Especial "Oren y Luca"

OREN.

Nunca te conté cómo es que Los Diablos y yo cruzamos caminos ¿No?

Pues fue algo muy chistoso.

No, la verdad es que no fue chistoso.

Como persona gay, flacucho, de buenas piernas, uuf sí, adoro mis piernas joder, y trabajador en una tienda de E-girl, posando las faldas para la página en línea, mi vida parecía ser lo bastante glamorosa, o al menos, a mí me gustaba.

Acababa de irme de casa, vivía en los cuartos de la facultad, trabajaba para pagar mis estudios... sí, se podría decir que mi vida era lo bastante tranquila a mis dieciocho años.

¿Cuándo cambió?

Pues un día estaba fumando hierba con mis compañeros de cuarto.

¿Problema 1?

El detector de humo, normalmente lo hacíamos en el balcón, pero estábamos tan drogados que se nos olvidó ese pequeño detalle.

¿Problema 2?

Se activó el maldito detector, estropeamos todos nuestros libros, las camas, la ropa en el piso, se infló la madera de las literas y los escritorios...

La cagamos, la re cagamos gente.

¿Problema 3?

El detector de humo activó la alarma y todo el edificio salió corriendo con música de fondo "Esto no es un simulacro, abandone el edificio en forma ordenada" repitiéndolo mil veces, como mala canción de rap.

¿Consecuencias?

Nos echaron de los dormitorios, y por supuesto, dime tú ¿Qué haces sólo en la calle a las once de la noche un día de lluvia? Yo no tenía la suerte de ir con mi familia, eso estaba a unas seis horas en auto, y literalmente mi papá saltó en un pie cuando le dije que me iba de la casa, supongo que soy demasiado gay y demasiado afeminado para su masculino estilo de vida retrogrado, machista y misógino. Pobre de mi madre que tiene que besar el suelo por dónde ese hombre camina para sobrevivir... tan inteligente la mujer, pero tan tonta cuando se trata de ese hijo de puta...

En fin ¿Qué más podía hacer? Comencé a caminar bajo la lluvia, ni siquiera contaba con un paraguas, arrastrando mis mojadas maletas en busca de algo que me funcionara... y no es que me pagaran mal en la tienda dónde trabajaba, es que ese dinero lo usaba para comida, libros de clase, anillar los PowerPoint, la lavandería y ese tipo de cosas, no es fácil sobrevivir con un sueldo mínimo cuando hay tantos gastos.

- ¡Aaah! ¡Voy a morir congelado hoy!

Entrando en pánico, comenzando a saltar en uno de los charcos, total, más mojado no quedaría.

- Malditos cuartos de la universidad. Puto, maldito, sensible monitor que finge jamás haber fumado hierba ¡Fue un accidenteeee!

Gritando al cielo, mostrándole mi dedo medio, ambos.

- ¿Oren? ¿Eres tú?

Lentamente voltee para ver a Connor, está en el electivo de Afectividad y Sexualidad conmigo, hemos coincidido en un par de trabajos, pero de ahí en más... creo que no.

- Connor, hombre ¿Cómo te va? ¿Qué haces fuera con este clima?

Apoyándome en el mango de la maleta, el maldito me falló y terminé recostado en el charco... perfecto.

Reí de lo maldita que estaba siendo la vida conmigo.

- Eso debería preguntarlo yo... ¿Estás bien?

- Me veo increíble ¿No crees?

Sentándome en el charco.

- Traes tus maletas ¿Tuviste problemas con los cuartos en la universidad?

Suspiré.

- Sí... fue mi tercer strike... me echaron...

Encendió las luces de emergencia de su auto y bajó con premura, tomando mis maletas.

- Oye baboso ¿Qué haces?

Pregunté confundido.

- Pues te llevo a mi casa ¿Qué más?

Metiendo todo en la maleta de su auto.

- N-no pienso ser ninguna molestia, además... estoy llevando una falda - lo sé, mala elección de vestuario, es que mis amigos querían ver con qué trabajaba- tus padres...

- Primero, a mi padre le importa una mierda lo que lleves puesto, segundo, no vivo con él, tengo una casa grande que es prácticamente una fraternidad por así decirlo, vivo con otros chicos, pero... sólo tengo que hacerte una pregunta.

- Pregúntame lo que quieras, no podría humillarme más.

Golpeando el agua dónde estaba sentado.

