009
Regresando a la actualidad...
El mundo a nuestro alrededor volvió a andar a los segundos, saliendo de nuestra burbuja.
— Estás acá... — Murmura Samantha en shock.
— Hombre, Rivers — Una voz masculina alegre se escucha acercarse — Buen partido.
Samy sacude su cabeza mirando al chico, el cual identifico como el presidente de Xbuyer.
— Cami — Me saluda Clara con una sonrisa.
Está venía con sus presidentes.
— Hola Clar — La saludo con una media sonrisa.
— Justamente necesitaba hablar algo contigo, tía, vente — Me dice con una sonrisa forzada.
Me toma de la muñeca para alejarme un poco del grupo de personas y me mira ahora con preocupación.
— ¿Estas bien? ¿Que pasó?
— Tomé la decisión de ver a mi hermana — Murmuró.
— ¿Mar lo sabe?
— Por supuesto.
— Cams, estás pálida — Dice con preocupación — ¿Segura estás bien?
— Estoy muy asustada, no pensé que fuera afrontar esto tan pronto.
— Ay, ven acá, nena — Dice abrazandome — Debo ir con mi equipo, pero luego salimos un rato, ¿Si?
— Vale — Le sonrió levemente.
Nos volvemos a acercar a todos y los buyer me miran con curiosidad.
— Ya sabes, preciosa, siempre a tu disposición — Me guiña un ojo con picardía.
— Sanz, te vas a ganar una ostia de alguien que conozco — Digo soltando una risita.
— Esos bracitos no me asustan — Me saca la lengua y se aleja con sus presis.
— Vamos afuera, ustedes dos tienen una charla pendiente — Dice Félix tomando mi muñeca y la de mi hermana, la cual sigue en shock.
Nos dejamos guiar por Félix hasta la parte trasera del Cupra, donde nadie nos podía molestar.
— ¿Tu sabías todo este tiempo donde estaba? — Dice Samy soltándose del agarre de Félix.
— No sabía nada — Me adelantó a decir.
— Lo supe desde el principio — Dice Félix al mismo tiempo que yo.
— ¡Félix! — Me quejo.
— No voy a mentirle más a mi novia, Camila — Dice con seriedad — Como ya te dije, yo tomé la decisión de guardar silencio por ti, pero ya todo salió a la luz, no seguiré mintiendo.
— Tu me viste llorar por ella — Murmura mirando a su novio con los ojos rojos por el posible llanto que se avecinaba.
— Y también la vi llorar a ella cuando tú y tus padres no la apoyaban, Samantha — Dice Félix con tranquilidad — Si quieres enojarte conmigo, y hasta terminarme, está bien, pero yo no iba a darle la espalda a Camí, ni mucho menos romper mi palabra.
— Félix — Intervengo — Déjame a solas con mi hermana, por favor.
Este nos mira a las dos y asiente, alejándose.
— Félix no tiene la culpa de nada, yo lo arrastre a esto, no te desquites con el — Le pido.
— T.. tu te fuiste — Dice con la voz temblorosa y por sus ojos empezaron a caer lágrimas — Yo me sentí... La peor hermana, sentí que me arrancaban el corazón.
— Samy... — Digo con lástima.
Yo también estaba llorando en silencio, sentía el líquido caliente bajar por mis mejillas con lentitud.
— No, déjame terminar — Me ordena — Una noche te tenía y a la mañana siguiente ya no, te esfumaste de mi vida y sabía que era mi culpa, hable con todos tus amigos, con la esperanza de que alguno supiera algo de ti, pero todos estaban igual de sorprendidos.
Muerdo mi labio inferior, me fui sin dejar rastro, fui egoísta.
— Rogaba todas las noches para que volvieras, aunque al pasar de los meses me di cuenta que no volverías, así que empecé a rogar para que estuvieras bien — Dice Samy limpiando las lágrimas de sus mejillas — Perdón por ser una pésima hermana mayor.
Me rompí justamente en ese momento, no pude más.
Me tiré a los brazos de mi hermana como cuando era una niña y rompí en llanto, un llanto desgarrador, un llanto de lamento.
Volvía a hacer esa niña que necesitaba de su hermana mayor.
Nos arrodillamos en el suelo, sentía mis piernas débiles. Samy te recostó en la pared y me abrazo con fuerza, mientras también lloraba y acariciaba mi cabello.
— Lo siento, pero me sentía frustrada y decepcionada, lo único que quería hacer era salir corriendo y dejar todo atrás — Sollozo contra su pecho mientras está acaricia mi cabello — No sabes cuánto te he extrañado todos estos años.
