Camino por las calles de la ciudad. Son las cinco de la mañana, pero es que me he perdido. No me juzguéis llevo un año sin venir por aquí, además, por la noche todos los gatos son pardos ¿no? Pues para mí todas las calles son iguales. Doy una patada al suelo y miro hacia todos los lados. ¿Alguien viene a rescatarme por favor? Me siento en un banco de una de las calles y suspiro cansada. Otra vez estoy sola. Me abrazo las rodillas y tiemblo. No sé si por el miedo, o porque no tengo a nadie al que poder abrirme por completo. Cierro los ojos angustiada y me abrazo más aún. ¿¡Qué pasa que no hay nadie despierto a las cinco de la mañana!? Unas voces hacen que pegue un bote. Una risa conocida llega hasta mis oídos y lentamente levanto la cabeza. Diviso a Axel con una chica cogidos de la mano. Se paran en frente de una de las casas que quedan a la izquierda del banco. La chica envuelve sus brazos alrededor del cuello del chico y le da un sonoro beso en los labios. Una lágrima surca mi rostro y así hasta que mi cara está completamente empapada por las lágrimas. Los dos se despiden y la chica se va. Intento contener los hipitos para no hacer ruido, pero me es casi imposible. Axel no se da cuenta si quiera de que estoy ahí y vuelve camino a la concentración. Podría haberle seguido para volver a mi habitación, pero quedarme allí me parece una mejor opción. Tiempo después escucho a Jude decir mi nombre. Levanto la cabeza y tambaleante, con los ojos totalmente empañados por las lágrimas voy en su busca. AL poco unos brazos me rodean y me aúpan hacia arriba. Enrosco las piernas alrededor de sus caderas y dejo caer mi cara en su hombro.

--- Tsss tranquila, estoy aquí, estoy aquí pequeña – dice en mi oído.

Yo mientras sigo llorando en su hombro. Conmigo en brazos comienza a andar hasta que llegamos a la concentración de nuevo. Ahora ya por fin estoy más calmada y solo sorbo por la nariz. Sube las escaleras conmigo sin decir nada y me deja en mi cama.

--- ¿Estás bien? – dice acariciándome el pelo.

Asiento despacio.

--- Solo me he asustado al verme perdido, siento haberte molestado – digo mirando hacia el suelo.

Sonríe y le resta importancia.

--- Será tu culpa si mañana tengo ojeras, esta cara no puede verse mal – dice acariciándome el moflete.

--- Nah no creo que te veas mal con ellas.

Me da la razón alegando que es muy guapo y le tengo que dar la razón.

--- Y ahora a la cama – dice dándome un pequeño empujón para hacerme caer en la cama – si necesitas algo dímelo.

Se levanta directo a irse pero le paro antes de que llegue al pomo. Le giro y le doy un beso en la mejilla.

--- Muchas gracias por todo.

Se sonroja y me da las buenas noches para salir corriendo de la habitación. Sonrío como una tonta. Idiota.

***

Axel llega en el momento justo en el que Jude sale de la habitación de la chica. Frunce el ceño al ver a su amigo rojo como un tomate.

--- ¿Qué ha pasado? – dice levantando las cejas con una sonrisa.

--- Se fue y se perdió así que tuve que ir a buscarla y nada más – dice omitiendo que la chica estaba llorando a mares y que le había dado un beso antes de salir de la habitación.

--- Y tu sabías que estaba fuera porque...

--- Porque yo la deje salir con la condición de que no volviera tarde, lo que pasa es que no me di cuenta de que no conocía la ciudad – dice el chico lamentándose – Pero es que ese chica consigue lo que quiere – suelta una carcajada – Me parece que este año va a ser mejor de lo que pensaba.

Antes de volver a meterse en su habitación abre la puerta de la chica para cercionarse de que se haya acostado. Niega con la cabeza cuando la ve medio destapada y se acerca a acomodar las sabanas, vuelve a salir de la habitación y mira la cara perpleja de su amigo.

--- Tío...

--- Lo sé, estoy jodido – dice rascándose la nuca – pero me ha recordado a ella.

Axel se queda mirando a la chica que está en la cama.

--- Tu sabrás lo que haces amigo, pero no caigas.

--- Tranquilo – dice Jude malvadamente – caerás tú antes.