- ¿Qué tan comprometido eres? Digo... si todos estuviéramos metidos en algo, tipo... familia por siempre, hermandad, si uno tiene problemas el resto lo respalda y cosas por el estilo.

Me encogí de hombros.

- Supongo que es lo que se debe hacer cuando se vive con otras personas, te haces amigos y pues... les cuidas la espalda ¿No? Yo aplico el lema, trata como te gustaría que te traten, si alguno se mete en problemas, pues lo ayudaré, porque también me gustaría que me ayudasen llegado el momento.

Sonrió amplio, extendiendo su mano hasta mí.

- ¿Y qué hay de los tatuajes? ¿Te gustan?

- Son tan sexys...

Poniéndome de pie con su ayuda.

- Pues todo estará bien entonces, vamos a casa, te explicaré las reglas en el camino.

- ¿Puedo fumar hierba?

Caminando hacia la puerta del copiloto.

- Toda la que quieras.

Bien, mierda.

- ¿Alcohol?

- Todos los días bebemos.

Joder, es el paraíso.

- ¿Ruido?

- Prácticamente no dormimos.

Comencé a reír.

- Amigo, esas son las tres reglas que rompí en los dormitorios, cualquier otra que tengas, me vale una mierda, puedo seguirla.

- Sí tú lo dices...

Luego comenzó a explicarme lo que estaba pasando.

Fiestas clandestinas, pandillas enemigas, prohibición para hablar con el bando contrario o terminaría muerto en una zanja... bueno, eso puedo cumplirlo, de todas maneras, hubiese muerto de frío hoy, así que...

También me dijo que, si era parte de esto, no podría salir jamás y debía tatuarme una calavera horrible... pero tenía personalidad, me gusta y me disgusta al mismo tiempo, dijo que debía tener cuidado con un tal Diablo que prácticamente era su medio hermano, que su papá lo recogió de la calle, y el muy orgulloso no quería adoptar su apellido, al parecer... algo pasa ahí, hay rivalidades, Connor es buena persona, supongo que debo creerle cuando me dice que tenga cuidado con ese sujeto.

También me dijo que las fiestas en casa eran todas las noches antes de ir al famoso pacto de la calavera, dónde jamás debía andar sólo, los ángeles buscaban motivos para armar pleitos con Los Diablos.

Otra regla, viste ligero, viste de cuero.

Fuera de eso... no más reglas.

Sonaba algo intimidante, pero en estos momentos, no tenía más alternativas, no quería quedarme en la calle, prefería un techo y libre albedrío para joder todo lo que quiera.

La verdad... no sonaba tan mal, en mi pueblo, hasta el vecino de al lado te podía dar un escopetazo en el culo si cruzabas el cerco, esto no era muy diferente.

También me explicó cómo hacían las cosas en casa, una vez a la semana, alguien se encargaba de abastecer la cocina para el resto, la comida era principalmente fideos instantáneos y gaseosa barata, nadie era muy quisquilloso, y la limpieza... esa era tarea de toda la pandilla, antes de irse de fiesta, la casa se limpiaba en conjunto.

Esto es el puto paraíso.

Llegando a casa... wow, debo decir que nunca pensé que fuera tan grande ¿Cuántas habitaciones tiene? ¿Cómo diez? Literalmente era una casa para fraternidades, era enorme...

Y sobre el porche tenía un gran emblema, una calavera como la que Connor llevaba en el brazo, y bajo esta "Los Diablos", estaba de puta madre.

- Primero, ve a darte una ducha de agua caliente o te enfermaras - ayudándome con las maletas- Te mostraré tu cuarto, luego puedes venir abajo y conocer al resto, actualmente vivo con Diablo, Sam, Jason y Ramona, en ocasiones otros Diablos vienen a pasar la noche, pero en los cuartos libres - subiendo los escalones- Tu cuarto es sólo tuyo, tiene llave y tienes todo el derecho de cerrarla cuando no estás, y te recomiendo que lo hagas cuando hay fiesta porque los cuartos abiertos se usan para el sexo.

Reí.

- Literalmente este lugar suena a paraíso.

Él carcajeó conmigo.

- Me alegro que pienses así, es muy bueno tenerte con nosotros, sé que nos entenderemos bien, es divertido ser parte de esto.

- Ya te lo creo.

