[ 33 ]
Antes de bajar del automóvil de Jungkook, Jin tomó su rostro y lo besó un largo rato susurrando cuanto lo había extrañado entre beso y beso.
El menor acarició el cabello rubio perfecto de Jin y suspiró cuando el beso acabó.
Se bajaron y tomaron sus manos para avanzar hasta la puerta de entrada de los Kim. Jin usó su llave y prontamente estaban entrando a su casa.
No era tan tarde pero al parecer Tae y Hobi estaban durmiendo. Estaba todo en silencio
—¿Tus padres?
—No sé si habrán llegado ¿Tienes hambre?
Jungkook negó —Estoy un poco cansado la verdad.
Jin asintió y le ayudó a quitarse la chaqueta, luego la colgó con las demás y lo invitó a sentarse en uno de los sofás de la sala. Encendió el televisor para que Jungkook no se aburriera mientras él buscaba a su hijo.
—Iré a ver a Hobi.
—Anda, ya quiero verlo.
Antes de alejarse Jin se agachó y le dio un beso a Jungkook haciéndolo sonreír hermosamente.
El rubio caminó por el pasillo y fue directo a la habitación de su hermano. Abrió despacio cuando entró pero no vio a nadie ahí dentro. Cerró la puerta y caminó hasta la habitación de sus padres, golpeó pero no obtuvo respuesta. Abrió esa puerta también pero dentro de esta no había nadie.
Buscó su teléfono y llamó a Taehyung. Cuando la línea conectó Jin preguntó inmediatamente.
—¿Tae?
—Te iba a llamar, los papás nos vinieron a buscar, estamos donde los Choi.
—¿Porqué? ¿Cómo está Hobi?
—Nos invitaron de última hora, y tú no estabas así que nos trajimos a Hobi.
—Si, está bien.
—Te paso a mamá, quiere hablar contigo.
—Bien.
Jin escuchó unos ruidos y risas. Salió de la habitación y se quedó parado de espaldas a Jungkook quien estaba mirando televisión. Amaba verlo en su casa.
—¿Hijo? No pude llamarte nos trajimos a Hobi, volveremos en unas horas más, no te preocupes ¿Si?
—Está bien, dale un beso de mi parte.
El rubio guardó su teléfono y no quería decirlo en voz alta pero agradecía a sus padres por darle la oportunidad, sin saberlo, de estar a solas con Jungkook.
Lo necesitaban.
Se acercó al sofá y se sentó a su lado, Jungkook inmediatamente lo miró y como siempre lo hacía le sonrió.
—Estaremos solos unas horas —dijo entrelazando sus dedos —¿Quieres quedarte conmigo?
—Me quedaré contigo, a tu lado siempre.
El rubio suspiró y se acercó a su boca. Había extrañado tanto estar a su lado, sentir su cuerpo, sus manos acariciándolo. Todavía se sentía como un sueño del cual no quería despertar.
Jin se levantó y tomó la mano del menor y lo llevó hasta el dormitorio que compartía con Hobi. Se sentó en su cama y Jungkook quedó de pie entre sus piernas abiertas. Lentamente subió la camiseta que vestía el menor y observó con tristeza las marcas en su abdomen.
—¿Te duele? —preguntó el mayor acariciando con sus pulgares la piel bajo su ombligo.
—No, ya no duele, solo pica... Es por la cicatrización.
—Lo sé, por lo menos va cicatrizando bien, no va a quedar una marca tan grande, la sutura que te hicieron fue muy buena.
Jungkook miró hacia abajo y llevó sus manos hasta las mejillas del mayor para acunarlas entre sus manos con suavidad —Hubieses sido un excelente médico... Después de todo fuiste tú quien me mantuvo con vida ese día.
Jin hizo una mueca con su boca no queriendo evocar ese maldito día, pero Jungkook tenía razón, si él no hubiese entrado en ese minuto a buscarlo quizá la historia sería otra.
—¿Tú crees? —Jin rió tratando de no hablar sobre el día más difícil que habían tenido que afrontar con Jungkook —yo quería ser cirujano plástico, cuando era niño pasaba viendo documentales de personas que habían tenido accidentes y que a causa de esos accidentes sus rostros ya no se veían como antes, siempre soñé con ayudar a personas con esos problemas.
