Capítulo 12: ¿Feliz Cumpleaños?

Flashback Hace 7 años

Luego de estar tres días en el hospital, posteriormente al nacimiento de su primogénita,  días en los cuales los médicos se aseguraron que tanto el omega, como la recién nacida estuviesen sanos, por fin la familia había llegado a su casa.

— Con cuidado солнце — le dijo el alfa mientras lo ayudaba a caminar y entraban a la casa.

— Estoy bien mon amour — le respondió con una sonrisa — sólo me siento algo cansado.

— Ven, dame a Penélope — le pidió y este no se negó — yo la sostengo y así puedes apoyarte en mí y de la baranda para subir las escaleras.

Dicho esto, con mucho cuidado, la pareja subió al segundo piso de su casa para adentrarse en su habitación matrimonial, donde el alfa se había encargado de preparar una pequeña sorpresa a su esposo.

— Vik... — dijo sorprendido y volteó a verlo con una sonrisa — no tenías que molestarte — dijo con los ojos cristalinos.

— Créeme, no fue una molestia — le respondió dándole un beso en la frente — pensé que querrías llegar y descansar, por lo que adelanté algunas cosas.

Volkov había empleado una hora en la mañana, mientras el omega estaba acompañado por su hermano, y se detuvo a comprar varias cosas, entre ellas un ramo de lirios azules y unos globos que había colocado en la mesa, del lado de la cama del omega. Además de que había arreglado el nido que ambos habían hecho en su cama, para que cuando este llegase, se sintiese cómodo y relajado desde el primer momento.

— Eres el mejor esposo del mundo — le dijo el omega, mientras que lo abrazaba de lado con cuidado de no levantar a su pequeña, la cual se encontraba dormida.

— Y eso no es todo — le respondió — compré también los aromatizantes que te gustan, para cuando te des un baño en la tina. Si quieres te la preparo ahora mismo.

— No sé que hice para merecerte — le dijo ahora mirándolo a los ojos, mientras que una lagrima caía por su rostro.

— Ты заслуживаешь всего хорошего в мире, любовь моя (Te mereces todas las cosas buenas del mundo, mi amor) — le respondió dándole un corto beso en los labios.

— Espero que eso hayan sido cosas bonitas — le dijo riendo en broma — que no entiendo mucho ruso todavía.

— Ya aprenderás — contestó riendo el alfa — te enseñaré y le enseñaremos a nuestros cachorros nuestros idiomas.

— Me encanta como suena eso — le dijo con una sonrisa y un brillo especial en sus ojos.

— ¿El qué exactamente? — preguntó intrigado mientras le acariciaba la espalda y lo acercaba a él.

— Todo — respondió, mientras que con una mano lo abrazaba por la cintura y con la otra peinaba el cabello castaño de su recién nacida, a la vez que la miraba — que hables en plural, que quieras que tengamos más cachorros juntos, siempre quise una familia grande... y.... también que me quieras enseñar ruso y que le enseñemos a ellos; tanto el ruso como el francés.

— Por supuesto, cielo — le respondió dándole otro beso en la frente — nos encargaremos de eso, tendremos una gran familia y nuestros cachorros entenderán varios idiomas... este es sólo el comienzo de todo...

Actualmente

Habían pasado los días y el cumpleaños de la primogénita había llegado. Horacio cumplió lo que había pactado con Volkov, y le envió la lista con las cosas que necesita para hacer la decoración, mientras que entre ambos pagaron la tarta de cumpleaños, que contaba con una exageración (aunque no para ellos) de cinco pisos.
Por lo que justo ahora, el omega se encontraba en su casa decorando desde temprano en la mañana, junto con su hermano y mejor amiga. Mientras tanto, en el interior de la casa se encontraba Blake atendiendo a los mellizos.

— Todo quedará muy bonito — le dijo Alanna al omega emocionada mientras terminaba de amarrar unos globos.

— Estoy seguro de eso — le respondió el de cresta con ilusión — siempre me gustó celebrar mi cumpleaños... pero luego llegaron ellos y ahora los disfruto más... — siguió diciendo, mientras que acomodaba la decoración de la mesa en la que iría la tarta de cumpleaños — me hace ilusión verlos tan emocionados... sólo quiero que sean así siempre...

— Son felices hermano — le respondió Gustabo quien había permanecido callado, mientras escuchaba y seguía decorando— tanto tú, y aunque no te guste reconocerlo — lo miró— Volkov... ambos se han encargado de tratar de mantenerlos alegres, a pesar de sus cosas.

