Capitulo 18: Penélope
La semana había transcurrido con tranquilidad nuevamente. Horacio se había excusado de haber salido abruptamente de esa reunión al inicio de la semana, pero una vez estos entendieron el motivo, le dijeron que no se preocupase y así luego darle los últimos detalles que se discutieron en su ausencia. Volkov por su parte había estado supervisando a los últimos agentes que habían contratado junto con Blake y Alanna ya que, si lo que Horacio le comentó sobre esa reunión era cierto; necesitarían más agentes capacitados de los que ya tenían lo antes posible. Por lo que entre una cosa y otra, volvió a llegar el fin de semana, y no había nadie más feliz que Penélope.
Justo ahora, se encontraban de camino al lugar donde iban a pasar el día los tres juntos. Volkov había insistido en pasarlos a recoger a casa de Charlotte, luego de que el omega dejase con esta a los mellizos, ya que tanto Greco como Gustabo y Alanna, debían seguir trabajando. Así que Horacio dejó su auto estacionado en la casa de su madre y junto a Penélope, ingresaron en el auto del ruso una vez que este llegó.
《En el auto de Volkov》
— ¿A dónde iremos? — preguntó emocionada desde el asiento de atrás, mientras que se hacía para enfrente un poco, tratando de estar más cerca de sus padres.
— Vamos a un lugar donde puedas divertirte y luego a otro a comer algo delicioso — le respondió Horacio con una sonrisa, haciendo que esta comenzase a dar pequeños saltitos en su lugar.
— ¿Te gusta esa idea? — le preguntó Volkov con una sonrisa ya sabiendo la obvia respuesta.
— ¡Siii! — exclamó — ¡me encanta! y me encanta más que ambos estén conmigo — dijo esto último con un tono de felicidad que tanto V con H no pudieron evitar pasar por alto.
Ya habían olvidado cuando fue la última vez que vieron a su primogénita así de alegre. Y a Horacio le hacía reflexionar sobre cómo actuarían los mellizos; estos a diferencia de Penélope, eran muy pequeños cuando él y Volkov dejaron de convivir, tenían tres años, por lo que no habían alcanzado a crear tantos recuerdos con ambos, como sí lo hizo con Penélope de cinco. Haciéndole entender el por qué cuando habló con sus pequeños, hace tiempo atrás para decirles que su padre no viviría más con ellos... sus reacciones fueron tan diferentes.
《Flashback 8 Meses después de la pérdida del cachorro》
Horacio se encontraba viendo una película en la sala de estar en su casa, junto con sus cachorros. Estaban los cuatro en el sofá tranquilamente cuando el omega sintió a su hijo recostarse a él. Lo miró con dulzura y luego a sus niñas que estaban junto a su pequeño. En momentos así lograba sentirse pleno, se sentía en paz... a pesar de todo lo transcurrido los últimos meses, aunque claro, no podía evitar sentir que algo faltaba... más bien alguien del otro lado del sofá junto a su primogénita. Y es que aún no se había acostumbrado a estar sin este en la casa y algunas veces no podía negar que dudaba y se cuestionaba a sí mismo, si el hecho de haberlo "echado" de la casa... había sido lo correcto.
— ¿Papi? — le preguntó Lucas por lo bajo llamando su atención — ¿êtes-vous ok? (¿Estás bien?) — le preguntó el pequeño haciendo que a este se le creara un nudo en la garganta.
— Te amo... — simplemente le dijo a su hijo mientras le acariciaba la cabeza.
— Te amo, Lucas — escuchó a Lily quien estaba junto a este y su hermana, mientras imitaba la acción que él había hecho.
— Te amo, Lily — le respondió a su melliza mientras continuaba mirando la película.
La más pequeña volteó hacia su hermana mayor y le colocó su manita con cuidado en el cabello para llamar su atención.
— Te amo, hermana — le dijo a la mayor mientras que esta sonreía y volteaba a verla.
— Te amo — respondió la mayor para luego abrazar a su hermanita.
