Capítulo 10: Padre e Hija

En el Departamento de Volkov

Eran las 8:24 de la noche y luego de que Alanna dejase a Penélope con Volkov y Lily en el departamento de este, ahora se encontraban las niñas junto con su padre en la cama del alfa viendo una película.

— ¿Pero se murió? — le preguntó Lily con los ojos cristalinos a su padre luego de ver cómo la princesa Anna quedaba congelada, mientras defendía a su hermana mayor.

— Ella salvó a su hermana... — siguió diciendo ahora Penélope intercambiando su mirada entre su padre y su hermanita — pero ella es la menor... Elsa es la que debe protegerla...

Volkov estaba pensando qué responderles a sus hijas, pues no sabía que la película iba a dar ese giro tan drástico. Afortunadamente su teléfono comenzó a sonar, salvándolo de tener que contestarles en ese momento.

— Adivinen quién está llamando — les dijo mientras las niñas se acercaban más a este para poder ver.

— ¿Papi? — preguntaron ambas dejando un poco de lado su tristeza, para mostrar una sonrisa en el momento en que vieron a su otro padre y hermano del otro lado de la cámara.

— Mis princesas — las llamó el omega con una sonrisa al verlas — ¿cómo están? ¿comieron? ¿hicieron su tarea?

— Bieeeen — respondió Lily emocionada por contarle sobre el recital pero fue interrumpida por su hermana.

— Ayudamos a papá a hacer Pelmeni — comenzó a contar y Horacio al escuchar esto dirigió su vista al alfa.

— Como mañana me llames para decirme que tuviste que llevarlas al hospital... — comenzó a decirle al ruso ganándose la atención de este y sacándole una sonrisa inconscientemente.

— Que no, hombre — le respondió soltando una risa que le contagió al omega — ellas están bien ¿правда мои принцессы?

— Siii — respondieron ambas — estaba rico — finalizó la mayor.

— Y mi niño, ¿cómo está? — continuó el alfa interrumpiendo sin darse cuenta a Lily nuevamente.

— Tengo sueño — respondió abrazando más a su padre y siendo abrigado por él con una manta.

— Alguien estuvo hoy jugando mucho en la escuela, y luego jugamos otro rato con mi madre — comenzó a explicar el omega, pero Lily lo interrumpió.

— Papá bailará conmigo en el recital — exclamó emocionada ganándose la atención de ambos padres y su hermana.

— ¿Cómo? — preguntó Horacio incrédulo mientras comenzaba a reírse — ton père ne danse pas en public princesse.

— Pero me lo prometió — dijo segura y desafiando a este con la mirada — скажи ему да папа — le pidió al alfa ahora mirándolo Justo como había hecho horas atrás en el auto.

— Dice la verdad — respondió el alfa apoyando a su hija — hablé con la maestra y mañana hay una reunión.

— Vale, vale — respondió aceptando — pues muero porque llegue ese día.

— Ya verás papi — comenzó nuevamente la pequeña de la familia — papá y yo seremos los mejores.

— Estoy seguro de eso mi niña — le respondió el omega haciendo a esta sonreír.

— Yo también quiero bailar con papá — dijo Penélope bajándose de la cama.

— Yo te enseño — le dijo Lily mientras la imitaba y bajaba de la cama.

Las hermanas comenzaron a bailar a un lado de la cama mientras que Volkov sonreía al observarlas. Horacio compartía junto a este una sonrisa, pues escuchar a sus pequeñas reírse y disfrutar juntas, le alegraba el corazón. Este sin darse cuenta había vuelto a sentir la misma sensación de la mañana cuando habló con el alfa; y no quería seguir sintiéndose así, su lobo interior lo estaba haciendo vulnerable ante él y eso era algo que se había prometido a si mismo que no volvería a pasar.

— Bueno creo que ya es hora de dormir — dijo haciendo que el alfa volviese a mirarlo y las niñas subiesen de nuevo a la cama — no se acuesten tarde, mañana hay clases — se volteó en la cama para acomodar a Lucas casi dormido junto a él y acomodándose mejor — nos vemos mañana, mis niñas, que descansen.

— Buenas noches, papi — dijeron ambas despidiéndose con la mano hasta que el omega finalizó la llamada.

— ¿Podemos terminar la película antes dormir? — preguntó Penélope luego de unos segundos en los que Volkov había permanecido pensativo.

— Claro — le respondió luego de ver que ya no le quedaba mucho — pero luego a descansar.

— ¿Y podemos dormir contigo hoy? — le preguntó la pequeña de cabello rubio rizado a su padre, el cual nuevamente no pudo oponerse.

— Sí — afirmó recibiendo un abrazo por parte de ambas — por supuesto que sí.

