[ 26 ]

Namjoon dejó varias hojas sobre la mesa y se las acercó a su amigo.

—Tiene otra familia, con una mujer, dos hijas de cinco años, buenos colegios, bonita y grande casa... Está casado con ella antes que con Jin, por lo que su matrimonio no es válido... Tiene una sociedad con otro chef y a él tiene como propietario de su restaurante de lujo.

Jungkook asintió mordiendo su labio mientras veía las imágenes que Namjoon había rescatado de sus redes sociales.

—Tiene harto dinero, es un hijo de puta millonario —Nam se pasó la mano por su cabello —dime en que mierda estás metido Jungkook y porque Jin está en medio de esto... Necesito explicaciones.

Jungkook suspiró y levantó la mirada. Sus ojos estaban oscuros de ira. —Ese maldito prácticamente tiene a Jin cautivo en esa casa, él cree que le va a quitar a su hijo... ¡Pero él tiene otra jodida familia! Mierda, estoy tan enojado.

Nam movió su cuello cansado, había estado recopilando toda la información en tiempo récord. Jungkook lo había estado apurando en recabar todo lo que pudiera y él lo había hecho, la pregunta ahora era, ¿Que iba a hacer el castaño con toda esa información?

El menor de ambos se levantó de la silla y tomó todas las hojas. Buscó su billetera y le entregó un montón de billetes a su amigo —Ahí está lo que faltaba, gracias Nam.

Namjoon asintió y metió los billetes dentro del bolsillo de su pantalón —¿Estás con él? Digo, como pareja.

—Lo quiero ayudar, porque parece que a las personas que lo rodean no les importa un carajo que sea víctima de violencia.

—Si necesitas algo más me avisas... No te cobraré —dijo avergonzado.

—Nos vemos.

Jungkook salió rápido de la habitación de su amigo, se despidió de la señora y señor Kim y salió corriendo hasta su automóvil. Su padre Heechul había accedido a darle uno y en menos de una semana ya lo estaba conduciendo.

Manejó hasta la casa del rubio pero no sé bajó, solo observó la modesta casa por uno minutos y se alejó para seguir conduciendo ahora hasta otro punto de la ciudad. Tenía una idea vaga de donde era que vivía la esposa del animal de Sungmin, reconocía el lugar por la arquitectura y se acercó hasta la villa emplazada en los altos de la ciudad... Esa villa estaba justamente al frente de la suya.

Bufó al ver la enorme casa, Namjoon había hecho un excelente trabajo pasándole una fotografía de la mansión, porque eso era lo que sus ojos veían.

Una maldita mansión, con un enorme jardín y varios vehículos estacionados dentro de esta.

No se bajó tampoco en ese lugar.

Solo se dedicó a manejar hasta su casa. Estacionó su automóvil con el ánimo por el suelo y también con rabia por todo lo que envolvía a Jin. No era justo.

Al entrar lo primero que vio fue a su papá Alexander cerca del sofá enorme que adornaba su sala.

—Hola papá.

—Jungkook, ¿Hay algo que quieras decirme?

El menor negó mientras guardaba las llaves en su pantalón.

—Tu tío Lee Hyun dijo que pasaste a verlo.

Jungkook no se movió y esperó un poco nervioso. Le había dicho a su tío que no dijera nada, él había puesto la denuncia en contra de Kim Sungmin y le había entregado las fotos de Jin golpeado.

—Andaba cerca del centro y pasé —se encogió de hombros —voy a mi habitación, pero saldré nuevamente.

Alexander se cruzó de brazos no muy conforme con la actitud esquiva de su hijo, aunque no era ninguna novedad, Jungkook solía ser un chico muy reservado y el que ellos no estuvieran mucho en casa lo ponía ansioso. No quería que su hijo volviera a caer en manos equivocadas, su Jungkook tenía un corazón de oro, era un chico de buenos sentimientos y tenía miedo que estuviera de nuevo en problemas.

Alexander tomó su teléfono y llamó al tío Hyun, necesitaba una respuesta real.


Jin tenía su bolso listo. Observó la habitación de Hobi y buscó la maleta debajo de la cama. La sacó y metió los juguetes que Jungkook le había comprado a su pequeño. Dejó ambos cosas detrás de la puerta.

Esa tarde se iría. Sungmin tenía una cena, Jin no tenía idea a donde iría pero no le importaba, ya había hablado con Taehyung y este lo iría a buscar a su casa apenas su marido se fuera.

