[ 28 ]
Jungkook y Jimin escucharon unos ruidos y prontamente sus padres entraron a la habitación. Corrieron a abrazarlo y cobijarlo mientras Jimin aún tenía la carta entre sus manos. Justo cuando se la iba a entregar entró una enfermera y ya no pudo hacer nada.
Ahora aferraba la carta detrás de su cuerpo esperando a que los Jeon no se dieran cuenta de esta.
—Jimin, cariño, necesitamos hablar con Jungkook en privado.
—Claro, de todas formas ya me iba —se acercó a su amigo y dejó un beso en su mejilla menos lastimada. Despacio y tapando la acción dejó la carta debajo de la almohada y le guiñó un ojo a su mejor amigo.
Antes de salir observó la tierna escena y salió por completo del lugar.
Jungkook se dejó envolver por el cariño de sus padres y cerró los ojos al ver sus miradas acusadoras. Él sabía que en algún momento iban a tener que conversar sobre su historia con Jin, pero no se sentía de ánimo.
—Tenemos que hablar galletita.
—Estoy cansado papá.
Heechul asintió —Jungkook tiene razón amor, dejemos que duerma y descanse... Ya hablaremos mañana o cuando se pueda ¿Si?
Alexander negó, pero al ver a su hijo desistió.
—Nos quedaremos aquí.
—No papá... No es necesario, de verdad quiero descansar.
—Si hijo, tranquilo. Nos iremos a la casa y vendremos como las dos de la tarde ¿Si?
Jungkook asintió despacio mientras veía a su padre Heechul, había algo en su mirada que lo hizo detenerse en sus palabras.
Alexander le dio un beso largo en su cabello y luego le dio la espalda. Se paró frente a su marido —Iré a buscar mi bolso a la oficina. Te espero allá.
Heechul esperó a que su esposo saliera y sacó de su bolsillo el celular de su hijo quien lo miró con ojos sorprendidos, a pesar de que todavía no podía abrirlos en su totalidad, había sorpresa en su mirar.
—Esto lo dejaré cargando, por si necesitas llamar a alguien —Heechul lo dejó sobre la mesita auxiliar y acercó esta para que su hijo pudiera tomar el aparato. —Te repito que mañana vendremos después de almuerzo ¿Si?
Jungkook asintió y sonrió cuando su papá le apretó la mano.
Antes de que el hombre saliera por completo de la habitación Jungkook aclaró su garganta —Gracias padre.
El hombre sonrió y salió por la puerta.
El castaño esperó pacientemente hasta que la última ronda de funcionarios médicos pasara por su habitación para leer la carta que Jimin había dejado bajo su almohada.
La abrió lentamente con dedos temblorosos y suspiró al ver que era de Jin, tal y como lo esperaba.
Hizo un pronunciado puchero cuando comenzó a leerla.
—
—
Hobi jugaba con su pelota de fútbol sin realmente entender los alcances de lo que había sucedido el día anterior.
Jin lo observaba con sus ojos cansado y su corazón doliendo por la negativa de los padres de Jungkook. Lo entendía, seguramente él hubiese hecho lo mismo si su hijo se viera envuelto en algo tan delicado.
Jungkook pudo haber muerto en ese enfrentamiento y eso era algo que lo hacía sentir completamente culpable.
Suspiró y miró a su madre. Ella no había parado de llorar, se sentía mala madre por no haber hecho nada por su hijo mayor. Jin la había calmado en innumerables veces diciéndole que no era su culpa, que no era una mala mamá, sino que él se había encargado de mentir para no preocupar, que era su culpa todo lo que había pasado, pero por supuesto, su madre no pensaba así y estaba deshecha.
Su padre lo miraba con más cariño que antes y le había dicho que estaba orgulloso de él y de su fortaleza. Que si bien le dolía que Jin no haya confiado en ellos, estaba aliviado que su hijo ya no tendría ningún vínculo con Sungmin.
Alejó esos pensamientos y observó a Taehyung que salía de su habitación y se sentaba a su lado.
—Jimin ya le entregó la carta y me dijo que no escuchó el llamado que le hiciste porque lo tenía en silencio, pidió que lo disculparas.
—Está bien... Fui a esa clínica porque no quería que leyera la carta.
Taehyung arrugó su ceño —Pero Jinnie tú no dijiste nada de eso,
Pensé que querías que la viera.
