Capitulo 17: Una Promesa

En Casa de Horacio

Eran las 9:54 de la noche y Horacio se encontraba frente a su ordenador en el escritorio cotejando unos informes del trabajo, aprovechando que sus cachorros se habían quedado dormidos hace ya unas horas. Estaba por apagarlo para irse a descansar cuando le llegó un correo electrónico de carácter urgente.

— Son casi las diez de la noche... — dijo en un tono bajo pero resignado a revisarlo.

Una vez lo abrió y comenzó a leer, se percató de que era una citación para una reunión a distancia con los demás directores de las sedes más cercanas, con el fin de compartir información nueva que había llegado, en relación al caso en el que llevaban trabajando los últimos dos años.

— ¿8:15 de la mañana? — cuestionó sorprendido por la hora — ¿y yo cómo haré para...? — comenzó a pensar en que no le iba a dar tiempo de llevar a sus hijos a la escuela, y llegar a la sede a tiempo para la reunión. Por lo que sólo le quedaba una solución...

Tomó su teléfono, el cual se encontraba justo a un lado en su escritorio, para entrar al chat que había estado evitando durante todo el fin de semana. Si fuese por él, no lo haría, pero sus deberes como director eran importantes... sobretodo con este caso en concreto. Así que sin seguir dándole vueltas al asunto, marcó el número del alfa. No tuvo que esperar mucho, ya que este le contestó casi que de inmediato.

— ¿Horacio? — escuchó la voz del ruso algo apagada pero exaltado, por lo que el omega entendió que lo había despertado — ¿está todo bien?, ¿le pasó algo a los niños?

— No, no... — le respondió de inmediato — no les ha pasado nada, todo está bien, los niños están bien.

— Joder... — respondió soltando el aire que había estado conteniendo — ¿qué sucede entonces?

— Me acaba de llegar un correo electrónico citándome temprano a las 8:15 para una reunión con los demás directores — comenzó a explicarle — es urgente, y ya sabes cómo van estas cosas, sobretodo con el caso que estamos trabajando.

— ¿Y qué quieres que haga? — le preguntó mientras tomaba asiento en su cama — ¿que asista por ti?

— No — le respondió pronto — sólo llamaba para decirte que deberás llevar a Penélope y los mellizos a la escuela, con todo esto no me será posible hacer ambas cosas.

— ¿Estás hablándome en serio? — le cuestionó con un aire a sarcasmo mientras que pasaba su mano por su rostro y se ponía de pie —  no puedes hablarme así como si nada luego de no haberme permitido estar con los niños, sabiendo que era fin de semana y era mi tiempo para compartir con ellos.

— Creí que ya te había dejado en claro luego de... lo sucedido en el cumpleaños, que los niños se quedarían conmigo — le respondió firme mientras apagaba el ordenador — necesitaba estar cerca de ellos, te lo dije antes de que te marcharas.

— Lo sé — lo interrumpió el ruso — y puedo llegar a comprenderlo, pero que ni si quiera me contestaste los mensajes, no me enviaste fotos de ellos y tampoco aceptaste mis llamadas para ver cómo estaban los niños — le enumeró enojado — y eso no es justo... me negaste cualquier tipo de contacto con ellos luego de lo que pasó, ¿y ahora me hablas así? — le cuestionó — lo siento pero no puedo actuar como si nada.

El omega permaneció callado unos segundos. Sabía que había estado mal y también sabía que debía hablar con él sobre todo lo sucedido, por lo que por primera vez en mucho tiempo, en relación a ellos, iba a ceder...

— Tienes razón... — le respondió mientras se levantaba de la silla y caminaba de un lado para otro en la habitación de trabajo, donde no sólo se encontraba su escritorio, también se encontraba el del alfa todavía con varias de sus cosas — sé que no he sido justo estos últimos días... y que si las cosas hubiesen sido al contrario, yo también estaría muy enojado y no sé cómo hubiese actuado...