— Creo que es de las pocas veces que me escucharán decir esto, pero... — comenzó Alanna — Gustabo tiene razón...

Horacio permaneció callado, sabía que en parte ambos tenían razón. Aun así, no lo iba a reconocer en voz alta, por lo que en silencio continuó con lo que estaba haciendo y dio por terminada la breve conversación.
Así pasaron la mañana y mitad de la tarde. Mientras que decoraban, tomaban un descanso para comer algo, y una vez el ruso llegó con la tarta de cumpleaños; el omega aprovechó para comenzar a alistar a los mellizos, y a sí mismo, para luego dedicarle más tiempo a la cumpleañera.

— ¡Penélope! — llamó a su hija mientras bajaba las escaleras — ¡hija ven a prepararte antes de que comiencen a llegar tus amigas! — siguió buscándola, y fue cuando la encontró con Volkov, quien le estaba dando su regalo de cumpleaños.

— Ya puedes abrir los ojos — le dijo el ruso con una sonrisa mientras que, aún agachado a la altura de esta, la observaba con una sonrisa.

La niña abrió sus ojos y se encontró con una pulsera platinada con su nombre grabado en esta y un collar del mismo estilo, sólo que este tenía en medio una familia.

— ¿¡Somos nosotros!? — le preguntó emocionada mientras observaba el collar.

— это точно принцесса (Así es princesa) — le respondió mientras se acercaba nuevamente y comenzaba a indicarle de izquierda a derecha — somos tu padre, Lucas, tú, Lily y yo — la volvió a mirar — así siempre nos tendrás cerca de ti.

— я люблю папу (Me encanta, papá) — le respondió mientras le daba un fuerte abrazo — ¿me lo puedes poner? — preguntó dándose la vuelta y viendo a su otro padre con una sonrisa, el cual los miraba enternecido.

— Listo... — dijo el alfa una vez lo abrochó y se puso en pie — ahora ve con tu padre para que te alistes antes que vengan tus amigas — le dijo y la castaña aceptó yendo hacia donde estaba Horacio, quien la recibió de la mano.

Tanto Volkov como Horacio intercambiaron mirada. Ambos a pesar del tiempo separado, habían sido capaces de comprender lo que esa mirada significaba. Entendiendo que ese detalle era más valioso de lo que pensaban. Sin embargo, no intercambiaron palabra alguna, y cada uno continuó con sus quehaceres. 

Unas Horas Más Tarde

Era ya entrada la noche, y la fiesta de cumpleaños había comenzado. Penélope se encontraba vestida con su traje acorde a la temática del cumpleaños, compartiendo con sus amigas de la escuela, mientras que su hermano y hermana debatían seriamente con su tío Blake, el cual no comprendía la mitad de las cosas que estos les decían.

Volkov por su parte estaba platicando con Charlotte y Alanna, hasta que la notificación de un nuevo mensaje lo interrumpió. Por lo que, excusándose, sacó el teléfono para verificarlo y encontrándose con el mensaje que esperaba desde hace unos minutos.

Darya Savinnova
"Ya estamos aquí afuera"
7:37pm

Así que respondió de inmediato, indicándole que ya iba hacia allá, para luego buscar con la mirada a su primogénita.

— ¡Penélope! — la llamó al verla como les mostraba su traje a sus amigas, mientras que Gastón y Nina las observaban con una sonrisa — пойдем со мной на минутку принцесса — (ven conmigo un momento princesa) — le pidió y esta sin dudarlo fue hacia él, tomándole la mano y así dirigirse a la parte frontal de la casa, donde frente a un vehículo se encontraban la rusa y su hija.

— ¡Melissa! — exclamó la cumpleañera al ver a su amiga, la cual de inmediato la abrazó.

— Feliz cumpleaños — le dijo con una sonrisa la pequeña pelirroja, al tiempo que le extendía el regalo.

— Gracias por traerla — le dijo el alfa a la omega, mientras la saludaba — prometo no llevártela muy tarde.

— No te preocupes — le dijo despreocupada — mañana es domingo y ya hizo sus tareas, fue el trato para poder venir.

— Tendré que aplicar ese trato yo también — dijo riendo, entretanto volteaba a ver a ambas niñas.

— Oye y... — comenzó a decirle está nuevamente — ¿de verdad no hay problema con que Melissa venga acá?

