Cap. 47

Iría se encuentra tumbada en el banco del vestuario. Ja tenido que quitar unas cuantas mochilas antes de poder tumbarse con tranquilidad. Ahora, con los ojos cerrados, intenta calmar los latidos desembocados de su pobre y enfermo corazón. Se había esforzado bastante en el campo, sobretodo se había dando cuenta de que su resistencia es mínima comparada con lo que era antes. Todo culpa del poco ejercicio que ha hecho desde que aquello ocurrió.

Y del tabaco.

Se pone el brazo en los ojos y deja escapar un suspiro profundo. A lo mejor debería de dejar que Paolo se deshiciera de las cajetillas que todavía guardaba en su habitacion. La puerta se abre y unos pasos retumba en las paredes de los vestuarios. Son fuertes, pero a la vez delicados y refinados, como los de un rey que juega a ser diablo con sus esclavos.

- No esperaba verte por aquí - dice sin destapar sus ojos,

- Yo tampoco esperaba verte en el campo - dice su voz un tanto enojada.

La chica quita su brazo y mira al semidios con los ojos entrecerrados. Su pelo está un poco alborotado, cosa rara en él, y tiene los ojos muy oscuros, como si de pronto fuera a lanzarse contra alguien y darle la paliza del siglo. Aunque le gusta verle de esa forma, en esos momentos no está para tonterías.

- Mira...

- Me ha enviado él.

Un frío helador se cuela en sus huesos haciendo que un escalofrío recorra su espina dorsal. Se esperaba de todo menos esa información.

-Pues dile que la próxima vez venga en persona - dice Iría apartando sus ojos del chico.

El chico chasca la lengua y se acerca a la rubia. Sabe que no le ha hecho gracia lo que le acaba de decir, pero no le queda otra, esto es importante.

- Quiero que me atiendas. Querías saber ¿no? - consigue captar su atención de nuevo y sonríe delicadamente - ha llegado el momento.

Mark recorre las instalaciones. Quiere encontrar a Iría y aclarar ciertas cosas, por no decir toda su existencia. Si sus sospechas son ciertas... No, no sabría como reaccionaria. Se pinza el tabique de la nariz estresado. ¿Y si es mejor no saber la verdad? Se para en seco al ver a sus dos mejores amigos espiando por la puerta del vestuario.

- ¿Se puede saber que hacéis?

Los dos chicos se sobresaltan y se dan la vuelta rápidamente. Jude se pone la mano en el pecho al ver que es Mark quien les ha descubierto y no otro.

- Calla y escucha - Axel tira de su amigo y le pone en frente de la rendija que han dejado abierta.

Abre los ojos desmesuradamente al ver a Byron y a la chica que buscaba hablar íntimamente, aunque se nota que ella está un tanto molesta con la situación.

- No me tomes el pelo - dice Iría levantándose e intentando plantarle cara. Su mirada se levanta y tiene que ponerse de puntillas para llegar aunque sea a su boca - estoy arta de todo esto, por favor, no quiero seguir así.

El rubio la rodea con sus brazos y un suspiro sale de los labios de Iría. No quiere seguir más con esta farsa, ella solo quiere ser libre. Todos los días se levanta con una angustia en el pecho pensando que ese día podria morir y hacer sufrir a Paolo, o que alguno de sus amigos pudiera llegar a desaparecer. Tenía miedo, tanto, que muchas veces se había pensado en irse por su cuenta y no volver más. Pero la tenían tan vigilada que era imposible dar un paso sin saber su posición exacta. Se esconde en el cuello de Byron y el chico besa su cabeza.

- Te juro que acabará pronto, te lo prometo - susurra sobre su cabeza.

- ¿Y cuando acabe me llevaras a tomar un helado?

Suelta una leve carcajada triste y asiente.

- Claro que si, y podrás pedirte toda la heladería si quieres.

Un ruido muy leve alerta a la chica y se separa intranquila.

- Nos están escuchando - dice la rubia cogiendo lo primero que pilla.

Mira el plumero con los ojos entre cerrados y suelta un bufido con la risa de Byron de fondo. Casualidades de la vida. Abre la puerta de una patada y se asoma al pasillo. Una capa desaparece por la esquina contraria y la con el plumero a la pared. Sabe quien es, y se puede hacer una idea de que no va solo.