— Hola papi — volvió a hablarle Lucas a su padre al ver que este se había quedado callado.
— Hola Lucas — le respondió en un hilo de voz y con una sonrisa — ustedes me van a hacer llorar... — dijo soltando una risa por lo bajo al tiempo que secaba unas lágrimas que habían caído por su rostro, al ver la hermosa escena que sus pequeños le habían regalado.
— También amo a papá... — escuchó a Penélope luego de unos segundos — ¿cuando va a volver papá?
Y fue este momento en el que Horacio supo que el momento había llegado. Debía aclararles el tema a sus cachorros, pues ya había dejado pasar mucho el tiempo y sabía que cuando estos lo volviesen a ver... surgirían más dudas.
— Niños... — los llamó captando la atención de los tres y detenía al tiempo la película — quiero hablarles sobre algo importante... sobre su papá.
— ¿Vendrá a casa? — preguntó Lucas ilusionado mientras que las niñas lo miraban esperando una respuesta positiva.
— No, cariño... — dijo en un tono algo triste a la vez que acariciaba la mejilla de este, y el rostro de los tres cambiaba de repente— su padre... ya no vivirá aquí.
— ¿Por qué? — cuestionó Penélope — ¿Y dónde va a vivir?
— Se está quedando con su tío Greco — les respondió — además pronto tendrá una casa donde tendrán un cuarto, y otro lugar para divertirse — trató de animarlos.
— ¿Y tú? — preguntó confundida la pequeña Lily que en ese entonces tenía unos 3 años.
— Yo viviré aquí — respondió tratando de mantener la compostura — con ustedes... y también vivirán con su padre... será como tener dos casitas.
Lucas y Lily se miraron, estos por su edad no entendían muy bien del todo, sin embargo, les pareció extraño pero omitieron el tema... mientras que Penélope por su parte... sentía muchas emociones, si bien a su corta edad se le podía complicar un poco el hecho de procesar estas cosas, por cómo se habían dado y esta las había presenciado... sentía que había algo mal.
— ¿Penélope? — la llamó Horacio al verla distraída y notar que por el rostro de esta había caído una lágrima — princesa... quieres.. — comenzó a decirle con un nudo en la garganta — ¿quieres decir algo... sobre esto..?
— Нет (No) — respondió volviendo a acomodarse en el sofá junto a su hermana — я не хочу говорить (no quiero hablar)
《En el Arcade》
Una vez llegaron al Arcade, Penélope estaba muy animada por estar pasando tiempo con ambos padres. Tanto Volkov como Horacio la observaban mirando todo a su alrededor con sus ojitos iluminados por tanta felicidad.
— ¿Y bien? — le preguntó Volkov agachándose a la altura de ella — ¿qué quieres hacer primero princesa?
— ¡Quiero jugar en todo! — les dijo emocionada mientras seguía brincando en su lugar.
— Pues eso no será un problema — le dijo Horacio con una sonrisa para luego ambos seguir a su hija por todos los juegos en los que esta se detenía.
Estuvieron divirtiéndose durante unas dos horas por lo menos; horas en las cuales la pequeña castaña iba de un juego a otro. Compitieron entre ellos y Penélope constantemente hacía equipo con uno de sus padres para ganarle al otro, con la intención de encontrar el juego perfecto.
Volkov se encontraba ahora junto con su hija, asegurándose de que esta no se accidentara en un juego que la hacía simular estar en una motocicleta. Al inicio el alfa no estaba muy seguro de esto, pero era una batalla de 2 contra 1 así que terminó cediendo mientras que Horacio iba al baño.
Una vez el omega regresó, se quedó a unos metros apartados de estos observándolos con una sonrisa en el rostro que a estas alturas del día, ya le era imposible contener. Mentiría si dijera que no extrañaba momentos como estos en los cuales veía a... su esposo, siendo padre. Era una faceta del alfa que él había sido el primero en apreciar, y el único de hacerlo en la intimidad de su... familia.
