fijarse en el nombre del contacto que lo llamaba, contestó al mismo tiempo que tomaba asiento en el borde de su cama. Estaba por preguntar de quién se trataba, pero antes de poder pronunciar palabra alguna, la persona del otro lado lo interrumpió.
— Director Horacio Pérez-Volkov — escuchó haciendo que se despertase por completo.
— 10-4 — respondió — director Johnson — lo mencionó al reconocer su voz.
— Sé que son altas horas de la noche y usted y su esposo tienen familia — comenzó a explicarse con urgencia — pero nuestro informante en el caso LZ-13 nos ha notificado que están en su jurisdicción desde hace unos dos días, y que su siguiente movimiento será mañana en la tarde; debemos comenzar a movilizar a los agentes o se nos escaparán.
— Estoy de acuerdo — le respondió mientras que comenzaba a vestirse — llevamos dos años trabajando en este caso, no podemos perder la oportunidad ahora que los tenemos tan cerca.
— Mi secretaria le estará enviando el informe con toda la información que tenemos sobre el evento de mañana, para que lo comparta con sus agentes y comiencen a proceder — le siguió informando — hablaré también con las otras tres sedes para determinar cuántos agentes pueden llegar antes de la hora del operativo.
— 10-4 — respondió para luego cortar la llamada y marcar el número de su compañero de inmediato.
— ¿Horacio? — le llamó preocupado el ruso — ¿está todo bien?
— Debemos ir a la sede — le informaba mientras le enviaba un mensaje a su hermana — el grupo del caso LZ-13 están en nuestra área y debemos movilizarnos ya.
— Voy saliendo, ¿te recojo? — preguntó para así saber en qué dirección marcar el GPS — ¿qué haremos con los niños?
— Le escribí a Maia que venga con mi madre para que se queden con ellos aquí, mientras que nosotros nos ocupamos de esto — le dijo mientras buscaba su chaqueta del FBI — pasa por mí, deberían llegar mientras tanto.
— De acuerdo. Llego en 10 minutos.
El omega pasó por las habitaciones de sus cachorros para revisar que estos estuviesen aún durmiendo. Primero se acercó a la habitación de su primogénita para observarla y abrigarla mejor, ya que esta se había quitado un poco la cobija mientras dormía. Le dio un beso en la frente para luego salir e ingresar en la habitación de sus mellizos, estos como de costumbre, se encontraban durmiendo juntos a pesar de tener camas separadas. Al igual que había hecho con Penélope, los abrigó nuevamente, acercándose a darles un beso a cada uno, y volver a salir dejando la puerta de estos entre abierta. Bajó las escaleras en dirección a la cocina, donde tomó papel y lápiz dejándoles escritas las indicaciones a su madre y hermana, para que supieran cual era la rutina de sus cachorros.
Viktor
"Estoy aquí afuera"
2:51am
"Tu madre y hermana también"
2:52am
Horacio se puso de pie, tomó sus llaves y dejó la nota sobre la isla de la cocina, a la vista de las omegas. Se colocó su chaqueta del FBI y abrió la puerta de la entrada para ver a su madre y hermana platicando con el ruso. Soltó una leve sonrisa e inmediatamente la borró, como ya había hecho costumbre, y le dejó las llaves a su madre. Se despidieron y partió junto al ruso rumbo a la sede.
Durante el camino, el omega puso al corriente al alfa para que una vez allá, fuesen capaces de poner juntos a los demás al tanto de todo. Afortunadamente logró hacerlo antes de llegar, puesto que el alfa no estaba ajeno al tema como los demás, a quienes avisó por mensaje de que debían reunirse en la sede lo antes posible. Por lo que una vez allí, no tuvieron que esperar mucho por sus compañeros y demás agentes, ya que algunos tenían el turno nocturno y los restantes llegarían pronto. Así que se dirigieron a la sala de reuniones donde Nina ya los estaba esperando con el informe que le habían enviado sobre el caso.
— Espero que sea importante para hacernos venir a la casi dos de la mañana a la sede — le dijo Gustabo a su hermano mientras bostezaba y tomaba asiento junto a Blake y Alanna, recostándose en el hombro de la omega que al igual que él y los demás, llevaban sus pijamas por debajo de la chaqueta del FBI.
— Esto es serio Gustabo — le llamó la atención a su hermano — no se si recuerdan — comenzó dirigiéndose a los demás — pero tanto V como yo llevamos asistiendo a varias reuniones durante los últimos dos años, y algunos de ustedes han podido estar presente en una que otra de ellas...
— 10-4 — respondieron los demás mientras que escuchaban atentamente.
— Pues ha llegado el momento en el que podemos compartir con ustedes toda la información — dijo el omega mientras miraba al ruso indicándole que podía apagar la luz, para que la presentación se viese mejor.
— Les presentamos al grupo criminal estadounidense apodado "Los Zetas" — comenzó a decir Volkov — mejor conocido como el caso LZ-13; son un grupo clandestino que hemos estado vigilando con las sedes de Nueva York, Boston, Los Ángeles y Washington.
— La sede de Boston — tomó ahora la palabra el omega — infiltró a uno de sus agentes hace un año aproximadamente para que fuese nuestro informante — indicó mientras en la pantalla aparecía la imagen del nombrado.
— Y este ha sido el que hoy hace aproximadamente dos horas — volvió a hablar el subdirector mientras que cambiaba de imagen la presentación — informó de que el grupo estará teniendo una subasta clandestina, al mismo tiempo que se hace una celebración en la parte superior de un hotel en el centro de la ciudad.
— Parece ser que estos llevan en la ciudad unos dos, incluso podrían ser cinco días finalizando los detalles para llevar una de estas acabo — finalizó el omega — por lo que deben de haber hecho compras elevadas para conseguir lo necesario en tan poco tiempo.
— Así que toca desvelarnos para investigar... — comprendió el agente especial al mando, para luego obtener un asentimiento de cabeza por parte de su hermano.
— Nina — la llamó Volkov — crees que con la información que nos entregaron sobre la fiesta, el lugar y la hora, ¿puedes conseguirnos algo más de utilidad?
— 10-4 jefe — respondió esta mientras que tomaba su tableta y comenzaba a investigar.
— Alanna — llamó ahora Horacio — ¿te comunicas con Collins y Greco para que la LSPD y la LSSD nos envíen mañana un escuadrón con sus mejores agentes?
— Sin problema, ya me encargo — aceptó mientras se ponía de pie, para sacar su móvil y hacer las llamadas algo apartada de estos para no interrumpirles.
— ¿Cómo vamos a proceder? — interrogó Gustabo mientras analizaba las posibles situaciones a las que se podían enfrentar.
— Aún no lo hemos discutido — le respondió su hermano curioso pues sabía que por la mente de este pasaban cosas — ¿qué tienes en mente? — preguntó haciendo que la atención de los demás se dirigiese al alfa de cabellos rubios.
— Van a necesitar ojos y oídos allá adentro... — comenzó a explicar su idea — es importante que al igual que se hizo antes, haya alguien infiltrado para que de esta forma vaya brindándole información a los demás y sepan por donde ingresar, cuántos son y cual es el panorama con el que nos vamos a encontrar una vez ahí.
— ¿Quieres que infiltremos a alguien como conejillo de indias? — le cuestionó Volkov — eso podría ser una misión suicida.
