El caso de las Estatuas Humanas[PARTE 1]
Las nubes plateadas se extendían sobre el cielo de la ciudad de Lucella,indicando que se aproximaba una lluvia,toda la gente se cubrió a sí misma con paraguas,cuando la sprimeras gotas impactaron suavemente contra ellos, mientras caminaban por las calles o algunos,se refugiaban en la primera tienda que se encontraban.
En la comisaría,en las frías oficinas había un gran caos,si bien todos pedían unas vacaciones por la casi llegada de la Navidad,pero la exigencia del trabajo no daba lugar para el merecido descanso que muchos necesitaban (o decían necesitar). La gente se encontraba algo aterrorizada por los extraños casos,temiendo ser el siguiente de aquellos desafortunados y convertirse en otra "pieza de arte" hecha por "El".
Pol se despertó temprano esa mañana,el clima no era el mejor..,pero no había nada que hacer,Pol se preparó,siguiendo esa rutina de todas las mañanas,se puso un abrigo grueso y antes de encender el auto dio un suspiro cansado al mirar su reflejo en uno de los espejos del auto.
-"el cansancio se ha vuelto una compañía frecuente ,eh..?"
Al llegar a la estación,su escritorio estaba esperándolo,...y una pila d papeles y documentos también. Pol quería pegarse un tiro ahí mismo.
Pero sabía que todo el trabajo no iba a desaparecer por arte de magia (aunque desease que fuese asi),mientras se ponía manos a la obra,un compañero,aquel perro marrón abrió la puerta con una pequeña sonrisa.
-"al parecer estas ocupado,lo sé,todos lo estamos pero..,mira,se que tienes ese trabajo y seguramente muchas otras cosas..,el superior pidió que nosotros,tu y yo ,vayamos a su oficina,no creo que sea por algo malo,al menos para ti"
-"Daniel,...¿sabes que me gustaría ahora mismo?"
-"tirarte de un quinto piso?"
-"podría ser una salida..,a lo que me refería es que necesito descansar,no he dormido 8 horas seguidas desde la preparatoria"
-"todos quieren un descanso"
Al final,Daniel (aquel perro marrón),fue junto con Pol hacia la oficina de su superior,asi que este les hablo con seriedad y algo de desinterés.
-"miren,seré directo,quiero que arresten a aquel tipo raro que está jugando con las personas,.."
-"porque nosotros?"- pregunto con incredulidad el oso.
-"porque ciertamente son los más sutiles,..bueno,Daniel porque es rapido,el caso es que espero que comiencen a trabajar,por el momento me encargaré de que alguien se ocupe de sus trabajos en sus oficinas mientras no están y por cierto,también tendrán que ir junto Ryan,solo háganme el favor de encontrarlo porque ni yo se donde esta"
Pol dio un suspiro resignado y salió de ahi,para cuando estaba afuera dio una buena patada a una de las paredes y maldecir por lo bajo,Daniel,por su cuenta,no se veía tan afectado por el nuevo trabajo,así que estaba relajado,buscando a Ryan,caminando tranquilamente mientras Pol a unos metros atrás aún seguía maldiciendo.
Daniel logró encontrar a Ryan,contándole la tarea que les habían designado,Ryan se miró sorprendido y sonrio ampliamente ante sentirse importante. Daniel y Ryan estaban tomandoselo con calma,mientras Pol solo se sentía un remolino de emociones.
Al recibir la primera llamada,de un guardia de seguridad cerca de las 4 : 00 a.m.,los policías llegaron al lugar mirando lo aterrorizado que se veía el guardia del museo, temblaba de pies a cabeza y aún así,fue capaz de guiarlos hacia la víctima.
No era para menos la causa de su miedo,ahí en el frío suelo,se encontraba el desdichado,tenía en su rostro la expresión de la más completa calma,como si hubiera caído en un profundo sueño,pero...aunque su expresión era de tranquilidad, estaba recostado en un sofá,en una pose para que alguien la plasmará en un lienzo y vendiera la imagen aún buen precio. El cuerpo estaba completamente inmóvil, no tenía pulso,ni un movimiento de su pecho que indicara una respiración,así que,no se necesitaba ser muy inteligente para verificar su muerte,el problema era la causa de ello,si bien podía haber sido un paro cardíaco..,eso era algo,..un poco improbable,ya que este tipo se notaba joven y no parecía hacer tenido una agresión física o una pelea antes de morir,aunque lo que más impactaba a los oficiales era como el cuerpo parecía entumecido,casi inmóvil...