Me mostró el cuarto, me dijo que todo lo que había aquí dentro era mío, señaló el baño y se marchó para darme privacidad, entonces me quité la ropa, anudé una toalla en mi cadera y volé por el pasillo directo al baño, sintiéndome completamente renovado y calentito, la temperatura de la casa estaba en los grados específicos para poder vestir ligero sin cagarse de frío.

Al entrar al cuarto, mí cuarto, di un brinco de la impresión al ver a un sujeto sentado en la silla del escritorio vistiendo únicamente un short negro, iba descalzo y tenía mucha tinta por los brazos, el pecho, el cuello... la espalda... Dios... esa espalda completamente tatuada con una enorme calavera... mierda... que sexy...

- Em... ¿Se te perdió algo?

Preguntó el chico, observándome de pies a cabeza.

- Yo debería preguntar eso ¿O me equivoqué de cuarto? - mirando a mi alrededor, entonces recaí en las faldas dentro de mi maleta abierta sobre la cama- No, es mi cuarto.

Sintiéndome orgulloso de haberlo recordado.

- Sí, es tu cuarto. Connor me dijo que llegó uno nuevo, y tengo que tatuarte. Es la iniciación, y dijo que evitáramos la segunda parte, consiste en golpearte hasta dejarme medio muerto, pero Connor dijo que probablemente si te mataríamos, así que... no, golpes no.

Ay mierda... de la que me salvé.

Esa parte Connor no me la dijo.

- ¿Me vas a tatuar ahora?

- Sí ¿Algún problema?

A la mierda, podría haberme matado con esa mirada que me pegó.

- No, de hecho, no ¿Puedo elegir dónde?

- Pues sí.

Encogiéndose de hombros.

Tenía todo su material bien acomodado en una bandeja de metal, todo bien acomodado y pulcramente limpio, él llevaba guantes y la maquina bien protegida... este tipo sabe lo que hace.

- ¿Qué tal en el muslo? Me gustan mis piernas.

Analizándome.

Aún llevo la toalla encima... no me he vestido.

- Sí, tienes lindas piernas - Dijo- Se vería bien ahí, pero en el pacto de la calavera, el tatuaje tienes que enseñarlo ¿Iras con falda siempre? No te lo recomiendo, los Ángeles son unos hijos de puta.

- ¿Qué? ¿Te excitan los hombres con falda?

Tomando asiento frente a él, cruzando las piernas.

Ay no... ya estoy coqueteando.

Mamá ¿Por qué me hiciste tan guapo y tan lo que me gusta me lo como?

- No he experimentado lo suficiente para decir que me gustan los chicos, así que no puedo decir si me excitan o no.

- ¿Y si me pongo una para que veas por ti mismo qué es lo que piensas?

Ok... ok... esto se pone interesante.

El sujeto sonrió de lado, apoyándose en el respaldo de la silla, dejando la maquina para tatuar sobre la bandeja de metal.

- Es una propuesta interesante, dime ¿Es tu pasatiempo calentar sujetos al azar?

Me quité la toalla, dándole la espalda, tomé una de mis faldas al azar y la deslicé lentamente por mis piernas hasta ajustarla en mi cintura, tomé también el accesorio de cuero que va en mi muslo, con un corazón de metal en el centro. Sí, esta falda es de mis favoritas.

- Si algo me gusta, tanteo el terreno y si hacen algún tipo de señal que yo pueda interpretar como positiva, simplemente... me les lanzo encima. Y dime... ¿Estás caliente?

Su sonrisa se hizo más amplia, repasando mis piernas, parando justo dónde el accesorio de cuero apretaba mi muslo.

- He tenido sexo con muchas chicas, demasiadas como para contarlas, y la mayoría ni siquiera fueron de agrado, digo... difícilmente puedes elegir con quien acostarte cuando tener sexo con ellas es parte de tu trabajo, y realmente... ese tipo de sexo me aburrió, las chicas fáciles son aburridas - levantándose de la silla- Dime... novato ¿Qué tienes para ofrecer? ¿Qué gano yo si te pongo las manos encima?

Tragué grueso.

Su voz era malditamente grave, me cruzó todo el cuerpo y comenzó a juntarse en mi pene, la falda comenzaba a levantarse por culpa de mi erección.