Por lo que siguieron viendo el final de la película, y una vez esta terminó con el final feliz que ambas esperaban; quedaron dormidas con una sonrisa, mientras que el alfa permaneció despierto unos minutos más pensando en el gran compromiso que había hecho ese día con la menor de sus hijas, y cómo ahora tendría que hacerlo sin oportunidad a negarse. Sin duda sería una semana interesante.

El día del Recital

Una semana había pasado y el gran día por fin había llegado. Una semana en la cual Lily estuvo quedándose con Volkov más días de los que normalmente hacía, puesto que el alfa debía acompañar a su pequeña a las clases de bailes, y seguir ensayando en casa para asegurarse de que todo saliese bien. Por lo que ahora, el tan esperado día había llegado, Volkov se encontraba tras escenario junto con su pequeña y los demás padres e hijas esperando las instrucciones e indicaciones de la maestra. Mientras tanto, en el público, exactamente en la segunda fila, se encontraba Horacio junto con Penélope, Lucas y el resto de la familia, todos atentos y emocionados por ver lo que tanto estos habían estado ensayando.

— ¿Falta mucho papi? — le preguntó Penélope a su padre, pues ya llevaban varios minutos esperando.

— Seguro ya están por comenzar — le respondió Gustabo quien se encontraba del otro lado de su sobrina.

— Así es — lo apoyó Greco quien tenía a Lucas en brazos — seguro están esperando que entren todos los demás familiares para comenzar.

— Ya quiero ver a papá bailar — dijo entre risas sin ocultar su emoción.

— Creo que todos morimos por verlo princesa — le dijo Alanna quien se encontraba del otro lado junto con Parker y Blake.

— No pensé que fuese a ver a Viktor bailar en un escenario — dijo Charlotte igual de entusiasmada — ¿y tú, hijo?

— La verdad es que no mamá — le respondió de forma honesta el omega, quien estaba junto a ella.

La rubia sonrió para luego volver a mirar hacia en frente, momento justo en el cual las luces se apagaron y el escenario se iluminó. Seguido de varios gritos y aplausos por parte de los presentes en el público al ver que el recital estaba por empezar.

— ¡No veo! — exclamó Penélope buscando quien pudiese levantarla — ¡no veo!, ¡no veo!

— Ven — le dijo Alanna extendiendo los brazos hacia esta y recibiendo a su sobrina mayor en brazos.

El telón se abrió y salieron los padres de la mano de sus pequeñas hijas. Se colocaron en sus respectivas posiciones y la música comenzó a sonar de inmediato. Conforme esta sonaba, tanto las niñas como sus padres procedieron a realizar las posiciones de ballet de la primera a la quinta, repitiendo estas acciones en dos ocasiones y luego comenzaron a dar giros intercambiando con diferentes posiciones (mayormente por parte de las niñas) mientras que los padres las imitaban y ayudaban en ocasiones a dar algunas volteretas, tomándolas de las manos y levantándolas.

— Joder con el ruso eh... — le dijo Gustabo a su hermano dándole un leve codazo tratando de llamar su atención, pero fue cuando se percató del dulce aroma que este desprendía. Su aroma a rosas y miel se había hecho presente, lo cual le extrañó, hace mucho no percibía el aroma del omega de esa forma. Dejó de prestar atención a su sobrina y a su ex-cuñado para prestarle su total atención al de ojos bicolores.

Horacio parecía estar hipnotizado con la mirada fija en el alfa. Tenía una sonrisa boba en el rostro y los ojos le brillaban conforme seguía apreciando la escena. Inconscientemente, con el pasar de los minutos este había comenzado a jugar con el collar que nunca se retiraba y rara vez dejaba apreciar a los demás. Este era uno platinado donde había colocado su anillo de matrimonio, cuando se lo retiró hace unos seis meses atrás. Aunque a Gustabo no le gustase del todo reconocerlo, sabía que su hermano había perdido una parte de si el día en el que él y Volkov decidieron separarse, y vivir cada uno en casas diferentes. Sabía que esto tenía mucho que ver con la pérdida de ese cachorro, mas los problemas que la pareja llevaba arrastrando desde semanas antes de ese suceso. Sin embargo, extrañaba verlo así de alegre, ese aire a enamorado que desprendía desde que conoció a Volkov y comenzaron su relación, era algo que le sentaba muy bien al omega y esa parte de si se había apagado desde aquella noche en la que discutió con Volkov y terminó en el hospital.