No podían haber hecho algo por aquel tipo,así que daron la orden para que se lo llevaran y le dieran un aviso a los familiares de aquel individuo. A continuación,sin perder más tiempo,comenzaron a investigar el museo,después de todo,aún había posibilidades,aunque escasas,de poder encontrar otra pista que los acerque más al autor de estos crímenes.
Mientras el oso Polar caminaba por los pasillos,se puso a observar una abertura en el suelo,escondida debajo de aquellos muebles,al mirarla mejor,vio solo una caja de químicos,algunos reactivos y algo de dinamita,agarro en sus manos aquellos objetos y volvió a reunirse junto a Ryan y Daniel.
Daniel estaba haciendo preguntas al guardia,junto a Ryan,ambos al ver que Pol se aproximaba hacia ellos,desviaron su atención hacia el oso.
-"que encontraste?"-dijo el pastor alemán, mirando con ojos llenos de curiosidad al contenido de la caja que llevaba en brazos Pol.
-"solo algunas sustancias,las voy a llevar al laboratorio,bien,no creo que haiga más que harcer en este lugar por lo que deberíamos seguir moviéndonos y buscando pistas"
Daniel y Ryan dieron un pequeño asentimiento con la cabeza siguiendo a Poley mientras salía del lugar.
Al volver a la estación decidieron hacer pequeñas patrullas junto a otros compañeros,así para tener vigilada la ciudad,así que Pol fue con Ryan y otro joven novato a vigilar un museo de arte,porque todos aquellos escenas del crimen ocurrian en lugares donde había algo artístico, algo relacionado con el arte,y no importaba realmente si era solo la pintura,cuando se hablaba del arte se hacía una referencia general,teatro,música,dibujo..
Mientras Pol hacia una pequeña visita al centro comercial para comer algo,ya que estaba en su descanso,desvió si mirada a una pequeña tienda,sobre todo ala caja registradora,la tienda estaba completamente abarrotada por lo que fue difícil abrirse paso entre toda la gente,ya que este día era uno de esos donde había descuentos y la gente se ponía como loca para obtener los productos que en el precio normal eran demasiado para su billetera,en la caja registradora había un solo tipo,y parecía estar de todo menos contento con aquellas personas, el empleado trataba de atender a todos de manera rápida,pero cuando tienes un montón de personas adultas empujandose entre sí y hablando en voz alta y todos a la vez,haciendo que sus palabras fueran incoherentes podrían simplemente hacer que una persona saliera de sus casillas en minutos.
Cuando Pol decidió poner algo de orden,vino otra chica una empleada al parecer,remplazando al anterior,este al ver que su turno ya se había acabado, se abrió paso y salió de ahí lo más rápido que pudo,empujando accidentalmente a Pol,haciendo que el café se derramará en la camiseta del oso.
-"Hey idiota-"
El chico se volteó, par dar disculpas,al instante se quedó callado mirando a Pol de arriba a abajo,Pol también miraba con cierta curiosidad al chico,para luego hablar con voz confundida.
-"disculpa,te conozco?"
-"vaya,...no esperaba encontrarte,no aquí ni ahora,pero me alegra.."
Mientras Pol asimilaba las palabras Robert le dio un pequeño empujón con el hombro,invitándolo a comer algo.
-"asi que,conseguiste trabajo como policía,eh?,seré sincero me esperaba más viendo como te mataba estudiando"
-"bueno,..solo cambie de idea,de todos modos,tienes algo para la tarde?"
-"bueno,quería ir a ver el circo pero no logré conseguir una entrada,están agotadas,asi que si,estoy libre,porque la pregunta?"
-"nada,simplemente para sacar algo más de conversación"
Mientras el silencio se hizo presente Robert miró las manos de Pol,en su dedo estaba un brillante anillo dorado que llamó su atención.
-"...vaya,te casaste?"
-"si,hace unos años"
Robert al ver cómo Pol se tensaba y se mostraba incómodo decidió no insistir ante aquello.
Mientras caminaban Pol y Robert iban en silencio,Robert dio una pequeña despedida y tomó un taxi,Pol se subió a su auto,conduciendo hacia la comisaría.
Pol agarro todos los documentos de su oficina tratando de hablar algo,algún sospechoso,pero tratar de resolver aquel rompecabezas hacia que Pol sintiera que era imposible,
La investigación del caso parecía cada vez más intrincada, y Pol no podía evitar sentirse atrapado en un laberinto sin salida. Mientras organizaba los documentos, intentaba buscar patrones, algo que conectara las escenas del crimen más allá del obvio nexo artístico. Pero cada vez que creía avanzar, se encontraba con nuevas incógnitas.
