Capítulo 49

Dos meses pasaron en un abrir y cerrar de ojos, Mamá y Harry corren por todas partes asegurándose de que no me falte nada, acomodándome el velo, maquillándome, ajustando el vestido, todo para que el día más importante en mi vida sea completamente perfecto, mientras tanto, papá se hace cargo de los niños, Oren y Marcus ayudan a Travis a alistarse en su casa y Jacob le calma los nervios, mi hombre podría tener un infarto en estos momentos por lo que escuché de su ultima conversación con Harry hace cinco minutos.

Hoy me caso joder ¿Quién lo diría? Yo, que no era capaz de mantener una relación, me caso y estoy muy embarazada con mis tres meses y medio.

En cuanto a mi vestido estilo princesa, porque sé lo mucho que te gustan este tipo de detalles aunque digas que no, elegí uno con corte de corazón y hombros extremadamente caídos, el borde caía justo al nivel de mis codos, y se ajustaba hasta bajo mis pechos, luego cae con gracia hasta el piso, no se me ve ni siquiera un centímetro del zapato, bajo por supuesto, no queríamos accidentes o que se me hincharan los pies, últimamente eso sucede mucho, Travis me da masajes cada noche antes de ir a "dormir" entre comillas porque el pobre casi no pega un ojo, todavía quiero sexo todo el tiempo, en todos lados, y ojalá que se centre mucho en mi clítoris, mucho.

En cuanto a mi peinado, decidí recogerlo, mamá dice que mis clavículas se ven de puta madre con este vestido y decidí hacerle caso, no sé como lo hizo, pero hizo un tomate que tenía un tamaño bastante grande, pero mis cabellos estaban entrelazados, casi como si hubiese hecho una trenza, pero no era eso ¿Cómo lo explico? Mamá tiene manos mágicas, porque también, en lo que quedó libre de cabello, también quedaron entrelazados los cabellos, dejando dos mechones a cada lado de mi rostro, y una diadema pequeña en el espacio entre mi cabello pegado al casco y el tomate, una llena de bonitos diamantes y una flor de cristal, regalo de Travis, el hombre no puede dejar las manos quietas, me ha llenado de obsequios desde que nos enteramos del embarazo, no entiende la palabra ahorrar, pero... así lo amo.

Harry se encargó del maquillaje ¿Cómo es que sabe hacerlo tan bien? Hizo un degradé magnifico en mi parpado, entre café y color nude, ambos brillantes, un delineado que le salió de puta madre, ni siquiera le tembló la mano ¿Por qué yo no puedo? He fallado como bisexual. Me pegó pestañas postizas, una ligera capa de base luego de humectar mi rostro, colocar corrector y todas esas mierdas que no suelo usar, pero él le conoce la funcionalidad a todo, tomó el labial del rojo más sexy que encontró, 24 horas para poder besar a mi futuro marido sin accidentes, aplicándolo en mis labios y entonces ya estaba lista.

— Mierda... quiero vomitar.

Dije.

— ¿Qué? ¿No te gustó?

Viéndome a través del espejo como si estuviera loca.

— No es eso, me veo perfecta, perdonen lo humilde — regalándole una sonrisa a ambos— es que estoy muy nerviosa. Me voy a casar, acabo de interiorizar esa idea en mi cabeza y me aterra cagarla.

Mamá apretó mis hombros con delicadeza, regalándome una sonrisa cargada de amor.

— Cielo, es el día más feliz de tu vida... por ahora, porque el mejor será cuando este bebé de aquí llegue a alborotar tu vida — tocando mi panza— no vas a cagarla, sólo tienes que disfrutarlo, diviértete, ama, ríe. Te aseguro que todo saldrá como lo soñaste.

Tomé su mano mientras mi labio inferior temblaba.

— Oh no, eso sí que no — Harry no separó— Lo siento mami Jessa, pero nada de lagrimas o estropearemos mi maquillaje. Es a prueba de agua, pero, de todas maneras, no quiero que la señorita aquí se friegue los ojos y la cague.

Señalándome.

— Buen punto, tienes un buen punto — dije señalándolo— Distráeme ¿Me traes un chocolate?

Haciéndole pucheros.

— No hay que caer en los antojos hija — dijo mamá— pero que sean dos, Harry, por favor.

Riendo cuan niña que acaba de hacer una travesura.

— Dos chocolates para las embarazadas, a la orden.

Dijo, saludando a lo militar, dejando el cuarto.

Regresó tres minutos después con tres cuadraditos colgando de su boca.

— Yo también tengo antojos ¿Ok?

Excusándose antes de que le dijéramos algo mientras nos entregaba los chocolates.

— Ensucia tu vestido y te mato.

Dijo otra vez el pesado de Harry, señalándome.

— Que no lo voy a ensuciar — rodé los ojos— yo sí sé comer.

Viendo a mamá con los dedos repletos de chocolate.

— ¿Qué?

Se defendió.

— No sabes comer.

— No es mi culpa que se derrita tan rápido.

— Mami Jessa, con todo respeto — comenzó Harry— Pero usted manosea demasiado el chocolate.

Mamá lo miró mal.

— No lo hago.

Este señaló sus manos, viendo a mamá sujetarlo por demasiado tiempo, sus dedos estaban dejando huella.

— Bien... iré a lavar mis manos, aguafiestas.

Mostrándonos el dedo medio a ambos antes de dejar el cuarto.

— Espera, mi hombre me está llamando.

Dijo Harry, atendiendo la llamada.

— ¿Cómo que llevan veinte minutos esperando? — me miró con pánico— ¿Y qué hora es?

Viendo su reloj.

— Mierda, vamos tarde — me dijo— Vamos volando para allá ¡La novia siempre tiene que llegar tarde! — le gritó— ¡Yo también te amo!

