Cap. 30
Le miro por encima del batido de oreo.
--- Y bueno dime, ¿quien tuvo la idea?
Vuelve a poner los ojos en blanco y deja caer la frente en la mesa.
--- Por décima vez, ¿que más da?
--- No sé dejame pensar... Que te sigan por toda la ciudad con capucha y los brazos metidos en los bolsillos no es muy normal que digamos.
Se pone la mano en la nuca y me mira avergonzado.
--- Estábamos preocupados nada más...
Le miro furtivamente mientras me tomo mi batido. Le he hecho comprarme uno por haberme seguido y ahora estamos sentados en una terraza muy bonita.
Siempre consigues sacar provecho de las cosas.
Ah, ahora no somos nosotras ¿o que?
---Entonces... - le miro de nuevo.
--- No, no te lo voy a decir.
Tener amigos para esto. Me mira y se encoge de hombros. Un vendaval de ojos azules se planta delante de nuestra mesa y apoya los brazos en la mesa cansado.
--- ¿Haciendo ejercicio? - le pregunto dando otro sorbo.
Levanta un dedo haciendome callar. Coge una bocanada de aire.
--- Yo corriendo de un lado a otro, buscándote preocupado y tu aquí, tomándote un batido tan tranquila - desvía su mirada - hola Shawn - vuelve a mi - ¿Te parece bonito?
Shawn me mira sin comprender nada y yo digo que esta loco, disimuladamente claro está.
Tu si que estás loca.
¿Otra vez excluyendote?
--- ¿Quiénes me han abandonado?
Me mira culpable y arrepentido. Me doy cuenta de que Mark, Jude y David están detrás de él muy atentos a la conversación.
--- Yo... Lo siento... Cuando me dijeron quien era ese hombre... Pensé que moría - dice en voz baja.
Mi mirada se dulcifica y le paso mi batido.
--- Toma un poco - se lo pongo en la mano - chicos, coger una...
Antes de que termine la frase me doy cuenta de que ya llevan mucho tiempo sentados. Pongo los ojos en blanco y veo que por el rabillo del ojo llega Caleb.
--- No iba a correr - dice cuando le miro.
Suelto una risa y le quito el batido a Jude que tenía intención de robármelo.
--- Vosotros todavía no estais perdonados.
Pone cara de tristeza y mira hacia abajo.
--- ¿Y él? - dice Mark como si fuera un niño pequeño viviendo una injusticia.
--- Me ha comprado un batido - me encojo de hombros - ¿que os a dicho ese hombre, Paolo?
****
--- Voy a cambiarle el color de pelo a balonazos - digo intentando salir del agarre de Jude.
Vale, puede que lo que me han contado no me lo esperaba. Bueno, un poco, pero no a dimensiones tan grandes. Ese hombre nunca ha tenido ni una pizca de delicadeza y sabía que pasaría algo pero... Sigue doliendo igual.
--- Relájate, no han sido graves - dice Paolo acariciandome la cara.
--- ¿Y tú? - digo mirándole de arriba a abajo.
--- Jude me salvó.
Miro al héroe del día y le doy las gracias. Bueno puede que me haya pasado un poco porque me he lanzado a sus brazos y le he dado unos cuantos besos en el moflete.
--- ¿Ahora a donde iréis Paolo? - pregunta mi capitán.
---Supongo que nos iremos a un hotel cercano hasta que sea el partido.
--- Bien, pues vamos. Y que sea con aire acondicionado que yo por las noches no duermo bien si no.
Un brazo se interpone en mi camino.
--- Ah, no tu vuelves con el Inazuma - dice Paolo.
Los chicos asienten por detrás suya y yo solo abro la boca para protestar.
--- No Reina, ya has visto que ese hombre es muy peligroso, no quiero involucrarte en esto.
--- Ya lo estoy Paolo, no me saques de esto, no lo hagas - digo mirándole.
--- No lo hago, solo te estoy protegiendo - se acerca a mi - solo será para dormir, te lo prometo.
Soplo al ver que no tengo otra oportunidad opción.
--- Solo dejame hacer una llamada ¿si?
--- Si es a tu madre...