Daniel, siempre con su carácter despreocupado, apareció junto a Ryan en la oficina.
-Pol, ¿alguna pista? -preguntó Daniel mientras apoyaba una taza de café en el escritorio del oso.
-Si tuviera algo, ya lo sabrías -respondió Pol, sin apartar la vista de los papeles-. Todo esto no tiene sentido. El tipo no deja rastros evidentes, pero hay algo en su modus operandi... como si quisiera que lo encontráramos.
Ryan asintió, rascándose detrás de la oreja.
-Sí, es como si estuviera jugando con nosotros. ¿Qué tan enfermo tienes que estar para usar a las personas como si fueran parte de una galería?
-Demasiado -murmuró Pol-. Pero eso también significa que tiene un objetivo. No creo que estos "crímenes artísticos" sean al azar.
Daniel frunció el ceño, por primera vez mostrándose serio.
-¿Crees que tiene una lista de objetivos?
-Es posible -respondió Pol-. Aunque no sabemos quién podría ser el siguiente.
En ese momento, el teléfono de Pol sonó. La llamada provenía del laboratorio forense. Contestó de inmediato, con la esperanza de que los análisis de los químicos encontrados en el museo arrojaran algo de luz.
-Dígame -respondió, con tono impaciente.
La voz al otro lado era clara y directa.
-Detective Pol, los resultados de las sustancias son... peculiares. No encontramos rastros de veneno ni nada que pudiera causar una muerte inmediata. Sin embargo, uno de los compuestos tiene propiedades que podrían inducir un estado de parálisis extrema si se administra en dosis precisas. Parece algo experimental, no algo que se consiga fácilmente.
Pol intercambió una mirada con Daniel y Ryan, quienes escuchaban atentos.
-¿Podría identificar de dónde provienen esos químicos? -preguntó.
-Estamos investigando, pero lo más probable es que se hayan adquirido de manera clandestina. Algunos componentes son comunes en laboratorios avanzados, pero otros son demasiado específicos.
-Gracias. Avísenme si encuentran algo más.
Colgó el teléfono y se recostó en su silla, cerrando los ojos un momento.
Daniel rompió el silencio.
-Parálisis extrema... Eso explica por qué las víctimas parecen estar en calma, casi como si estuvieran posando.
-Sí, pero no sabemos cómo se los administra ni por qué no hay signos de lucha. -Pol abrió los ojos y golpeó suavemente la mesa con los nudillos-. Necesitamos averiguar quién podría tener acceso a estos químicos.
Ryan intervino.
-Quizá deberíamos investigar en círculos más pequeños, como universidades o laboratorios privados. Lugares donde alguien podría tener los conocimientos para usar algo tan específico.
Pol asintió.
-Eso es un buen punto. Pero primero debemos buscar en los antecedentes de las víctimas. Quizás haya algo que las conecte, algo que aún no hemos visto.
Mientras el equipo continuaba elaborando su plan, la sensación de urgencia aumentaba. Cada hora que pasaba sin respuestas era otra oportunidad para que el asesino continuara con su macabro "arte". Y Pol sabía que, más pronto que tarde, el próximo crimen aparecería en el lienzo de la ciudad.
[Algunos días despues]
El cielo sobre Lucella estaba cubierto de un gris pesado cuando Pol llegó al punto de encuentro con Robert. A pesar de su agotamiento, no podía negar que necesitaba despejar su mente. Aceptar la invitación al circo era un intento de reconectar con algo más allá del caos y las sombras de los crímenes que perseguía.
Robert lo esperaba con una sonrisa despreocupada, sosteniendo las dos entradas como si fueran un tesoro.
-Pensé que dirías que no, pero mira, aquí estás. -Robert le entregó una entrada-. Será divertido, te lo prometo.
Pol gruñó suavemente, aunque su semblante reflejaba una leve calma.
-Solo espero que no sea demasiado... extravagante. No estoy de humor para cosas llamativas.
Robert rio.
-Entonces este no es tu lugar, amigo. Pero vamos, relájate un poco.
El circo, situado en un terreno abierto a las afueras de la ciudad, era un espectáculo en sí mismo incluso antes de entrar. Luces de colores parpadeaban desde las carpas principales, mientras el sonido de risas, música y voces emocionadas llenaba el aire. La multitud se movía como un río de energía.
