[ 17 ]
—Tenías razón, cocinas muy bien Jungkook. —Jin se terminó de comer su omelette de verduras y suspiró al sentir su estómago lleno.
—Siempre me gustó cocinar, antes, cuando era pequeño teníamos una persona que cocinaba para mí, pero ya después crecí y ya no fue necesario. Ahora solo tenemos un jardinero y una señora que hace aseo día por medio.
—Ya veo ¿Tus padres siempre trabajaron tanto?
—Si —Jungkook miró al rubio —desde que tengo uso de razón que recuerdo pasar de niñera en niñera.
—Debes haberte sentido muy solo.
El menor mordió su labio. Ya no quería que Jin lo viera vulnerable, ya había sido demasiado mostrar sus miedos a ser follado. No quería sumar a eso la soledad que a veces sentía en esa enorme casa.
—Prefiero no hablar de eso... No hablar en general —alzó una ceja esperando que el mayor entendiera el mensaje.
—No hablar... Entiendo —Jin lamió sus labios y se levantó de su taburete y rodeó la isla de la cocina de los Jeon.
Jungkook siguió su recorrido hasta que quedaron frente a frente. El mayor acarició su rostro, tocando suavemente la cicatriz que tenía en su pómulo. Jungkook cerró los ojos unos segundos y cuando los abrió vio al mayor sonriendo dulcemente mientras lo miraba.
—Eres muy bonito Jungkook.
Tragó saliva y de pronto sintió su corazón acelerar los latidos.
—Gracias —aclaró su garganta.
Jin se acercó un poco más y con sus dientes tomó suavemente el labio inferior del castaño. Jungkook suspiró y abrió la boca dejándose besar.
El rubio lo tomó de la cintura y lo acercó a su cuerpo. Las manos del menor se fueron hasta su cintura y luego al trasero de Jin. Un jadeo lleno la cocina y Jungkook se puso de pie para estar a la misma altura.
Jin lo empujó hacia la encimera y atacó sus labios. Tomó su nuca con una mano y con la otra recorrió su cuerpo tocando todo a su paso. Deslizó su mano hasta el muslo del menor y subió lentamente sintiendo sus firmes músculos.
—¿Hace mucho te ejercitas? —preguntó ahora tocando su abdomen marcado.
—Desde los 18 años, quizás antes. —Jungkook cerró los ojos dejándose tocar por el mayor. Sus firmes manos acariciaron y rasguñaron suavemente su piel. Ese toque se sentía tan bien y muy, muy diferente a ser tocado por una mujer. Jin sabía como hacerlo, sabía hacerlo gemir sin hacer mucho. Jungkook no podía entender aún como podía excitarse de esa manera, jamás se había sentido así, su cuerpo parecía tener vida propia, sentía su sangre hervir cada vez que Jin lo tocaba.
—Me gusta tu cuerpo —Jin levantó su camiseta y pasó la lengua por uno de sus pequeños pezones. Succionó uno y acarició el otro.
El mayor se arrodilló en el piso de la cocina y le bajó lentamente el pantalón de buzo que Jungkook se había puesto después de su primer encuentro.
Lamió sus labios y recordó aquel día en el supermercado, aquel día que cambió completamente la relación de ambos.
Tomando un respiro pasó su lengua por todo el glande, saboreó el líquido que encontró allí y gimió con gusto para luego meterse todo el falo a su boca. Jungkook gimió también y llevó sus manos hasta los rubios cabellos para marcar el ritmo que quería.
Jin se dejó guiar mientras el pene del menor entraba y salía de su boca, apretó con sus labios y Jungkook siseo ante el placer de sentir la lengua caliente y esa boca que se acomodaba tan bien a su tamaño.
—Jin —susurró antes de gemir. El rubio gruñó y se tomó todo lo que pudo haciendo unas arcadas por lo profundo que Jungkook estaba empujando su polla.
—Oh, mierda... Sí.
Esas palabras solo aumentaron las ganas del mayor de darle un buen orgasmo. Llevó sus manos hasta las caderas del contrario y lo empujó aún más dentro de su boca. Su saliva caía por la comisura de sus labios, mas no le importó estar haciendo un desastre en la lujosa cocina de los Jeon.
Él solo quería hacer sentir bien a Jungkook.