— Lo puede ser para cualquiera, menos para mi — dijo seguro de si mismo — vamos, ¿en cuantas infiltraciones no he estado y todo ha salido bien?
— Esto no es lo mismo — tomó la palabra el omega — aquí hay un 90% de probabilidad de que las cosas salgan mal.
— Por lo que me encargaré de serles de mucha ayuda antes de que eso suceda — finalizó recostándose de su silla.
Horacio y Volkov intercambiaron miradas, sabían que el rubio tenía un buen punto. Con alguien dentro, podrían tener una mejor oportunidad para saber cómo y por donde ingresar, además de que como este mismo había planteado, tendrían un panorama más amplio de cómo sería la situación desde el interior.
— Lo discutiré con Uve — dio por finalizado el tema Horacio — por ahora, hagan lo que se les asignó y quienes aún no tengan tarea asignada... descansen lo más que puedan y regresen aquí a las 9:00 a.m. Sean puntuales y estén atentos a sus móviles.
Terminó de decir el director, dando pie a que los demás salieran de la sala de reuniones, dejando a los directores solos al tiempo que Gustabo se dirigía a su oficina. Tanto Horacio como Volkov soltaron un suspiro, tomando lugar en sus asientos, y mientras que el alfa se recostaba en la silla, el omega se sentaba sobre la mesa al lado de este.
— Le diré a mi madre que tendrá que quedarse todo el día, y probablemente toda la noche con ellos — dijo el omega refiriéndose a sus pequeños, mientras que sacaba su móvil y el alfa lo observaba — tenemos mucho que hacer antes de dar inicio al operativo.
— De acuerdo... — aceptó el alfa mientras se inclinaba hacia enfrente en su silla — ¿qué opinas de lo que sugirió Gustabo?
— Yo... — comenzó a decir luego de enviar el mensaje y dejando su móvil de lado — no estoy seguro... es muy arriesgado, podrían hacerle daño, incluso matarlo y no podría perdonarme jamás que mi hermano muera por una orden que yo hice — decía mientras caminaba de un lado a otro — pero al mismo tiempo el maldito tiene razón...
— Por eso te pregunto, Horacio... — tomó la palabra ahora el alfa — podemos hacer el plan partiendo de que lo capturen, si contamos con eso y lo incluimos en el plan, será más fácil seguirlo y sacar a tu hermano de ahí cuando las cosas se compliquen.
— ¿Dices que lo usemos como carnada?
— Digo... — se acercó y le tomó de los hombros para que este fijase su atención en él — digo que si nos preparamos para el peor escenario, no habrá tanta posibilidad de que suceda algo con lo que no contemos, así podemos designar a unos agentes para que mientras se hace la intervención, vayan por él y lo pongan a salvo.
— ¿Y si le hacen algo antes? — indagó preocupado, pasando por alto la cercanía entre ellos.
— No tendrán tiempo — respondió com simpleza y confiado — recuerda que estarán centrados en la venta y en que precisamente el FBI no se les aparezca.
— Tendríamos que darle una identificación falsa y una placa de la LSPD — sugirió el omega — si lo atrapan... cuando lo atrapen, es mejor que piensen que es policía antes que un agente del FBI...
— Estoy de acuerdo.
Horacio se tomó un segundo para pensar en todo lo que podría pasar en las próximas 24 horas. Estaba seguro de que acabarían con el caso LZ13 de una vez por todas. Sin embargo, le preocupaba más la vida de su hermano... al igual que las vidas de los agentes y oficiales que enviarían al operativo.
No fue hasta luego de unos minutos en silencio que se percató de la cercanía que había entre este y el alfa. Por un momento pensó en permitirse relajarse y abrazarlo, sentir su aroma a vodka y almendras que tanto extrañaba, pero sabía que si hacía esto estaría yendo en contra de su propia palabra. No podía permitirse volver a ser débil con Volkov, no después de que las cosas estaban bien y los niños estaban felices. Debía seguir como estaban hasta ahora, no ir más allá porque de lo contrario... no habría marcha atrás y temía que la historia volviera a repetirse.
— Voy a mi oficina — dijo apartándose, dirigiendo su atención a la puerta — voy a hacer unas llamadas y luego te aviso para delinear el plan.
— ¿Qué quieres que haga mientras tanto? — quiso saber el subdirector fijando su mirada en este.
— Elige a los agentes y comunícate con Greco y Collins para que te pasen los nombres de los suyos — le pidió antes de salir por la puerta — que los citen para mañana a las 9:30 a.m así tenemos tiempo y pueden descansar un poco más.
— 10-4 — aceptó viendo como Horacio salía e ingresaba en el pasillo de su oficina.
El ruso sabía que sería un operativo arriesgado, debían prever cada mínimo detalle para así reducir los fallos. Pero aun así su preocupación era otra... y era que cierto omega quisiese participar directamente y él no poder resguardarlo...
《Esa Mañana en la Sede》
Luego de haberlo discutido y haber descansado unas dos horas en sus oficinas, había llegado el momento de la reunión con los agentes que estarían activos durante el operativo. Afortunadamente todos habían cumplido y llegado a tiempo para comenzar puntual la reunión.
— Gracias por haber venido con tan poca antelación, pero ya saben cómo son estos casos — comenzó a decir el ruso — como ya sabrán, el director y yo hemos estado trabajando en el caso conjunto con otras sedes del FBI...
Comenzó a explicar a sus agentes, a la LSSD y a la LSPD, agradecían también que Greco y Collins estuvieran presentes y pudieran contar con ellos. Les explicaron el plan y cómo estarían divididos en dos grupos.
— El grupo A será dirigido por el director — el alfa señaló al omega no muy convencido por esto. Sabía que el omega participaría directamente del operativo, por lo que se encargó de que en su equipo estuviesen por lo menos cinco de los mejores agentes para que le cubrieran la espalda. Aun cuando sabía que ninguno lo haría como él... — el grupo A ingresará por el subterráneo para poder entrar con mayor facilidad al lugar donde se estará llevando la subasta.
— Conmigo estarán los seis oficiales de la LSPD y el súperintente Rodríguez — comenzó a enumerar Horacio mientras lo anotaba en la pizarra — junto con los agentes M, B y E.
— 10-4 jefe — aceptaron estos mientras se movían del lado de este en la habitación.
— El grupo B será dirigido por el subdirector — indicó el omega señalándolo — con él estarán los de la LSSD y el Sheriff Collins junto con el agente G, W y P — según iban siendo mencionados, estos se movían al otro extremo de la sala.
— El agente especial al mando — señaló el ruso a Gustabo — estará infiltrado desde dos horas antes de que nosotros ingresemos, por lo que el plan comenzará desde que este ingrese.
— Se le asignará una persona para que sea quien mantenga comunicación con él desde aquí... — comenzó a decir Horacio mirando a su hermano — sabemos lo que sucederá, así que una vez lo descubran... se movilizará junto con un miembro de cada facción para ponerlo a salvo, y sacarlo del lugar antes de que las cosas se compliquen.
— ¿Quedó todo claro? — preguntó en alto el subdirector recibiendo una afirmación por parte de todos los presentes — bien... vayan a prepararse y a repasar el plan junto con las estrategias. Cualquier duda pueden comunicarse con el director o conmigo.
— Mientras tanto — tomó la palabra Horacio — los quiero frente a la sede a las 17:00 horas, ni un minuto más, ni minuto menos.