Pol miró alrededor, atento a cualquier detalle inusual, una costumbre que no podía apagar ni en su tiempo libre. Aunque estaba allí para distraerse, su mente seguía atrapada en el caso, buscando conexiones donde probablemente no las había.
Robert notó su distracción.
-No puedes apagar el modo policía, ¿verdad? -dijo con un tono burlón.
Pol suspiró.
-Es más difícil de lo que parece.
-Bueno, por lo menos trata de disfrutar esto. El espectáculo está por comenzar.
Ambos tomaron asiento en el enorme anfiteatro improvisado. La carpa central estaba llena de luces que cambiaban de color con cada movimiento de los artistas. Trapecistas, malabaristas y un maestro de ceremonias carismático mantenían al público cautivado. Sin embargo, Pol no podía evitar fijarse en los detalles: los movimientos precisos de los artistas, los pequeños susurros entre bastidores, incluso las sombras que se proyectaban en las paredes de la carpa.
Cuando el acto principal estaba por comenzar, las luces se apagaron por completo, dejando la carpa en una oscuridad total durante unos segundos. En ese breve momento, algo en la atmósfera cambió. Pol sintió un escalofrío recorriéndole la espalda, un presentimiento que no podía ignorar.
Cuando las luces volvieron a encenderse, un nuevo número comenzó, pero Pol ya no podía concentrarse. Su mirada se desvió entre la multitud, buscando un rostro, una señal, algo que justificara su inquietud.
Robert, por su parte, estaba completamente absorto en el espectáculo.
-Esto es increíble, ¿verdad? -dijo, sin notar la tensión de Pol.
Pol asintió distraídamente, su mente ya comenzando a hilar posibilidades. Algo no estaba bien, pero aún no podía decir qué.
El espectáculo continuaba con luces brillantes y música animada, pero Pol apenas podía prestar atención. Su mirada estaba fija en aquel hombre en la penumbra, vestido con una bata científica. El tipo parecía moverse con cautela entre las sombras, como si quisiera evitar ser detectado. En sus manos llevaba pequeños frascos que reflejaban el tenue resplandor de las luces del escenario.
Pol entrecerró los ojos, intentando no perder de vista al sospechoso, pero el constante movimiento del público y la iluminación intermitente del espectáculo dificultaban seguirlo. A su lado, Robert, ajeno a la tensión de Pol, seguía absorto en el show.
-Voy a salir un momento -murmuró Pol, levantándose de su asiento.
Robert lo miró confundido.
-¿Qué? Pero apenas comenzó el número principal.
-Vuelvo enseguida -respondió Pol, sin esperar una respuesta.
Se abrió paso entre la multitud, intentando no llamar la atención mientras mantenía al hombre en su campo de visión. El sujeto parecía dirigirse hacia una pequeña puerta lateral, probablemente una salida para los empleados del circo. Pol aceleró el paso, cuidando que sus movimientos no fueran demasiado evidentes.
Cuando el hombre abrió la puerta y salió, Pol se aseguró de que esta no se cerrara por completo y lo siguió con sigilo. Afuera, el aire era frío, y el bullicio del espectáculo quedaba amortiguado por las gruesas paredes de la carpa. El sujeto avanzó hacia una camioneta estacionada en un rincón oscuro del terreno.
Desde su posición, Pol pudo ver cómo el hombre colocaba los frascos en una pequeña caja de metal. La camioneta tenía las ventanas tintadas, y en un lateral podía distinguirse un logotipo: una estilizada pluma dorada rodeada de un círculo. Algo en ese símbolo hizo que el corazón de Pol latiera con más fuerza; no sabía dónde lo había visto antes, pero le resultaba inquietantemente familiar.
Decidió actuar antes de perder al sospechoso. Sacó su placa y se acercó con firmeza.
-¡Alto ahí! Policía. Dé la vuelta y levante las manos.
El hombre se congeló por un instante, pero en lugar de obedecer, echó a correr hacia el interior de la camioneta. Pol reaccionó de inmediato, sacando su arma mientras gritaba:
-¡Detente o disparo!
Sin embargo, el hombre ya estaba dentro del vehículo, y antes de que Pol pudiera alcanzarlo, la camioneta arrancó con un rugido. Pol intentó memorizar la matrícula mientras corría tras ella, pero esta desapareció rápidamente entre las sombras.
