002

— Buenos días — Saludo con alegría al ver a Julia, Ona y Autero sentadas en el sofá, aunque no tenían buen rostro.

— Solo días — Murmura la menor.

— Eso les pasa por andar de borrachas — Me burló — Hice café, está en la cocina, tambien deje unas pastillas para el dolor de cabeza.

— ¿Te he dicho que te amo? — Dice Julia parándose.

— ¿Por qué siempre llegó cuando le dices a mi novia que la amas? — Pregunta Mar entrenando a la sala con cara de sueño y detrás de ella venían el resto.

— No es mi culpa que tú novia sea un rayito de sol — Se encoge de hombros.

— Oye, Mar, ¿Tú novia no está soltera? — Bromea Autero.

— Date cuenta que a mí novia no le gustan las mocosas — Dice Mar mirándola mal.

— Golpe bajo — Dice Nuria riéndose.

— Bueno, debo irme ya, en la cocina les dejé café y pastillas para el dolor de cabeza.

Agarró mi bolso personal y mi bolso donde están las cosas de la cámara junto la cámara. Me acerco a Mar y dejo un beso en sus labios, sacándole una sonrisa y que lo profundizará un poco agarrándome de la nuca.

— Están en su casa, chicas, que pasen un bonito día — Me despido con la mano.

Salgo de mi casa y se que un largo día me espera.

• • • • • •

Horas después, salí a comer con Celia, Mar dijo que no quería venir y la entendíamos.

— ¿Entonces fueron de fiesta y se quedaron a dormir en su casa? Me encanta — Dice la rubia riéndose.

— Algún día te vienes con nosotras — Le digo terminando mi copa de vino — ¿Quieres algo de postre?

— Brownie con helado — Dice inmediatamente.

— Yo también — Suelto una risita y llamo a la mesera — Dos brownies con helado, por favor.

— Enseguida se los traigo — Me dice con una sonrisa.

— Te está coqueteando — Me dice Celia luego de que la mesera se va y la miró confundida — No me mires así, te anda sonriendo mucho y a mí me mira mal, quizás cree que soy tú novia o algo asi.

— Creo que estás delirando, Lia — Ruedo los ojos — Eres más celosa que Mar.

— Quisieras — Se burla — Debo cuidar a la mujer de mi mejor amiga, a veces eres muy amable y la gente muy aprovechada.

— Lo que tú digas, Celia — Ruedo los ojos.

Luego de que llegarán los postres y nos los comiéramos, pagamos la cuenta y dejó a Celia en su casa para luego ir a la mía.

Dure casi todo el día fuera de casa, ya eran las 7 pm.

— ¿Mi amor? — Pregunto cerrando la puerta de la casa.

Me extraña que ni Mar, ni Galet, se acercarán a recibirme.

Auch.

Dejo mis cosas en el salón y escucho ruido en nuestra habitación, me acerco y abro la puerta lentamente.

Veo a Autero, Ona, Nuria y Mar acostadas en la cama viendo una película de terror, con Galet en sus piernas.

Sonrió con malicia.

Me dejaron esto en bandeja de plata.

Cierro la puerta con lentitud y voy hasta el salón, donde escondo mis cosas para que Mar no se de cuenta.

Busco una pelota de tenis de Galet y la empiezo a tirar en la puerta, hasta que escucho pasos y me voy al salón, donde me escondo.

— Les dije que no era buena idea ver una película de terror — Escucho la voz de Ona.

— Nos va a matar un puto fantasma y ni un partido logramos jugar — Dice ahora Nuria y tengo que morderme el labio inferior para no reírme.

— Autero fue la de la idea de ver una película de terror, es culpa de ella — Se queja Mar caminando hasta la sala — No creo que sea Camí, no veo sus cosas.

Ay, cosita, quien le dice.

— Pues yo no sabía que la casa de Mar estaba embrujada — Se queja la menor.

— Mi casa no está embrujada — Replica Mar.

Cuando las cuatro me dan la espalda, camino de puntillas hasta la habitación y entró, para luego cerrar con delicadeza la puerta que ellas dejaron abierta.

Veo a Galet, el cual me mira con emoción y le haga una seña con la mano para que se quede acostado.

Escucho pasos acercarse y luego detenerse en seco.

— ¿No dejamos la puerta abierta cuando salimos? — Pregunta Ona.

— Seguro se cerró por el aire — Busca una escusa Mar.

Abren la puerta con lentitud y entran lentamente, al yo estar detrás de la puerta, no me pueden ver hasta que la cierren.

Cuando ya están cerrando la puerta, esa es mi batiseñal y simplemente digo...

— Buu — Les digo y las cuatro pegan un grito, y podría jurar que me insultaron en Catalán — No se que me dijeron, pero la suya por si acaso.

— ¿Qué mierda te pasa? — Dice Nuria con una mano en el corazón.

— Vi mi vida pasar por mis ojos — Lloriquea Autero.

— Ya dinos qué nos odias — Se queja Ona.

— Hoy duermes en el sofá — Dice Mar temblando.

— Lo siento, bebé, pero fue inevitable no hacerlo, quién las manda a ver una película de terror — Me acuesto en la cama y tomo el control — No mamen, ¿Cómo se van a asustar con esta chingadera?