Flashback de Gustabo

"¿Pasó algo?"
9:54pm

"¿Está todo en orden?"
10:01pm

"¿Puedes contestarme?"
10:06pm

Eran los mensajes que Gustabo le había enviado a Greco, pero que aún seguía esperando una respuesta. Estos se encontraban en medio de una llamada cuando este último la finalizó, luego de recibir una nueva entrante por parte de Volkov. Sin embargo, habían pasado ya varios minutos y este no le respondía los mensajes. Estaba dispuesto a llamar al de barba cuando su teléfono comenzó a sonar.

— ¿Y ahora qué hiciste ruso? — comenzó preguntando pero este lo interrumpió.

— Gustabo — comenzó y al escuchar el tono con el que le estaba hablando no pudo evitar preocuparse — es... es Horacio... no sé qué le pasa... él... se, se desmayó y... estamos en el hospital... — informó con la voz entrecortada mientras caminaba de un lado a otro en la sala de espera.

— Estoy de camino — dijo mientras se levantaba de la cama, se colocaba una camiseta, tomaba su abrigo y las llaves de casa junto a las del carro — ¿y los niños?

— Greco... — le respondió y este comprendió el motivo de que este no le respondiese — Greco está con ellos... yo... no sabía qué hacer y...

— Llego al hospital en 10 minutos...

Dicho esto finalizó la llamada y se tomó unos segundos para tratar de tranquilizarse. Siempre había escuchado que había que preocuparse si se recibían llamadas a mitad de la noche, pero jamás pensó que le llegase a suceder. Horacio era la única familia que tenía, bueno, también tenía a su padre pero no sabía de Conway desde que ingresaron al FBI y este se marchó sin avisar ni dejar rastro. Por lo que nuevamente el omega se había convertido en su única familia, y así fue hasta que sus sobrinas y sobrino nacieron.

— Joder hermano... — dijo para sí mismo mientras marcaba el hospital en el GPS — espero que estés bien...

Una Vez en el Hospital

El alfa ingresó de prisa y se encontró rápidamente con Volkov. Con sólo verlo pudo notar cómo este se encontraba preocupado, su rostro reflejaba que había estado llorando y su aroma podía percibirse a la distancia.

— ¿Qué fue lo que pasó? — le cuestionó acercándose al preocupado alfa.

— Estábamos hablando... — comenzó el ruso — luego... nos comenzamos a alterar y de un momento a otro se desmayó... yo no... no sé qué le pudo haber ocurrido y... no puedo dejar de sentirme...

— En la mierda... — terminó de decir por este — es lo que tiene compartir un lazo con una persona... para las buenas y en las muy malas.

— Ya, pero esto... no es normal — le dijo mientras trataba de calmarse — algo está mal Gustabo...

— ¿Familiares de Horacio Pérez-Volkov? — preguntó un doctor entrando a la sala de espera.

— Soy su esposo — dijo Volkov acercándose de manera apresurada al médico.

— Y yo su hermano — dijo Gustabo — ¿qué tiene mi hermano?, ¿se pondrá bien?

— Creo que... deben tomar asiento — comenzó a decir este y los alfas intercambiaron miradas.

— ¿Qué le sucede? — preguntó Volkov sin ocultar su preocupación.

— ¿Saben si el paciente se había encontrado indispuesto durante los últimos dos meses? — les preguntó dejándolos confundidos.

— ¿Cómo? — preguntó Volkov sin comprender la pregunta — No estoy entendiendo... qué.. ¿qué tiene que ver esto con..?

— El paciente ha tenido un aborto espontáneo... — soltó como un balde de agua fría que dejó petrificado tanto al ruso como al rubio — muchas veces esto se debe a que el cachorro no se estaba desarrollando de manera correcta...

Gustabo dejó de escuchar, volteó a ver a Volkov y este se encontraba en shock. Ninguno de los dos entendían la noticia que acababan de recibir, ¿Horacio iba a tener otro cachorro?, ¿en qué momento?, ¿cómo no se habían dado cuenta?

— Aún se encuentra dormido por la anestesia suministrada — volvió a escuchar al doctor — pero uno de ustedes puede pasar con él y esperar a que despierte... entiendo que por sus reacciones no sabían que había un cachorro en camino, por lo que asumo que este tampoco.

— No... no lo... sabíamos — respondió Volkov en un hilo de voz.

— Lamento su pérdida señor Volkov — dijo el doctor — les daré unos minutos, su esposo se encuentra en la habitación 219 — informó para luego retirarse.

Gustabo no sabía cómo procesar todo lo dicho por el médico. Tenía miedo por cómo su hermano fuese a reaccionar, y cómo esta noticia lo afectaría. No sabía cómo ayudaría a su hermano a manejar esto, pero sí estaba seguro de una cosa.

— ¡Todo esto es tu culpa ruso de mierda! — le gritó con los ojos cristalinos y señalándolo — mi hermano lleva mal varios días, incluso semanas y tú ni si quiera has estado ahí para él, no has estado para tu familia y ahora mi hermano pagará las consecuencias de tus actos egoístas.