--- No se te ocurra decir que no hace falta - me pongo el móvil en el oído g y vosotros - señalo a los demás - prepararos.
Asienten traigando saliva y yo resoplo. Que difícil es mi vida.
****
No he abierto la boca en todo el viaje a la concentración. Los chicos han intentado hablarme y yo me he negado. Hasta que no vea una disculpa como dios manda y a la zorra de Lucía fuera del equipo no pienso mover la lengua.
Nos sirve un kilo de Nutella para los interesados.
Abren la puerta y yo entro sin decir nada a nadie. Subo escaleras arriba y me meto en mi habitación. Pego el oído en el suelo y escucho como puedo la conversación que tienen abajo.
--- ¿Ha vuelto? - dice Nathan.
--- Sí, pero sigue enfadada.
--- Conmigo no - escucho a Shawn decir.
--- Sobornándola con batidos cualquiera - dice Jude divertido.
--- Me ha obligado, son dos cosas distintas.
Los chicos se quedan en silencio.
--- ¿Qué hacemos? - dice Xavier bajito.
--- No lo sé - se escucha decir a Jack.
--- Hay que pedirla perdón.
--- ¿Y nos va perdonar tan fácilmente? La cagamos mucho cuando ella solo quería ayudar - dice Mark.
Me acomodo mejor en el suelo y pego más la oreja. No se escucha nada de nada. Sigo esperando tranquilamente pero el piso sigue callado.
--- ¿Cómoda? - dice una voz en mi espalda.
Pego un bote y me siento corriendo en la cama. Miro a Axel que está apoyado en la puerta. Trago saliva al ver que viene recién mojado de la ducha.
--- Esto... Sí muy cómodo.
--- Tendré que probarlo entonces algún día. ¿Puedo pasar?
Niego con la cabeza.
--- Sigo enfadada.
Se queda en la puerta quieto y entonces se autoinvita.
--- Oye...
--- Ella era igual de cabezota que tú - dice mirando a la nada - hubo una vez que me sacó de debajo de su cama arrastras porque decía que no podía verla más. Hasta que no lo consiguió no paró. Tu eres igual cuando una cosa se te mete en la cabeza nadie puede llevarte la contraria.
Sí, recuerdo ese día. Media hora antes me habían echado del Raimon porque creían que era una espía de la Royal. Axel vino corriendo desde el instituto hasta mi casa con tal de conseguir hablar conmigo.
--- No sé que quieres decir con eso Axel.
--- Espera, dejame terminar - se sienta a mi lado - te pareces mucho a ella. Claro que no eres ella, pero tu forma de actuar... Siento como si nunca se hubiera ido cuando estas aquí. Creo que fue por ello por lo que me enfadé, sentí como si en esos momentos me hubiera traicionado Crístal también, aunque claro luego no fue verdad y... Esto...
--- Te he entendido Axel, pero esto no soluciona nada. No preguntasteis ni quiera el por qué de mi desapareción. No es sólo como os sintiérais, es como me sentí yo Axel. Me dediqué durante todo el partido a analizaros a pensar la forma de ganar este maldito torneo y vosotros... - se me cae una lágrima - da igual, eso ya da igual. Mi equipo se cae en pedazos, voy a tener que luchar contra un hombre que os atormentó y encima no puedo si quiera jugar al fútbol y no necesito un lo siento mal hecho, solo necesito un abrazo.
Rompo en llanto sobre mis manos. Sus brazos me rodean poco a poco y me atraen hasta su pecho. No escucho la puerta abrirse, solo siento un montón de gente entrar y unirse a nuestro abrazo.
--- Todo se solucionará, ya lo verás - dice su voz en mi oído.
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El chico deja su banda en la mesilla. Abre su cajón y saca una foto que hay en él. Paolo la había llamado Reina. Y ya no estaba seguro de nada. ¿Quién era Iría en realidad? ¿Estaba dispuesto a descubrirlo?
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He tardado lo sé pero aquí está. Este capítulo está dedicado a las víctimas del atentado de las Ramblas, Barcelona. Ojalá y el mundo fuera mil veces mejor del que Vivimos ahora. Muchos besos.
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