Ya se había aburrido de lastimarse en ese lugar. No merecía lo que Sungmin hacia con él y con Hoseok, ninguno merecía recibir malos tratos, por lo que ayudado por Jungkook; Jin se daría un nuevo comienzo, se daría la oportunidad de volver a amar, de volver a confiar.

Tomó a Hobi en brazos y lo llevó a la sala, lo sentó frente al televisor mientras miraba disimuladamente por la casa. Un frío recorrió su espalda cuando Sungmin entró en su radar.

No lo miró por mucho rato y suspiró aliviado cuando esté de fue de la casa sin despedirse de nadie.

Jin sonrió y tomó su celular. Le envió un mensaje corto a su hermano y le dio una última vuelta a la casa en la que había vivido los últimos años.

Pasaron unos veinte minutos cuando sintió un golpe en la puerta, la abrió confiado en que era Taehyung, pero no era él.

Nervioso pero contento dejó entrar a Jungkook.

—¿Estás listo? Tu hermano me llamó y me envió.

—Ese mocoso —Jin arrugó su ceño pero su actitud enojada quedó en el olvido cuando Jungkook lo tomó de la cintura y lo besó.

Jin se separó de él riendo y miró a Hobi, pero este estaba viendo sus dibujos animados sin saber lo que pasaba a su alrededor.

—Voy a buscar el bolso y la maleta ¿Si? 

Jungkook asintió y se sentó al lado de Hobi. Observó lo que estaba mirando y sonrió. Bien podría acostumbrarse a mirar televisión con el pequeño, después de todo a él también le gustaban esas ardillas.

Hobi en ese momento se giró y lo miró unos segundos antes de bajarse y tomar la mano del mayor. Lo llevó hasta su caja de juguetes y buscó su pelota, mientras la tenía en sus manitos le sonrió y Jungkook se derritió ante la inocencia del niño.

Jin apareció por el pasillo y sonrió al verlos jugar con la pelota.

—Toma —Jungkook le entregó la llave para que él mismo guardara sus cosas en el auto. No quería interrumpir su juego con el pequeño.

El rubio la tomó y caminó confiado hasta el vehículo del menor, volvió y se maravilló con la vista de ellos jugando y riendo sin preocupaciones. Se acercó al sofá y apagó el televisor.

—Vamos... Estoy un poco ansioso.

Jungkook tomó a Hoseok en brazos junto con la pelota. Y los tres se giraron para salir cuando quedaron de piedra al ver que Sungmin estaba en el marco de la puerta mirando la escena.

—Que bonita familia ¿Donde mierda crees que vas con mi hijo?

Jin se quedó congelado y Jungkook también pero rápidamente se irguió amenazante. Le entregó a Hoseok al rubio y se puso delante de ellos.

—Asi que tú eres la pequeña mierda que se metió en mi familia.

—No voy a hablar contigo abusador asqueroso... Si eres inteligente los dejaras salir de esta pocilga.

Sungmin sonrió y cerró la puerta.

—¿Quién te crees tú mocoso de mierda? ¿Crees que ese imbécil vale algo más que para la cama? —se paseó por la sala sin acercarse a ellos —me imagino que ya te prestó el culo ¿No? Jin ama las pollas grandes.

Jungkook apretó su puño y giró levemente su cabeza —lleva al niño al auto y cierra las puertas.

Jin negó y apretó aún más a Hobi a su pecho. —No te voy a dejar con este animal.

—¡Mierda Jin! —Jungkook fijó la mirada nuevamente en el mayor que seguía moviéndose por la sala amenazante.

—Sabía que en algún momento querrías correr a los brazos de este mocoso... Y puedes hacerlo hijo de puta mal agradecido, pero a mi hijo no te lo vas a llevar.

Jungkook dio un paso hacia adelante y Sungmin se rió —¿Crees que me das miedo?

—Deberías hijo de puta.

Sungmin no lo pensó, no, se tiró encima del cuerpo del menor y ambos cayeron al piso. Jungkook dio el primer golpe que dejó un poco aturdido al mayor, pero este se recuperó fácil y lo dejó bajo él mientras le daba dos puñetazos en su rostro.

