Iría entra en la concentración con muchos papeles en la mano. Se había entretenido de más con Orpheo, pero había valido la pena. Esta entusiasmada por el hecho de que hubieran su primer partido, aunque lo suy había costado y ella había sufrido mucho, ¿la prueba? los arañazos del brazo de Paolo. Se quita los zapatos y entra en el salón donde todos están reunidos.

Mark se tira al sofá con los brazos cruzados. Habían ganado el partido y había conseguido realizar su propia supertécnica, pero aún así tenía un mal sabor de boca. Iría no haía hecho acto de presencia en todo el partido, si quiera se había dignado en contestar a sus mensajes. El ambiente esta tenso. Lo había notado en el modo en el que Jude miraba el móvil, Axel andaba de un lado a otro de la habitación, en la mirada fija de Nathan en la puerta... Ya no sabía si estaban molestos o preocupados. ¿Por qué sería la chica tan difícil?

--- ¿Sabéis algo? - pregunta de nuevo.

--- Nada - dice Jude dejándose caer a su lado - ¿se puede saber donde se ha metido?

En ese momento la chica entra en la concentración con una sonrisa. Mark ni si quiera levanta la mriada.

--- Enorabuena habéis ganado - dice Iría sonriente - aunque ha estado difícil ¿eh? - su sonrisa se va desvaneciendo - ¿que...?

--- ¿Dónde estabas? - dice fríamente Axel.

Se queda casi a centímetros de ella, pero sin llegar a tocarla. Se pone nerviosa. Es su cercanía la que la hace temblar y ponerse alerta.

--- Se supone que deberías de haber estado con nosotros -dice Jude cruzándose de piernas.

--- Y lo he estado.

--- Pues yo no te he visto - dice Nathan cruzando los brazos.

La chica se queda callada. Se ha dado cuenta de que están a la defensiva y muy cabreados, pero si de verdad supieran lo que estaba haciendo a lo mejor...

--- Pensaba que podíamos confiar en ti - dice esta vez Mark.

Algo dentro de ella se rompe. De los demás se lo esperaba, pero de Mark... no, de Mark no.

--- Y claro que podéis...

--- Entonces... ¿por qué tu hueco en el banquillo estaba vacío? - se pasa las manos por la cara - entre lo de ayer y lo de hoy...

Le pilla de golpe y sin anestesia. Mark ha levantado su mirada hacia ella y lo único que esta muestra es decepción y trsiteza. El nudo que desde que ha entrado se ha formado en su garganta se hace más grande.

--- Estaba con la selección italiana - dice al voz de Lucía - le he visto esta mañana muy pegada a su capitán. Hoy te has dado un buen festín ¿eh?

--- ¿Es eso verdad? - dice Jude cada vez más cerca de ella.

Iría se queda en blanco. No pensaba que fuera a pasar esto, y encima, no esta en su mejor día. Le ha pillado de golpe y casi no consigue llevar el hilo de la conversación. Encima, Axel no se a movido de su sitio y eso no la ayuda.

— Yo... Sí, les he ido a ver - dice volviendo en si - es mi equipo y creo que ya era hora de verles.

— Ahora somos nosotros tu equipo - dice Axel con rabia.

— No te equivoques Axel, no he... Da igual dejarlo.

— Iría... - dice Shaun.

No sabia porque se había callado cuando él había visto a la chica llegar. Pero también, él sabia quien era en realidad, y no sabía si al intervenir metería la pata.

La puerta de fuera se abre y Celia y Silvia aparecen. Iría se dirigen a ellas con los papeles en la mano y se lo da a la primera.

— Prefiero que se lo des tu.

Dicho esto Iría sale por la puerta. Las dos chicas miran a los demás con los brazos cruzados.

— ¿Qué pasa? ¿Que aprovecháis a cagarla cuando no estamos nosotras?