Todos salieron de la sala de juntas dejando nuevamente a los directores platicando, pero esta vez con la agente Monier y el Sherif Collins. Greco por su parte, no había procesado todo lo que había escuchado. Si bien tenía en claro su deber, le preocupaba el rol que ocuparía Gustabo. Por lo que sin dudarlo, salió hacia la oficina de este donde esperaba encontrarlo, ya que el agente especial al mando había salido rápido del lugar.
Para su suerte, lo encontró allí observando el traje de gala que le habían asignado para el operativo, sería complicado ya que en este no podría ocultar ningún arma y sería un blanco fácil, pero el alfa contaba con sus propios trucos.
— ¿En qué estabas pensando? — le dijo Greco mientras que ingresaba a la oficina — es una misión suicida, te van a atrapar antes de que podamos ingresar.
Le cuestionó sin medirse, puesto que aún en su cabeza no podía procesar el hecho de que este fuese a arriesgar de esa forma su vida.
— Lo sé — respondió este mientras dejaba el traje de lado — pero es la mejor jugada que podemos hacer con el tiempo que tenemos.
— ¡Te estás arriesgando a que te peguen un tiro Gustabo! — le habló con una notable preocupación en su tono de voz.
— No hay diferencia entre la infiltración de hoy y nuestro pan de cada día — respondió tranquilo a la vez que se volteaba para quedar frente a este y notar lo afligido que este estaba.
— En el trabajo de campo, nos cuidamos — comenzó a decirle — tenemos compañeros a nuestros lados para que nos cubran las espaldas; una vez ingreses en ese hotel... estarás por tu cuenta.
— Entonces espero que hagan bien su parte del trabajo para que me saquen de ahí antes de que esa bala llegue a mi cabeza — dijo con una media sonrisa, restándole importancia al asunto en un intento de que el de barba se calmase.
— Hablaré con Volkov y Horacio, les haré cambiar de opinión o que escojan a otra persona... — siguió insistiendo mientras se volteaba para salir por la puerta, pero era detenido por el rubio
— Oye... — lo llamó por lo bajo mientras que lo tomaba por ambas manos y buscaba su mirada — yo fui quien les sugirió hacer esto y quien se ofreció... — soltó un suspiro — sé que esto es muy arriesgado, que las cosas muy probablemente salgan mal y todo lo que estás pensando... pero ahora mismo necesitamos movilizarnos antes de que las cosas se salgan de control y les perdamos el rastro a esa gente por Dios sabe cuanto tiempo más.
— Lo entiendo pero... — quiso seguir insistiendo pero en lugar de esto el alfa lo interrumpió con un abrazo, un abrazo que este no tardó en corresponder.
Gustabo permitió que su aroma a chocolate amargo cubriera su oficina para que de esta forma el otro alfa fuese capaz de percibirlo y se relajase un poco. Claramente entendía la preocupación y el miedo del contrario, después de todo él sabía que estaba haciendo algo arriesgado, pero ya no había marcha atrás. Habían realizado el plan partiendo de su sugerencia de infiltrarse, y desistir de esto sería cambiar el plan por completo... y este es un lujo que no pueden darse.
— Voy a estar bien... — le dijo el rubio luego de unos segundos — en la noche estaremos riéndonos de todo esto, puedo ir a tu casa, cenamos y vemos una película juntos.
Greco soltó un suspiro, sabía que no había nada que podía hacer para que el otro alfa cambiase de idea. Además de que tenía razón y no podía cambiar el plan a tan pocas horas de que este se llevase a cabo, así que pensó en cómo poder ayudarlo sin que tuviesen que cambiar los planes.
— Está bien — terminó accediendo el de barba haciendo que el rubio sonriera — pero estarás comunicándote conmigo en todo momento, hablaré con Horacio para que me asigne a mi como tu central con la sede.
— Contaba con eso — respondió sacándole ahora una sonrisa al de barba.
Si bien estos habían retomado hace unas semanas lo que habían comenzado a tener hace meses, ahora se sentían como si el tiempo no hubiese pasado. Aun cuando los primeros días no sabían cómo retomar las cosas, luego todo comenzó a salirles de manera natural y ellos sólo habían fluido.
— Entonces... — comenzó a decir nuevamente el de aroma a jengibre — ¿cena y películas en mi casa?
— 10-4 — respondió dándole un beso rápido en los labios a este dejándolo sorprendido, para luego caminar hacia la puerta — pero yo escojo la película.
— Me parece bien — le respondió con una sonrisa, mientras que caminaba hacia este y ambos salían de la oficina. Debían reunirse con los demás para contarles sobre lo que habían acordado en relación al plan y así comenzar con este.
Ambos alfas se reunieron de nuevo con lo directores para comentarles lo acordado. Como era de esperarse, estos no objetaron al respecto y le indicaron al superintendente que él sería el encargado de extraer a Gustabo del lugar, junto con los tres agentes que habían indicado previamente. Una vez esto claro, cada uno fue a prepararse y asegurarse de que todos estuviesen claros y las cosas bajo control. Estuvieron ocupados hasta el momento de que Gustabo partiese.
— Recuerda que si en algún momento tienes la oportunidad de salir antes de que todo se complique...
— Me escabullo y escapo como una rata — le dijo a su hermano, el cual a pesar de todo estaba preocupado por él — tranquilo, ya estás como el barbas — dijo haciéndolo reír mientras que observaba al mencionado hablar con Volkov, no muy apartados de estos.
Horacio no era tonto, al igual que Gustabo había notado que él y Volkov se llevaban mejor, él también se había percatado de que su hermano y el alfa con aroma a jengibre parecían estar más unidos, como lo estaban hace varios meses atrás.
— Oye... — le volvió a hablar el rubio sacando al omega de sus pensamientos — sé que esto tal vez se escuche raro viniendo de mi... — comenzó a decirle dejando a su hermano confundido — sólo... asegúrate de que Greco no cometa una locura, ni entre en una crisis cuando las cosas se compliquen por mi parte, ¿vale?
Horacio notó como mientras el rubio le pedía esto, actuaba algo nervioso y no dejaba de mirar detrás de este, donde sabía que se encontraba el mencionado; sin embargo, se guardaría esto para platicarlo con calma una vez el operativo estuviese completado y encontraran un momento a solas.
— ¿Estás listo? — preguntó Greco uniéndose a ellos, junto a V y dirigiéndose al alfa.
— 10-4 — respondió con una sonrisa mientras que se arreglaba el traje y se colocaba sus gafas.
— Ve informándome de todo lo que veas y suceda desde que te bajes del auto hasta...
— Tranquilo — interrumpió Gustabo al de barbas — todo saldrá bien — le abrazó rápidamente para luego tomar las llaves del auto que Volkov le estaba extendiendo, y así colocarse el auricular que lo mantendría en contacto con Greco. Caminó hacia el estacionamiento, siendo observado por los dos alfas y su hermano.
Una vez Gustabo desapareció del alcance visual de estos, Greco ingresó nuevamente en la sede para ir a la sala donde estaría llevándose acabo toda la logística del operativo, y donde pasaría la mayor parte de esta comunicándose con el rubio.
Volkov y Horacio por su parte permanecieron en las afueras por unos segundos, pensando en todo lo que había sucedido en tan poco tiempo y todo lo que aún les faltaba por hacer, y es que el operativo recién iniciaba. El alfa por su parte llevaba debatiendo por el hecho de que el omega fuese a participar directamente en el operativo. La única condición que este le había exigido cuando se separaron, había sido precisamente esta, y ahora no estaba seguro de comentárselo; ya que esto podría desencadenar una discusión entre estos, y llevaban ya una muy buena racha sin que una se hiciera presente. Sin embargo, estaba a punto de hablar cuando el móvil del omega sonó.
