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—Me iré donde mi mamá con Hobi —Jin dejó a su pequeño en el sofá mientras buscaba su chaqueta.

Sungmin lo miraba desde el comedor con una ceja alzada y su mirada cargada de sarcasmo.

—¿Crees que soy idiota? Irás a verte con tu amante mientras dejas a hijo encargado... No te olvides que Hoseok es mío y no tuyo.

—Que seas el padre biológico no te hace ser padre, tú no lo eres ni en lo más mínimo. Me iré igual, además mañana trabajo.

—¿Y vas a ir con tu rostro así? —rió —¿No te da vergüenza andar por la vida así de golpeado?

—¿A esto llamas golpes? —Jin valientemente se paró más cerca de él.

Sungmin dejó de sonreír y se levantó —¿Me estás desafiando?

Jin optó por quedarse callado y se dio media vuelta para salir con su hijo de ese lugar. No estaba seguro de que iba a pasar si Sungmin le negaba salir de la casa, por lo que tomó fuerte a Hobi y se colgó el bolso a su hombro.

Llegó a la puerta y salió. Respiró aliviado mientras caminaba hasta la avenida para tomar el trasporte que lo llevaría donde sus padres. Hobi iba haciendo sonidos con su boca babeando la chaqueta de mezclilla de su papá. Jin sonrió y lo acomodó mejor en su cadera.

Miró a su pequeño y sintió tanto amor por él, tantas ganas de protegerlo de Sungmin. Todo era por él, por su hijo y por ver la hermosa sonrisa en sus labios.

Cuando llegaron a casa de sus padres fueron recibidos inmediatamente por el padre de Jin quien tomó a Hobi en brazos y lo llevó hasta la cocina para que saludara a su abuela. Cuando los tres salieron de esta su madre se acercó y Jin tragó duro porque no sabía si el maquillaje que se había puesto había tapado bien el golpe en su mejilla.

Besó a su madre y se alejó rápidamente por el pasillo. Golpeó dos veces en la habitación de su hermano menor y entró.

—Un día de estos me vas a pillar masturbándome.

Jin hizo una mueca de asco y se sentó en la que alguna vez fue su cama.

—¿Vas a salir hoy?

Tae se miró al espejo y asintió —Con los papás, no sabíamos que vendrías con Hobi.

—Lo sé... Quería salir de casa.

Taehyung se giró y dio dos pasos hacia él —Agradece que los papás son medios ciegos y no han visto esa marca que tienes en la mejilla ¿Que mierda pasa Jin, desde cuándo te dejas pegar?

—Tae...

—No, le voy a patear el culo si te toca de nuevo y no lo vas a impedir esta vez.

Jin bajó la mirada hacia sus zapatos y recordó aquel día que su hermano había llegado a su casa justo en medio de una discusión con Sungmin. Este estaba vuelto loco y cuando Jin dejó entrar a su hermano todo fue peor. Ambos discutieron y Taehyung lo quiso golpear, Jin no lo dejó porque Hobi estaba en el pasillo mirando todo y no quería que se asustara más de lo que ya estaba.

Jin lamió sus labios resecos ante el amargo recuerdo. Había metido a su hermano en su tóxica relación de pareja y se lamentaba tanto por eso. Él era el mayor de los dos, debía ser el ejemplo, no ser el hermano que se mete en problemas y que no sabe como salir de ellos.

Sintió que la cama se hundió a su lado y una mano lo atrajo hasta el cuerpo de su hermano. —Lo siento, no quise ser duro, sé que todo lo que haces es por Hobi, pero ya es momento de dar un paso al costado... No estás solo Jinnie.

—Eres la segunda persona que me dice eso por estos días —una sonrisa tiró de sus labios al recordar a Jungkook.

—Vaya —Taehyung se burló —mira esa sonrisa —también sonrió al ver a su hermano así de contento a pesar de todo.

Jin se ruborizó y se levantó de la cama —¿Dónde van?

—Donde los Choi ¿Quieres ir?

—No gracias, Hobi duerme temprano los viernes.

Taehyung ladeó su cabeza al ver a su hermano mayor mirar por la ventana —¿Hace cuánto que no lo ves?

Suspiró sin dejar de mirar por la ventana de la habitación —del lunes. Hemos hablado por teléfono a escondidas. Es díficil coincidir, cuando estoy solo él está en clases y cuando sale de la universidad Sungmin está en la casa ¿No te ha llamado cierto?

—No, pero si me mandó un mensaje de texto para que supiera que tenía mi teléfono.

Jin suspiró de nuevo sin poder controlar la pena que sentía dentro de él. Extrañaba tanto verlo.

—Creo que puedo ayudarte... Tu sabes que los Choi viven en las afueras ¿No?