****

Cojo aire por los pulmones y lo suelto antes de abrir la puerta. Paolo me había dado un juego de llaves para poder entrar cuando quisiera y ahora la verdad es que lo agradecía. Había sido un jarro de agua fría, sobretodo Mark. Pensé que siempre me apoyaría... Una lágrima resbala por mi mejilla y yo la aparto rápidamente. Pongo una sonrisa falsa y abro la puerta.

— ¡Hola! - digo quitándome la chaqueta.

Esta refrescando y lo ultimo que quiero es resfriarme. Gigi viene a mi con un bol de palomitas en la mano y sin decir nada me da las palomitas y me empuja por los hombros hasta llegar al salon.

— Ho...

Me callan chistando y vuelven a prestar atención a la tele. Me fijo que no esta el equipo al completo y que solo quedan cinco. Paolo, Gigi, Gianluca, Angelo y Rafaelle.

Me acerco al sofa y cuando voy a sentarme en el medio Paolo tira de mis piernas y acabo encima de las suyas. Intento poner buena cara y espero haberlo conseguido.

— ¿Cómo estas? - susurra.

Yo solo sonrío lo mejor que puedo, pero me parece que no lo estoy haciendo muy bien porque su cara cambia por completo.

— Anda ven - me quita el bol, se lo da a Angelo y tiea de mi hasta que apoyo la cabeza en su pecho.

Pasa su mano por mi pelo y me acaricia ritmicamente. Cierro los ojos con fuerza para no ponerme a llorar allí mismo y me abrazo a Paolo como si fuera mi salvavidas. Él lo nota, pero no dice nada, y a decir verdad prefiero que sea así. Poco después siento como se levanta conmigo en brazos, sube las escaleras y abre una puerta. Estoy medio dormida  y tampoco me esfuerzo en enterarme de mucho más, lo último que siento son sus labios sobre mi frente.

— ¿Dónde está? - dice una voz suave.

Me remuevo sin abrir los ojos y noto un bulto a mi lado. Es Paolo que se acaba de levantar como un resorte cuando ha escuchado una voz que no conocía. Siento como la puerta se abre y aun así no me siento bien como para abrir los ojos.

— Iría - dice la voz de Shaun - menos mal que estas aquí. Te hemos buscado por todas partes.

--- Yo que tu me alejaría - dice Paolo.

--- Tranquilo - digo desde la cama - ¿a qué has venido?

--- A saber como estabas - dice sentándose a mi lado. Cuando lo hace juraría que escucho a Paolo gruñir - El equipo te ha buscado por todos lados, pero cuando han querido venri aquí me he adelantado, no sabía si ibas a estar visible.

--- ¿Qué insinúas? - dice demasiado tranquilo Paolo.

¡PELIGRO, PELIGRO!

--- Paolo, él sabe mi secreto.

El chico abre los ojos y después lo pone en blanco.

--- A este paso va a dejar de ser un secreto - musita.

Hago oídos sordos y vuelvo a centrar mi vista en Shaun.

--- Gracias.

--- Es lo menos que podía hacer - se levanta y se estira - supongo que hoy te quedarás aquí - afirma - creo que a unos cuantos no les hará gracia, así que descansa mientras ellos no estén pululando por aquí - se da la vuelta - a por cierto, la capa negra te da un aire uy misterioso. Yo me la pondría más veces.

Yo muestro una pequeña sonrisa y vuelvo a meterme en la cama. No sé que hora es, pero supongo que s tarde.

--- ¡Ey, chaval! La próxima vez que la hagáis llorar os la veréis con Italia.

--- ¿No querrás decir contigo? - dice con los ojos pícaros.

Los dos se miden intentando saber quien es más hombre. Yo pongo los ojos en blanco. Y luego las complicadas somos nosotras.

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Por fiiiiiin. Después de muchísimo tiempo aquí esta. Me ha costado pero lo he conseguido terminar para este año jajajjaj. Espero que os guste y muchos besooos.