— Para nada — dijo confiado, pues no creía que esto fuese a ser un problema, después de todo, es la amiga de su hija — luego te aviso cuando vaya a llevarla.

— Vale entonces — aceptó para luego dirigirse a su hija — моя жизнь, ты обращаешь внимание на Viktor ¿в соглашении? (mi vida, le haces caso a Viktor, ¿de acuerdo?) — le recalcó, por probablemente quinta vez desde que inició el día.

— да мам (Sí mamá) — respondió emocionada por irse ya a jugar con su amiga.

— люблю тебя (Te amo) — le dijo por último la omega.

— я люблю тебя больше мама (Te amo más, mamá) — expresó, para luego alejarse de esta e ir hacia el lugar donde se encontraba la música y la decoración, seguida de su amiga.

— Bueno — se despidió Darya — espero que disfruten y la pesen bonito, estaré al pendiente de cualquier cosa.

— Está bien — respondió despidiéndose, yendo en la misma dirección que las niñas segundos antes que él.

Una vez volvieron a unirse a la fiesta, el alfa observó cómo su hija iba hacia donde se encontraban sus demás amigas, frente a Blake quien era el encargado de la música, para que le pusiese una canción y ella cantar y bailar; ahora con todas sus amigas. Por otro lado, Horacio se había percatado de esto, y confundido se acercó a su hermano quien estaba junto con Greco, para preguntarle si sabía algo.

— ¿Quién es esa niña? — preguntó llamando la atención de ambos alfas.

— Bueno... — intentó comenzar, pero el de barba al percatarse, tomó la palabra él.

— Ella es Melissa — le dijo Greco — la hija de... Darya.

— ¿Cómo? — dijo confundido — pero...

—  Si, ella y Penélope son amigas — le terminó de decir.

— ¿Y por qué yo no estaba enterado de esto? — cuestionó enojado, mientras comenzaba a buscar con la mirada a Volkov — ¿dónde coño está el ruso?

Preguntó en voz alta, para luego percatarse y dejar de lado a su hermano y amigo, e ir hacia el encuentro del de cabello platinado.

— Tenemos que hablar — comenzó a decirle, interrumpiendo la conversación que este estaba teniendo con Gastón y Nina — ¿se puede saber por qué no me informaste sobre que la hija de ella iba a venir?

— Horacio... — comenzó no muy motivado, mientras que Gastón y Nina se retiraban — ya hemos hablado de esto...

— Precisamente Volkov — lo interrumpió — hemos hablado de esto varias veces, y tú sigues haciendo lo que te dé la gana.

— Pero Penélope y Melissa son amigas — le respondió el alfa — se llevan bien y la pasan bien juntas, me pediste que Darya no compartiese con nuestros cachorros, pero no voy a quitarle a nuestra hija una amiga sin motivo alguno.

— Debiste de haberlo hablado conmigo — le repitió el omega — y no me importa que sean amigas, no la quiero ni a ella ni a su madre cerca — comenzó a elevar la voz — ¿y ahora qué?, ¿esa destinada tuya ahora sabe donde vivo con mis hijos?

— ¿Quieres escucharte por un minuto Horacio? — lo interrumpió ya enojado por la situación — ¡estás haciendo un drama, estás discutiendo por una ridiculez!

— No es una ridiculez Volkov — contraatacó — ¡se trata nuevamente de las cosas que habíamos acordado y tú no cumples!

La pareja continuó la discusión, e inconscientemente habían comenzado a elevar la voz más de lo que les habría gustado. Ganándose la atención de los más cercanos a estos, específicamente Greco y Gustabo, quienes se miraron sin saber qué hacer o cómo actuar. Charlotte por su cuenta estaba buscando la merienda para los mellizos, los cuales se habían quedado en su lugar, mientras jugaban con una pelota de fútbol. Alanna y Parker se encontraban supervisando a Penélope y las niñas, tratando de hacer que la cumpleañera no se percatase de lo que estaba ocurriendo, pero sin obtener buenos resultados.

— ¡Es que no te entiendo! — le reclamó Volkov mostrando su enojo.

— ¡Yo soy el que no te entiende! — contraatacó el omega — ¡cada vez que pienso que has cambiado haces algo que me demuestra todo lo contrario!

— ¡¿Pero qué es lo que quieres de mi Horacio?! — lo interrumpió nada más terminó de decir el contrario — ¡no importa lo que haga ni el tiempo que pase tú seguirás igual, no me dejarás explicarme ni tratarás de entenderme!