Finalizó dejando a Volkov sorprendido por la forma en la que el omega había respondido. De todas las cosas que imaginó a Horacio decir, jamás pasó por su mente que este reconociese que estuvo actuando mal. Así que sin darse cuenta, o mejor dicho, sin ánimos a que las cosas se complicasen, calmó un poco su tono y prosiguió con su respuesta.

— Sólo... — comenzó soltando un suspiro mientras se recostaba de la cabecera de la cama — sólo que no vuelva a pasar... por favor — dijo dejando la llamada en un silencio por varios segundos antes de finalizarla — pasaré mañana antes de las 7:30 para recoger a los niños — expresó dando por terminada la llamada.

Horacio por su parte, se quedó algo pensativo luego de la breve conversación. De verdad estaba consiente de lo que había hecho mal, sin embargo no lo reconocería del todo. Pero, aún así... esperaba poder hablar con este en otro momento para "aclarar" lo sucedido en la fiesta de su hija.
Y mientras que el omega se iba a dormir con estos pensamientos rondando en su mente, Volkov por su parte regresaba a dormir feliz porque al día siguiente vería a sus pequeños luego de todo lo acontecido y quizás, sólo quizás... podría hablar con Horacio y llegar a un mejor acuerdo o hacer algún avance en el estado de lo que quedaban de su relación...

La Mañana Siguiente

El omega se encontraba en la cocina preparando la merienda de sus cachorros, la cual consistía en una ensalada de frutas. El ruso se encargaría de dejarlos en la escuela como habían acordado la noche anterior y estaba a la espera de que este llegase; que según le había dicho, debería estar por llegar en breves. Por lo que luego de terminar de cortar las últimas manzanas, guardó los envases en las mochilas de sus pequeños, para luego tomar su teléfono y ver que efectivamente, V le había enviado un mensaje.

Viktor 
"Ya estoy aquí afuera."
7:23am

— ¡Niños! — llamó Horacio captando la atención de estos — su padre ya está aquí...

— ¡Siii! — exclamaron los tres a la par mientras se ponían de pie.

Esto hizo que el corazón del director del FBI se enterneciera; lo hizo cuestionarse lo mucho que sus cachorros habían echado de menos a su aún esposo, durante ese fin de semana mientras que él los había privado de compartir entre ellos.

— Vengan por sus mochilas — les dijo y estos se acercaron para tomarlas y luego seguir al de cresta hacia la puerta.

Una vez esta se abrió, los niños se encontraron con su padre de pie justo al lado de su auto, por lo que sin pensarlo dos veces, fueron hacia este a darle un abrazo, el cual el alfa correspondió sin dudarlo.

— ¿Как дела у моих малышек? (¿Cómo han estado mis pequeños?) — les preguntó con una sonrisa de oreja a oreja, mientras que con sus brazos rodeaba a sus tres retoños a la vez.

— ¡Правильно! (¡Bien!) — respondieron una vez se separaron.

— Это делает меня очень счастливым... (Eso me hace muy feliz) — les respondió poniéndose de pie, ya que se había agachado para poder abrazarlos correctamente, y abriéndoles la puerta del vehículo para que estos ingresaran — ¿listos para ir a la escuela?

Horacio por su parte observaba todo de brazos cruzados desde el marco de la puerta, pero con una leve sonrisa que inconscientemente estaba mostrando. Sin embargo, una vez se percató de esto, cambió su semblante y tensó su postura.

— ¡Avísame cuando los dejes! — le habló al ruso y este sólo asintió, para luego terminar de abrocharlos y subirse como conductor.

Por lo que Horacio, los observó marcharse y una vez estos salieron de su campo de visión, ingresó en su casa y soltando un suspiro comenzó a prepararse para llegar a tiempo a esa repentina reunión.