- Bueno... soy estupendo en las mamadas, un culo es mucho más apretado que una vagina, sé cuanto les gusta a los hombres lo apretado que es, además no soy de esos que espera que hagan todo el trabajo, puedo darte una increíble vista de cómo me dilato para que esto de aquí - tocando su pene sobre su pantalón- se ponga tan duro, que deseará que le ponga los dedos encima... o la boca, como prefieras, en fin... podemos divertirnos mucho, me gusta lo rudo y tu no tienes la pinta de acurrucarte luego del sexo, eso me tienta, así que por favor... - acercándome a su oído- he tenido un mal día ¿Por qué no me rompes el culo?

Acercó la mano a mi trasero, apretando una de mis nalgas con su enorme mano, acercándome a él.

- Bueno, digamos que serás mi experimento, nunca he estado seguro si las chicas son 100% lo mío, depende de ti... novato ¿Vas a darme una buena experiencia?

- La mejor de tu vida, pelinegro - mordiendo mi labio- ¿Al menos puedo saber tu nombre?

- Dime Diablo, así me llaman todos por aquí ¿Tu quien rayos eres?

- Oren, ahora vamos a lo importante, voy a darte las razones que necesitas para dejar de encasillarte como heterosexual, esa mierda no existe, es una construcción social que te obligan a creer desde que eres pequeño - caminando hacia mi maleta, tomando el lubricante- la vida es una ¿Por qué no explorar más allá de los límites?

Lanzando la maleta al piso, Diablo quitó su bandeja, colocándola sobre el escritorio, sin perder detalle de cómo me recostaba en la cama, separaba las piernas haciendo uso de toda mi flexibilidad, untaba mi culo y mis dedos de lubricante antes de meter dos dedos, no era necesario dilatar demasiado, estuve con un chico ayer, aún estaba algo aflojado, funcionaría, lo haría funcionar.

Eso pensé antes de que Diablo se acercara para apreciar la vista más de cerca, con los pantalones desabrochados y el bóxer abajo, masturbándose. Ay mierda... qué pene joder... qué pedazo de pene se carga...

Qué vista...

- Date la vuelta, apoya las rodillas en la cama y muéstrame es culo tuyo.

Ni siquiera lo pensé, hice lo que me pidió, apoyando los antebrazos en la cama.

- ¡Aah! - grité de la impresión al sentir una palmada en mi trasero- Mierda, que manos...

Me dolió, sí, pero estuvo rico.

- Dijiste que podía ser rudo.

Golpeando otra vez, apretando luego la zona.

- Dije que me asustaste, no que eso me disgustó - moviendo el culo, necesitaba mayor contacto, me dolía el pene de lo duro que estaba- ¿Qué esperas? Ya mételo.

Carcajeó.

- Creo que tú y yo vamos a llevarnos bien, Oren - vi las estrellas cuando comenzó a empujar su extensión en mi entrada- Mientras no seas pegajoso - empujando más y más- ni estés pidiendo que me quede a pasar la noche contigo...

Mordí mi labio, gimiendo del gusto cuando por fin lo tomé todo, mierda...

- ¿Quién te crees? ¿Mi novio? Esto es sólo un polvo, Diablo, sé cuidarme sólo, y odio dormir con compañía.

- Entonces serás ideal como compañero sexual, tu culo no está mal.

Comenzando a moverse mientras clavaba sus dedos en mis caderas, golpeando con fuerza y rapidez, provocando lascivos sonidos cuando nuestros cuerpos impactaban, aplastando mi cabeza en el colchón, exponiendo aún más mi trasero de ser posible, dando duras estocadas, podía ver en mi estómago la forma en la que entraba y salía, podía ver perfectamente hasta dónde llegaba, destrozando mis intestinos, sintiéndome tan lleno que el aire me faltaba, y eso no es todo, este maldito demonio sexual, no es ninguna broma, por alguna razón, sabía justamente qué hacer cuando mencionó que mi culo se hizo más apretado, llevó su mano a mi pene, masturbándome al mismo tiempo que me perforaba, ya veía que hacía un agujero en mi vientre, y el maldito lo hizo bien, sabía perfectamente qué estaba haciendo, porque cada vez que bajaba apretando con la suficiente fuerza para volverme loca, acariciaba en círculos mi glande y volvía a bajar, eso me volvió loco, mi cuerpo no dejaba de estremecerse, si no estaba gimiendo con fuerza por lo duro que me estaba cogiendo, estaba jadeando, porque el aire me faltaba, mis pulmones no alcanzaba a cubrir esa demanda de oxigeno que mi cuerpo necesitaba, cuando sentí que por fin llegaría al bendito clímax, moví las caderas para encontrarlo a medio camino, y mierda... grabe error, literalmente estuve un par de segundos sin respirar, se clavó tan profundo dentro de mí que no pude evitar correrme de forma estruendosa, temblando de placer con cada descarga que abandonaba mi cuerpo.