— Son los niños — le dijo ilusionado el omega al ver el número de su madre en la pantalla, e imaginándose ya quienes estarían del otro lado cuando aceptase la videollamada — vamos rápido adentro — le dijo mientras ingresaba con una sonrisa y se detenía frente a las escaleras, junto con el alfa para contestar.
— ¡¡¡Hola!!! — escucharon al unísono las voces de sus tres pequeños con una sonrisa en cada rostro.
Si bien estos debían de haber ido a la escuela, tanto el alfa como el omega acordaron que era mejor que se quedasen en casa junto a Charlotte y Maia. Así estarían tranquilos, tanto ellos como los niños .
— Hola mis bebés — los saludó Horacio, al tiempo que tanto él como el subdirector, se retiraban sus máscaras — ¿cómo están mis pequeños?
— La abuela nos preparó el desayuno y la tía el almuerzo — les contó Penélope.
— ¿Y se lo comieron todo verdad? — les preguntó el ruso recibiendo tres asentimientos de cabeza como respuesta — muy bien.
— ¿Qué hacían? — preguntó curioso Lucas.
— Estamos trabajando, campeón — le respondió Volkov — ¿y ustedes qué hacían?
— ¿Все ли в порядке, папа? (¿Todo está bien papá?) — preguntó la más pequeña de sus cachorros haciendo que ambos voltearan a verse — Nous nous sommes levés et papa n'était pas là (Nos levantamos y papi no estaba aquí)
— Sí princesa — le respondió Horacio — todo está bien, sólo tuve que ir al trabajo temprano, y la abuela y tu tía Maia llegaron para quedarse con ustedes y así pasar el día juntos mientras terminamos.
— ¿Cuándo vienes a casa? — le preguntó Lucas interrumpiéndolo.
— ¿Papá puede venir contigo? — pidió de prisa Penélope — Таким образом, мы можем провести некоторое время вместе (Así podremos pasar un tiempo juntos).
Nuevamente el alfa y el omega intercambiaron miradas — ya veremos... — dijo Volkov tomando la palabra — pero primero deben comportarse con su abuela Charlotte, hacer sus tareas y cuando su padre y yo terminemos por aquí... veremos qué se puede hacer, ¿les parece bien?
— Vale — respondió la mayor, haciéndose notar un brillo especial en sus ojos.
— Nosotros debemos marcharnos — dijo Horacio al ver como Nina les hacía una seña apenada — hagan caso a lo que les dijo su padre, volveremos en la noche, los amamos — dijo apresuradamente, al mismo tiempo que ambos se despedían para luego cortar la videollamada.
— Lamento haberlos interrumpido... — les dijo Nina tímidamente tratando de captar la atención de ambos, pero sólo obteniendo la del subdirector — de haber sabido que hablaban con sus hijos yo...
— No se preocupe Williams — le cortó la palabra el ruso — ¿qué sucede?
— Los necesitamos en la sala de reuniones — explicó mientras que le entregaba la tablet que llevaba en sus manos — quieren repasar el plan una última vez antes de proceder...
— 10-4 — aceptó Volkov, para luego voltear a ver a Horacio y percatarse de que el omega continuaba mirando la pantalla de su móvil — Орасио ¿Vous allez bien? (Horacio, ¿estás bien?).
El omega se había quedado perdido en sus pensamientos. La realidad es que no había tenido tiempo para descansar desde que salió de su casa en la madrugada, y ahora con la llamada de sus pequeños, sólo podía pensar en estos y en que había pasado mucho tiempo desde la última vez que estuvo en un operativo, como el que se estaría llevando a cabo.
— ¿Me escuchas? — el alfa lo sacó de sus pensamientos.
— Sí — respondió tomando la tableta de las manos de este, para luego caminar junto a Nina, dejando al ruso atrás — ¿están todos en la sala de reuniones?
— 10-4 jefe — le respondió la rubia mientras le seguía el paso.
Volkov por su parte se había quedado analizando la forma de actuar del omega, no era tonto, podía sentirlo y este estaba más preocupado de lo que imaginaba. La última vez que estuvo en un operativo de esa magnitud, fue antes del nacimiento de los mellizos; y las cosas no habían salido muy bien. Motivo por el cual el alfa con aroma a vodka y almendras estaba el doble de preocupado. Había decidido que no le mencionaría a este su opinión sobre que no debería de participar en el operativo, sin embargo se iba a encargar de estar al pendiente de este y de cuidarle la espalda por encima de todos.
《Una Hora más Tarde》
— Recuerden que la vida de su compañero es lo más importante — les decía el omega a sus agentes — sus vidas son la prioridad, si algo sucede saquen a sus compañero del lugar sin dudarlo.
— Ya saben lo que deben hacer — continuó el alfa — todos deben estar en la frecuencia de operativos 170.37, además el equipo A usará la 171.30 y el B la 172.30 cuando estemos divididos; el director y yo estaremos en las tres, ¿quedó claro?
— 10-4 — respondieron todos al unísono.
— Bien, ya saben que hacer — les dijo Horacio — terminen de equiparse, nos vemos aquí en 5 minutos.
Todos obedecieron y mientras que algunos fueron a terminar de equiparse, otros fueron a sacar los vehículos para tenerlos listos y poder marcharse de inmediato. Los directores por su parte, se quedaron en su lugar y soltaron un suspiro pesado.
— Uve... — lo llamó el omega — todo saldrá bien, tranquilo — le dijo más para sí mismo que para el alfa.
— Lo sé — le respondió mientras entraba en las radios mencionadas — oye... ¿te parece si...?
— La 17.31 — terminó de decir por él Horacio — fue a la primera que... ingresé — reveló dejando sorprendido al alfa.
Ambos habían establecido esa frecuencia privada sólo para ellos para poder comunicarse durante los operativos, y esos ahora viejos tiempos, en los que patrullaban juntos. Por lo que el alfa se sorprendió por el hecho de que el omega hubiera ingresado en esta, antes de este habérselo pedido.
— ¿Vamos? — le dijo el omega pues se había puesto algo nervioso — me aseguraré de que los autos estén listos para salir. Finalizó para luego marcharse del lado de este, antes de que el alfa pudiera responder.
Los minutos pasaron y la hora de partir llegó, así que se dividieron en sus grupos y salieron de la sede; con el objetivo de salir victoriosos, sanos y salvos del operativo, para poder volver todos con sus familias.
《Mientras Tanto con Gustabo》
El alfa se bajaba del auto para entregarle las llaves a un joven que era el encargado de estacionar los vehículos de los invitados. Como era de esperarse, el lugar se encontraba abarrotado de gente vistiendo prendas finas y con porte elegante por todas partes. Por lo que continuó con su papel y se dirigió al interior del edificio con un paso determinado.
— Buenas noches caballero — lo detuvo un sujeto en antes de ingresar a la recepción — ¿podría ofrecerme su identificación para comprobar que esté en la lista?
— ¿Disculpe? — le preguntó ofendido el alfa.
— Su identificación... señor... — le repitió algo nervioso por la actitud que este había tomado.