El castaño volvió a gemir y apretó muy fuerte los mechones que tenía en sus manos y se corrió gritando el nombre de Jin.
Sus ojos brillaron mientras veía al mayor lamer sus gruesos y esponjosos labios. Una sonrisa divertida se dibujó en sus labios.
—¿Te estás divirtiendo?
—Si ¿Sabe bien mi semen? Pareces disfrutarlo mucho.
Jin entrecerró sus ojos y lo volvió a acorralar contra la encimera.
—Me gusta tanto como cuando estoy enterrado dentro de ti.
Jungkook lamió sus labios en un gesto ansioso —Solo lo hemos hecho una vez.
—Eso puede cambiar... Pero hoy no será el día, quiero que estés bien para cuando vuelvas a ser mío.
El menor tragó. Que el rubio se preocupara de esa forma por él lo estaba descolocado.
—¿Tuyo? —alzó una ceja para tratar de alejar los pensamientos cargados de amor que estaban pasando por su cabeza.
—Mío.
Jungkook rió fuerte. Se subió el pantalón y se alejó lo más que pudo de ese hermoso hombre que lo estaba rompiendo en más de un sentido.
—¿Vamos a la ducha?
Jin asintió y lo siguió escaleras arriba para que ambos pudieran asearse.
.
.
—Bien, sano y salvo.
—Gracias por traerme.
Jungkook asintió mientras miraba las calles aledañas a la casa de Jin.
—Esta semana podemos vernos el jueves.
—Ese día está perfecto... Uhm, ¿Jungkook?
El castaño lo miró —¿Si?
—Trata... —mordió su labio —trata de no llamarme ¿Si? Yo me comunicaré contigo.
—Claro, no te preocupes... No voy a perturbar tu armonía familiar.
El rubio suspiró —Oye, mírame —tomó su rostro entre sus manos y dejó un beso en ellos —mi vida en esa casa se basa solo en cuidar a mi hijo... Yo no estoy con ambos, estoy solo contigo.
—¿Cuanto tiempo crees que él va a aguantar esa situación? ¿Crees que no va a querer acostarse contigo en algún momento? ¿Donde quedó yo ahí Jin? ¡Mierda! —Jungkook bufó —es mejor vernos después.
Era muy pronto para estar pidiendo cosas, el menor se estaba odiando por la confusión que tenía en su cabeza.
¿Que quería de Jin?
—Lo arreglaremos ¿Si?
—No hagamos de esto un drama, nos gustamos lo suficiente como para acostarnos... Tú estás casado y yo...
—No sigas —Jin lo calló con un beso hambriento. Sus lenguas se encontraron y el rubio no lo dejó de besar hasta que sintió el cuerpo del menor relajarse en sus brazos. Cuando se separaron Jungkook tenía la mirada triste y Jin no quería dejar las cosas así.
A él le gustaba el chico, más que gustarle, le encantaba todo de él. El sexo había sido bueno, pero la personalidad del menor lo había atrapado completamente, era como si Jungkook le estuviera dando de a poco, dando un poco para luego quitarle.
Y Jin podía sentir el cuerpo del castaño vibrar cada vez que lo tocaba, el mayor sabía que lo que salía de la boca del menor no era lo que transmitía cuando él lo besaba.
No. No podía ser el único sintiendo.
—Es tarde Jin, yo debo ir a clases.
El rubio asintió, se desabrochó el cinturón y cuando tenía un pie fuera de la camioneta volvió a tomar a Jungkook en un beso abrasador y caliente.
—Te llamaré ¿Si?
Jungkook no dijo nada y cuando ya no pudo ver a Jin por la calle echó su cabeza para atrás.
Tú me vas a llamar y yo voy a estar esperando por ti Jin.
Se miró en el espejo retrovisor, era un desastre. Su cabello revuelto, sus labios hinchados y húmedos.
Suspiró. Se pasó una mano por el cabello y se dio cuenta que no quería puro sexo con Jin.
Quería eso y más.
Pero lamentablemente él no podía elegir en la relación, por lo que simplemente tomaría todo lo que Jin estuviera dispuesto a darle y por el tiempo que pudiera hacerlo.
── ∗ ⋅◈⋅ ∗ ──
Como dije en algún momento Jungkook es la contradicción hecha persona.
Soy Jin en este fic 😳
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