- Estoy hasta las narices de los dos - dice en voz alta esperando que les oiga.

- ¿Hablamos de los dos de siempre?

- ¿Quien si no? - pone los ojos en blanco y le lanza el plumero a su amigo. Este sonríe y utiliza el plumero como varita - me voy antes de que me conviertas en rana.

SE acerca y deposita un beso cálido en su mejilla. Se aleja y el chico le silva haciendo la gracia. Iría no se da la vuelta pero aun así sonríe, y pensar todo lo que habían pasado juntos... Sale de nuevo al campo y se tumba en el césped de enfrente del banquillo.

- ¿Has muerto por fin? - dice la irritante voz de Lucía.

Un pinchazo hace que se lleve la mano a la cabeza, que la digan eso le afecta mucho, tanto que su estómago se revuelve como si acabara de tomarse un tornado. Intenta aparentar normalidad pero una palidez invade su rostro.

- Ojalá algún día te cosan la boca para que dejes de soltar idioteces - suelta Silvia fríamente.

Iría suelta una gran carcajada y mira con cariño a su amiga que la sonríe de vuelta de la misma forma. No habían hablado correctamente desde que se fue, aún así la tensión entre ellas había desaparecido, como si nunca hubiera pasado nada. No la culpa de nada de lo que paso, si hubiera sido al contrario no sabría como hubiese reaccionado. Es un tema muy delicado, aunque todavía no sabe cómo consiguió enterarse. ¿Quién la había puesto en sobre aviso? ¿Cómo es que su puerta estaba abierta cuando siempre la cierra con cerrojo al acostarse? Con todo lo que había pasado, no se había parado a analizar toda la situación. Por una parte está agradecida de que pasara, tener más apoyo en esa casa la ayudaría tanto para su salud mental como para la emocional.

- Ojalá vosotras también desaparezcais.

Abre los ojos desmesuradamente y se recompone. Habla de ella, no hace falta un cartel fluorescente para darse cuenta de ello. Celia y Camelia no se están enterando de nada de la conversación, mejor, son muy inocentes para lo que piensa decirla ahora.

- Eres una víbora, ¿de verdad crees que alguien aquí te quiere? ¿De verdad crees que te idolatran o algo por llevar el nombre de otra persona? Estas sola Lucía, muy sola, y me das tanta pena... - entrecierra un poco los ojos - Algun día se te devolverá todo esto.

La copia suelta una caracajada amarga y pone una sonrisa de suficiencia.

- Tengo todo lo que tu no tienes - se levanta y la mira desde arriba - no me toques las narices o tendré que actuar.

Ahora la que sonríe es Iría. A lo mejor el rubio tenía razón al fin y al cabo. Ese maldito sabía tanto y la decía tan poco...

- Actúa, no te tengo miedo - se encoge de hombros - me da igual lo que me hagas, porque me das igual tu así de siemple, así que desaparece de una vez de mi vista.

Mark se para delante del encapuchado. Byron sonríe debajo de la capucha. Sabía que iba a pasar algo así, pero él mismo lo había buscado. Tenían todo tan pensado y calculado que incluso en algunos momentos daba miedo. No levanta la vista, solo se queda plantado, esperando que los tres chicos que tiene delante digan algo.

- ¿De qué la conoces? - Jude está tan nervioso que no es capaz de mantener el pie quieto produciendo un ruido un tanto estresante para los demás chicos allí presentes.

- ¿Desde cuándo se escuchan conversaciones ajenas? - responde.

El pasillo vuelve a quedarse en silencio y es esta vez Mark quien lo rompe.

- Si estáis tramando algo...

- Si fuerais más listos... - niega con la cabeza - no tengo que daros explicaciones, además no habéis escuchado nada importante así que no tengo que tomar medidas - se abre hueco entre los chicos y sigue su camino - buena suerte Inazuma Japón, la vais a necesitar.

El chico desaparece rápidamente antes de que alguna pregunta vuelva a escapar de los labios del trio lalalá. Axel mira a sus amigos que no entienden la situación, y el menos todavía. Todo lo que gira entorno a esa chica es un misterio, uno que por alguna razón no quiere resolver. Su vida está bien como esta, no necesita nada de lo que este ella metida, aun así, algo le impulsa a seguir adelante con eso de las paranoias que sus amigos le han hecho montarse en su cabeza. Ya no está nada seguro, y las cartas están hechadas sobre la mesa, dentro de poco, la verdad de toda esa conspiración saldra a la luz.

