Cap.1
Dedicado a hikariDfubuki
Ha pasado mucho tiempo desde que no he vuelto a ser la misma. La vida te cambia con cada duro golpe que te da y digamos que no soy de hierro como intento aparentar. Me gustaría poder decir que esto ha sido fácil, que he conseguido rehacer mi vida, pero os estaría mintiendo. No ha habido ni un solo momento en el que no haya dejado de pensar en ellos. Dejé atrás a todos mis seres queridos con tal de no ponerlos en peligro, pero toda decisión tiene sus consecuencias. Noches enteras sin dormir, no poder concentrarme en los entrenamientos por miedo a derrumbarme... Puedo decir sin avergonzarme que este último año he llorado más que en los dieciséis que llevo viviendo. Sí, no ha sido fácil. Y aún así no me he rendido. Ese loco del fútbol a quien tanto quiero y echo de menos, me enseñó en su día que quien la sigue la consigue y que nunca hay que darse por vencido.
Nunca pensé que podría llegar a recibir su llamada. Estaba empezando a acostumbrarme, a vivir con el dolor, pero como siempre la vida tiene que ser tan puta y destrozar el castillo de naipes que había dedicado a construir con mucho cuidado. Te preguntas di vale la pena reconstruirlo para luego poder ser destruido de nuevo. Pero de eso se trata la vida de subidas y bajadas, y si no las superas es que estás perdido. Por eso estoy aquí, en el aeropuerto de Italia, volviendo a reconstruir mi frágil castillo, confiando en que esta vez pueda soportar lo suficiente.
- Adiós chicos, espero que salga todo bien - les digo a las personas que desde hace un año llevan apoyándome.
- Ciao Crístal, nos veremos en los mundiales - dice mi chico favorito.
Les sonrío a todos, con el poco a mor que queda en mi corazón.
- Oh, darme un abrazo - digo abriendo los brazos para que se acerquen.
Nos damos un abrazo grupal. Uno que muestra protección y amor incondicional. Embarco en el avión que me llevará de vuelta a casa.
Adiós Italia, la Reina vuelve a su hogar.
***
El avión aterriza después de 5 horas de vuelo. Mis piernas están agarrotadas, tanto que al levantarme me tambaleo un poco. Bajo de este y busco mi maleta. ¿Dónde leches la han metido? En la cinta solo queda una por lo que la cojo y decido llevarla a atención al cliente para que puedan devolvérsela a su dueño, y ya que estoy dar el parte de la mía.
- ¡Espera chica!
Me giro al escuchar una voz. Veo a un chico de mi edad corriendo hacia a mi con una maleta en la mano. ¡Mi maleta!
- Creo que he cogido la tuya por error - dice el chico apoyando las manos en sus rodillas -me llamo Shaun Froste.
- Crístal Selius - digo tendiéndole la mano.
El chico la acepta y sonríe.
- Me suenas mucho pero por tu acento, puedo deducir que no eres de aquí - dice tranquilamente.
- No, no lo soy, vengo de Italia. Visita familiar, ya sabes - digo nerviosa.
El chico asiente.
- ¡Vamos Shaun tenemos eque irnos, el entrenador nos está esperando! - dice un chico desde el fondo.
- ¡Ya voy Harley! Un gusto haberte conocido, y haber si nos vemos - se despide y yo solo soy capaz de mover la mano hacia los lados.
Me quedo mirando como los dos chicos desaparecen de mi vista, hasta que caigo en la cuenta e wue le he dicho al chico mi verdadero nombre. Me doy de cabezazos contra la pared, se supone que estoy muerta, pero oye que en un visto y no visto resucito. Le echo toda la culpa al chico y la confianza que transmitía; y rápidamente me meto al coche que me espera fuera del aeropuerto.
Nunca me voy a arrepentir de haberme ido de Japón, y menos alejarme de los chicos. No se merecían que les hicieran daño, y menos por mi culpa y mis ganas de saber la verdad. Durante este año, me he estado escondiendo en Italia con el fin de no ser encontrada por él. Mi carácter a cambio, llevo puesta una coraza de hielo. No me quiero encariñar de nadie para luego tener que desaparecer de nuevo, dejándome atrás una vida llena de ilusiones y esperanzas.
El coche para enfrente de una peluquería. No puedo ir por la calle con mi mismo aspecto, así que cambiaré totalmente para que nadie me reconozca. Todavía sigo en peligro, aunque sé que ahora mismo estoy más protegida que nunca. Cuando entro, me encuentro con un hombre pequeño con cara de felicidad.
- Oh Dios Mio, ¿que ven mis ojos? Eres preciosa... No comprendo como quieren que te cambie - dice pensativo.
Sonrío tímidamente.
- Cosas de la vida.
- Bien, pues vamos a dejarte mucho más guapa si cabe - dice guiándome hasta una silla - me llamo Leroy y voy a ser tu estilista.
Me pone una peluca rubia de melena corta. Algo que nunca se me hubiera ocurrido a mi. Elije unas lentillas marrones que con mi color de ojos quedan muy bonitas. Por último me añade maquillaje. Me miro al espejo. No me reconozco a mi misma.
- Estás divina - dice Leroy - Aunque eres más guapa al natural.
Le doy las gracias y salgo de la peluquería lo más rápido que puedo. No me siento cómoda con mi nuevo yo. Allí en Italia por lo menos podía ser yo misma. El coche me recoge de vuelta y me lleva directamente al instituto Raimon, donde el entrenador Hilman me ha convocado. No puedo evitar fijarme en la reconstrucción que le han echo al edificio después de haber sido destruido. No sé mucho sobre el asunto, pero me dijeron que había quedado reducido a escombros, sobre todo la caseta del club de fútbol. Me bajo del coche y le indico al chofer que deje la maleta en la casa de Nelly, no pienso volver a la mía propia. Ando despacio, recordando cada momento vivido e esos caminos, en ese campo de fútbol. Este lugar guarda tantos recuerdos, que incluso me noto mareada. Se muy poco del Raimon y todo lo que concierne a él desde que me marché. No me atrevía a saber nada. No me atrevía a ver como se olvidaban de mi.
- Veo que ya has llegado - dice una voz a mi espalda.
Me lanzo a los brazos de mi amiga sintiéndome por fin como en casa. Todo este tiempo a sido ella quien me ha estado ayudando desde la otra punta del mundo, ellas a sido mi gran apoyo. Solo Nelly Raimon, sabe que sigo viva.
- Te he echado tanto de menos... - susurra en mi oído.
- Lo mismo digo amiga.
- La cosa ha estado muy tranquila por aquí sin tus comentarios sarcásticos - dice separándose y secándose una lágrima.
Suelto una carcajada, eso si que no me lo creo.
- Estoy segura de que contigo no se han aburrido - me quedo en silencio - y bueno... ¿Cómo están todos?
Nelly me sonríe. Casi no había preguntado por ellos, era demasiado doloroso saber que hacían su vida sin mi y que me olvidaban poco a poco.
- Ahora lo verás, ¿estás preparada para volver a verles Crístal?
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Capítulo uno!!!! Espero que lo disfruteis y feliiiiz año 2k17. Muchos besoos.
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