Frustrado, Pol regresó al lugar donde el hombre había estado minutos antes. Allí, encontró una pequeña hoja de papel arrugada en el suelo. Al recogerla, vio que tenía escrito un nombre: "El Cirujano", seguido de un código . Pol no sabía exactamente qué significaba, pero estaba seguro de que este hallazgo lo acercaba un poco más al responsable de los macabros crímenes.
pol volvió al circo,agarrando de la muñeca a Robert y llevándolo a su auto,Pol comenzó a conducir atra vez de la calles buscando al sospechoso,Robert lo miraba confundido.
Pol apretaba el volante con fuerza mientras conducía por las calles de Lucella. Sus ojos escaneaban cada rincón, cada vehículo que pasaba, en busca de la camioneta que había visto escapar minutos antes. A su lado, Robert lo miraba con una mezcla de confusión y preocupación.
-¿Qué demonios está pasando, Pol? -preguntó Robert, levantando un poco la voz.
Pol no apartó la vista de la carretera, pero su mandíbula se tensó antes de responder.
-Vi a un tipo sospechoso en el circo. Bata de laboratorio, frascos químicos... algo no encajaba. Lo seguí afuera, pero se escapó en una camioneta antes de que pudiera detenerlo.
Robert lo miró incrédulo.
-¿Y por eso me sacaste arrastrándome? Pol, esto es tu trabajo, no el mío. ¿Por qué me involucras?
Pol soltó un suspiro, aflojando un poco el agarre en el volante.
-Porque tú estabas allí. Eres la única persona que podría ser testigo de lo que vi, por si esto llega a algo más grande. Además... -hizo una pausa, eligiendo sus palabras con cuidado-. Es mejor que estés conmigo que solo en ese lugar si algo más pasa.
Robert cruzó los brazos, visiblemente molesto pero también un poco preocupado por la seriedad en el rostro de Pol.
-¿Viste su rostro? ¿Tienes algo para identificarlo?
Pol negó con la cabeza.
-No. Estaba oscuro, y el tipo era cuidadoso. Lo único que tengo es una matrícula parcial y este papel. -Metió la mano en su bolsillo y le mostró a Robert el papel con las palabras "El Cirujano" y el código numérico.
Robert lo tomó y lo examinó.
-¿"El Cirujano"? ¿Es algún tipo de apodo o qué?
-Probablemente. Podría estar relacionado con el caso que estoy investigando, pero no tengo pruebas concretas. -Pol giró bruscamente en una esquina, causando que Robert se sujetara del asiento-. Necesito encontrar a ese tipo.
Robert lo miró, con un destello de preocupación genuina en sus ojos.
-Pol... sé que esto es importante para ti, pero estás actuando como si el mundo dependiera de esto. ¿Es tan grave?
Pol apretó la mandíbula antes de responder, su voz más baja.
-Sí. Si este tipo está involucrado en los casos que llevo, podría ser la clave para detener a alguien que ha matado a varias personas. Personas que terminaron siendo parte de su "arte".
El auto quedó en silencio por unos momentos mientras las luces de la ciudad parpadeaban a su alrededor. Finalmente, Robert suspiró.
-Está bien. Si necesitas que te ayude en esto, cuenta conmigo. Pero al menos dime qué necesitas que haga.
Pol esbozó una pequeña sonrisa, agradecido por la disposición de Robert.
-Solo mantente alerta. Si ves algo que llame la atención, dímelo. Esto podría ser más grande de lo que pensamos.
Los días en Lucella se volvían cada vez más sombríos. El invierno avanzaba, y la sensación de inquietud que Pol cargaba parecía extenderse como una sombra invisible. Desde el incidente en el circo, Robert había pasado más tiempo junto a Pol, involucrándose poco a poco en las investigaciones. Aunque carecía de experiencia policial, su presencia aportaba una extraña tranquilidad a Pol, quien no podía ignorar el creciente miedo de su amigo.
"Me siento observado."
Aquellas palabras, que Robert había confesado en un tono casi susurrante, habían sido suficientes para que Pol tomara una decisión. Prefería tener a Robert cerca, incluso si eso significaba arriesgarlo en la investigación, antes que dejarlo solo y vulnerable.
En la comisaría, Daniel observaba la dinámica entre ambos con una ceja arqueada.
-¿Es buena idea meter a un civil en esto? -preguntó mientras hojeaba un informe.
Pol, con los ojos en la pantalla de su computadora, respondió sin levantar la vista.
-No tengo muchas opciones. Si algo le pasa, será por mi culpa. Prefiero mantenerlo donde pueda protegerlo.
Daniel soltó un resoplido, cruzándose de brazos.
-Espero que sepas lo que haces. Esto ya está bastante complicado como para sumar más riesgos.