El de cresta no se había dado cuenta, pero había comenzado a desprender su aroma, aunque no de cualquier forma, sino ese dulce aroma que desprendía cada vez que se trataba del alfa. Un aroma que Volkov nunca podría ser capaz de olvidar, por lo que al percibirlo, disimuladamente volteó a verlo y se percató que la expresión que el omega tenía era la misma que vio aquella vez en el recital de Lily; comprobando su teoría al 100% de que a quien había percibido en esa ocasión, había sido a Horacio, y no a alguno de sus cachorros como intentó auto convencerse. Por lo que viendo como su hija corría hacia otro juego, le hizo un gesto al de ojos bicolores para que este los siguiese y no se quedase tan apartado.
— Hace mucho no la veía así — le dijo rompiendo la leve tensión que el omega había traído consigo, haciéndolo sonreír para luego voltear a ver a su hija.
— Sí... — le respondió Horacio mirando también en la misma dirección — es muy... bonito verla así de feliz — finalizó con una sonrisa.
— Yo sólo espero que... — comenzó a decir nuevamente el ruso — que ahora que hemos hablado y acordamos mejorar las cosas por ellos... espero que cambien un poco sus actitudes "rebeldes" como la pelea, el no obedecerte siempre y sus sentimientos de culparse por el hecho de que nosotros... pues, no estemos juntos...
Finalizó el alfa y el omega no perdió el tiempo en dejarle saber que estaba sorprendido por lo último mencionado por lo que ante esto, Horacio tomó del brazo a Volkov para alejarse un poco de Penélope y poder hablar.
— Как vous dites? (¿Cómo dices?) — le preguntó Horacio en un tono bajo al ruso mientras que observaban a su hija patear un balón de fútbol intentando acertar en la portería.
Volkov quedó sorprendido por la forma en la que había formulado su pregunta. Y es que había olvidado la última vez que Horacio le había hablado con esa mezcla extraña que ellos habían inventado del ruso y el francés, para hablar de cosas como estas, o en situaciones que no deseaban ser comprendidos por nadie más a su alrededor. Por lo que no dudó en responderle de la misma forma.
— Несколько недель назад semaines (Hace unas semanas) — repitió Volkov — après l'explosion qu'il a eue Penélope в школе о чем мы nous n'étions pas ensemble... Que m'as-tu demandé поговорить с ней ¿ Это rappelles toi ? (luego del arrebato que tuvo Penélope en la escuela sobre que nosotros no estábamos juntos... que me pediste que hablase con ella, ¿lo recuerdas?) — le preguntó y este asintió — pues lo hice y... ella me preguntó si... nous étions séparés из-за него... (nos habíamos separado por su culpa)
Finalizó de contarle dejando al omega sin palabras, realmente no se había detenido a pensar en el verdadero impacto que había tenido toda esta situación...
— Et alors Вы сказали ему (¿Y qué le dijiste?) — preguntó con la mano en el pecho mientras recreaba esa imagen en su cabeza. No quería haber estado en el lugar de Volkov en ese momento, conociéndose él se hubiese puesto a llorar.
— Obviamente le dije que eso no era así... — le respondió ahora de manera tranquila — Я говорил с ней, et il parait понять (hablé con ella y pareció comprender...)
— ¿Por qué hablan así? — les preguntó Penélope confundida mientras que se acercaba a ellos — ¿están peleando? — quiso saber ahora en un tono triste — me prometieron que... no iban a discutir...
— No, no, no — la interrumpió Horacio mientras se acercaba para tomarla en brazos y abrazarla — no estamos peleando princesa... sólo estamos hablando cosas... de trabajo — miró a Volkov buscando su ayuda y este asintió.
— Sí princesa, tranquila — se acercó a ambos para luego peinar el cabello castaño con su mano derecha — pero ya no más, qué te parece si... — comenzó a preguntarle para luego mirar su reloj — ¿quieres que vayamos a comer? podemos ir a donde tú quieras.