—Yo pienso que todavía puedes.
—Saldría con bastones de la universidad —rió.
Jungkook se rió también y sus ojos se arrugaron el el extremo haciéndolo ver muy adorable a ojos del mayor quien volvió a levantar la camiseta del menor y comenzó a dejar besitos por todo su abdomen marcado. Jungkook mordió su labio y cerró los ojos para sentir las una y mil sensaciones que Jin le transmitía cuando lo tocaba.
Sintió los labios cerca de sus cicatrices y abrió los ojos solo para mirar el rostro de infinito amor del hombre del que se había enamorado y por el cual daría la vida muchas veces más si fuera necesario.
Sus manos estaban descansando el los hombros del mayor y de pronto sintió calor mientras la boca y la lengua de Jin jugaba por todo su abdomen.
Su carne se puso dura entre sus piernas y él finalmente se quitó la camiseta con una sola mano observando al rubio y su mirada llena de deseo.
Su papá Alexander le había dicho días atrás que no era bueno tener sexo todavía, pero si se acostaba y dejaba que Jin lo tomara él no tendría que hacer nada, entonces su herida no se vería afectada por los movimientos.
Correcto.
Jin se levantó y quedaron frente a frente mirándose sin decir palabra alguna. El mayor también se quitó su camiseta sin dejar de mirar el bonito rostro del hombre que le había devuelto la fe en el amor, el hombre que lo había sacado de la mierda de vida que llevaba, el mismo hombre que lo ayudaría a sanar sus heridas en el futuro.
Su conejito.
Jungkook rompió el contacto y se acostó sobre la cama del rubio, llevó sus manos hasta su pantalón para bajarlo pero el mayor se lo impidió.
—Déjame a mi.
Jin se subió a su cama y vio uno de los peluches de Hobi. Lo tomó y lo tiró a la cama de al lado que correspondía a su pequeño. Jungkook rió llevando sus manos al torso del rubio tocando todo ese maravilloso cuerpo.
—Precioso. —Jungkook entre abrió su boca mientras era mirado con amor y devoción por el mayor.
—Tú eres mucho más precioso que yo Jinnie.
—No lo creo... Tus ojos me dicen tantas cosas Kookie, son tan bonitos, la forma en la que sonríes es tan sincera, tan auténtica... Me encanta, me encantas Jungkook... Definitivamente eres un chico precioso.
El castaño se avergonzó y sus mejillas se tiñeron de rosa al escuchar todas esas bonitas palabras salir de la boca del mayor. Pero no desvió la mirada y tragó nervioso, como si fuera la primera vez que estaría con Jin.
Sus brazos se fueron al cuello del mayor y cuando sus bocas se encontraron un suspiro llenó el silencio de la habitación.
Jin mordió suavemente el labio inferior y luego fue bajando su boca dejando besos y chupando la piel de Jungkook haciéndolo jadear bajito. Las manos de Jin descendieron hasta el pantalón del menor y apoyado en sus rodillas tiró de estos bajando también el bonito y caro bóxer.
Jungkook arqueó su espalda al sentir la tibia mano de Jin sobre su pene y cuando este comenzó a bombearlo el menor dejó escapar un suave gemido.
Jin se lamió su grueso labio inferior mientras seguía masturbando al castaño. Su propia erección se sentía dolorosa bajo su pantalón, por lo que quitando su mano de la polla de Jungkook, se sentó en la cama para quitarse su ropa. Cuando estuvo desnudo se tumbó al lado de este para besarlo y tocarlo como si no hubiese un mañana para estar juntos.
Jungkook echó su cabeza hacia atrás mientras sentía a Jin hundirse suavemente dentro de él. Jadeó más fuerte cuando Jin comenzó a entrar y salir más rápido sintiendo como su interior abrazaba de tan deliciosa forma la polla del rubio.
—Dios Kookie, te sientes... —Jin gimió y buscó su boca. Chupó y saboreó el dulce sabor de su chico y maldijo por lo apretado que sentía su pene.