— ¡No tienes el derecho de decir eso! — le respondió Volkov enojado ante las palabras del otro alfa — tu hermano es todo para mí, y ese cachorro también era mío... — lo tomó de la camisa y lo estampó contra la pared que había tras de este — también he perdido un hijo hoy... no sólo tu hermano, así que deja de hablarme como si estuviese contento con esta situación, porque es lo menos que estoy.

Gustabo se soltó del agarre de este y lo empujó hacia atrás. Ambos se fulminaron con la mirada; ambos tenían una expresión de tristeza, dolor y enojo.

— Iré con mi hermano — dijo simplemente y se apartó del ruso, dejándolo solo.

Se dirigió hacia la habitación de su hermano con un nudo en la garganta, y su mente tratando de procesar lo que había pasado en tan corto lapso de tiempo. Ingresó a la habitación y se encontró con Horacio aún dormido en la camilla, por lo que tomó una silla de las que se encontraban ahí, y la acercó junto a él. Tomó asiento y sacó su teléfono, percatándose de que tenía ya algunos mensajes por parte de Greco.

"Lo siento, Volkov me pidió que fuese hasta su casa y la de Horacio para estar con los niños."
10:24pm

"No me ha explicado pero deben estar en el hospital, Horacio se ha desmayado."
10:24pm

Gustabo soltó un suspiro mientras que sus ojos se cristalizaban más y comenzaba a sentirse desesperado. Por lo que con todos estos sentimientos sobre si, marcó el número del de barba.

— Gus — dijo el alfa contestando de inmediato la llamada — ¿todo bien? — y seguido de esta pregunta Gustabo no pudo evitarlo y soltó las lágrimas que había estado conteniéndose.

— Gustabo, ¿Horacio está bien?, ¿qué ocurre? — le preguntó alejándose de Penélope y Lucas, los cuales estaban dormidos en la cama de la mayor, mientras que este aún tenía a Lily en sus brazos tratando de que se durmiese de nuevo — Me estás preocupando...

— Horacio estará bien... — comenzó a contarle mientras trataba de calmarse — pero... él iba... iba a tener un cachorro...

— ¿Cómo? — preguntó mientras tomaba asiento en una silla — ¿Cómo que... iba?

— Lo ha perdido... él... él lo perdió — siguió diciendo mientras tomaba aire y pasaba su mano por su rostro — el doctor dijo muchas cosas pero... fue un aborto espontáneo...

— Joder... — fue lo único que pudo decir el alfa mientras que asimilaba la noticia y miraba a su sobrina ya por fin dormida en sus brazos — ...¿Y Volkov?

— Está afuera — respondió omitiendo lo que había sucedido hace unos minutos entre ellos.

— Vale — aceptó poniéndose de pie — llamaré a Maia para que venga y yo poder ir contigo y estar con Volkov cuando...

— No — lo interrumpió — quédate con nuestros sobrinos, yo me encargo de todo por acá, llamaré a Charlotte para contarle y mañana temprano los dejas con ella y vienes acá.

— ¿Estás seguro? — preguntó Greco por última vez.

— Sí, te dejaré saber cualquier...

— ¡Gustabo espera! — lo interrumpió antes de que este terminase la llamada pues por su actitud el de barba sabía que eso era lo que haría — ... todo, va a estar bien ¿si? — comenzó a decirle mientras escuchaba la respiración alterada del rubio del otro lado con la intención de contener sus lágrimas — estoy aquí, estaré contigo...

— Yo... — quería responder pero este no se lo permitió.

— No, no me digas nada — le habló con calma pues aun tenía a su sobrina dormida en brazos — solo quiero que lo sepas, no necesito que me contestes... solo... todo estará bien.

Dicho esto, finalizó la llamada dejando al rubio con más pensamientos rondando por su cabeza. Soltó un suspiro pesado y volvió a mirar a su hermano con los ojos ya rojos por tantas lágrimas que había derramado. De verdad creía que las cosas en la vida de ambos iban a estar bien y estables por mucho tiempo más. Por qué a pesar de todo, tanto él como su hermano por fin estaban teniendo esa vida que siempre quisieron, habían alcanzado sus metas y habían logrado superarse sin importar todas las adversidades por las que tuvieron que pasar años atrás. Pero con esta noticia, sabía que no solo la vida de Horacio iba a cambiar otra vez, sino también la suya... después de todo, siempre han sido ellos dos. No necesitan de nadie más.

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Creo que por primera vez desde que comenzó la historia, les puedo asegurar que el siguiente capítulo será feliz 👉🏼👈🏼
Bueno, según cada punto de vista 👀

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