***

Me despierto pronto para las horas a las que me acosté. En pijama voy hasta la habitación de Jude que sigue durmiendo. Miro mis bombones Ferrero con lastima y se los dejo en la mesilla. Eran nuestros favoritos cuando éramos pequeños. Le dejo una nota dándole las gracias y vuelvo a salir de mi habitación. Me arreglo y bajo abajo para tomar el desayuno. No hay nadie salvo Silvia y Celia que está preparando el desayuno.

--- Buenos días, ¿necesitáis ayuda?

---Hola, no ya hemos terminado ¿desayunamos las tres juntas antes de que llegue los salvajes?

Asiento y nos sentamos en una de las mesas. Hablamos de cosas triviales, como en los viejos tiempos, pero sé que se están guardando los temas importantes; a pesar de todo es como si no nos conociéramos de nada aunque ya nos conozcamos.

Poco a poco los chicos van llegando y el comedor va llenándose. Casi no presto atención a mí alrededor ya que solo tengo ojos para mi chocolate con churros. Bendito sea quien inventó esto. De un momento a otro me encuentro rodeada por la mayoría del equipo.

--- Hola – digo con la boca llena.

--- Hemos pensado que habíamos empezado por mal pie y esto... - comienza a decir Mark.

Vuelvo a llevarme el churro a la boca y de una patada empujo la silla que tengo en frente.

--- Puedes preguntar lo que quieras, todavía no como a nadie – digo volviendo a dar un bocado a mi churro.

--- No pueden decir lo mismo los churros – dice Jude con las dos cejas en alto.

--- No me tires de la lengua Jude – digo sacando la mía y pasándola por mi labio inferior.

El muy idiota se ha dejado chocolate de los bombones en el labio.

Podríamos habérselo quitado nosotras.

A callar.

Mark pilla la invitación y se sienta en frente mía apoyando los codos en la mesa. Los demás cogen las sillas y se ponen a mí alrededor.

--- ¿Cómo es el fútbol de Italia? – dice emocionado.

Suelto una carcajada, sabía perfectamente lo que iba a preguntar.

--- Rápido, veloz, con mucha fuerza de tiro... Es el equipo más completo del TFI

--- ¿Y crees que pueden ganar?

--- Sí, son los que más papeletas tienen; aunque claro también esta Inglaterra, España, Estados Unidos... Digamos que la cosa está complicada y no creo que la clasificación de Asia sea pan comido.

--- ¿Y por qué pusiste en la hoja que no teníamos posibilidades? – dice esta vez Nathan.

--- Porque sois un equipo de muy bajo nivel y si os comparamos con otros equipos y a este paso ni si quiera pasáis la primera fase – dice el entrenador Percival Travis.

Joder que directo.

--- Os quiero presentar a mi hija Camelia que va a ser la nueva gerente del equipo – dice sin dar tiempo a rechistar ante sus palabras – y a Crístal Selius quien va a ser una de las preparadoras físicas del equipo.

Mis ojos se abren por completo al entrar a una chica de mi edad, de mi estatura y de mi composición entrar en la sala. Un tembleque comienza en mis manos cuando me doy cuenta de que es completamente igual a mí, y de que hace mucho que fui reemplazada. Me muerdo el carrillo de la mejilla y contengo mis ganas de salir de allí tirando de los pelos a esa farsante que sonríe a todos. ¿Cómo han podido hacer esto? Unos pasos apresurados hacen que desvíe mi mirada hacia la puerta encontrándome con Nelly y Hilman fatigados y con cara de circunstancia.

Las chicas se presentan y una vez acaban me levanto de mi silla que parece que quema.

--- Iría deberías de presentarte tú también – dice el nuevo entrenador esperando mi reacción.

--- No hace falta – digo don voz fría – no creo que dure mucho tiempo aquí, mi lugar ya lo están ocupando.

Con la mirada advierto a Nelly que se aparte y lo hace apresuradamente. Sí, te conviene, y mucho, querida.

--- Quiero un billete urgente a Italia, mínimamente salir de aquí por la noche – digo sin rodeos – creo que ya os habéis divertido lo suficiente.

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Como podéis ver lo capítulos son bastante largos así que podéis amarme. He rehecho este cpítulo como tres veces y por fin se puede publicar. Espero que os guste. Besoos.