— ¡Entiéndeme tú a mí! — le pido el omega en un tono más elevado.

Lamentablemente, ambos estaban en un punto en el que sólo se gritaban y no escuchaban lo que el contrario estaba tratando de decir. Y con todos los presentes atentos a la discusión, y pensando en cómo intervenir, pasaron por alto que la pelota con la que los mellizos jugaban, había terminado en la piscina. Sin saber el peligro que esto representaba, la más pequeña de la familia se acercó a tratar de recuperarla, pero en el intento terminó cayendo en el interior.

El ruido seguido del grito de la pequeña alertó a los presentes, pues la música había sido bajada un poco por Blake, al percatarse de la discusión que llevaba la expareja. Todos se alarmaron, pero como era de esperarse, los primeros en reaccionar fueron los padres de la pequeña.

— ¡¡¡LILY!!! — exclamaron ambos, al mismo tiempo que dejaban de lado su discusión por ir hacia la piscina y lanzarse en esta, sin importar lo que llevasen encima para socorrer a su pequeña.

— Ya está... ya estás bien... — comenzó a decir Volkov una vez la tuvo en sus brazos, pues fue el primero en poder alcanzarla — te tengo... — dijo mientras la abrazaba y se acercaba al borde, al tiempo que esta tosía.

— Dios... — dijo el omega mientras trataba de calmarse y salía de la piscina, para desde afuera tomarla en brazos.

— Papá... — dijo la pequeña mientras lloraba y trataba de recuperar el aire.

— Todo está bien princesa — le dijo Horacio una vez el alfa se la pasó y pudo abrazarla — ¿estás bien?, ¿te duele algo? — comenzó a preguntarle mientras le retiraba el cabello del rostro.

— Está temblando... — dijo V en un tono que sólo el omega alcanzó a escuchar — ¡Greco! — llamó a su mejor amigo, el cual se acercó de inmediato — tráeme una manta de adentro.

— Vengan niñas... — les indicó Alanna a Penélope, Melissa y las demás niñas una vez su mente retomó a la realidad — mejor... vayamos adentro...

— Pero... — comenzó a protestar la cumpleañera — mi hermanita...

— Lily está bien cariño — le respondió tratando de calmarla — tus padres están con ella, no hay nada de qué preocuparse.

— Tú tía tiene razón — dijo Gastón mientras levantaba a la cumpleañera en brazos.

— Sí — lo siguió Nina — vamos a poner una película y a hacer palomitas — se arriesgó a proponer, pues no sabía si en la casa contaban con esto, pero fue suficiente para que estas las siguiesen hacia dentro.

— Tengo mucho frío... — dijo la pequeña, mientras que Horacio la abrazaba y Volkov comenzaba a desesperarse.

— ¡Greco! — volvió a llamar a su amigo al ver que este tardaba.

— Ya estoy aquí — dijo aproximándose y entregándole la manta que la pequeña solía usar.

— ¿Sœur? (¿Hermana?) — se acercó Lucas con lágrimas en los ojos.

— Soeur va bien chérie (hermana está bien, cariño) — le respondió el omega mientras que Volkov abrigaba a la pequeña — Greco, podrías...

— Sin problema — respondió interrumpiéndolo, sabiendo lo que iba a pedir — ven campeón, vamos adentro con la tía Alanna y el tío Parker...

— No... — respondió soltándose de la mano de este — hermana... — repitió para luego volver a acercarse a esta y tomar su mano.

— Lucas, mi vida... — comenzó a decir el omega mientras que el nudo que sentía en su garganta le dificultaba más el hablar.

— Yo me encargo — habló Gustabo al percatarse de lo que sucedía, pues se encontraba cerca de estos — Lucas — lo llamó mientras se agachaba al nivel de este — ¿por qué no me acompañas a buscarle unas cosas a tu hermana y así ayudarla a sentirse mejor?

El pequeño lo dudó, pero terminó aceptando y siendo levantado en brazos por su tío-padrino. Este se retiró, dejando a la pequeña con sus padres, Greco y Blake quien se mantenía atento en caso de que necesitasen algo.

— ¿Mejor, princesa? — le preguntó Volkov luego de abrigarla bien y recostarla en su pecho, pero esta sólo asintió al tiempo que se frotaba los ojos.