***

Iría refunfuña al ver que ha tenido que volver a la concentración de Japón en vez de a la de Italia. Quiere estar tanto con sus chicos que cualquier cosa que no es así se vuelve un martirio para ella. No han dicho nada de su actuación en el partido, a decir verdad no ha cruzado palabra con ningún jugador excepto con la gerentes, pero con estas ha hablado de cosas triviales. Sube a su habitación cansada y se recuesta en la cama con los ojos somnolientos. Son las seis de la tarde aproximadamente, tiene sueño y se quiere dar una ducha pero tiene miedo de quedarse dormida en medio de esta y abrirse la cabeza. La puerta suena.

- ¿Quien es?

- El apuesto Shawn a su servicio.

Una sonrisa se forma en su rostro y le deja pasar. Ese chico se ha vuelto muy importante para ella en lo poco que llevan juntos, ha conseguido ganarse su confianza con solo pestañear.

- Veo que estas cansada, pero no voy molestarte mucho - se sienta a su lado y la invita a apoyar la cabeza en sus piernas. La chica lo hace gustosa sabiendo que le va a acariciar el pelo, cosa que le encanta - vengo primero a saber como te encuentras.

- Bien, como si me hubieran pasado una apisonadora por encima, pero bien - el chico suelta una carcajada.

- Me has traído de cabeza estos días, pero veo que ha sido por una buena causa - acaricia su pelo cariñosamente - aún así no lo vuelvas a hacer o me enfadaré.

- Sí papi.

Pone los ojos en blanco ante el apodo que acaba de darle. A simple vista parece que no se toma nada de esto en serio, pero en el fondo si lo hace y el chico lo sabe.

- Crístal... Creo que ellos lo saben.

La chica levanta la mirada para encontrarse con los ojos del peligris llenos de preocupación. Niega con la cabeza dándole a entender que no comprende nada de lo que le está diciendo.

- He visto a Jude y Axel murmurar, hablaban sobre ti Iría y tu relación con Crístal, están empezando a sospechar, aunque no se hasta que saben.

La chica se queda pensativa y al poco rato se encoge de hombros.

- No se que está pasando Shawn, pero creo que tienen que empezar a saber.

Ahora el que la mira sin entender es él. Iría se ríe ante su confusión y le aprieta los mofletes. Adorable.

- Hoy me ha venido a ver Byron, me ha contado algunas cosas, que no puedo decir - pone morritos - han empezado a mover ficha, no se quien, no se quien esta llevando las riendas de mi vida pero se han puesto en marcha por fin.

Shawn hace una mueca. No le gusta nada de todo ese asunto, no le gusta la gente que juega a ser Dios porque luego son otros los que acaban lastimados. Sigue acariciando el pelo de la chica que está empezando a cerrar los ojos.

- ¿Crees que saldrá bien? - dice somnolienta.

- No lo sé, nadie lo sabe, pero siempre me vas a tener aunque se caiga el mundo.

La chica sonríe y con los ojos cerrados y coge la mano del chico. Un calor inunda el pecho de Shawn haciendo que sus ganas de estrujarla aumenten.

- Gracias por aparecer en mi vida, ¿te quedas a dormir conmigo? Tengo un poco de miedo.

El chico se mueve poco a poco y atrae a la chica hacia él, pasando un brazo por su cintura. Deja un beso en su frente y se acomoda más en la almohada. Mira su belleza y sonríe hacia sus adentros cuando arruga un poco la nariz. ¿Cómo se puede querer a una persona tan rápido? ¿Por qué le han hecho esto a la chica?

- No tengas miedo, yo estoy para protegerte de todo lo malo - dice apretado sus puños impotente por no poder ayudarla en nada.

- ¿Como un hermano mayor?

- Sí, cielo, como si fuera tu hermano mayor

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Como habéis estado muy activxs en el cap. Anterior he decidido hacer otro nuevo. Espero que os guste mucho y perdonar si tardo en contestar comentarios, lo haré entre mañana y el lunes. Muchos besooos y fighting!!

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