Cap. 48
Paolo enarca una ceja al ver a Shawn y a Iría abrazados mientras duermen. Le gustaría decir que está celoso, pero no es así. Ver a su amiga feliz y descansando en paz después de tanto tiempo es reconfortante, además sabe que la relación con el chico es meramente de amistad. Toca la puerta abierta y el peligris se despereza.
Estaba soñando con que ganaban este trofeo y conseguían la victoria. A parte, estaba la chica de su lado engordando a base de batidos y chocolates y la utilizaba como balón de fútbol. Muy escalofriante, pero su imaginación se desborda cada vez que cierra los ojos. Mira al chico de la entrada con los ojos entrecerrados y parpadea dos veces antes de asegurar que es Paolo de quien se trata.
--- ¿Cómodo? - dice el castaño cruzándose de brazos y apoyándose en el marco de la puerta.
--- Como si estuviera en el cielo - soñoliento, se levanta de la cama y coge su móvil de la mesilla - No deberías despertarla, esta muy cansada después de ayer - pasa por su lado y le da una palmada en el hombro - creo que deberíamos de hablar sobre ciertas cosas, se está complicando el "asunto".
Paolo asiento seriamente sabiendo por donde van los tiros e intrigado por lo que le puede llegar a decir , comienza a seguir al peligris. SE para en seco, da media vuelta y entra en la habitación de nuevo para darle un beso en la cabeza a su amiga Sigilosamente sale de la habitación con una sonrisa tonta en los labios. Ahora si puede irse tranquilo.
--- Patético - enarca la ceja Shawn y sonríe.
--- Cállate idiota.
La chica se despereza en la cama minutos después de que los chicos la hayan dejado sola. Se frota los ojos delicadamente y mira al sitio vacío donde debería de estar Shawn . ¿Dónde se había metido? Se quita la sabana de encima de su sudoroso cuerpo y se coloca bien la peluca. Siempre es cuidadosa con ese tipo de cosas pero últimamente se le estaba empezando a olvidar el papel que tenía que representar. Se mira al espejo antes de lavarse la cara y empezar con su rutina de maquillaje. Es increíble lo que puede hacer unos productos de belleza bien aplicados. Puedes tener una nariz más delgada y unos labios más gruesos en cuestión de segundos. Una vez terminado, se atusa el pelo artificial. Su mirada se dirige como siempre a la herida del estómago. Es verdad que casi no se veía en comparación con lo grande que llegó a ser en su momento. Hace una mueca de disgusto y se baja la camiseta. No se ha molestado en cambiarse el pijama, no tiene que impresionar a nadie como para tener que arreglarse a las horas que son. Según su reloj todavía es pronto para bajar a desayunar, pero tiene tanta hambre que necesita llenar su pobre estómago. Baja sin hacer ruido, intentando no despertar a nadie. Abre la puerta de la cocina y se topa de bruces con Jude, quién está sentado en la encimera tomando los mismos cereales de siempre, esos de colores con forma de círculo. Sus miradas se chocan y el mayor de los dos traga y parpadea varias veces. No tiene las gafas puestas. El estómago de la chica da un vuelco y sus ganas de comer desaparecen completamente.
--- No te esperaba a estas horas. Si buscas a Shawn ha salido hace un rato.
La chica niega con la cabeza y se dirige a la nevera.
---- Venía a desayunar, nada más - abre la leche y se echa -¿quieres más?
Jude niega con la cabeza mientras la observa tranquilamente. La chica se remueve incómoda por esa inspección tan afondo que le está haciendo y le da la espalda para coger los mismo cereales que está comiendo el moreno unos metros más allá. Se da la vuelta y mira el microondas que está al lado de Jude con recelo. El chico extiende su mano esperando a que le pase el tazón y esta, obediente, lo hace.
--- Un minuto, ni muy caliente ni muy frío, ¿verdad? - susurra las mismas palabras que Crístal le repetía siempre que se quedaba a desayunar a su casa.
Iría da un paso atrás al reconocer la frase y mira hacia otro lado evitando el contacto visual. Todo esto solo puede significar una cosa... El timbre del aparato hace que se sobresalte. Se acerca rápidamente pero Jude se adelanta a sus movimientos. Coge su mano y la aparta con delicadeza del tirador. Iría sigue con los ojos sus manos cautelosa. Está apunto de salir corriendo en cualquier momento. Le suelta la mano y saca el tazón del microondas. Se lo tiende una vez que ha comprobado que la leche está en su punto.