—Si, pero luego me arrepentí y ahora todo se va a ir al carajo.
Jin miró a su hijo nuevamente y se levantó para tomarlo en brazos, el pequeño se estaba refregando los ojitos porque ya tenía sueño.
Lo llevó hasta la habitación que ahora era de ambos y se acostaron. Comenzó a cantarle una canción de cuna para hacerlo dormir y cuando el pequeño cerró los ojos él también lo hizo.
—
—
Jungkook se agachó levemente para recoger su zapatilla y se quejó del dolor. Se apoyó en su escritorio y pateó lejos el calzado.
Suspiró frustrado porque desde que había salido de la clínica se sentía un inútil, no podía hacer nada sin ayuda y su herida cicatrizaba tan lento que se quería dar un tiro cada vez que se cambiaba las vendas.
Miró su habitación, todo tan ordenado y en su lugar que sintió rabia de su vida. Solo había algo que desentonaba en el pulcro lugar.
La carta.
No sabía porque la había conservado pero lo había hecho y cada vez que quería sentir a Jin un poco más cerca de él la leía. A veces con la esperanza de ver si había leído algún párrafo mal y lo que decía ahí era otra cosa y no una despedida.
Llegó a su mesa auxiliar y la tomó. Suspiró y a pesar de que se había negado a volver a leerla lo hizo y volvió a sentir la pena recorrer todo su interior.
"Kookie:
Haberte conocido fue lo mejor que pudo pasarme el último tiempo, todo al principio fue tan confuso y me llegué a sentir culpable por mis acciones egoístas en nuestros primeros encuentros, pero con el pasar de las semanas te transformaste en alguien especial para mí. Amé cada uno de los momentos que me regalaste, tu juventud y vitalidad me hizo saborear la verdadera libertad, a tú lado jamás sentí miedo y ese fue mi mayor error. Dejé que te hicieran daño y yo no puedo vivir con la culpa.
Debí haberte protegido.
Sé que estarás bien sin mi, aunque yo no sé como voy a vivir sin tus besos y sin tus caricias.
Debes avanzar, como te dije una vez, eres muy joven para pasar por estas cosas y yo necesito sanar mis heridas, no te puedo arrastrar conmigo.
Te amo mucho, y te amo más porque fuiste la elección más acertada que pude hacer en mucho tiempo. Nunca estuve tan seguro antes de amar como te amo a ti.
Sé feliz Jungkookie, yo también trataré de serlo.
Siempre tuyo.
Jin.
Jungkook volvió a llorar mientras la leía nuevamente, aunque ya no lo hacía como los días anteriores, de cierta manera ya se había acostumbrado a la pérdida. Lo extrañaba, eso no era nada extraño, a veces lloraba pero cada vez menos. Aunque la pena seguía dentro de él, también lo hacía la rabia, Jin simplemente había salido de su vida sin siquiera luchar por él.
Se sentó en su cama y se negó a la posiblidad de buscarlo, otro rechazo partiría aún más su corazón.
Con ese pensamiento se acostó en su cama y cerró los ojos. Trataría de dormir aunque ya ni eso tenía ganas de hacer, si no tenía al hermoso rubio en su vida ya nada tenía sentido.
Escuchó la puerta de su habitación y se levantó a abrir.
Jimin lo miraba con una dulce sonrisa y levantó una bolsa blanca para que Jungkook la viera —traje panecillos dulces hecho por mí mamá.
Jungkook sonrió y lo dejó entrar.
El pelirosa se sentó en la cama y sacó el envase que contenía los panecillos.
—Yeonjun y Taeha te enviaron cartas y regalos —Jimin sacó las cosas de la bolsa y se las entregó a un sonriente Jungkook.
—Gracias, los mellizos son un amor.
—Si, lo que digas. —Jimin rió y miró las ojeras de su amigo. Estaba un poco más delgado y sus ojos se veían tristes.
Jungkook tomó un panecillo y se lo llevó a la boca. Masticó en silencio sin mirar a su amigo en ningún momento ya que sabía que este le preguntaría cosas con respecto a Jin que él no quería responder.
—¿Cuándo vuelves a clases?
—La próxima semana, mi herida sigue cicatrizando, debería volver para los exámenes.
—Las clases son aburridas sin ti.