— Perdoname tú a mí, si yo hubiera actuado como una buena hermana mayor, nada de esto hubiera pasado — Dice abrazandome con fuerza — Pero te prometo que arreglaré las cosas, te lo compensaré, si me dejas entrar a tu vida de nuevo.
Mi corazón se sentía acelerado ante esas palabras, no quería volver a salir herida, pero tampoco quería volver a separarme de mi hermana.
Me alejo un poco de ella y limpio mis ojos, sorbiendo mi nariz.
— Creo... Que podemos empezar poco a poco, tenemos que sanar muchas cosas — Le sonrió levemente.
Está asiente comprensiva y me regala una sonrisa.
— Con eso es mas que suficiente, Cams — Dice con sinceridad.
— Es mejor levantarnos de acá, si nos ven, capaz piensan que nos colamos al Cupra — Digo levantándome, ofreciendole mi mano.
— Yo tengo el carnet presi, a la que sacan es a ti — Bromea, haciendo que le saque la lengua.
— Oye, no te enojes con Felix, el no tiene la culpa de nada — Hago una mueca — El fue el que me impulso a verte, bueno, el y otra persona.
— No te preocupes, entiendo porque lo hizo, aunque igual me debe un par de explicaciones — Dice y suelto una risita — ¿Así que eres la novia de una de mis jugadoras?
Abro los ojos cómicamente y entró al Cupra con rapidez, con mi hermana siguiendome los talones.
— ¡Camí! — Tres cuerpos saltan sobre mi, abrazandome.
Acabo de ser emboscada por Autero, Nuria y Aitana.
— ¡Ayuda! — Pido entre los brazos de las jugadoras.
— Nosotras también te queremos, Camí — Dice Aitana riéndose mientras se separa, al igual que Nuria, aunque la que no me quería soltar era Autero.
— Jugaron muy bien, le patearon el culo a los buyer — Digo abrazando a Autero por los hombros.
— Lo que más te divierte es que Clara perdiera — Dice Julia acercándose con Mar.
— Upsi — Digo riendome.
— Oleee, hoy nos vamos de fiesta — Dice Carlihna — ¿Nos acompañas, Camí?
— Me lo pensaré — Digo riendo.
— No seas mala, Cami, debes venir — Dice Ona haciendo un puchero — Mar, dile algo.
— Algo — Dice Mar riendo, mientras Ona le da un sape.
— Por eso se complementan — Niega Berta con diversión.
— ¡Muchachas! Vengan — Las llama.
Me arrastran con ellas, ahora tengo a Julia a un lado y al otro a Carlihna.
— Hola Camila — Me saluda Flor — Siempre es bueno verte por el Cupra.
— Hola Flor, buen partido — Le digo con una sonrisa.
— ¿Vendrás a la fiesta? — Me pregunta y alzo una ceja.
— ¿Tu también?
— Es una buena ocasión — Dice riendo.
— Está bien, iré — Asiento.
— ¿Solo tenía que decirte Flor para que aceptaras? — Pregunta Ona indignada y me encojo de hombros.
Mi mirada recorre todo el lugar pero no veo rastros de mi hermana, haciendo una mueca.
— ¿Vamos a casa a cambiarnos, cariño? — Me dice Mar.
Asiento con la cabeza y le sonrió.
— ¿Las puedo acompañar? — Nos pregunta Julia y asentimos.
Las tres salimos del Cupra y no veo rastros de mi hermana, hasta que nos acercamos al auto.
Estaba con sus amigos varios carros alejadas.
— ¿Como te fue? — Dice Julia metiendo su bolso en la maleta del auto, al igual que Mar.
— Un poco... Sentimental todo — Suelto una risita jugando con las llaves del auto.
Regreso la mirada a mi hermana, la cual me estaba mirando y me regaló una sonrisa, la cual correspondi.
— ¡Chicaaaaaas! — Llegan Ona y Autero con una sonrisa maquiavélica.
— No — Me quejo.
— Camí, no seas mala, andaaaa — Se queja Ona.
Suelto un bufido y apunto el auto, indicándoles que se suban.
— Ayy, te amo — Ona me abraza y se sube al auto.
— Ti imi — La imitó mientras Autero sube también y escucho la risa de Julia, y mi novia.
— Yo voy delante — Dice Julia acercándose al asiento del copiloto.
— Ni se te ocurra, hija de puta — Interviene Mar, dándole un empujón y subiéndose al asiento del copiloto.
Suelto una carcajada dándole una palmadita en la espalda a Julia y me voy al lado de piloto.
— No quiero desmadre en mi auto — Les advierto abrochandome el cinturón.
— Siempre nos dices lo mismo cuando nos subimos al auto, Camila — Se queja Autero.
— Es por la seguridad de mi bebé — Digo arrancando el auto.