--- Gracias - susurra casi avergonzada. Se siente como si estuvieran en casa del chico después de algún partido amistoso.
Jude se la queda mirando y después vuelve a su desayuno ignorandola, como si no estuviera ahí. La chica enarca una ceja y se sienta en una de las sillas que se encuentran debajo de la encimera. Coge una cuchara y se la lleva a la boca. Se para a medio camino cuando Jude se baja de la encimera y se dirige a la puerta. Echa el pestillo y se apoya en esta con los brazos cruzados. Iría abre la boca cual pez y la vuelve a cerrar. Un calor interno empieza a juntarse en su cabeza y un hormigueo en las manos hace que tenga que cerrarlas y abrirlas varias veces. ¿Qué intenciones tiene? Ya se había dado cuenta de que Jude había cambiado mucho desde que ocurrió el accidente ¿pero cuanto del antiguo Jude quedaba en él? No lo sabe, y tampoco tiene ganas de comprabar sus suposiciones. No teme el daño físico, pone la mano en el fuego a que no la tocaría, ni si quiera la respiraria encima. Lo que teme es el daño que pueda provocarle a su débil salud mental.
- ¿Qué pretendes? - dice sin moverse de la posición inicial.
Jude enarca una ceja y avanza hasta ella. Ahora lo único que les separa es la isla. Apoya las manos en la encimera y se echa hacia delante. Se queda cerca de ella, pero lo suficientemente lejos para poder apreciarla completamente. Iría se relame los labios nerviosa. No le gusta ese juego del ratón y el gato.
- Creo que lo sabes bien, ¿o no me maldejiste a la hora del descanso?
La chica aprieta los dientes y es esta vez ella la que se acerca a él, cabreada.
Controlate, no podemos dar ni un paso en falso.
- No se que pretendes Sharp, pero deja de entrometerse en mi vida - sus palabras destilan rabia.
Jude sonríe, le gusta verla cabreada. Se parece tanto a ella cuando se pone así que le da miedo admitirlo. Su mano instintivamente coge su barbilla y acerca más sus caras.
- Sólo quiero que me cuentes la verdad, nada más - su mirada cae sobre sus labios - eres tan misteriosa y eso...
- Tratame como una persona Jude, no como un puzzle que descifrar - se adelanta más. Sus respiraciones chocan y el aire se vuelve pesado a su alrededor. Jude se relame los labios e Iría lo único que puede hacer es mirar sus ojos rojos como la sangre - estoy harta de que me trates así.
Cuando sus labios están apunto de rozarse, la chica se aparta dejando a un Jude descolocado y sin saber muy bien como actuar.
- No se que mierdas pretendes, pero cuanto más me trates así peor va a ser. Me da igual que no salga de aquí en días, como si me encierras cual rapunzel. Ahora, nunca conseguirás que hable, nunca.
El puño del castaño se incrusta en la encimera y la chica pega un bote. Jude intenta regular su respiración, pero la rabia le consume por dentro. No puede seguir así, no puede sufrir como esta sufriendo, no merece nada de eso.
- Estoy hasta las narices de que ocultes cosas ¡Joder! ¡Estoy harto de sufrir! ¡Yo solo quiero recuperarla Iría y no se por qué, se supone que esta muerta! Pero... Pero...
Iría hace una mueca triste. Nunca le había visto así de alterado, nunca se le había encogido tanto el pecho en una situación así. Tiene ganas de matarle y a la vez consolarle hasta que no hubiera un mañana. Dios, está tan confusa y tan cansada de esta situación que daría lo que fuera para que todo volviera a ser lo de antes.
- Pero... Siento que sigue viva - la chica deja de respirar - siento que esta aquí conmigo - levanta su mirada y conecta con sus ojos. Rojos contra marrones - por favor, dime que no me estoy volviendo loco - pasa sus manos por la cara desesperado y suelta una gran suspiro - si me dices que si prometo dejar de entrometerme en tu vida, me verás lo menos posible, pero si es no... Quiero saber la verdad por favor.
Su súplica llega al corazón de la chica que lo único que puede hacer es apretar los puños con impotencia, una de las más grandes que ha sentido nunca. No puede hacer nada que no ponga en peligro a nadie, no puede dar la vuelta a la tortilla esta vez. O él o la vida de todos, y la suya.