Y gracias a esa simple acción, la contracción de mi culo hizo que Diablo se corriera dentro, escuchando sus maldiciones, sintiendo sus penetraciones profundas, sacándolo todo.

- Cambio de posición.

Dije dando media vuelta, empujándolo hacia la cama, me senté sobre sus caderas, tomé su pene y rápidamente lo guíe hacia mi entrada, auto penetrándome de un sentón, mierda... en esta posición si que se siente más grande...

- Mira esto... - tocó sobre el lugar dónde su pene sobresalía de mi vientre- Podría acostumbrarme, es divertido y excitante.

Diablo parecía completamente extasiado.

Guapo... te lo dije, lo que me gusta, es mío, siempre.

- Yo no tengo novios - comenzando a brincar sobre él, buscando mi propio placer, usando su pecho como impulso- Búscame si quieres un polvo rápido - sus dedos se clavaron en mi trasero, ayudándome a subir y bajar mientras levantaba las caderas y se encontraba conmigo a medio camino, clavándola profundo- mmgh... algo me dice que no podré comer mañana por el dolor de estómago... pero vale tanto la pena...

Comenzando a dar brincos más rápido, estaba por venirme otra vez.

- ¿Sabes? Creo que hetero... hetero, no era - riendo grave- Deja que le de una probadita más profunda a esto.

Dijo.

- ¿A qué te refieres con más profun...?

Jaló mi cabello y me acercó a su rostro para devorar mi boca, era bastante hábil, además de usar su lengua para acariciar la mía, cosa que me encanta, mordía, chupaba y succionaba mis labios en el proceso, podía sentirlos hinchados y palpitantes por la atención brindada, todo eso mientras abrazaba mi cintura, inmovilizándome, usando sus caderas para penetrarme con rapidez, su pene creció, eso quiere decir que estaba pronto a correrse.

***

Esa noche, literalmente no me dejó en paz hasta que terminé perdiendo el conocimiento. Al día siguiente, estaba completamente limpio, con las sabanas cambiadas y tatuado.

- Vaya... que excelente servicio.

Saliendo de la cama a duras penas, tomando mi pijama para vestirme y salir a saludar al resto, se supone que lo haría ayer luego del baño, pero una cosa llevó a otra y...

- ¡Tú debes ser el nuevo! Te esperábamos para el desayuno - el rubio rodeó mi cuello con su brazo, metiendo un trozo grande de chocolate blanco en mi boca- Mi nombre es Sam, llevémonos bien ¿Cuál es tu nombre? Por cierto, ese es el chocolate de la bienvenida, lo hice yo ¿Qué te parece?

Sonreí masticando el chocolate, tomando el resto con mi mano libre.

- Oh, mierda, esto es delicioso - dando otro mordisco- ¡Sam eres un genio! Por cierto, mi nombre es Oren.

- Oren - carcajeó- Gracias por el halago, lo sé, mi chocolate es el mejor, mis padres tienen una plantación de cacao enorme, lo distribuyen hacia diversas pastelerías de la zona para sus recetas, y me dejan un resto a mí para fabricar mi chocolate, soy un fanático de las cosas dulces.

Guiándome hacia la gran mesa dónde todos ya estaban sentados, hablando de dinero, peleas y algo sobre buscar problemas.

- Sam, estoy enamorado de tu chocolate - terminándome el ultimo trozo- literalmente esto es lo tuyo.

- Lo sé, lo sé, perfeccionaré mi receta y seré muy conocido en el futuro, ya verás.

Dijo confiado.

- No lo dudo.

Y lo decía en serio.

- ¿Cómo estuvo tu iniciación ayer? - preguntó Connor- El tatuaje se ve increíble en tu antebrazo.

Aún estaba cubierto y enrojecido, no parecía haberse hecho hace mucho.

- Mi iniciación estuvo... muy interesante - mirando de reojo al pelinegro que se atoró con su tostada- Ni siquiera sentí el tatuaje.

Sonriendo inocente.

- Diablo tiene buena mano.

Señalando a su medio hermano.