— Quiere este auto más que a mí — Bufa Mar.
— Amor, no te compares con algo material, tú eres mi humana favorita — Digo riéndome, aunque me ganó un manotazo en el brazo.
Salimos del Cupra y noto a las chicas más calladas de lo normal, lo cual es muy raro.
— Se que dije que nada de desmadre, pero el silencio viniendo de ustedes me asusta — Digo viéndolas por el retrovisor.
Las chicas sueltan una risita, aunque Ona suspira.
— ¿Tu conoces a la presi? — Pregunta Ona y frunzo el ceño.
— ¿A qué te refieres? — Trago saliva.
— Las vieron hablando en el Cupra y no exactamente como personas que no se conocieran — Contesta ahora Autero.
Suelto un suspiro y rasco mi nuca cuando nos detenemos en un semáforo en rojo.
— Conozco a su presi desde que nací, de hecho — Admito y Mar me mira con sorpresa, al igual que Julia.
No pensaron que lo diría.
— Es tu hermana, ¿Cierto? Comparten el mismo apellido — Dice Ona.
Suelto un suspiro y vuelvo a manejar, tamborileando mis dedos en el volante.
— Si — Murmuró.
El auto se envuelve en un silencio por un par de minutos
— ¿Por qué nunca nos dijiste nada? — Pregunta Autero en un tono de decepción.
— Porque tenía sin ver a mi hermana cuatro años, cuatro años desde que hui de casa y no voltee atrás, cuatro años sin hablar con mi hermana — Suelto un suspiro recostando mi cabeza en el asiento — Cuando lleguemos a casa les explico todo, ¿Si?
Estás asienten y Mar pone una de sus manos en mi muslo. Volteo a verla y me sonríe levemente, sonrisa la cual correspondo.
Con un simple toque de Mar mi mundo se tranquilizaba.
Al llegar a casa, las chicas invaden nuestra habitación y secuestran a mi hijo.
— Cuéntanos todo y no omitas detalles — Dice Autero abrazando una almohada.
Suelto un suspiro y me siento en la cama, acariciando la cabeza de Galet.
— Cuando tenía 18 años les confesé a mis padres que me gustaban las mujeres, Samantha ya lo sabía y me apoyaba, pero todo cambio cuando mis padres rechazaron lo que sentía — Suelto un suspiro — Mis padres se negaron a tener una hija anormal y me trataron muy feo, pensé que Samantha me pondría por encima de mis padres y me apoyaría...
Hago una pequeña pausa y suspiro.
— Pero no lo hizo, no te apoyo — Culmina Ona y asiento.
— Directamente no se puso de parte de mis padres, pero siempre se quedaba callada cuando mis padres me decían algo, intentaba que aceptará lo que mis padres querían y un día me dijo que fingiera que se me había pasado esa pequeña etapa — Suelto una risita sin gracia — Allí tome la decisión de aplicar y para varias becas, en la primera que me aceptaron es donde estoy estudiando ahora, en cuestión de dias ya estaba acá, logré salir de mi casa y tomar ese vuelo gracias a Felix.
— Producción, ¿No? El novio de la presi — Dice Autero y asiento.
— El fue mi salvación de ese caos — Sonrió con nostalgia — Cuando llegue acá, me encontré con Mar y desde entonces estoy jodiendole la vida, antes le jodia la vida virtualmente, pero es mas divertido en persona — Digo soltando una risita.
— Me tocó — Dice Mar encogiendose de hombros y le tiró una almohada — ¡Oye!
— Me voy a ir con Clara entonces — Bufó.
Mar me mira indignada y en pocos segundos la tengo sobre mi, abrazándome posesivamente.
— En el próximo partido la voy a dar un patada en el culo — Dice y jala mi cabello — Y tú dormirás en el sofá.
— Mar — Me quejo rodeando su cintura con mis brazos.
— Uy no, ya van a empezar a follar — Dice Julia levantándose — Vamos a vestirnos en la habitación de invitados.
— Vamos, mi niño, no te vayas a traumar — Dice Ona llevándose a Galet.
— No quiero un hermanito tan pronto, gracias — Dice Autero saliendo de la habitación y cerrando la puerta.
— Todas ustedes son unas idiotas — Les grito soltando una risita.
— Me encanta que te lleves bien con las chicas — Me confiesa Mae tomando mi rostro.
— Están pendejas, pero me caen a toda madre — Digo riendo y meto mis manos entre la camisa de Mar — ¿Nos bañamos juntas?
Le sonrió con picardía y las mejillas de esta de calientan, podrían pasar los años y Mar siempre se sonrojara ante mis insinuaciones sexuales.
— Pero rápido, debemos ir a la fiesta — Me recuerda.