Jungkook gimió y tomó el rostro del mayor para que lo mirara. —Te amo tanto Jin... —se le llenaron los ojos de lágrimas y luchó contra todas las emociones que se estaban arremolinaban en su interior —nunca olvides lo mucho que te amo.
El rubio detuvo sus movimientos y con su nariz acarició el rostro del menor lentamente, luego buscó su boca y lo besó suave dedicándose a transmitirle lo mucho que lo amaba y que todo ese tiempo separados había sido un martirio para él.
—Gracias por elegirnos Kookie, te amo.
Jungkook jadeó y meció sus caderas para que Jin se moviera. Este entendió y volvió a moverse entrando y saliendo de él. Volvió a besar sus labios mientras sus cuerpos se seguían meciendo, haciendo que sus respiraciones fueran rápidas y erráticas.
El menor acarició la espalda del rubio y rasguño sintiendo las estocadas cada vez rápidas y certeras.
Jin se irguió y sus brazos atraparon las piernas de Jungkook y volvió a embestirlo haciéndolo gemir de la manera más sexy que él hubiese escuchado antes.
El castaño llevó su mano hasta su pene y comenzó a acariciarse. Echó su cabeza hacia atrás, entre las almohadas de Jin y suspiró cuando sintió un hormigueo en su parte baja. Mordió su labio y sin dejar de mirar al hombre que estaba frente a él se dejó ir por su orgasmo. Sonrió satisfecho y cuando Jin también terminó juntaron sus bocas una vez más mientras se susurraban las palabras que habían querido decirse todo ese tiempo que estuvieron separados.
Luego de varios minutos Jin salió de él y buscó papel para que Jungkook se limpiara. Él se quitó el condón y volvió a la cama.
Se quedaron acostados mirándose frente a frente sin romper con el íntimo momento que estaban teniendo, pero habían cosas de las cuales hablar y debían aprovechar el tiempo que estarían a solas.
—Mañana, cuando ese infeliz salga de la cárcel te vendré a buscar ¿Si? No quiero que Hobi y tú estén expuestos a que pueda venir hasta acá.
—Tiene orden de restricción, no vendrá, pero acepto tu ofrecimiento —Jin sonrió.
—A veces esas restricciones no se cumplen, yo no quiero que algo pase, tenemos que estar preparados, creo que deberías hacer un curso de tiro.
—No me gustan las armas Kookie.
—A mi tampoco pero creo que es necesario.
Jin hizo una mueca ante lo peligroso que era tener un arma en el mismo lugar en donde un niño inquieto como Hobi habitaba. Pero si era por seguridad quizá no sería tan descabellada la idea.
—Podría ser una opción.
—Él me atacó con un arma también Jin, creo que es capaz de eso y mucho más. Yo solo quiero que ustedes estén seguros.
—Y yo también quiero eso... Y quiero que tú también estés protegido, no soportaría que te pasara algo nuevamente —Jin acarició el rostro suave del menor y dejó un beso corto en sus labios.
Jungkook se acurrucó a su pecho y odió la idea de tener que irse del cálido abrazo. Añoraba con poder dormir en brazos de Jin y despertar a su lado aunque sea una vez.
—Creo que es mejor que vuelva a casa. No quiero que tus padres me conozcan desnudo en la cama de su hijo mayor.
—Con Taehyung en esta casa estamos todos bastantes acostumbrados a ver cosas indebidas, aunque ahora que está con Jimin lo veo mucho más calmado, más tranquilo. Me gusta que estén juntos, tu amigo es muy especial.
—Él es genial, una muy buena persona.
—Me gusta que estés rodeado de chicos así, sanos.
—Hablas como mi papá Jinnie.
El rubio rió y suspiró feliz por tener a Jungkook de nuevo con él. No quería dejarlo ir, pero el menor tenía razón, sus padres y Hobi llegarían a casa y él tampoco quería presentar de esa manera a Jungkook.
De hecho tenía todo un plan para que los Kim conocieran de quien estaba completamente enamorado.
—Me preocupo por ti Kookie y hablando sobre eso... Yo supe quien fue el hijo de puta que te hizo daño hace cuatro años.