— No pasa nada princesa — le habló ahora Horacio — todo está bien, no ha pasado nada...  ya... pasó... — se repetía ahora más para sí mismo.

— Horacio... — lo llamó el alfa al percatarse de que este estaba comenzando a alterarse por los nervios que aún no se le pasaban del todo.

— No — lo interrumpió en un tono serio — no quiero escuchar nada de ti ahora mismo.

— Блядь (Joder) — dijo cansado al ver por dónde venía el omega de nuevo — sólo...

— Ya te dije que no quiero escucharte — le siguió diciendo ahora mientras se ponía de pie, siendo seguido por el alfa — esto... esto no tuvo que haber pasado...

— Por supuesto que no... — dijo mientras abrazaba más a Lily y la mecía de arriba hacia abajo tratando de calmarla pues aún tenía lágrimas en sus ojos.

— Pero todo pasó por tu culpa — lo interrumpió el omega, al mismo tiempo que Charlotte salía de la casa al enterarse de lo ocurrido y comenzando a observar la situación junto a los otros dos alfas.

— ¿Cómo que mi culpa? — le cuestionó comenzando a enojarse de nuevo.

— Sí porque si no me hubieses distraído con esa absurda discusión, hubiera podido estar al pendiente de nuestros cachorros — le recriminó dejando a el alfa incrédulo.

— Pero si el que inició esa conversación fuiste tú Horacio, por Dios — le respondió el alfa elevando su tono al mismo que este.

— ¡Suficiente los dos! — los interrumpió Charlotte mientras se acercaba a ambos ya cansada — ambos son los padres de Lily, ambos se distrajeron y los accidentes pasan — dijo mientras tomaba a la pequeña de los brazos de Volkov — así que, o comienzan a arreglar sus cosas, o terminan de divorciarse de una vez por todas — sentenció firme la omega para luego ingresar a la casa con la pequeña en brazos.

Greco y Blake por su parte siguieron a la rubia al interior y dejaron a ambos padres solos. Ambos procesando todo lo que había pasado, y el cómo estuvieron a punto de perder otro cachorro. Tal vez Charlotte tenía razón y era momento de tomar una decisión definitiva...

Flashback
7 meses luego de la pérdida del cachorro

El alfa se encontraba frente a la casa en la que llevaba siete meses sin residir. Habían sido meses complicados, en los cuales las conversaciones y acercamientos habían sido mínimos. Sin embargo, habían logrado convencer al omega para llevar a cabo la siguiente conversación.

— ¿Estás listo? — le preguntó Greco a su amigo una vez estaban frente a la puerta.

— Sí — respondió confiado.

— ¿Y cómo te sientes? — le insistió — ¿seguro que no...?

— Greco, estoy bien... — le recalcó.

Volkov comprendía la preocupación de su mejor amigo, después de todo el ruso recién se estaba recomponiendo. Aun así no quería seguir postergando este momento, y quería hablar con su esposo.

— Hola — saludó Gustabo mirando a Greco al abrirles la puerta — pasen...

Ambos alfas entraron, y nada más ingresar Penélope y los mellizos fueron hacia la entrada a recibir a su padre con un abrazo.

— ¿Cómo están mis pequeños? — los saludó correspondiéndoles el abrazo, y luego poniéndose en pie con Lily y Lucas en brazos — ustedes han crecido bastante desde la última vez que nos vimos...

— Papá — lo llamó Penélope — ¿ты лучше? (¿ya estás mejor?) — preguntó recordando que la última vez que lo vio hace unas semanas, este apenas podía levantarse de la cama.

— да принцесса, папе теперь лучше (Sí princesa, papá ya está mejor) — le respondió a su primogénita.

— ¡Horacio! — lo saludó Greco al verlo bajar las escaleras — ¿todo en orden? — preguntó al ver el semblante de este.

— Sí... — respondió sin muchos ánimos — aunque lo estará mejor cuando terminemos de hablar — se dirigió a su esposo dándole la señal a Greco y Gustabo que necesitaban.

— Bueno pues... — comenzó a decir Gustabo mientras se acercaba a Volkov para tomar a Penélope en brazos — Nosotros....

— Nosotros nos llevaremos a los niños a dar una vuelta — terminó de decir Greco, mientras que tomaba a los mellizos de los brazos de su padre.

— Esto no era lo que habíamos acordado — dijo el omega mirando a su hermano.

— Necesitan privacidad para hablar y resolver sus cosas — siguió hablando Greco mientras que Gustabo asentía y abría la puerta.