— Trataré de trabajar mi lengua rápido, mi vida, no te preocupes — Le guiño un ojo.
— Camila — Me reprende con las mejillas sonrojadas.
Suelto una risita entredientes y la tomo de los muslos, levantandola. Camino con ella al baño cuando enreda sus piernas en mi cintura y junto nuestros labios en un fogoso beso.
Al llegar a nuestro baño la dejo un momento sobre el lavabo y empezó a quitarle la ropa, deshaciendome de la camiseta de pio y del short.
— Siempre serás mi perdición, Serracanta — Casi babeo al verla en ropa interior.
— Y tú la mía, Rivera — Me dice tomándome de la camisa para juntar nuestros labios — Esto está estorbando.
Jala la camisa con el ceño fruncido y suelto una risita, se veía tierna. Me saco la camisa junto al pantalón, quedando en ropa interior.
— Mucho mejor — Murmura — Joder, cielo, podrán pasar años y no me dejaré de sorprender con tu puta belleza.
— Me halagas, mía vitta — Suelto una risita ronca — Por más que ame tomarme mi tiempo para hacerte el amor, debemos acelerar el paso para poder estar a tiempo en la fiesta.
Terminamos de desnudarnos y entramos a la ducha, acorraló a Mar contra la pared y junto nuestros labios en un beso apasionado.
Las manos de Mar se enredan en mi cabello, jalandolo a su antojo, mientras que mis manos se pierden en sus muslos y su entrepierna.
— Camí — Gime contra mi boca cuando acaricio su clítoris.
— Me encanta cuando gimes mi nombre, cariño — Bajo mis labios a su cuello y me entretengo en este.
Uno de mis dedos juega con su entrada y está mueve las caderas desesperada.
— Que impaciente, mi amor — Me burló con malicia inmovilizado sus caderas.
— Joder, Camila — Se queja mirándome con las mejillas sonrojadas.
— ¿Que quieres, mi vida? Quiero escucharte — Relamo mis labios y la punta de dos de mis dedos invaden su Interior, escasamente.
— Necesito tus dedos dentro de mi, joder — Casi lloriquea, intentando mover sus caderas, fracasando en el intento.
Sonrió con malicia y acerco mi boca a la suya, pero sin llegar a besarla.
— Que sucia, Serracanta.
Antes de que dijera algo, penetro su interior con dos de mis dedos y junto nuestros labios, callando el grito de placer que se escapó de sus labios.
No hay mejor música para mis oidos que los gemidos de mi novia, pero teníamos a pocos metros a nuestras amigas.
— Por más que me encante que seas ruidosa mientras te follo, tenemos a las chicas a unas habitaciones de distancia — Murmuró contra sus labios.
Curvo mis dedos dentro de ella, provocando que arqueara su espalda y mordiera con fuerza su labio inferior.
Mis ojos estaban inyectados de placer, al igual que los suyos.
— Joder, Camila — Se le escapa decir cuando agrego un tercer dedo, llevandola a las nubes.
Me arrodilló frente a ella y está abre los ojos ampliamente, negando.
— joder, no lo hag... Ahhh — Gime cuando mis labios envuelven su clítoris — Te.. te voy a matar.
Suelto una risita entre su entrepierna y muevo mi lengua expertamente, conocía a la perfección el cuerpo de mi novia.
Sabía cada punto débil para hacerla derretir en mis dedos.
Lo cual estaba apunto de pasar ahora.
— Y.. ya no puedo más — Sus piernas estaban temblando.
— Correte para mí, preciosa — Beso su clítoris y curvo mis dedos, golpeando su punto divino.
Mar arquea su espalda una última vez y se deshace en mis dedos, y boca. Saboreo sus fluidos como si de un helado se tratase y me levanto del suelo.
— Nunca me cansaré de ti — Digo juntando nuestros labios.
— Ni yo de ti — Dice con una sonrisa, pasando sus brazos por mi cuello — Ahora ayúdame a bañar, siento las piernas acalambradas.
Suelto una carcajada y la ayudo a bañarse, aunque a los minutos noto que ya no le dolía nada y estaba aparentando para que la ayudara en todo.
Cuando nos terminemos de arreglar, salimos a la sala, dónde todas las chicas estaban listas.
Bueno, Ona estaba terminando de peinar a Autero.
— ¿Listas? — Dice Mar tomando las llaves del auto.
Todas asienten y ahora es mi novia la que me mira, tomando mi mano con una sonrisa.
— ¿Tu estás listas, amore mio?
Suelto un suspiro y asiento con una sonrisa.
— Siempre a tu lado
No se que tan buena idea sea mezclar alcohol con mi hermana cerca luego de años.
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