Estaban viendo Scream dos, les creo que se asusten con la tercera o la cuarta, o hasta la primera, ¿Pero la segunda?

— Ahora veamos la señal — Dice Autero.

— ¡¡No!! — Dicen las otras tres y yo las miro confundida.

— Aburridas — Bufa la menor.

— ¿Cuál es esa? — Pregunto.

— Es la del espíritu que sale de la tv — Contesta Autero.

— Ah, el aro — Digo asintiendo — Por cierto, ¿Tus papás saben que estás acá?

— Estoy a días de cumplir 18, que sepas — Dice de brazos cruzados.

— Yo a esa edad todavía tenia que pedir permiso para salir — Bufo.

— Sale fiesta — Dice Ona.

— ¿Tú siempre piensas en salir de fiesta? — Digo acariciando a Galet.

— Hay que disfrutar de la juventud — Se encoge de hombros — Bueno, chicas, muy buena la salida de ayer, la comida, la película y la asustada, pero ya debo irme.

— Yo igual — Dice Nuria.

— Yo estoy bien, gracias — Dice Autero abrazando a Galet — Camí, ¿No me quieres adoptar?

— Soy muy joven para ser madre, lo siento — Contesto con diversión.

— Ni Mar, ni Camí, me quieren, voy a llorar — Dice con falsa tristeza.

— Ya, ya, no llores, si quieres vemos la peli del aro juntas — Le digo y está aplaude emocionada.

Es una nena.

— Iré a acompañar a Nuria y Ona afuera, vuelvo en tres horas — Dice Mar.

— Cobarde — Me burló.

Nos despedimos de Ona y Nuria, y pongo la película que quería ver Autero. Hasta que media hora después Mar entro a la habitación con los ojos cerrados.

— Quiten eso por mi paz mental, por favor — Dice y se choca con la cama — Coño.

Autero y yo nos reímos, y la niña apaga el televisor.

— Ya, dramática — Dice y Mar se quita la mano de los ojos — Creo que me iré ya, no las quiero molestar más.

— No molestas, Autero, es lindo tener a alguien más acá — Dice Mar con una sonrisa mientras se sienta en la cama.

— Si, cuando quieras, las puertas de nuestra casa están abiertas para todas ustedes — Le digo con una sonrisa — Vente, si quieres vamos por un helado y luego te llevamos a tu casa.

Esta asiente con emoción y miro a Mar con una sonrisa, la cual me estaba mirando también con una sonrisa.

Salimos de la casa y nos montamos en el auto, Mar me convenció de dejarla manejar.

— ¿Cómo se conocieron? — Pregunta Autero.

— Nos conocimos por Instagram cuando teníamos 16 años, empezamos una amistad y a los 17 empezamos una relación a distancia — Le contesto — Y a los 18 luego de ganar una beca para la universidad, me vine a vivir acá y desde entonces estamos juntas.

— Primera relación a distancia que conozco que funciona — Nos dice riendo.

— Yo tenía fe — Dice Mar — Me enamore muy rápido, lo admito.

— Soy irresistible, es entendible — Digo con arrogancia, haciendo reír a Autero.

— Tonta — Mar rueda los ojos — ¿Y tú, Autero? ¿Tienes a alguien en tu vida?

— Me gusta una chica, pero creo que yo no le gustó — Dice haciendo una mueca.

— No te preocupes, corazón, aún estás chiquita para eso — Le digo.

— Ustedes empezaron a andar a mi edad — Dice frunciendo el ceño.

— Calla, estás chiquita y punto — La retó.

Mar suelta una risita y estaciona frente a la heladería.

— Este es mi segundo helado del día — admito cuando ya estábamos sentadas comiendo.

— ¿Cuál fue el primero?

— Hace un rato cuando fui a comer con una amiga, de postre pedimos brownie con chocolate — Contesto dándole una lamida a mi helado — Muy rico, por cierto.

— Y no invitan — Dice Mar de dramática.

— No seas mamona, amor, si te invitamos — Me quejo — Nos dejaste de lado por tus nuevas amigas.

— Que nos quiere más a nosotras dice — Bromea Autero comiendo de su helado.

— Eh, niña, que te vigilo — La apunto con mi dedo y está me saca la lengua.

— Ya, ya, no pelen — Dice Mar riendo — Parecen niñas, y tú, amor, ya estás grande.

— Pero así me amas — Le robo un beso, sacándole una sonrisa.

— Guacala, no frente a la niña — Dice Carla tapándose los ojos.

Mar y yo nos reímos por la ocurrencia de la menor, y seguimos con nuestro helado hasta terminarlo, para luego llevar a Carla a su casa.

— Me alegra mucho que te lleves bien con las chicas — Me dice Mar cuando ya estábamos en casa.

— Me cayeron de toda madre, en especial Autero, me dan ganas de guardarla en una cajita para que no le pase nada.

— Si, a mi también — Dice riendo y luego suelta un bostezo — Tengo sueño.

— Cuando no tienes sueño, amor — Digo riendo — Vente, vamos a dormir.

Amaba mi vida con Mar.

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