De Camino a la Escuela

Volkov conducía de manera tranquila como hacía siempre cuando iba con su familia abordo. Iba escuchando las anécdotas que contaban sus pequeñas, mientras que Lucas estaba algo distraído intentando abrir el envase de frutas que estaba supuesto a ser su merienda.

— Y Penélope bailó conmigo, papá— terminó de contar la pequeña Lily del tiempo que había pasado con su hermana mayor la noche anterior, mientras que Horacio las observaba con un Lucas sonriente en su regazo.

— Me alegro mucho princesas — les respondió con una sonrisa y vio como su hijo le hacía señas a su hermana mayor para que esta lo ayudase con el envase, que este aún no entendía como abrir — ¿cómo se dice campeón? — le dijo al pequeño rubio una vez vio que su objetivo había sido cumplido.

— Merci soeur (gracias hermana) — respondió con una sonrisa mientras que tomaba un trozo de manzana e inmediatamente plasmaba un gesto de desagrado en su rostro.

— ¿Qué te pasa Lucas? — su hermana melliza le preguntó.

— Cebolla — dijo con disgusto ganándose la atención de su padre el cual había vuelto a mirar hacia en frente.

— Eso no es una cebolla — lo quiso corregir ahora Penélope — eso es manzana.

— No — la interrumpió — es cebolla, Penélope.

— Papa, Lucas est confus (Papá, Lucas está confundido) — le dijo su primogénita al ruso haciendo que el rubio se enojase.

— ¡No estoy confundido! — dijo cruzándose de brazos.

— Niños — les habló Volkov deteniéndose en un semáforo en rojo y volteando a verlos — ¿qué les sucede? no creo que eso sea un motivo para que inicien una discusión entre ustedes — comenzó a decir pero su hijo lo interrumpió.

— Papá, pruébala tú — le dijo extendiéndole un trozo de manzana que este tomó y guió hasta su boca, y una mezcla de sentimientos lo invadió. Por una parte no pudo evitar reír y por el otro sintió algo de nostalgia.

Flashback

"Amor esta fruta sabe extraña, ¿estuviste cortándolas con el mismo cuchillo que utilizaste para preparar la cena? — preguntó el ruso a su esposo que recién tomaba asiento junto a él.

— Puede ser... — dijo el omega percatándose ya de lo que había hecho.

— ¿Y lo lavaste antes? — cuestionó aún ya sabiendo la respuesta.

— Puede ser que... no me haya dado cuenta... — dijo algo avergonzado mientras sonreía tímido.

— Cariño, mis trozos de manzana saben a cebolla — le dijo riendo haciendo y contagiando a su omega."

Fin del Flashback

— ¡Papá la luz ya está en verde! — la voz de Penélope lo sacó de sus pensamientos y haciendo que reaccionara para volver a conducir.

— Lo siento niños — se disculpó para luego centrarse en la carretera — ¿saben que?, dejen sus envases de frutas aquí, iré a la escuela en un rato para llevarles una merienda que no tenga sabor a cebolla — les dijo riendo — ¿les parece bien?

— Gracias papá — dijo Lucas mientras que Penélope y Lily hacían lo dicho por este.

— ¿Por qué sus manzanas saben a cebolla papá? — preguntó Lily sin comprender.

— Su papá parece que estaba algo distraído mientras les preparaba la merienda y no se percató del utensilio que utilizaba — les explicó aún riendo por el recuerdo — no se preocupen, les llevaré algo en un rato para que tengan su merienda a tiempo.

Mientras Tanto en la Sede del FBI Unas Horas más Tarde

Horacio llevaba unas dos horas reunido en su oficina a través de su ordenador. La reunión era más importante de lo que este había pensado, por lo que no se había percatado del tiempo que había pasado desde que esta comenzó. Al Volkov estar al tanto de que esta reunión se estaba llevando a cabo, se encargó de la sede durante esas horas y les ordenó a sus agentes que no pasaran ni por el pasillo de la oficina del director.  