El castaño sonrió —Mi vida aquí es aburrida, ni siquiera salgo a la clínica, me estoy haciendo yo las curaciones.
Jimin abrió sus ojos —¿Y tus papás te dejan hacer eso?
—Últimamente me dicen que si a todo, estoy pensando en decirle que me compren un pasaje al extranjero y no volver más.
El pelirosa dejó su panecillos en el recipiente —No me dejarías solo ¿Cierto?
—Por supuesto que no, te llevaría conmigo.
Jimin sonrió y mordió su labio nervioso —Tengo novio.
—¿Novio?
—Ajá, comenzamos a salir hace unos días.
—¿Es de la universidad?
—No... Es universitario pero no estudia en la nuestra.
—¿Es guapo?
Jimin suspiró —Es muy atractivo.
—¿No me vas a decir quién es?
Jimin entrelazó sus dedos —Es Taehyung, el hermano de Jin.
Jungkook sonrió de lado al escuchar su nombre saliendo de la boca de otra persona. Le dolía.
—¿Felicidades?
Jimin negó —Fue todo muy rápido, nos besamos y fue... Dios fue el mejor beso que me han dado nunca... Creo que ni él se lo esperaba.
—Me alegro por ti Minie, espero que te cuide y te quiera mucho.
—Si, bueno las cosas estuvieron tensas, pero ya solucionamos el problema.
—¿Y que era?
—Tenía novia.
Jungkook tosió —¿Qué?
—Eso, una novia, una mujer... Ya sabes.
—¿Y tú aceptaste eso?
—No tan así —dijo pensativo —un día fui a su casa —Jimin volvió a morder su labio —la verdad es que fui a ver a Jin... Quería saber cómo se encontraba y bueno obviamente ahí estaba Tae.
Jungkook se removió inquieto ante las ganas que tenía de saber del mayor, pero tiró todos esos pensamientos lejos de él y se concentró en lo que su amigo le estaba contando.
—Pero ya no está con ella ¿Cierto? Porque no te veo a ti aceptando estar con alguien que ya tiene pareja —cada palabra era como una estocada en su pecho.
—Ya no están juntos... Ese día hicimos una comida y... —Jimin lo miró como pidiendo permiso.
—Dilo.
—Cenamos con Jin y su pequeño... Luego ellos se fueron a acostar y yo me quedé un ratito más. —Jimin sonrió —nos sentamos en el sofá y pusimos una película, los padres de Tae no estaban por lo que una cosa llevó a otra y nos besamos... Bueno más bien yo lo besé y él me correspondió.
Jungkook sonrió —De verdad me alegro por ti Minie. Tus ojos están brillando.
—¡Es que no sabes lo que es! —dijo eufórico —nunca había conocido a alguien como él, nos reímos de las mismas cosas, tenemos gustos musicales parecidos... Me gusta un montón.
—Puedo verlo. Espero que te sepa apreciar, sino apenas me recupere iré a patearle el culo.
Jimin rió —No, no, estoy seguro que estaremos bien... Hoy iré a su casa a conocer a sus padres.
El castaño tragó y trató de alejar los pensamientos que tenía sobre él visitando esa casa, él conociendo a los Kim.
—No debería haberte contado esto... Lo siento, es que eres mi mejor amigo y yo no tenía con quién compartir esto que estoy sintiendo... Lo siento Jungkookie.
—No, tranquilo, somos amigos, yo también quiero estar para ti cuando me quieras hablar de tu felicidad.
—Y yo quiero que tú seas feliz.
—Lo soy ¿No me ves? —Jungkook se movió por la habitación —tengo juegos nuevos y un montón de libros para leer.
Jimin hizo una mueca con su boca y suspiró mientras se levantaba de la cama.
Se despidieron y Jungkook estuvo a nada de pedirle que lo llevara con él, pero se negó a esa posibilidad.
Jin lo había dejado y él lo tenía que aceptar.
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La decisión de Jin es algo un poco normal dentro de lo que vivió. Él es de los que creen que cuando una relación empieza mal esta termina peor. Él tiene miedo y es comprensible, pónganse en el lugar de una persona golpeada y humillada, porque no solo se dañó su rostro, también se dañó su autoestima y su confianza.
Es por eso que la historia de llama así.
Que tengan un buen fin de semana.
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