No lo hagas, por favor, no lo hagas.
La chica niega con la cabeza para si misma y aguanta las lágrimas que amenazan por surcar sus coloradas mejillas. No puede permitirse ser débil ahora mismo, solo puede ser fuerte, por el bien de los dos.
- Ella murió Jude, no volverá. Yo... Solo quiero que comprendas la situación. Aferrándote al pasado no conseguirás avanzar. Deshazte de todo, hazlo por ella... Y por ti mismo. Eras un hermano para ella, eras un pilar fundamental en su vida, no le gusta verte asi. Solo... Aceptalo, no puedes hacer más.
Los hombros del chico se hunden y tiene que sentarse para no caerse redondo allí mismo. Iría da un paso hacia él pero Jude interpone su mano entre los dos cuerpos. No quiere compasión, no quiere nada de eso.
- Gracias por haber sido clara Iría. Te debo una disculpa, no suelo ser así. A partir de ahora no te molestare más, lo juro, voy a cumplir lo que te he dicho.
Disimuladamente aparta una lágrima de su mejilla y le da la espalda con la intención de que no la vea llorar. Si lo hace y la consuela es posible que acabe confesando eso que en su cabeza llava dando vueltas desde hace mucho tiempo. Con la cabeza gacha se acerca a la puerta sin ser interrumpida esta vez. Quita el pestillo y la abre cuidadosamente intentando no hacer ruido. Mira una última vez a Jude. Sin poder evitarlo avanza hacia él. El chico sube la mirada sorprendido por la invasión de su espacio personal en un espacio corto de tiempo. Por un momento puede ver a su amiga en la cara de esa chica. Iría tiene razón, Cristal no va a volver, pero a lo mejor a mandado a Iría como su representación ese asqueroso e injusto mundo. La chica se acerca a él despacio y deposita un pequeño beso en los labios del contrario. Algo en el estómago de Jude se revuelve como nunca antes lo ha echo. Un calor intenso sube a las mejillas y su cabacidad de reacción ha sido nublada por ese pequeño y delicado roce que le ha sabido a gloria. Se le hace reconocido, se le hace tan familiar... Iría se aleja rápidamente y en menos de un segundo está de nuevo en la puerta.
- Jude, a veces las promesas están para incumplirlas, ¿verdad?
La puerta se cierra tras una frase llena de esperanza, tristeza y lágrimas. Se apoya en la puerta una vez cerrada y suspira profundamente mientras se seca las pocas lágrimas que no ha podido retener. Nadie le había dicho que estar muerta iba a ser tan difícil.
***
El hombre mira por la ventana de su gran mansión. Todo estaba saliendo bien en el torneo y su plan estaba saliendo a la perfección, sin ningún tipo de inconvenientes. Se atusa la barba blanca que hace un gran contraste con su oscura piel y suelta una gran sonrisa mientras mira uno de los muchos monitores que muestran las imágenes de las cámaras de vigilancia.
- Señor, creo que debería de ver esto.
La irritante voz de su ayudante hace que su sonrisa se desvanezca y deje paso a un ceño fruncido. Pone los ojos en blanco y le pide con la poca educación que le tiene que se lo enseñe lo antes posible. Los monitores cambian las imágenes y muestran el último partido jugado. Eric Eagle contra una chica que sólo ha visto una vez. Se fija mejor en sus moviemientos y en la gran destreza que tiene para ver la jugada antes de tiempo. Se fija en cada rasgo de su cara y figura hsdta que consigue hacer un análisis completo de ella. La rabia le ciega y echa todo los papeles que había sobre el escritorio al suelo. No, no podía ser verdad.
- ¡Debería de estar muerta! ¿¡Por qué coño sigue viva!?
Su ayudante de encoge al ver que un bolígrafo va directo a su frente.
- ¡Encuentrala y acaba con ella, pero esta vez de verdad!
El hombre sale corriendo del despacho y su jefe se queda en la sala intentando relajarse. A lo mejor todavía podía salirse algo de control.
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Son la una de la mañana y estoy muerta. Perdón por tardar tanto, se me ha echo muy difícil este capítulo, espero que lo comprendais y que le deis mucho amor. Mil besoos.
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