Robert, sentado en una esquina de la oficina, hojeaba distraídamente un expediente que Pol le había permitido ver. Aunque no entendía todos los detalles, había algo en los patrones de los crímenes que le resultaba perturbador. Cada víctima estaba conectada de alguna forma con el arte, y la firma del asesino, "El Cirujano", parecía estar relacionada con una especie de obsesión retorcida.
-¿Sabes qué me molesta más? -dijo Robert de repente, llamando la atención de los dos policías.
-¿Qué? -preguntó Pol, girándose hacia él.
-Que todo esto parece un maldito juego para esa persona. Como si no le importara cuántas vidas destruye con tal de completar su obra. -Robert dejó el expediente en la mesa, cruzando los brazos-. No puedo evitar pensar que nos está viendo, como si esperara nuestro próximo movimiento.
Pol intercambió una mirada rápida con Daniel. Aquello era justo lo que les preocupaba: la sensación de que estaban siendo manipulados, de que cada pista que encontraban era deliberada, como si el asesino quisiera que lo siguieran.
-Es probable que tengas razón -dijo Pol finalmente-. Por eso tenemos que adelantarnos a sus movimientos. Si se siente cómodo con nosotros siguiéndole el juego, entonces tenemos que cambiar las reglas.
La conversación fue interrumpida por el sonido de un mensaje en el teléfono de Pol. Era del laboratorio forense. Los resultados de las sustancias encontradas en la caja del circo estaban listos.
-Voy al laboratorio -anunció Pol, levantándose. Luego miró a Robert-. Ven conmigo.
Robert parpadeó, sorprendido.
-¿En serio?
-Sí. Te lo dije, no voy a dejarte solo.
Daniel, que había estado escuchando en silencio, agregó con una media sonrisa:
-Cuidado, Robert. Entrar en este mundo tiene sus consecuencias. Una vez que estás dentro, no hay vuelta atrás.
Robert se encogió de hombros, pero en el fondo sabía que Daniel tenía razón. Algo en su instinto le decía que aquello era solo el comienzo de algo mucho más grande y peligroso.
La relación entre Pol y Robert era un enigma para Daniel y Ryan. Ambos estaban acostumbrados al carácter gruñón y serio de Pol, alguien que rara vez mostraba emociones más allá de la frustración o el cansancio. Sin embargo, desde que Robert comenzó a involucrarse en las investigaciones, era evidente que el oso polar tenía una actitud diferente con él.
"Es como si fuera otra persona,"
había dicho Ryan en tono de broma una tarde, observando cómo Pol dejaba escapar una risa sincera tras un comentario sarcástico de Robert. Daniel, quien conocía a Pol desde hacía más tiempo, solo asintió en silencio, igual de sorprendido.
Para Pol, la conexión con Robert era un escape, un recordatorio de un tiempo más simple. Aunque rara vez hablaba de ello, Robert había sido una de las pocas personas en su adolescencia que lo había apoyado cuando las cosas se ponían difíciles. Robert era de esos amigos que no necesitaban palabras para entender lo que Pol estaba pensando o sintiendo, y esa complicidad se había mantenido incluso después de años de separación.
Sin embargo, esa misma cercanía hacía que Pol se sintiera más vulnerable ahora. Cada vez que veía a Robert involucrarse más en el caso, no podía evitar preguntarse si estaba tomando la decisión correcta al mantenerlo cerca.
Una noche, mientras los tres-Pol, Robert y Daniel-revisaban los últimos reportes en la comisaría, Daniel decidió abordar el tema que rondaba en su mente desde hacía días.
-Oye, Pol -dijo, rompiendo el silencio-, no puedo evitar notar que tienes un lado más... humano cuando estás con Robert. Es raro, ¿sabes?
Pol levantó la mirada de los documentos, arqueando una ceja.
-¿Eso se supone que es un cumplido?
Daniel se encogió de hombros con una sonrisa divertida.
-Es una observación. Siempre estás gruñendo, quejándote o lanzando miradas asesinas. Pero con él, hasta sonríes. Es raro.
Robert, que estaba sentado en la esquina hojeando otro expediente, soltó una carcajada.
-¿En serio? ¿Pol sonríe? Debí haber traído una cámara para inmortalizarlo.
Pol suspiró, claramente molesto pero sin perder del todo la compostura.
-Sí, bueno, tal vez me relajo un poco porque no tengo que lidiar con tus comentarios constantes, Daniel.
Ryan, que acababa de entrar con un café, se unió a la conversación.