Sin embargo, todo esto cambió luego de que el ruso recibió una llamada de la escuela de sus hijos. Sin pensarlo, una vez esta finalizó, subió las escaleras para llegar a la oficina del director, a la cual ingresó captando la atención del omega de inmediato.

— ¿V? — lo llamó confundido luego de silenciar su micrófono — ¿qué haces?, sabes que estoy en una reunión importante...

— ¿Dónde está tu móvil? — le preguntó acercándose al director.

— Está guardado aquí — le respondió mientras abría una de las gavetas de su escritorio para sacarlo — me puedes decir lo que está pasando porque no entiendo y esta reunión es...

— Me llamaron de la escuela de los niños — comenzó a explicarle mientras que el omega se alertaba y se ponía de pie — Penélope se metió en una pelea con un compañero y está en la oficina de la directora.

— ¡¿Cómo?! — cuestionó alterándose mientras que salía del campo de visión de la reunión y verificaba las llamadas perdidas que tenía de la escuela — joder...

— Tenemos que ir ya — dijo el alfa y Horacio sin pensarlo apagó su ordenador y ambos salieron a toda prisa hacia el estacionamiento, una vez allí ingresaron en el vehículo personal del ruso y partieron camino a la escuela.

Durante el trayecto, el ruso iba concentrado en el camino mientras que pensaba en lo que la directora de la escuela le había dicho en la llamada. Horacio por su parte, iba repasando los escenarios con los que podría encontrarse al llegar, sin embargo, no podía evitar sentirse alterado con la situación.

— Como ese niño... — comenzó a decir captando la atención del alfa — le haya hecho algo a mi hija... me encargaré de que sus padres sepan con quien se está metiendo su hijo...

Volkov asintió pero no respondió verbalmente, sólo pensaba en que esperaba que la situación no fuese tan grave, y que su primogénita se encontrase bien. Sin mencionar que al mismo tiempo evitaba concentrarse en lo intenso que era el aroma del omega en estos momentos. Por lo que cuando ingresaron al estacionamiento de la escuela, ambos se bajaron del auto como alma que lleva el diablo e ingresaron a la escuela dirigiéndose hacia la oficina de la directora. Obviamente ganándose la atención de los maestros y demás estudiantes, puesto que estos imponían bastante juntos y más al estar enojados.

Impresión que no cambió mucho una vez que estos ingresaron a la oficina. Una vez ahí se percataron que la directora Emilie se encontraba hablando con los que asumían eran los padres del niño, mientras que su hija se encontraba sentada de brazos cruzados y enojada del otro lado de la mesa. Los padres del niño no pudieron evitar sentirse impresionados al ver a ambos hombres entrar marcando terreno con sus aromas, e impactando con sus uniformes del FBI.

— Папа (Papá) — los llamó Penélope con una sonrisa al ver a estos entrar, para luego ir hacia ellos y ser recibida por los brazos de Volkov, el cual no dudó en levantarla.

— Моя принцесса... Ты в порядке? (Mi princesa, ¿estás bien?) — le preguntó el alfa mientras que el omega la examinaba con prisa y luego fulminaba con la mirada a los padres del niño.

— Señores Volkov — comenzó a decir la directora con tranquilidad — tomen asiento por favor — les indicó haciendo que ambos hombres intercambiasen miradas, por la forma en la que habían sido llamados, sin embargo no mencionaron nada al respecto ya que no venía al caso — lamento haberlos hecho venir durante sus horas laborables.

— No se preocupe — habló Horacio mientras que tomaba asiento y Volkov le extendía a su hija — cuando se trata de nuestros cachorros los demás no importan— dijo esto último como una amenaza, mientras que fijaba su mirada en el alfa y la omega del otro lado de la mesa, cuyo hijo tenía una bolsa de hielo sobre su ojo derecho.

— Pues deberían de importarle un poco más las cosas que su hija haga y la forma en la que se comporta con los demás — le respondió el alfa padre del niño de manera defensiva, mientras se alzaba sobre la mesa para acercarse un poco más al de cresta de manera agresiva.