— ¡Si! — exclamó emocionada mientras bajaba de los brazos de Horacio para tomar a ambos padres de la mano y dirigirse a la salida
Una vez en el auto y mientras el alfa conducía hacia el lugar que su hija les había pedido, Horacio reflexionaba sobre lo que había platicado con Volkov antes de que Penélope los interrumpiese. Y es que seguía repitiéndose lo dicho por este y le partía el corazón el hecho de que las cosas hubiesen estado tan mal entre él y Volkov como para que su hija asumiese que todo lo que sucedía entre ellos, había sido culpa suya. Así que sin darse cuenta, había comenzado a sobre analizar todas las cosas que habían sucedido en los últimos dos años, y cómo sus acciones habían influido mucho más de lo que había pensado en sus cachorros. Porque claro, sabía sobre la forma en la que su primogénita se sentía al respecto internamente sobre todo esto, pero aún desconocía todo por parte de sus mellizos. Sin duda esto era algo en lo que estaría pensando por mucho tiempo...
— Hemos llegado — anunció el alfa sacando de sus pensamientos al omega, y fue cuando se percató de la expresión que este tenía en el rostro — ¿Horacio? — lo llamó por lo bajo mientras que Penélope comenzaba a desabrocharse — ¿todo en orden? — le preguntó y este sólo asintió.
— Sí, todo bien, vamos — dijo mientras salía del auto y tomaba a su hija de la mano. Los tres caminaron hacia la entrada pero una vez ahí, Horacio sintió que necesitaba hablar con su hija en ese momento — V... — lo llamó deteniéndose en seco en la entrada al tiempo que la de cabello castaño los miraba a ambos confundida.
— ¿Sucede algo? — le preguntó preocupado el alfa mientras que trataba de buscar en la mirada de este lo que sucedía.
— ¿Puedes adelantarte y pedir la mesa? me gustaría hablar un segundo con Penélope... — le preguntó y este comprendió que seguro quería hablar con esta de manera breve. Por lo que sólo asintió e ingresó al restaurante dejando al omega junto con su hija a solas.
— Papi — lo llamó la castaña mientras que estos se apartaban de la entrada un poco — ¿hice algo mal? prometo que me he portado bien... — dijo en un tono algo triste lo que alteró de inmediato al omega.
— No, no, no cariño — la interrumpió mientras se agachaba a la altura de esta — no has hecho nada malo pequeña — le acarició el cabello — de hecho soy yo el que ha hecho algunas cosas mal...
— Pero... — dijo confundida — papá y tú todo lo hacen bien — le dijo haciendo que este sonriese con tristeza.
— Ma princesse... (mi princesa) — dijo dándole un abrazo para luego mirarla nuevamente — quiero que me escuches bien ¿de acuerdo? — le comenzó a decir de manera tranquila y esta asintió — aunque no lo veas de esa forma... tu papá y yo también hacemos algunas cosas mal... y últimamente, hemos cometido algunos, muchos errores y eso no tiene nada que ver ni contigo, ni con tu hermano y hermana ¿sí?, ¿me entiendes?
— ¿Por eso ya no están juntos? — preguntó mientras agachaba la cabeza.
— Sí mi vida... — le dijo levantándole la cabeza y mirándola — justo por eso... por errores de nosotros, pero eso no es culpa tuya ni de Lucas, ni Lily... y... — la tomó de las manitas al mismo tiempo que sus ojos se cristalizaban — y si en algún momento has pensado que todo esto ha sido culpa tuya... quiero que me perdones, hija...
Si bien Penélope no comprendía del todo por qué su padre le hablaba de esto y le pedía perdón... una parte de ella se sintió mejor, y como si un pequeño peso se le quitase de encima, por lo que sin responder abrazó con mucha fuerza al omega, el cual no dudó en corresponderle de inmediato, a la vez que soltaba un suspiro de alivio.
— Je t'aime tellement, ma princesse (te amo mucho, mi princesa) — le dijo el omega ya más aliviado.
— Je t'aime tellement plus, papa (te amo mucho más, papá) — le respondió esta para luego ponerse ambos de pie y de la mano entrar para reunirse con el alfa.
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Les dije que habíamos llegado a los momentos felices ❤️🩹
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