— ¿Acaso tiene idea de con quien está hablando? — mantuvo el tono mientras que se ganaba la atención de los más cercanos, haciendo que el hombre se pusiese más nervioso.
— Lo siento señor yo...
— Mi nombre es Bjorn Kristiansen y no creo haber sido invitado a este lugar para ser ofendido de esta forma — denotó su molestia mientras que otro sujeto vestido igual que este se acercaba.
— ¿Qué ocurre aquí? — cuestionó — acabamos de iniciar y ya hay mucho alboroto — fingió molestia mientras que reprendía a su compañero — Señor Kristiansen — fingió sorpresa al verlo — pase por aquí por favor, lamentamos mucho este inconveniente — le dijo mientras que lo guiaba al interior, dirigiéndolo hacia el lugar donde se estaría llevando acabo la subasta clandestina.
— ¿Gustabo? — escuchó el rubio como Greco le hablaba por el comunicador — Gus, ¿me recibes?
— 10-4 — respondió disimuladamente por lo bajo, al mismo tiempo que observaba a su alrededor examinando cada rincón del lugar.
Se pudo percatar que, si bien contaban con que habría seguridad en el lugar, se encontró con más de los que habían previsto. Estaban en cada esquina y algunos con armas a simple vista, simulando ser los guardias de seguridad del evento. Esto alarmó al alfa, sobre todo por el hecho de que muy probablemente en la zona inferior donde se estaría llevando a cabo subasta, habrían el doble de los que podía ver en este momento.
— ¿Qué ves? — le siguió preguntando el alfa por el comunicador, pero este no le respondió.
— Por aquí — le dijo el hombre que lo estaba escoltando e ingresaban a un elevador.
— Te encontré más rápido de lo que pensaba — le dijo García a su acompañante a la vez que se ajustaba las mangas del traje — agente Clark... — dijo reconociendo al agente de Boston que llevaba infiltrado en la organización desde hace un año — lo que significa que pudo recibir nuestro mensaje, teníamos nuestras dudas sobre si le llegaría o no.
— Técnicamente yo fui quien lo encontró — le respondió este — y sí, lo recibí con suerte, ¿cómo pensaba ingresar aquí de yo no haber estado al tanto?
— Las infiltraciones son lo mío — respondió para luego hablarle al de barbas por el auricular — me encuentro con el agente C — le informó — necesitaremos modificar un poco el plan, habrá que solicitarle más agentes a las otras sedes, son más de los que teníamos en cuenta.
— ¿De cuántos estamos hablando? — le preguntó mientras que tomaba un bolígrafo para comenzar a anotar.
— En la parte superior por lo menos cinco con armas largas y otros siete con armas cortas — le explicaba apresurado pues el elevador estaba por llegar a su destino — debes decirle a H y a V que cambien la parte C del plan por la segunda opción, el techo está reforzado.
— 10-4 — le respondió el alfa — ¿cuál es tu ubicación ahora?
— Estoy bajando al lugar de la subasta — explicó — ya abre el elevador... — informó dejándole saber que sólo podría escucharlo.
— De acuerdo, vas muy bien — le dijo el de barbas mientras verificaba unas cosas en el ordenador.
El elevador se abrió y tanto Gustabo como el agente Clark se toparon con los demás miembros de la organización y varios invitados. El alfa salió y actuó como si no supiese quien era el sujeto que tenía a su lado, y dirigirse así a la mesa de registro, para continuar actuando lo más natural posible. Como era de esperarse, algunos sujetos lo miraron extrañado, y para tratar de despistarles, les mostró su identificación falsa, haciendo que le indicasen el lugar al que debería ir a ubicarse. Sabía que el tiempo que tendría antes de que lo descubrieran no era mucho, por lo que se aseguraría de que cada segundo que pasase ahí valiese la pena.
— Caballeros — se escuchó la voz de un sujeto, el cual Gustabo al observarlo, identificó de inmediato al el líder del grupo conocido como 'El mercenario' — gracias a todos por venir, recuerden que durante la noche de hoy estaremos viendo muchos objetos y reliquias importantes — puntualizó. Durante su discurso, el alfa no paraba de analizarlo — algunos valiosos y otros muy valiosos — dijo esto último riendo y contagiando a los demás, pues todos entendieron a lo que se refería — sin más que decir por el momento, podemos comenzar.
《Mientras Tanto》
Horacio y Volkov se encontraban cada uno en sus posiciones asignadas, junto con sus respectivos equipos. Estaban ingresando al edificio y todo estaba saliendo de acuerdo al plan. Sin embargo, les parecía que estaba siendo demasiado fácil, luego de haberse estado preparando y detallando sus estrategias.
— V ¿Est-ce que vous me copiez? (V, ¿me copias?) — le preguntó el omega al subdirector por la radio privada de estos.
— 10-4 — respondió casi de inmediato el ruso —¿Всё в порядке? (¿está todo bien?) — le indagó preocupándose.
— Да (Sí) — respondió despreocupándolo, al tiempo que le indicaba a su grupo por donde ir, mientras que tanto Blake como Alanna acataban sus instrucciones y procedían con los demás, pero sin apartarse mucho de su jefe — один Je pense que quelque chose Это неправильно (sólo creo que algo está mal).
— Вероятно (Probablemente) — le dio la razón, registrando mientras con cuidado la zona — ne descendez pas Гвардия (no bajes la guardia).
— Я знаю (Lo sé) — aceptó para luego asentir con la cabeza otorgándole el permiso a sus agentes para proseguir — es que...
— Volkov, Gustabo, ¿me copian? — escucharon de repente a Greco llamarlos algo alterado por la otra frecuencia en la radio.
— 10-4 — respondieron a la vez.
— ¿Qué ocurre? — dijo ahora el omega mientras se detenía en su lugar — ¿todo está en orden?
— No — respondió de inmediato — es Gus, no contesta y lo último que escuché no fue nada agradable.
— ¿A qué te refieres? — cuestionó confundido el ruso.
— Creo que... — comenzó a decir haciendo notorio un hilo de voz formándose nuevamente en su garganta — le hicieron algo, lo lastimaron y estoy consiente de esto. Lo... lo escuché todo... escuché un disparo... — reveló alertando a ambos y haciendo que tanto el alfa como el omega se detuviese en su lugar.
— ¿En cuánto llegas a por él? — preguntó deprisa Horacio mientras se recomponía y volvía a tomar la delantera con su grupo.
— Estoy saliendo de la sede — informó al tiempo que se escuchaba como ingresaba a su patrulla — que los dos agentes que me iban a acompañar me esperen en cinco minutos en el punto de encuentro.
— Recibido — dijo Horacio — para luego cambiar de frecuencia y hablar por la general del operativo — Eduardo, Gastón — los llamó — vayan al punto de encuentro para que junto con R vayan por G y lo pongan en una posición segura de inmediato.
— 10-4 — acataron ambos para luego dirigirse a la ubicación.
Horacio tenía nuevamente esa horrible sensación que no lo había abandonado desde que el operativo se planeó. Sabía que la idea de su hermano de ponerse en una situación tan comprometedora no era buena idea, y ahora estaba por pagar las consecuencias de sus malas desiciones.
— Перестаньте думать comme ça... (Deja de pensar así...) — escuchó al alfa por su radio compartida, nuevamente dejándolo sorprendido — ce n'est pas votre вина (no es tu culpa).