— Vuelve a acercarte de esa forma a él y te llevo a federal sin fianza — amenazó el ruso poniéndose frente a este, y respondiendo antes de que Horacio pudiese defenderse.

— Caballeros — los interrumpió la directora poniéndose en pie — estamos aquí para resolver la situación de sus hijos, no para iniciar otra entre ustedes — ambos alfas volvieron a sus lugares al mismo tiempo que seguían manteniendo su vista fija en el otro.

— ¿Podría explicarnos por favor qué ha sucedido con nuestra hija? — le pidió Volkov a la directora, mientras que tomaba asiento junto a Horacio ahora de manera más calmada.

— Les explico... — comenzó a decir esta soltando un suspiro — mientras el grupo de sus hijos se encontraba en la clase de educación física en la mañana de hoy, ocurrió una discusión entre ellos, la cual culminó con la jovencita aquí presente — señaló en dirección a Penélope — pateó la pelota de fútbol hacia el rostro del jovencito —señaló al niño — ocasionándole el moretón que actualmente tiene en su ojo.

— ¡Su hija es una salvaje! — habló por primera vez desde que llegaron la omega madre del niño.

— ¡Repita eso! — la desafió Horacio poniéndose en pie aún con su hija entre sus brazos.

— Por favor — volvió a interrumpir la directora — por qué mejor no hablo con ustedes por separado, ¿les parece bien? — le preguntó a ambas parejas de padres y estos asintieron — bien, como tuve oportunidad de hablar con ustedes ya que llegaron antes — comenzó a decirle a los padres del niño — me gustaría hablar con Penélope y sus padres ahora.

Estos no objetaron y salieron a la sala de espera, dándoles la oportunidad de que hablase con estos en privado. La directora se puso en pie para cerrar la puerta y así volver a centrar su atención en los directores del FBI.

— Penélope... — llamó a la niña — ¿podrías ir con Yanina mientras platico con tus padres un momento? — le propuso y luego de voltear a ver a sus padres y que estos asintiesen, bajó del regazo de su padre para salir e ir a la oficina de la consejera que quedaba justo al lado de donde estos se encontraban.

Esto les pareció algo extraño tanto Horacio como a Volkov, sin embargo, lo interpretaron como que esta quería hablar de algún tema más serio y que no era pertinente que su hija estuviese presente. Por lo que una vez esta se marchó, la directora volvió a tomar la palabra.

— Caballeros... — comenzó esta — nuevamente me disculpo por haberlos hecho venir hasta acá en este horario, no obstante creo que esto ha sido el límite y es momento de que cumpla con otro de mis deberes como directora de esta escuela.

— ¿A qué se refiere? — le preguntó Horacio confundido, pues ni él ni Volkov comprendían a dónde quería llegar.

— Como les mencioné hace unos minutos — prosiguió la alfa — su hija tuvo una discusión con su compañero de curso, la cual culminó en agresión por parte de esta hacía él...

— Nuestra hija no tiende a actuar de esta forma — le respondió Volkov — algo debió haber sucedido para que esta recurriese a la violencia.

— Y justo es a eso a lo que quiero llegar — continuó una vez este había hecho énfasis en el clavo — el compañero de su hija comenzó a burlarse y hacer comentarios hirientes sobre ustedes a Penélope...

— ¿A qué se refiere con burlas y comentarios hirientes? — preguntó ahora Horacio preocupado.

— El joven James se estaba burlando de un aparente incidente en el cumpleaños de esta durante el fin de semana — reveló haciendo que ambos abriesen su ojos sorprendidos — según su hija, este comenzó a decirle que "sus padres no se amaban" , "estaban separados por su culpa" y que esta "no era una buena hermana mayor".