-No sé, Pol. Creo que Robert está sacando un lado de ti que nosotros nunca vimos. ¿No es eso lo que hacen los amigos de verdad?
Pol se quedó en silencio por un momento antes de responder con una voz más suave de lo habitual.
-Robert ha sido mi amigo desde la secundaria. Cuando nadie más me soportaba, él estaba ahí. Así que sí, puede que saque algo diferente en mí. Pero eso no cambia el hecho de que estoy preocupado por él. No quiero que termine involucrado en algo que lo ponga en peligro.
Robert, al escuchar eso, dejó el expediente en la mesa y miró a Pol con una expresión seria.
-Pol, sé que te preocupas, pero también soy un adulto. Estoy aquí porque quiero ayudarte, porque sé lo importante que es este caso para ti. Si esto me pone en peligro, al menos sé que estás a mi lado.
El ambiente en la sala se tornó un poco más solemne. Pol asintió lentamente, aunque no parecía del todo convencido.
-Solo prométeme que si alguna vez te digo que te apartes, lo harás. No voy a perder a otro amigo.
Robert asintió, extendiendo una mano hacia Pol.
-Prometido.
Por un breve momento, el carácter gruñón de Pol pareció desvanecerse. Aunque sabía que las cosas solo se complicarían, tener a Robert a su lado le daba una fuerza que no había sentido en mucho tiempo.
Mientras pol fue al laboratorio y hablaba con algunos de sus conocidos,tratando de buscar las respuestas junto a ellos la causa de la parálisis inmediata,o al menos saber cual era el veneno. Robert salió por unos momentos afuera,caminando un poco por la calle,como estaba ligeramente con hambre fue a una pequeña cafetería,mientras se sentaba en una esa observando aquella calle desde su asiento atra vez del vidrio que cubría la parte delantera de la cafetería,vio una tienda,que tenía un pequeño logo en la parte posterior,el circuló y aquella pluma,en un color dorado
Robert observó fijamente el logo de la tienda mientras bebía de su taza de café. El diseño era peculiar: un círculo dorado, rodeando una pluma estilizada que parecía flotar en el aire. Había algo en ese símbolo que le resultaba inquietantemente familiar, aunque no lograba recordar dónde lo había visto antes.
Dejó la taza sobre la mesa y se inclinó un poco hacia adelante para mirar mejor a través del vidrio. La tienda no parecía muy concurrida, y su apariencia modesta la hacía casi pasar desapercibida entre los otros negocios de la calle. Aun así, algo en su interior le decía que debía investigarla.
"Es solo una tienda,Robert"pensó, intentando quitarse la idea de la cabeza. Pero su curiosidad pronto se impuso. Pagó rápido su cuenta y cruzó la calle para acercarse al lugar.
Al llegar a la entrada, se dio cuenta de que no había ningún cartel que indicara el nombre del negocio. Solo estaba el logo dorado grabado en un pequeño letrero junto a la puerta de cristal. Empujó la puerta, que emitió un leve tintineo al abrirse, y entró al local.
La tienda tenía un aire extraño, casi antiguo. Las paredes estaban decoradas con estanterías llenas de frascos, libros y pequeños objetos que parecían ser piezas de arte o antigüedades. El lugar tenía un aroma peculiar, una mezcla de madera vieja y algo químico, como si alguien hubiera estado manipulando sustancias allí recientemente.
Una mujer de mediana edad, con gafas redondas y cabello recogido en un moño, lo recibió desde detrás de un mostrador.
—Bienvenido —dijo con una voz suave, aunque sus ojos lo examinaron detenidamente—. ¿Puedo ayudarlo en algo?
Robert vaciló un momento antes de responder.
—Solo estaba curioseando. Vi el logo desde la cafetería y me llamó la atención. Es... interesante.
La mujer esbozó una leve sonrisa, aunque no parecía del todo amistosa.
—Es el símbolo de nuestra tienda. Representa el conocimiento y la creatividad, cosas que valoramos mucho aquí. ¿Le interesa el arte, la literatura, o tal vez algo más... específico?
Robert miró alrededor, notando cómo muchos de los objetos parecían estar relacionados con el arte de alguna manera. Esculturas, plumas estilográficas, incluso algunos instrumentos musicales pequeños decoraban las estanterías.
—Algo así. Solo estoy... explorando.
Mientras hablaba, su mirada se posó en un libro que estaba en el mostrador. La portada era negra, pero en el centro tenía el mismo logo dorado del círculo y la pluma. Su curiosidad aumentó.