— Estaremos cerca por si necesitan algo — finalizó el rubio al tiempo abandonaba la casa, seguido de Greco con los tres cachorros en brazos. Dejando a los esposos confundidos.

Greco y Gustabo caminaron con los niños hacia el parque que había cerca de la mansión de la pareja, para que los niños se distrajeran mientras estos esperaban.

— ¿Y bien? — comenzó Greco al mismo tiempo que tomaban asiento en un banco frente a los pequeños que jugaban — estos últimos meses no hemos hablado mucho... ¿qué tal te encuentras?

— Yo... — comenzó a decir mientras que soltaba un suspiro — los niños son complicados — soltó riendo y contagiando al de barba.

— Creo que eso siempre lo hemos tenido claro — respondió, para luego voltear a ver a sus sobrinos.

Ambos se mantuvieron en silencio mientras pensaban en todo lo que había sucedido los últimos meses, y cómo están los había afectado. Las cosas se habían complicado en todos los sentidos, no sólo para los esposos, sino también para ellos.

— Yo espero que luego de que terminen de platicar... — comenzó a decir el de barba refiriéndose a H y V — las cosas mejoren para todos.

— No sé yo eh... — respondió el rubio dejando confundido al contrario.

— ¿A qué te refieres? — le preguntó confundido.

— Pues que no sé yo si la forma en la que las cosas mejoren y salgan bien, según tú — comenzó a explicarse — sean iguales desde mi perspectiva.

— A ver... — lo interrumpió — lo mejor es que resuelvan sus diferencias y vuelvan a convivir junto con sus cachorros, son una familia, y están casados, se necesitan el uno al otro...

— Sí pero... — comenzó a decirle el rubio — tal vez la solución a todo esto es otra...

— Gus... — lo interrumpió colocando su mano en la derecha de este — ¿te das cuenta de que tal vez, luego de esa conversación, nosotros podamos volver... a nuestra vida y.... planes que teníamos antes de todo esto?

— Lo sé... es sólo que aun así no podría dejar a Horacio tan... — comenzó a responderle pero fue interrumpido por Lucas.

— Juega con nosotros — le pidió el pequeño rubio mientras corría hacia él para tomarlo de la mano y llevarlo lejos de su lado, sin oportunidad a que finalizaran la conversación.

Dejando a Greco con la intriga de a lo que este se refería, mientras observaba al alfa comenzar a jugar con sus sobrinos. Le seguía costando acostumbrarse a la "nueva rutina" que habían sido "forzados" a tener. Sin embargo, una parte de sí mismo no le permitía enojarse del todo con Gustabo... después de todo, Horacio era su hermano, habían estado toda su vida juntos y sería complicado que este tuviese la misma suerte que Volkov... aunque claro, esa suerte ahora era algo cuestionable...

Mientras Tanto

Los esposos se habían quedado en silencio por unos segundos, luego de que los dos alfas se marchasen con sus cachorros. No podían negar que se sentían algo incómodos, después de todo habían pasado ya siete meses y estos no habían tenido un amistoso intercambio de palabras. Sin embargo, Volkov estaba decidido a lo que iba esa tarde, todo lo que había hecho durante esos meses tenía un propósito, y esperaba que Horacio lo comprendiera. Después de todo, este aceptó que esa conversación se llevase a cabo.

— ¿Vas a comenzar a hablar o te quedarás en silencio? — preguntó el omega, mientras que se alejaba de las escaleras y se acercaba a la sala de estar — la única razón por la que acepté tener esta conversación es porque Greco y Gus me dijeron que iban a estar aquí, en ningún momento me mencionaron que nos dejarían solos...

— No... yo... — comenzó el alfa tomando sus fuerzas — la verdad es que no puedo seguir así... quería hablarte porque necesito estar con los niños y contigo... no me basta verlos un rato algunos días, y cruzarme contigo en el trabajo como si no estuviésemos juntos. Es una tortura que me carcome cada día — le confesó tratando de que este lo comprendiera, pero el omega estaba ahora en el sofá mirando hacia el suelo — quiero que volvamos a ser una familia... — se le acercó tratando de establecer contacto, pero este no se lo permitió.

— Eso es imposible — contestó poniéndose de pie y caminando hacia el otro lado de la habitación — lo que ha sucedido estos meses ha determinado ya como seguirán siendo las cosas entre nosotros...