—Lo sé Taetae.

Taehyung alzó una ceja divertido por lo tonto que encontraba a veces a su hermano mayor. Aunque lo admiraba demasiado, Jin le había demostrado que el amor si existía y lo demostraba cada vez que dejaba sus sueños y deseos de lado por darle amor a su pequeño sobrino.

—Bien, nosotros iremos y volveremos muy tarde... Ya sabes cómo es... Entonces estaba pensando que puedes llamar a ese chiquillo e invitarlo aquí. Digo, si quieres te puedo avisar cuando vengamos de vuelta así tienen tiempo de despedirse.

Los ojos de Jin se iluminaron y la tristeza quedó de lado ante la enorme oportunidad que su hermano le estaba brindando.

—¿Harías eso por mi? —preguntó emocionado.

—Si... Pero con una condición.

—¡Si, lo que quieras!

—Quiero el teléfono del chico que trabaja contigo.

—¿Que? Oye no...

Taehyung hizo una mueca de burla y le alzó ambas cejas —¿Quieres ver a tu príncipe o no?

—Eres diabólico Tae.

—Solo se jugar mis cartas... Los dos ganamos míralo así —se encogió de hombros.

—Tienes novia Tae.

—Lo sé, solo quiero conocerlo.

Jin mordió su labio y caminó de un lado a otro dentro de la estrecha habitación. —Bien, bien, te daré su teléfono pero no lo hagas sufrir mocoso de mierda ¿Me escuchaste?

—Tranquilo campeón. Ahora llama a tu chico, yo iré a apurar a los papás.

El rubio sonrió y se acercó al espejo para mirarse. Se veía bien a pesar del maquillaje que se había puesto y sonrió aún más amplio al ver la ropa que había elegido, estaba seguro que a  Jungkook le gustaría verlo así entero de negro.

Tomó su celular rogando internamente que el chico contestara la llamada y acuda a su llamado. Estaba tan ansioso por verlo que se estaba volviendo un poco loco lejos de él. Añoraba sus besos, sus caricias y su cuerpo.

Caminó hacia la ventana mientras esperaba que la llamada sea contestada. 

Comenzó a pensar en lo peor cuando escuchó la voz bajita de Jungkook.

—¿Jinnie?

—Hola —humedeció sus labios y se pasó una mano por su suave cabello rubio —¿Te desperté?

Escuchó una risita adorable y su corazón se derritió —Me quedé dormido... ¿Estás bien? ¿Hobi cómo está?

Jin cerró los ojos y se abrazó con su brazo libre —Estamos bien, ahora mismo estamos donde mis papás, ellos saldrán con mi hermano y yo quería saber si querías venir.

Su corazón martillaba muy fuerte en su pecho. Arrugó su ceño porque no obtuvo respuesta pero si escuchaba unos ruidos a lo lejos.

—Mándame la dirección, voy a la ducha ahora.

Jin suspiró aliviado —Bien, nos vemos en un rato.

—Nos vemos.

El rubio cortó la llamada y salió de la habitación para ayudar a Taehyung. Necesitaba que padres se vayan de una vez de la casa.

—Hijo nosotros nos vamos.

—Dale mis saludos a los Choi.

—¿No quieres ir Jinnie? —Taehyung le dio una mirada burlona desde la puerta.

—No gracias.

Taehyung le hizo una seña para que se apurara con el número de Jimin. Negó con su cabeza y cerró la puerta para tomar a Hobi en brazos y llevarlo hasta la cocina.

Lo sentó en la silla de comer que su madre tenía ahí para su nieto y le pasó un plato con cereales. Era tarde para darle cualquier alimento pero Jin quería que Hobi viera a Jungkook antes de llevarlo a dormir.

Su mente lo llevaba a escenarios hermosos donde ellos jugaban y podían estar los tres juntos sin necesidad de andar mintiendo, sin necesidad de esconder lo bien que se sentían, lo bonito que era lo que tenían.

Se movió rápido por la cocina buscando alguna cosa que ofrecerle al castaño. Encontró un poco de queso y champiñones, entrecerró sus ojos y buscó en uno de los cajones harina y asintió contento cuando la encontró.

Pizza.

Se puso manos a la obra mientras Hobi tiraba los cereales tratando de contar cada hojuela de chocolate que caía al piso.

—Uooo.

—Uno —repitió Jin mientras estiraba la masa.

—Doee.

—Dos —corrigió.

—Teee.

El timbre sonó antes de volver a corregir a su pequeño. Suspiró nervioso y caminó hasta la puerta olvidándose que estaba con un delantal lleno de harina y su frente un poco sudada por el calor del horno de la cocina.

Jungkook sonrió ampliamente al verlo, sus ojos brillaban preciosos como siempre. Jin humedeció sus labios y lo besó suave antes de soltarlo.