—¿Y ese libro? —preguntó, señalándolo.
La mujer lo miró brevemente antes de responder.
—Es una edición especial. Una colección de obras y ensayos sobre el arte y su impacto en la mente humana. Solo disponible para ciertos clientes.
Robert frunció el ceño.
—¿Ciertos clientes?
La mujer sonrió de nuevo, esta vez con un aire más misterioso.
—Aquellos que entienden el verdadero significado del arte.
Antes de que pudiera decir algo más, un ruido detrás del mostrador llamó su atención. Alguien en la parte trasera de la tienda parecía estar moviendo algo pesado. La mujer, visiblemente incómoda, se disculpó.
—Espere aquí, por favor.
Robert la observó desaparecer detrás de una cortina que conducía a la parte trasera. Aprovechando la oportunidad, sacó su teléfono y tomó una foto rápida del libro y del interior de la tienda. Algo en su instinto le decía que esta tienda no era un simple negocio de antigüedades.
Cuando la mujer regresó, Robert le agradeció con una sonrisa forzada y salió de la tienda. Mientras caminaba de regreso al laboratorio, su mente estaba llena de preguntas.
"Ese logo.. ese libro... ¿qué conexión tiene esto con lo que está pasando?"
Sabía que debía contarle a Pol todo lo que había visto.
Aunque al tratar de salir,Robert se tropezó accidentalmente con alguien,un chico sonriente,un dálmata que lo miraba de pies a cabeza.
-que ?..uh,que haces aquí?,no es un lugar muy concurrido..ni que llame la atención
Robert retrocedió un paso, ajustándose la chaqueta mientras miraba al dálmata con cierta desconfianza. El chico tenía una sonrisa amplia y despreocupada, pero había algo en su mirada que le puso los nervios de punta.
—¿Perdón? —dijo Robert, intentando mantener la calma—. Solo estaba curioseando. ¿Eso es un problema?
El dálmata inclinó la cabeza, como si estuviera evaluándolo. Su sonrisa no se desvaneció, pero su tono adquirió un matiz más inquisitivo.
—No, no es un problema. Solo que este lugar no suele atraer a muchos... visitantes inesperados. La mayoría de los que vienen aquí saben exactamente lo que están buscando.
Robert sintió cómo un escalofrío le recorría la espalda. Intentó mantener su expresión neutral, aunque sabía que el chico estaba intentando sacarle algo.
—Bueno, tal vez soy la excepción. El logo me llamó la atención, y pensé en echar un vistazo. No sabía que necesitabas una invitación para entrar.
El dálmata soltó una risa breve, aunque su mirada permaneció fija en Robert.
—No necesitas una invitación, claro que no. Pero, ya que mencionas el logo... ¿qué fue lo que te atrajo de él?
Robert sintió que su corazón se aceleraba. Decidió optar por una respuesta casual, tratando de desviar la atención.
—No lo sé, supongo que parecía interesante. Algo diferente. ¿Es tu tienda?
El dálmata negó con la cabeza, metiendo las manos en los bolsillos de su chaqueta.
—No, no lo es. Pero digamos que... conozco a las personas que la manejan. ¿Qué te pareció? ¿Encontraste algo que te interesara?
Robert apretó los dientes. No podía revelar que había tomado fotos ni que algo en el lugar le resultaba sospechoso.
—No mucho. Solo vi cosas de arte, libros y antigüedades. Nada que sea mi estilo, pero estaba bien.
El dálmata lo miró en silencio durante unos segundos que parecieron eternos antes de sonreír de nuevo.
—Entiendo. Bueno, espero que encuentres lo que buscas... Robert, ¿verdad?
El estómago de Robert se hundió.
—¿Cómo sabes mi nombre? —preguntó, intentando sonar más tranquilo de lo que se sentía.
El dálmata se encogió de hombros, girando para alejarse lentamente.
—Digamos que tengo buena memoria para los nombres. Nos vemos, Robert. Cuídate.
Antes de que Robert pudiera responder, el dálmata desapareció entre la multitud. Su corazón latía con fuerza mientras trataba de procesar lo que acababa de ocurrir. No solo lo habían identificado, sino que parecía que sabían más sobre él de lo que quería admitir.
"tengo qu hablar con Pol ahora mismo,"
pensó, apresurándose hacia el laboratorio mientras miraba constantemente por encima del hombro.
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Ola JAJAJS help RELLENO de todo menos terminar elcaso en fin,ya luego me pongo a escribir la segunda parte
Bye
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