— Ese niño me va a escuchar... — dijo Horacio poniéndose de pie enfurecido, mientras que se iba a disponer a salir de la habitación, pero Volkov lo tomó de la muñeca impidiéndole seguir adelante. Acción que hizo que este se percatase de que ambos compartían la misma mirada, y probablemente los mismos sentimientos... decepción, tristeza y... vergüenza. Por lo que el omega tomó esto como una señal de que lo mejor era volver a tomar asiento.

— Entonces... — tomó la palabra Volkov una vez el omega regresó a su asiento, y volvieron a dirigir su atención a la directora — entiendo que este fue el motivo por el cual Penélope actuó de esa forma.

— Así es — afirmó volviendo a sentarse frente a estos — y como directora, uno de mis trabajos es asegurarme que mis estudiantes estén en un ambiente seguro; asumo que es algo que ustedes por su vocación podrán comprender — ambos asintieron — por lo que a través de esto, y la forma en la que reaccionó Penélope, más la de ambos justo ahora, sólo me confirma algunas cosas.

— Perdone que la interrumpa — habló Volkov — pero tanto Horacio como yo hemos estado llevando nuestra... — volteó a mirarlo sin saber cómo describirlo — relación... de manera en la que los niños no se vean perjudicados, lo último que queremos es que estos paguen las repercusiones de nuestros actos y decisiones. Lo que sucedió ese día fue... un accidente que jamás volverá a pasar, y no tengo idea de cómo lo sucedido llegó a conocimientos de este niño.

— De eso no tengo dudas — le respondió la alfa — sin embargo les recomiendo que busquen un espacio para que puedan hablar con esta de manera tranquila, además... creo que tanto a ella como a sus otros dos pequeños; Lucas y Lily, les vendría bien asistir una vez por semana con la psicóloga escolar — dijo mientras revisaba sus anotaciones — adicional a esto, hay muchas formas en las que los niños pueden canalizar sus emociones. Penélope nos comentó que su hermana menor asiste a clases de baile... me gustaría que buscaran opciones para Penélope y Lucas.

— No creo que sea mala idea — razonó Volkov mirando a Horacio el cual había permanecido callado, reflexionando en todo lo que esta les estaban comunicando.

Tanto Volkov como Horacio permanecieron reunidos con la directora por unos minutos más, en los cuales hablaron sobre cómo estos podían hacer para que el desempeño y el estado de ánimo de sus cachorros no decayese. Una vez finalizaron la reunión, estos salieron para darle oportunidad a los padres de James que ingresaran junto a este, para ellos buscar a su hija y caminar con ella en silencio hacia el auto. Una vez fuera y los tres dentro, Volkov encendió el auto y emprendieron su camino de vuelta a la sede, ya que le habían dicho a la directora que se llevarían a su hija para resolver lo sucedido.

Una Vez en la Sede

— Penélope cariño — llamó su atención Horacio una vez Volkov estacionó el auto — tu tío Gus está allí — le señaló para que esta dirigiese su mirada hacia él, quien se encontraba frente a la puerta de entrada platicando con Alanna y Nina — ve con él un rato mientras que tu padre y yo hablamos un momento — dijo dejando sorprendido a Volkov.

— Ustedes... — comenzó la pequeña antes de salir del auto —  опять ¿будут спорить? (¿van a volver a discutir?) — preguntó en un tono triste.

— No, cariño — le respondió Horacio de inmediato con el corazón en la mano al escuchar el tono de su hija — sólo quiero hablar tranquilo con tu padre de algunas cosas, no te preocupes pequeña.

— ¿Lo prometen? — les preguntó mirándolos con los ojos cristalinos.

Esto hizo que tanto el alfa como el omega sintiesen que su corazón se estrujaba contra su pecho. Poniéndolos a pensar en cuantas veces esta los había escuchado discutir, como para que cada vez que estos estuviesen a solas, asumiera que iban a reñir y gritarse. Por lo que el omega extendió sus brazos para que la pequeña pasase hasta en frente, tomando lugar sobre su regazo en el asiento de copiloto.