Jin gritó pero no se detuvo y salió de la casa corriendo con Hoseok en sus brazos llorando. Lo metió al auto de Jungkook y con dedos temblorosos buscó su celular. Llamó a la policía gritando por ayuda. Algunos vecinos salieron de sus casas al escucharlo gritar y una de sus vecinas se acercó a él.

Jin lloraba pero las ganas de matar a Sungmin fueron más grandes. Dejó a Hobi con la vecina, y aunque su bebé estaba llorando de miedo él tenía que ayudar a Jungkook. Dejó un beso en la frente de su hijo y trató de calmarlo unos minutos, pero quería correr a la casa y lo hizo.

Cuando entró todo estaba en silencio, no veía a ninguno de los dos y comenzó a preocuparse cuando vio sangre en la alfombra. 

Corrió a la cocina y pegó un grito al ver a Jungkook en el frío piso con una herida en su abdomen. Se agachó y presionó la herida. Busco un paño porque la sangre no paraba de correr.

Jin no sabía donde estaba Sungmin y no le importó, no quería dejar solo al castaño.

Jungkook abrió los ojos lentamente y sonrió un poco. Jin se acercó a su boca y dejó un beso en sus labios resecos. Las lágrimas cayeron sobre su rostro mientras hipaba.

—Lo siento Kookie... Lo siento por haberte metido en esto.

El menor parpadeó lentamente, como si se costara mucho hacer ese insignificante gesto —Ahora podrás dormir tranquilo Jinnie —susurró.

Jin negó y presionó un poco más fuerte en la herida. —No te duermas Kookie... Quédate conmigo amor, te necesito a mi lado bebé, por favor —imploró llorando.

—Te amo —murmuró mientras se le hacía más difícil mantener sus ojos abiertos.

—Y yo te amo más a ti Kookie, no me hagas esto por favor —lloró y cerró los ojos unos segundos para pedirle a su hermana por la vida de Jungkook. Le imploró en silencio que lo mantuviera a salvo, que lo ayude.

A lo lejos escuchó unas sirenas, seguramente era la policía. Miró a Jungkook, este ya había cerrado los ojos pero su pulso seguía ahí, bajo, pero seguía. Jin no sabía de qué envergadura era la lesión y la culpa comenzó a aflorar amargamente en su interior.

Siguió presionando sobre la herida y se dedicó a mirar al chico que lo había defendido a él y a su hijo esa tarde. Tembló nuevamente porque se arrepentía de no haberle dicho lo mucho que lo amaba, lo feliz que se sentía desde que había llegado a su vida a llenarla de colores y esperanza. Tenía un enorme nudo en su garganta y no se movió cuando alguien lo trató de sacar de encima de él.

Estaba ido.

Sus lágrimas mojaban su rostro. Mientras sus manos yacían sobre Jungkook completamente ensangrentadas.

—¡Aquí hay un herido!

Alguien lo sacó del lugar y el luchó, no quería que lo separaran del menor, pasó de un brazo a otro. Jin gritó, pataleo y se negó a dejarlo. Sintió una fragancia conocida, un perfume que le recordaba a alguien y ahí recién de dio cuenta que era Yoongi quien lo tenía abrazado de la cintura mientras él seguía luchando por quitarse.

¿Cuánto tiempo había pasado?

Yoongi no podía creer lo que había visto en la cocina.

Era Jungkook, el mismo chico que el había destrozado completamente en el pasado. Se sintió una mierda mientras veía a su cuñado llorar desconsoladamente por su amante.

—¿Dónde está Hobi? —fue lo primero que Jin pudo pensar cuando se calmó.

—Tu madre vino a buscarlo, se lo llevó a su casa... A Jungkook se lo llevaron al hospital.

Jin asintió mientras sorbia su nariz, ni siquiera de detuvo a pensar el porqué Yoongi sabía el nombre de su castañito. No lo pensó y simplemente salió de la casa. Afuera estaba llena de policías y ambulancias. Una persona llegó corriendo donde él y lo llevó hasta la parte de atrás de una de las ambulancias.

Lo revisaron y limpiaron la sangre de Jungkook de sus manos. Todavía en shock dejó que Yoongi lo acompañara hasta el hospital a constatar lesiones. Aunque él no tenía ninguna, él estaba a salvo.

Estaba a salvo gracias a Jungkook...


4/4

La canción aplica perfecto a lo que Jungkook siente por Jin 🤧💕

Gracias por leer esta historia 💕

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