Ni que lo digas... sí que sabe lo que hace.

- Estoy completamente de acuerdo con ello -Recibiendo la tetera que un peliazul me entregó- Gracias... chico el cual no sé su nombre, por cierto... soy Oren - mirando a todos- Gracias por dejar que me quede, en los cuartos de la universidad son unos maricas que le temen a un poco de hierba, así que... fumemos mucho y bebamos hasta desmayarnos, la hierba corre por mi cuenta hoy.

Todo el mundo celebró.

- Mi nombre es Jason - dijo el peliazul- Y acepto tu propuesta.

- Yo soy ramona, eres muy guapo, te ofrecería sexo, pero mi novia no es partidaria del poliamor, mierda, intentaré convencerla.

- Uuuf cielo, me encantaría, soy gay, pero jamás me encasillo, estoy abierto a todo.

Diablo medio sonrió mientras preparaba otro sándwich con el huevo restante.

- Oren, olvidé decirte sobre los cuidados de tu tatuaje, tengo practica en el gimnasio en hora y media, cuando termines tu desayuno, acompáñame arriba para darte la crema.

Dijo el pelinegro.

- Oh, claro, gracias. Es mi primer tatuaje y realmente no sé cómo cuidarlo.

Bueno... como sabrás, este idiota es un animal, y no subimos para que me diera la crema y me contara como cuidar este horrible tatuaje que tenía estilo y comenzaba a gustarme, no señor, me pidió que me pusiera otra falda y me folló contra la puerta, ni siquiera alcanzamos a llegar a la cama.

¿Moraleja?

Nunca más usé faldas.











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BUENAS BUENAAAAS

COMO LO PROMETÍ, TRAJE HOY EL SEGUNDO ESPECIAL DEL DÍA, EN EL SIGUIENTE CAPÍTULO RETOMAREMOS LA HISTORIA DÓNDE ESTABA

Y POR SUPUESTO, SI TIENEN MÁS DUDAS, HAGANMELO SABER Y SIN FALTA LAS RESPONDERÉ TODAS EN UN PROXIMO ESPECIAL.

LITERAL, OREN SIEMPRE FUE DE DAR PROBLEMAS JAJAJAJA LA CAGADA EN LOS CUARTOS DE LA UNIVERSIDAD JAJAJAJA LA ALARMA, LAS CAMAS... UUUFFFF .... LA SACÓ BARATA SIN TENER QUE PAGAR LOS DAÑOS

EL PAPÁ DE OREN? UNA MIERDA

LA MAMÁ DE OREN? POBRE MUJER, NO LO PASA BIEN CON SU MIERDA DE MARIDO

CONNOR? CONNOR AQUÍ YO LO AMÉ, AÚN ESTABA MEDIO CUERDO, QUIZÁ LO QUE A ÉL LO MANTENÍA CENTRADO ERA SENTIRSE UTIL Y QUERIDO, PORQUE TODO CAMBIÓ CUANDO LOS DIABLOS, SUS AMIGOS, COMENZARON A DEJAR LA CASA Y JESSA COMENZABA A PENSAR EN SU FUTURO CON LUCA, AHÍ TODO EXPLOTÓ

LUCA OBSESIONADO CON LAS PIERNAS DE OREN? ESO ES NUEVO JAJAJAJA

Y POR FIN RESOLVIMOS EL POR QUÉ LUCA Y OREN SABÍAN DE ESA TIENDA DE E-GIRL, ES QUE OREN TRABAJABA AHÍ Y SE PONÍA LAS FALDAS MIENTRAS QUE LUCA SE LO FOLLABA USANDOLAS JAJAJAJAJAJA

AY QUE RISAAAAAA

AMÉ AL LUCA QUE QUERÍA EXPLORAR MÁS ALLÁ DE LO QUE YA HABÍA EXPERIMENTADO Y A UN OREN DISPUESTO A TODO PARA PROBAR SU TEORIA DE "DÓNDE PONGO EL OJO PONGO LA BALA"

SIN DUDA, JAMÁS DEJAN DE SORPRENDERME JAJAJAJA

AMÉ

NO ES MALO UN POCO DE HUMOR EN MEDIO DEL DRAMA Y MI MASOQUISMO

UN BESOTE PARA TODAS MIS AMOREEES

QUE TENGAN BONITO LUNES, PUTOS LUNES, ODIO LOS LUNES

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