— Te prometemos algo — dijo mirándola a ella y a Volkov, el cual había extendido su mano para que su hija la tomase — si prometes que no volverás a pelearte en la escuela, que te seguirás comportando como te hemos educado, y haciendo tus tareas... — la miró a los ojos — este viernes saldremos juntos.

— ¿Los tres? — preguntó ahora ilusionada al mismo tiempo que intercambiaba miradas entre ambos padres.

— Sí — afirmó haciendo que esta lo abrazase — pero debes cumplir con lo que te dije, ¿de acuerdo? — dijo riendo mientras que esta abrazaba ahora a V.

— ¿Lo prometen? — preguntó ahora en el regazo de Volkov.

— Lo prometemos принцесса (princesa) — respondió ahora Volkov, para luego ver como esta seguía sonriendo mientras bajaba del auto y se iba corriendo hacía donde su tío Gustabo.

Dejando a los aún esposos a solas en el auto, observando cómo era recibida en los brazos de su tío con una sonrisa, seguramente ya le estaría contando que saldría con sus padres.

— Entonces... — comenzó Volkov llamando la atención del omega — ¿de qué... querías hablar?

— Yo... — comenzó a responder pero todavía dudando de cómo llevar esa conversación a cabo — creo que... joder... — se tomó una pausa para pensar con claridad — en el cumpleaños de Penélope dije muchas cosas... cosas que no eran ciertas y luego actué de una forma que no debía...

— Horacio... — quiso decir Volkov pero este lo interrumpió.

— No, no, déjame terminar... — le dijo volteando a verlo — por favor... — hizo una pausa para ver cómo este asentía y luego proseguir — no quiero que nuestros cachorros sigan pagando por nuestros errores, y nuestras riñas... no quiero que les hagan bullying en la escuela, y tampoco quiero que estos piensen cosas que no son sobre nosotros.

— ¿Qué es lo que quieres hacer entonces, Horacio? — le preguntó sin comprender hacia dónde estaba guiando esa conversación.

— Quiero que... por lo menos, frente a los niños y cuando se trate de ellos — comenzó a proponer nuevamente — no haya esta tensión entre nosotros... quiero que estas vibras no se las transmitamos a ellos. La directora de la escuela tiene razón, no podemos dejar que los niños se vean más afectados por... nuestra... separación — dijo esto último en un tono bajo — ellos son lo más importante y debemos hacer las cosas mejor, por ellos...  — volteó a verlo — y también... quería pedirte perdón por lo del fin de semana, anoche no pude contestarte, pero te prometo que no lo volveré a hacer... después de todo, ellos merecen compartir contigo, eres igual de importante en sus vidas que yo...

Volkov estaba en parte sorprendido, las palabras de la directora habían calado más profundo en la mente del omega que en la suya. Este también estaba de acuerdo con lo que la alfa había mencionado, y también quería que los niños dejasen de verse tan afectados con toda esta situación que llevaban arrastrando por casi dos años. Así que aprovechó que Horacio estaba más dispuesto a mejorar las cosas, como él lo había estado esperando durante ese tiempo, y accedió a su propuesta.

— Gracias... Horacio — respondió por la disculpa que este le había dado — y por supuesto... — le dijo haciendo que el omega soltase el aire que sin darse cuenta había estado reteniendo, mientras esperaba la respuesta de este — Penélope, Lucas y Lily son lo más importante y... debemos ayudarlos a entender que todo esto que ha sucedido entre nosotros... no tiene nada que ver con ellos... — dijo esto último recordando las palabras que la directora les había indicado, con respecto a lo que el compañero de Penélope le había dicho.

— Entonces — le tendió su mano derecha — ¿tenemos un trato? — le preguntó haciéndolo soltar una risa al alfa inconscientemente.

— Sí, Horacio — le dijo al mismo tiempo que estrechaban sus manos — tenemos un trato.

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¿Será que por fin se vienen los momentos felices? 🤔

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