Horacio sonrió. Si antes no sabía cómo lo hacía, ahora con todo lo que había pasado era menos capaz de descubrirlo. Y es que el hecho de que el alfa supiese lo que estaba pasando por su cabeza era algo que nunca parecía que cambiaría. Por lo que luego de unos segundos en silencio y sin darle una respuesta, prosiguieron ambos con sus objetivos.
《Devuelta con Gustabo》
El alfa había sido identificado y separado de la sala de subasta por dos sujetos, quedando así acorralado como lo estaba ahora, en el suelo frente a más de siete sujetos. Estos lo habían llevado a él, junto con el agente Clark para darles una paliza; resulta que el grupo mercenario tenía las sospechas de que había un infiltrado entre ellos desde hace unos meses, pero no estaban seguros de quién era hasta que le dieron al agente Clark información falsa sobre la subasta, que estarían realizando ese día. Y lamentablemente este había caído en el cebo... lo que repercutió en la pérdida de vida de este, pues como se decía en ese mundo, lo que haces en la calle, en la calle la pagas; y este lo había pagado con una bala entre ceja y ceja. Mientras que Gustabo... pues lo habían comenzado a golpear desde que lo tuvieron a solas, hasta que este perdió la cuenta de cuantos golpes, puñetazos y patadas había recibido en los últimos minutos.
— ¿Entonces creíste que no nos daríamos cuenta de que había un alfa que no era parte de nosotros? — le preguntó con sarcasmo el mercenario.
— La verdad es que contaba con ello — respondió de forma burlona.
Gustabo nunca perdería su forma de ser, aun luego de una paliza como esa. Sin embargo, lo único que a este le preocupaba en estos momentos era el hecho de que no sabía qué tanto había escuchado el alfa de barba por el comunicador. Había tratado de deshacerse del aparato una vez comenzaron a golpearlo, pero no sabía si había tenido éxito; sólo no quería que el alfa se preocupase demás pensando que el disparo había sido dirigido él...
— Despachen a la gente — indicó el jefe — guarden toda la mercancía, debemos apresurarnos... — estaba diciendo cuando fue interrumpido por la risa de Gustabo.
El rubio de ojos azules había soportado miles de golpizas a lo largo de su vida, unas cuantas mucho peores que esta, por lo que a pesar de no verse ni sentirse de puta madre como el mismo diría; estaba seguro de que su hermano y demás compañeros se encargarían de arrestarlos.
— ¿Qué tanto te causa gracia, poli de mierda? — le preguntó intrigado otro de los sujetos.
— Si de verdad... — comenzó a decir con algo de dificultad escupiendo algo de sangre que se había acumulado en su boca — si de verdad creen que he venido solo...
— Al contrario — lo interrumpió ahora Joe — no estábamos seguros de eso, pero sí sabemos prepararnos para cada situación... — dijo con una sonrisa dejando confundido al rubio, mientras que le entregaban un arma larga y la recargaba — no por nada hemos sabido escapar y escondernos de los tipos con tú...
《Unos Minutos más Tarde》
Todo era una caos, muchas cosas estaban pasando al mismo tiempo. Resulta que como le había dicho el mercenario a Gustabo, estos estaban preparados para su llegada. Lo que explicaba la seguridad extra y las armas de más que el rubio había sido capaz de notificar a sus compañeros. El alfa de cabellos rubios estaba colgando, atado de manos arriba, mientras que era vigilado por dos sujetos; y el cuerpo inerte del agente Clark aún yacía en el suelo. Este estaba comenzando a desesperarse, por lo que con las pocas fuerzas que le quedaban iba a intentar realizar una de sus maniobras, hasta que escuchó unos disparos, seguidos de unos pasos apresurados aproximándose.
— Yo me... — comenzó a decir uno de ellos pero una bala en su cabeza lo interrumpió, seguido de otra que impactó en el segundo sujeto, dejando sorprendido a alfa.
— ¿Qué coño..? — preguntó confundido el alfa.
— ¿Gustabo? — se escuchó la voz de Greco, al mismo tiempo que este ingresaba y lo localizaba — por Dios... — dijo al tiempo se acercaba de prisa a este seguido de los agentes Eduardo y Gastón — ¿qué te hicieron...? — dijo más para si mismo, a la vez que con la ayuda de Gastón lo soltaban y Eduardo vigilaba — ¿te encuentras bien?
— Pensaba que nunca vendrías... — dijo con una media sonrisa, mientras que el alfa de barbas lo abrazaba — tranquilo... estoy bien...
— Eso no fue lo que me pareció escuchar por el comunicador — le dijo separándose y examinando su rostro y las heridas visibles. Dándole a entender al rubio que efectivamente, el de barbas había sido capaz de escuchar lo sucedido.
— El agente Clark terminó peor que yo... — dijo señalando el cuerpo — estoy bien, no te preocupes — le dijo en un tono bajo y suave, para que sólo este lo escuchase — ¿nos vamos? — quiso caminar por su cuenta, pero terminó casi cayendo al suelo de no ser por los brazos del de barba.
— No puedes ni mantenerte en pie... — le dijo mientras lo ayudaba, para ser su soporte — Eduardo — lo llamó — ve en frente, Gastón tu atrás... debemos sacar a G de aquí ya para que lo vea un medico.
— 10-4 — respondieron ambos saliendo y dirigiéndose a la ruta de escape.
Estaban ubicándose pero por la situación de Gustabo, no podían agilizar el paso. Por lo que iban en un paso lento, mientras que Greco sólo podía pensar en una cosa, y eso era sacar al rubio de ahí, para llevarlo con un médico y ponerlo en un lugar seguro. Sabía que no era el momento, ni mucho menos el lugar, pero la preocupación y la falta de aire en su cuerpo que tuvo cuando ingresó y lo vio colgando del techo, con las manos atadas, sin camiseta y con todo el cuerpo golpeado más el rostro lastimado... tenía muy en claro cuál era su prioridad en ese momento. Sin embargo, la vida tenía otro plan.
— R, ¿cuál es su posición? — le preguntó el director al de barbas poniéndose a cubierto — ¿tienen a mi hermano?
Tanto el grupo de H como el de V se habían tenido que reunir, ya que debieron cambiar de estrategia al ser descubiertos antes de lo previsto. Estaban rodeados y no estaban seguro de cuánto tiempo iban a poder seguir manteniendo sus posiciones, sin que los refuerzos llegasen.
— 10-4 — le respondió — estamos llegando al sector E para ponerlo a cubierto, G no se encuentra muy bien pero sigue consiente — dijo mirando al rubio, al cual ayudaba a caminar mientras que los demás los seguían cubriéndolos, asegurándose de que nadie los sorprendiese.
— Nuestra posición ha sido comprometida, estamos rodeados y los refuerzos no llegarán hasta dentro de unos siete minutos — se les unió Volkov a la conversación.
— Enviaré a mi equipo adelante y ya luego G y yo nos reuniremos con ustedes — respondió el de barba — no es mucho, pero es lo máximo que puedo hacer.
— 10-5 — respondió de inmediato Horacio, mientras que abatía a dos sujetos — sigan con el plan, no se separen.
— Pero... — quiso refutar el superintendente de la LSPD, sin embargo el director lo interrumpió.
— No podemos arriesgarnos a que les suceda algo por quedarse solos — respondió Horacio al tiempo que recargaba su arma.
— ¡Abatieron a M! — escucharon el grito de Blake por la radio, anunciando que habían abatido a la omega — le dieron en la pierna, necesito ayuda para sacarla de la zona.