Jungkook arrugó su ceño y trató de levantarse de la cama pero Jin no lo dejó. —¿Tú sabías que era mi ex cuñado?
Jungkook tragó y asintió —Lo supe cuando investigué a Sungmin, pero no quería que fueras a encararlo.
Jin mordió su labio y se puso de espalda para mirar el techo —Demasiado tarde porque fui a su casa y le di unos buenos puñetazos.
—Oh dios ¿Tú también?
—¿Cómo es eso?
—Mi padre fue a verlo también, no me dijo que fue exactamente lo que hablaron pero no creo que haya sido bueno... Yo ya no quiero saber de él y ustedes siguen removiendo el pasado.
Jin giró su cabeza al escucharlo —Lo siento, no pude controlar las ganas que tuve de matarlo cuando me enteré de lo que te hizo... Yo conozco su vida, conozco a su familia, no podía quedarme como si no supiera y sentarme a almorzar con él. No, y lo siento por haber ido hasta su casa pero también ponte en mi lugar o en el lugar de tu papá.
—Lo sé.
—Te amo Jungkook y me duele lo que te ha pasado y todo está ligado a mi, sin querer estamos en el medio de esos malditos hijos de perra.
—Dicen que el mundo es pequeño ¿no? Aunque de todas formas no me importa lo que haya pasado antes, ahora solo me importas tú y Hobi, el resto puede irse a la mierda. No me interesa nadie más que ustedes dos.
El rubio se derritió ante esas palabras. Siempre había pensado, en el pasado, que si dejaba a Sungmin y se quedaba solo con Hobi le iba a costar encontrar a una persona que lo quisiera con su pequeño, pero la vida le había enviado al maravilloso chico que ahora lo miraba con ojos de amor sincero.
Las cosas solo podían mejorar para ellos y Jin quería hacer tanto una vida normal junto a Jungkook. Sentirse amado y respetado por la persona que tomara su mano y la de su hijo.
Por primera vez su corazón era el que estaba eligiendo.
—Conocerte fue lo mejor que le pasó a mi vida Kookie.
—Te amo Jinnie.
Se besaron una vez más mientras Jungkook acariciaba los cabellos rubios del mayor y Jin deslizaba sus pulgares por las mejillas suaves de su chico.
Ambos se levantaron y se vistieron entre sonrisas y sin dejar de planear lo que harían esa semana. Ahora podían verse sin tener que esconderse de nadie y eso los tenía muy emocionados.
En la puerta se despidieron con un largo beso que casi los lleva al sofá.
—Vendré después de almuerzo.
—Estaremos esperando por ti Kookie.
Jungkook dejó un último beso en sus labios y se subió a su automóvil. Jin se despidió de la mano desde la puerta y cerró esta cuando vio partir al menor.
Había olvidado decirle a Jungkook que al otro día tenía una entrevista de trabajo y esperaba que le fuera bien. Necesitaba un trabajo estable para poder ayudar en casa de sus padres, ya no quería estar dependiendo de ellos todo el tiempo.
Y si todo salía bien y se quedaba con el trabajo buscaría una casa para poder vivir con Hobi y así tener también la privacidad que anhelaba junto a Jungkook.
Tenía muchos planes, pero tenía que tomarlo con calma.
Por mientras lo tenía a su lado y eso era lo más valioso...
Lo otro vendría con el tiempo.
Jin volvió a su habitación y sonrió al ver toda la cama desordenaba, la revisó y como las sábanas no estaban en malas condiciones solo la estiró y se acostó. Metió su nariz en la almohada y una sonrisa tiró de sus labios al sentir el perfume del menor.
Se abrazó a la almohada y prontamente se quedó dormido con su corazón contento después de tanto tiempo sintiéndose triste por fin podía decir que era completamente feliz.
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Los Grammy están taaaaan atrasados en cuanto al impacto de BTS, da vergüenza ¿Cuándo se darán cuenta que lo de ellos no es moda?
Pero bueno que esto no los debe hacer sentir menos. Los chicos son mucho más que premios gringos entregados por personas blancas xD.
❤️Tengan bonita semana!!!
Ellos son una de las razones por las cuales sonrió cada día.
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