—¿Estás cocinando? Podría haber traído comida.

—Solo es pizza... Pasa.

—Espera, iré a la camioneta a buscar algo que traje.

Jin lo esperó con la puerta abierta y arrugó su ceño al verlo bajar con bolsas en sus manos. Eran muchas y se veían pesadas.

—¿Qué es todo eso Kookie?

—Solo cosas... Las dejaré aquí ¿Donde está Hobi?

—En la cocina vamos antes que se duerma.

Jungkook lo siguió y bufó tiernamente al ver al pequeño de tres años durmiendo con sus labios y mejillas abultadas. Era tan tierno de ver.

—Oh no, quería que estuviera un poco más rato despierto.

—Siempre podemos vernos otro día —el castaño le robó un besito al mayor y luego fue directo hacia la silla en donde el niño dormía de manera incómoda —¿Dónde lo vas a acostar?

Jin parpadeó al ver la escena, Jungkook había tomado a Hobi en brazos y este se había acurrucado dulcemente en su pecho. Sonrió y se acercó a ellos.

—Gracias por haber venido Kookie.

Asintió sin decir nada, porque Jungkook quería decirle que él iría a cualquier lugar con tal de verlo, era capaz de dejar de hacer miles de cosas si a cambio tenía la posibilidad de estar unos momentos con ellos.

Caminaron hacia un pasillo y Jin abrió una de las puertas, dentro de la habitación habían dos camas y era lo bastante grande pensó Jungkook mientras acostaba a Hobi sobre una de las camas. Despacio le quitó las zapatillas y lo arropó bien. Dejó un beso en su frente y se irguió para ver la hermosa sonrisa de Jin.

—¿Tienes hambre? —susurró el mayor.

—Si, no alcancé a cenar.

El rubio se acercó a su hijo y dejó un besito en su mejilla. Luego encendió la lámpara que tenía una luz tenue, solo para que su bebé no se sintiera asustado por si llegaba a despertar.

Salieron de la habitación y llegaron a la cocina, Jungkook se apoyó en el marco de la puerta mientras observaba al mayor moverse de un lado a otro. —Es bonita la casa de tus padres.

—Si, amo este lugar... Donde fuimos de acostar a Hobi es la habitación de mi hermana fallecida.

—Lo siento.

Jin negó con su cabeza —Duele, pero tener a Hobi entre nosotros es suficiente para soportar un día más, mis papás la pasaron muy mal... Todavía mi madre llora por ella —Jin lo miró con ojos tristes —aprendimos a vivir con la pérdida.

—Yo nunca conocí a mi mamá... Ella murió en el parto, negligencia médica.

—Lo siento mucho Kookie.

—También aprendí a vivir sin ella, aunque es diferente en el caso de tu familia, yo no la conocí, nunca supe lo que fue perderla —Jungkook suspiró —mi papá Alexander de ha encargado de darme amor maternal —sonrió —me pone apodos cariñosos y es quien va a verme todas las noches antes de dormir.

—Tu padre eligió bien.

—Le costó, la familia de mi madre le dio la espalda por haber elegido a un hombre en vez de una mujer... Quedó solo porque su familia enloqueció con  la noticia.

—Vaya... A veces las familias no colaboran en nada.

—No —el menor entró finalmente a la cocina y lo abrazó por atrás, dejó un beso en su cuello mientras Jin cortaba los champiñones.

El rubio sonrió y cerró sus ojos un momento sintiendo el cuerpo fuerte de Jungkook. —¿Te gustan los champiñones cierto?

—Uhm.

—¡No te gustan! —Jin se giró y Jungkook lo besó. Suavemente tomó sus labios mientras sus manos tomaban su cintura.

Se dejó besar y sus manos con harina se fueron hasta la mejilla del otro y profundizó el contacto. Ladeó su cabeza y saboreó esa boca que lo traía completamente loco. Jungkook gimió y lo apretó más a su cuerpo.

Una alarma sonó y Jin se separó a regañadientes —La masa está lista —dijo mientras Jungkook le daba espacio.

—¿Te puedo ayudar?

—Claro... ¿Quieres poner la salsa?

Jungkook jugó con su lengua dentro de su boca —quiero ponerlo, si.

El mayor rió y se tapó la boca con una de sus manos. Jungkook también rió y sintió satisfacción por verlo así de relajado y tranquilo.

Ese era el Jin que quería ver siempre, el alegre, el feliz. No quería verlo llorar, ni mucho menos verlo golpeado.

—¿Vas a poner la salsa o no?

—Si jefe.

Ambos rieron y se quedaron preparando la pizza en lo que sería su primera cena juntos.


*Me hice un separador bien cuma kabsjsjs

3/4

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