Horacio vio como Volkov se acercaba a la posición de esta, donde Blake la estaba cubriendo, para ayudarlo a retirarla de la zona y ponerla a cubierto. Sin embargo, antes de que este pudiese acercarse para levantarla, el omega se percató de que uno de los sujetos estaba hablando por radio, al mismo tiempo que le apuntaba a Volkov. El subdirector no se había fijado en ello, tampoco iba a escuchar su advertencia por todo el ruido que había, por lo que optó por dispararle al sujeto, desafortunadamente se había quedado sin munición...
"No tengo tiempo..." pensó mientras que corría hacia el alfa por impulso y lo empujaba hacia al suelo, al mismo tiempo que el disparo impactaba en el omega.
— ¡Horacio! — gritó Volkov al ver como este caía en el suelo, recomponiéndose y acercándose al omega — ¡hirieron a H! — indicó por la radio —¡necesitamos que nos cubran al agente B y a mí para retirar a los abatidos de la zona y ponerlos a cubiertos YA!
— Vik... — escuchó el alfa como lo llamaba el omega, al mismo tiempo que lo tomaba y recostaba en su pecho, dejando el arma de lado para poder verificar la herida de este.
— Te pondrás bien... — comenzó a decirle mientras que miraba la herida — joder... ¡necesito un médico ya! — dijo el alfa comenzando a desesperarse, al percatarse de la gravedad de la herida.
Horacio estaba perdiendo mucha sangre, el ruso intentaba controlar la herida pero esta no pintaba nada bien.
— Horacio... — le habló olvidándose de todo a su alrededor, sintiendo como las lágrimas amenazaban con caer por su rostro — todo va a estar bien, te pondrás bien...
— Vik... — lo llamó nuevamente por ese apode que el ruso pensó no volvería a escucharlo llamarle.
— No hagas mucho esfuerzo — le dijo a la vez que seguía ejerciendo presión en la herida — ya viene la ayuda...
— ¡Subdirector tenemos que movernos ya! — escuchó como intentaban llamar su atención entre tanto alboroto, pero este sólo podía centrarse en el omega.
— ¿Dónde está la unidad médica? — preguntó más desesperado que antes por la radio, para luego volver a dirigirse al menor — te pondrás bien Horacio, la ayuda ya viene... sólo... sólo no te rindas, ¿vale?
— Los niños... — dijo en un hilo de voz, mientras tosía lastimándose en el proceso inconscientemente — Vik... los niños...
— Te recuperaras pronto, esto no es nada... — le respondió tomándolo en brazos y moviéndose a otra zona, siendo seguidos por Blake y una Alanna que no podía mantenerse en pie por cuenta propia, debido a su herida.
— Viktor... — lo llamó antes de quedar inconsciente, recordándole al alfa aquella horrible noche en la que luego de su discusión, el omega cayó frente a él, descubriendo después que habían perdido un pequeño cachorro.
— Horacio — lo llamó al ver que este cerraba sus ojos — no, no, no, no, Horacio por favor no cierres tus ojos...
Volkov no sabía cómo reaccionar, su alfa interior estaba sufriendo muchísimo en ese momento, pues la posibilidad de perder a este lo estaba superando. ¿Cómo iba a explicarle a sus pequeños?, ¿cómo iba hacer sin él?, ¿esto de verdad les estaba pasando a ellos?, ¿no habían tenido suficiente ya durante los últimos casi dos años, como para ahora tener que afrontar todo esto que estaba por venir?
— ¡Llegaron los refuerzos! — escuchó para luego ver como ingresaban a su posición más agentes de diferentes facciones, junto con el equipo médico quienes se acercaban a ellos.
Volkov sólo se apartó y tomó su arma cubriendo así al personal médico, mientras que estos subían a Horacio en una camilla y ayudaban a Alanna a salir del edificio. Claramente este no iba a permitir que se llevasen a su omega, mientras que él se quedaba en la zona de peligro, así que confiando en sus agentes y la cantidad de refuerzos que habían llegado; supo que sólo sería cuestión de minutos para que los criminales quedasen abatidos, y los demás agentes siendo lo suficientemente capaces de procesarlos, o por lo menos retenerlos en la sede hasta que este pudiese encargarse.
《Una Vez en el Hospital》
— Tenemos un agente federal, herida de bala en hombro — decía la paramédica mientras que esta era seguida de otros dos que caminaban a toda prisa en el hospital, llevando a Horacio en una camilla — posible herida en la carótida, ha perdido mucha sangre.
— Por aquí — les indicó la doctora uniéndose a ellos y verificando los vitales del omega — debemos llevarlo a cirugía de inmediato, consíganme su historial médico.
— ¿Se pondrá bien? — preguntó Volkov con el corazón en la mano viendo como lo alejaban del omega y se lo llevaban a la sala de cirugías.
— Haremos todo lo posible — le dijo la enfermera — ¿podría darnos la información del paciente?, su nombre, familiares, algo que debamos saber, ¿conoce algún familiar al que podamos llamar?
— Soy su... soy... — comenzó a responder algo en shock, mientras que se miraba sus manos y se percataba de la cantidad de sangre que tenía sobre él — soy su esposo.
— Perfecto — le dijo la enfermera — ¿usted se encuentra bien?
— S..si... si, no es... no es mi sangre — le respondió al tiempo que se retiraba sus guantes, para tomar el lápiz y los papeles que esta le ofrecía.
— De acuerdo, tome asiento por aquí y llene estos documentos por su esposo — le indicó mientras que lo acompañaba a tomar asiento — ¿hay alguien a quien le gustaría que llamáramos?, ¿sus padres?, ¿hermanos, hermanas?
— No, no, no — le respondió — Yo... yo lo haré, sólo necesito un minuto — dijo dejando todo de lado y volviendo a ponerse en pie a la vez que sacaba su móvil — necesito... un minuto... — divagaba mientras se alejaba de esta y marcaba rápidamente un número entre sus contactos — por favor...
— ¿Viktor? — escuchó la voz de la madre de su esposo del otro lado — ¿me escuchas?
— Charlotte... — dijo en un hilo de voz, sintiendo las lágrimas cayendo con mayor velocidad por su rostro, mientras que la omega se alertaba.
— ¿Qué ocurre? — dijo alejándose de sus nietos y siendo observada por su hija, la cual junto con Gaia entretenían a los pequeños — ¿están bien?
— Es Horacio — dijo haciendo que la rubia contuviera la respiración — el operativo se salió de control, debí ser yo Charlotte no él, la bala me iba a dar a mi pero él se interpuso y ahora... ahora estamos en el hospital y estaba perdiendo mucha sangre yo... yo no sé qué hacer — le dijo desesperado.
— Voy para allá — le dijo mientras que le hacía señas a Gaia — cariño acompáñame a comprar unas cosas — trató de sonar lo más normal posible, para no alertar a los pequeños — te escribo ahora hija — le dijo al ver que Maia se le acercaba, pero esta sólo tomó las llaves del auto y salió junto con la mayor de sus nietas — ¿Viktor estás ahí? — le preguntó mientras que se abrochaba el cinturón de seguridad — al hospital — le indicó a Gaia la cual sin dudar obedecía.
— Sí... estoy aquí — respondió el ruso mientras que intentaba secar sus lágrimas, fallando en el intento, pues estas parecían no parar.
— ¿Estás solo? — le preguntó preocupada — ¿Gustabo o Greco están ahí contigo?, ¿o cualquier otra persona?