— No digas eso, любовь к богу (amor por Dios) — trató de hacerle cambiar su punto de vista.

— Te voy a hacer una pregunta — lo interrumpió el omega — y quiero que seas sincero conmigo.

— Siempre lo he sido Horacio...

— Tú... ¿sigues viéndote con ella? — le preguntó en un tono que el alfa le recordó lo sucedido antes de ir al hospital aquella noche — ¿sigues viéndote con tu destinada?

— Joder... — respondió pues ya sabía el rumbo que tomaría la conversación.

— Respóndeme... — volvió a recalcar — ¿sigues viéndote con Darya?

— ...Sí — afirmó — ...pero no es lo que tú piensas...

— ¿Ves? — interrumpió enojándose más — aún después de todo lo que ha pasado como consecuencia, luego de que la conociste a ella — enfatizó — sigues sin ponernos a nosotros como una prioridad...

— Si me permitieras explicarte... — trató de hablarle nuevamente y acercándose, pero el omega se negaba a tener contacto con este — te juro que...

— ¡No! — siguió interrumpiéndolo — ¡no me importa! joder es que no entiendo cómo puedes tener el descaro de venir a hablar conmigo, pedir que volvamos a vivir juntos y continuar como si... — estaba diciendo algo alterado, dejando salir su aroma a rosas y miel impregnando el lugar, dejando notar su enojo y desilusión — como si no hubiese pasado nada...

— En ningún momento he dicho ni actuado de esa forma, Horacio — estaba diciendo cuando vio que este iba a volverlo a interrumpir — ¡no! — lo detuvo — ¡deja de interrumpirme y permíteme hablar! — continuó diciendo, mientras liberaba su aroma de la misma forma que el omega había hecho.

— ¡Es que ya sé lo que me dirás! — lo interrumpió de todas formas — pero tus palabras no están yendo acorde con tus acciones.

— ¡Joder pues permíteme demostrarte lo contrario! — habló por encima de este — ya verás lo que he hecho para demostrarte que las cosas no son así.

Bajó un poco su tono de voz pues realmente aún no se sentía en condiciones para mantener una discusión como esa. Mucho menos para seguirle el ritmo al temperamento del omega.

— No puedes regresar aquí — le dijo Horacio interrumpiendo los pensamientos del alfa y dejándolo sorprendido.

— ¿Cómo dices? — preguntó sin entender esas palabras repentinas.

— ... Lo que escuchaste... — respondió el omega sin establecer contacto visual — no... no creo que sea bueno que sigamos conviviendo... no por lo menos... por un tiempo... — fue descendiendo su tono.

Volkov caminó hacia la cocina para tomar asiento en una de las sillas, y comenzar a pensar en lo que este le había dicho. Sin duda lo había tomado por sorpresa, de verdad creía que esa noche iba a volver a dormir en su casa, con su esposo y sus pequeños... sin embargo...

— Tú... — comenzó a decir el alfa luego de varios minutos en silencio — ¿de verdad no quieres que vuelva a casa...?

Horacio por unos segundos lo dudó, no respondió de inmediato, pero una parte de él le decía que eso era lo correcto, o por lo menos por este tiempo en lo que él se recuperaba y buscaba cómo volver a sentirse bien. Para el omega se le hacía difícil el ver a su esposo a los ojos. Una parte de él lo había tratado de convencer de que el culpable de la pérdida de su cuarto cachorro había sido culpa de Volkov, sus actitudes y la destinada de este... mientras que la otra lo hacía culparse a sí mismo, por haberle fallado a su alfa, por haber fallado como su omega y no haberse percatado a tiempo de que estaba esperando otro cachorro, para así haberlo podido cuidar...

— Sí... — afirmó el de cresta a pesar de no estar plenamente seguro — es lo que quiero...

Por lo que Volkov, sin ánimos a tirar por la borda su progreso como persona, y la relación que llevaba construyendo con el omega desde hace 8 años; terminó cediendo ante la petición de este. Manteniendo la esperanza de que aún sería capaz de encontrar la manera de demostrarle a su esposo que estaba equivocado, que él y su familia era su prioridad... por sobre todas las cosas... siempre iban a estar Horacio y sus cachorros. Y aunque este no hubiese querido escucharlo esa tarde, con el tiempo se daría cuenta de que las cosas no seguían siendo como él lo pensaba... o por lo menos no del todo.

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Poco a poco entenderán más las cositasssss que pasaron durante ese salto del tiempo 👀

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