— Gustabo está herido, pero al igual que Greco están finalizando el operativo — le respondió tratando de tranquilizarse — Blake está en el otro piso, Alanna también está herida pero no fue grave, la deben estar revisando ahora — recordó que estos habían ingresado en otra ambulancia luego que ellos.
— De acuerdo — trató de transmitirle tranquilidad con sus palabras — Gaia y yo llegaremos ahí en menos de 10 minutos, hablaré con Alanna y le escribiré a Gustabo para decirle y saber cómo está — le explicó — todo va a estar bien, no te preocupes hijo...
Luego de esto la llamada finalizó, el alfa aún no comprendía cómo había llegado a esta situación tan horrible nuevamente en la que Horacio estaba ingresado, y él debía llamar a sus familiares, porque no sabía en qué estado se encontraba su esposo.
— Mi esposo... — se dijo por lo bajo, mientras que miraba su anillo y comenzaba a darle vueltas a este — joder Horacio... debiste... debiste dejar que me diera a mi... — decía mientras que las lágrimas seguían cayendo — nuestros cachorros te necesitan... yo... yo te necesito...
Odiaba esta situación, odiaba tener que estar pasando por algo como esto otra vez. Y es que no podía evitar recordar, con todo lo que estaba sucediendo, cómo habían terminado las cosas hace casi dos años atrás, cuando perdieron aquel cachorro y su matrimonio fue marcado por un antes y un después...
《Flashback: La Noche que Perdieron al Cachorro》
Volkov ingresó junto con el doctor a la habitación donde se encontraba su esposo, el cual al verlo rápidamente secó sus lágrimas y se removió en su lugar.
— ¿Cómo se encuentra Horacio? — le preguntó el doctor, mientras se acercaba al omega para comprobar sus vitales.
— ¿Qué le pasó a mi cachorro? — preguntó en un hilo de voz el omega, haciendo que el corazón del ruso se estrujase.
Ver a su esposo en ese estado tan vulnerable y apagado era algo que le partía en pedazos su corazón.
— Señor Volkov — llamó el doctor al alfa indicándole que tomase asiento junto al omega, acción que no dudó en realizar, sólo para que el menor se moviese en la cama de hospital en la que se encontraba alejándose de su alfa — quiero nuevamente decirles lo mucho que lamento la pérdida de su cachorro, según el historial que tenemos aquí — dijo mientras revisaba unos papeles — este es el primero que pierden...
— Y el último... — dijo el omega por lo bajo, pero aún así siendo escuchado por ambos — ¿puede decirme ya de una vez lo que de verdad le sucedió?
— Verán... — comenzó a decir soltando un suspiro — voy a ser lo más trasparente con ustedes caballeros, y espero que sea recibido de la mejor manera.
— Sólo responda su pregunta — le pidió Volkov interrumpiéndolo — por favor...
— El estado de su omega — le dijo al ruso — es muy delicado, aún así los abortos espontáneos tienen un 20% de probabilidad de suceder en cada embarazo.
— ¿Qué lo causó? — siguió cuestionando el omega, pues no estaba satisfecho con lo que el doctor les decía. Necesitaba respuestas, no suposiciones médicas.
— Hay dos posibilidades... — comenzó a decir ganándose la atención de ambos — una de ellas es la natural, su bebé no se estaba desarrollando bien por lo que su cuerpo hizo lo que hizo, ocasionando que usted se desmayase como indicó su esposo y terminase aquí — explicó con tranquilidad — pero nuevamente, la gran mayoría de las veces esto ocurre de manera natural, como les sucedió a ustedes, muchas veces ocurre antes de que la pareja se entere que están esperando un cachorro.
— No me está contestando — lo interrumpió Horacio enojado y con los ojos cristalinos — ¿qué lo causó?, ¿por qué me sucede esto cuando en casa tengo tres pequeños sanos cuyos embarazos fueron normales?, ¿por qué me ha ocurrido esto a mi? — dijo esto último mientras que una lágrima caía por su mejilla.
Volkov lo notó y quiso acercarse a este para abrazarlo y reconfortarlo, pero el omega sólo lo apartó generándole intriga al médico.
— ¿Les puedo hacer una pregunta un tanto más personal? — volvió a tomar la palabra, ganándose nuevamente la atención de la pareja — claramente para efectos médicos.
— Por supuesto — accedió el alfa volviendo a tomar asiento en la silla junto a su esposo.
— No pudimos evitar pasar por alto el estado de la marca de su omega — comenzó haciendo que ambos se tensaran — ¿podrían decirme cuánto tiempo esta lleva así?
— ¿A qué se refiere? — preguntó Volkov confundido, pues con todo lo que había estado pasando esas últimas semanas con el tema de su hermana, su destinada, más las discusiones con Horacio, y el trabajo, no se había percatado de este detalle.
— Alrededor de 3 semanas... — respondió con simpleza el omega, mientras que agachaba su cabeza y jugaba nervioso con sus manos — aproximadamente...
— ¿A qué te refieres? — le preguntó directamente a su esposo, mientras que se ponía de pie — ¿qué tiene tu marca? — dijo acercándose y observando el lado izquierdo del cuello de este, donde la marca que le había hecho hace unos años atrás se encontraba.
Fue en ese momento en el que se percató de lo cambiada que estaba. ¿Cómo había podido ser tan despistado como para haber dejado pasar esto de largo?
— Supongo que... — comenzó a decirle Horacio algo resentido — otra cosa más a la lista de cosas que haz descuidado últimamente...
Volkov lo miró y la sorpresa no dejaba de estar presente en sus ojos. La marca de Horacio que antes lucía impecable, ahora estaba comenzando a pagar factura por todo lo sucedido. Y es que si bien antes habían tenido sus desacuerdos, siempre se encargaban de hacer lo necesario para que ni su lazo, ni Horacio se viesen perjudicados. Pero esta vez fue tanto el cúmulo de cosas por ambas partes, que cuando el omega se percató hace unas noches atrás, ya era demasiado tarde.
— No creo que sea necesario decirlo pero... — comenzó el médico nuevamente al notar cómo el ambiente se tensaba — esto puede ser perjudicial para su salud en estos momentos de recuperación por el aborto — le dijo directamente al omega — deben apoyarse y sanar juntos su unión para que el proceso sea más...
— No — lo interrumpió Horacio dejando sorprendido al médico y más confundido a Volkov — sanaré por mi cuenta y me apoyaré en mi familia y mis cachorros.
— Pero... — comenzó a decirle Volkov — yo soy tu esposo, soy tu familia y también son mis cachorros...
— Ya tomé mi decisión — dijo evitando la mirada de este, para luego sentir como V se ponía de pie y salía de la habitación a toda prisa, dejándolo a solas con el doctor.
Estaba consciente de los riesgos para su salud que representaba el alejarse de su esposo, sobretodo con el estado en el que se encontraba ahora, sumándole la pérdida de su cachorro. Sabía que eran muchas cosas con las que tendría que lidiar, pero prefería pasar tanto el duelo por la pérdida, como las consecuencias de su marca... solo. Aún cuando esto pudiese costarle más de lo que podía tolerar en esos momentos.
《Fin del Flashback》
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Se que llevaba mucho sin actualizar pero entre la universidad y lo extenso que ha sido este capítulo casi no había tenido tiempo. La semana que viene todo vuelve a la normalidad.
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