Cortó y me miró.

— Bien bonita, es hora de volar.

Sujetando la cola de mi vestido, todavía no salía de casa y ya quería sacárselo.

— ¿Ya es hora? ¿Tan pronto?

Dijo mamá, viendo lo que ocurría.

— Veinte minutos atrasados, mami.

Le dijo Harry.

— A la mierda, yo les dije, pongamos alarma — acomodando mi velo mientras comenzábamos a caminar hacia el exterior— Pero no, los dos dijeron que tres horas era más que suficiente ¿Quién ya se casó? Ustedes no, por supuesto, y ahora vamos tarde.

Regañándonos todo el camino hasta el auto.

Auto al que me costó entrar por supuesto, porque la falda del vestido tenía muchas capas y no quería arrugarlo, por lo que decidí acostarme en los asientos traseros, subiendo las piernas a la ventana, mientras mamá subía como copiloto y Harry conducía como si fuera parte de Rápidos y Furiosos, saltándose luces rojas y no frenando en los Pare ¿Este hombre quiere matarme antes de que llegue a la boda?

Ya lo averiguaremos.

Llegamos diez minutos después al dichoso salón dónde nos casaríamos, Travis y yo elegimos todo junto, y decidimos que el color sería crema y dorado, eran colores sofisticados y que iban bien con todo.

Decidimos colocar mesas redondas en ambos extremos y una rectangular más grande al fondo del salón, dónde los novios, los padres y los hijos de estos se sentarían, también decidimos colocar bonitas luces doradas colgando del techo en vertical, muchas de ellas, muchas, y en el centro un enorme candelabro con cristales en forma de gota en los extremos. Para los arreglos florales, decidimos rosas rosa pálido y blancas, adornadas de hojas verdes para darles el contraste necesario, así, no se vería todo tan parejo y llenaríamos de vida el lugar, colocando los arreglos en el centro de las mesas, en el arco que usaríamos para las fotografías, y en el borde del salón.





Todo era... como yo lo había soñado.

Antes de cruzar las puertas dobles, debía caminar por la alfombra roja que me esperaba, Harry y mamá entraron para avisar que he llegado, mientras papá venía a acompañarme, él me llevaría al altar.

— Te ves preciosa, cariño.

Besando mi mejilla.

— Gracias papi.

Sonriendo amplia.

Por alguna razón, el estar aquí ahora, con los nervios, viéndolo a él, me hace recordar todo lo que hemos vivido juntos, los difíciles comienzos y el increíble padre que ha sido hasta el día de hoy, recordé cada uno de los detalles y las palabras, todo.

— ¿Por qué estás llorando, cielo? — se preocupó— ¿Te arrepentiste? Porque si te arrepentiste, yo mismo te llevo al aeropuerto y nos vamos a la mierda juntos.

Sonreí, viéndolo barrer mis lagrimas con sus pulgares.

— Estoy bien, no estoy arrepentida, es sólo que... estoy muy feliz por casarme, pero tampoco quiero dejar de ser tu princesita.

Llorando desconsoladamente.

Harry me va a matar si arruino el maquillaje.

— Cariño, jamás vas a dejar de ser mi princesita, aún si te casas o tienes veinte hijos, siempre vas a ser mi primera hija, mi niñita, mi bebé, mi princesita — limpiando mis lagrimas con delicadeza— Jamás dejaré de estar para ti, pase lo que pase siempre voy a estar contigo.

— Papi, te quiero mucho.

Abrazándolo.

— Yo también te quiero, cielo — cobijándome entre sus cálidos brazos— Siempre, sin importar qué.

— Chicos... no quiero arruinar el momento, pero mi hijo se está muriendo ahí adelante porque cree que algo malo pasa ¿Algo malo pasa?

Preguntó tío Oren, apareciendo en la escena.

Levanté la cabeza, inclinándome hacia el costado para poder mirarlo.

— Sólo estoy haciendo mi berrinche de niña mimada porque no quiero dejar de ser la princesa de papi, así que... está todo bien, ya voy, ya estoy lista — secando mis lágrimas, tomando largas respiraciones— Que comience la función.

Haciéndome la dura, tenía que guardar apariencias, frente a la pandilla, yo era una mujer dura y fuerte, no podía estar lloriqueando por los rincones.

— ¿Segura? ¿Doy el aviso?

Asentí.

— Estoy lista.

Sujetándome del brazo de papá, recibiendo el ramo que él sostenía.

— ¡Listo chicos, que comience la magia!

Gritó, corriendo por el pasillo.

Todo el mundo carcajeó, tío oren no cambia.

Me sorprendió mucho cuando no escuché la clásica versión nupcial que había pedido, en su lugar, la versión roquera llenó los rincones del salón.

— Los chicos de la pandilla dijeron que era para maricas la versión original, no creí que realmente la cambiarían.

Dijo papá riendo, viendo con orgullo a los suyos chiflar y animarme a entrar.

— Estos chicos — negué sonriente— Bueno... esto es más nuestro que esa aburrida y marica versión — rodeando su brazo con mi mano— ¿Vamos?

— Vamos, princesita — besando mi mejilla— Aunque todavía podemos escapar si quieres.

Señalando la salida.

— Sí me voy a casar, papá — golpeando su hombro con el ramo, soltando un par de pétalos— Camina, hombre, y no me dejes caer.

Sonrió.

— Bueno, lo intenté, vamos allá.

Comenzando a caminar por el pasillo rojo, lentamente, al ritmo de la canción, sin perder de vista al hombre tomado de las manos en el frente, sin dejar de repiquetear su zapato en el piso.

¿Travis con traje? Creo que tengo un nuevo fetiche...

Me tiene que follar con eso puesto hoy...

— Cuídala bien, es mi princesita, mi tesoro, Travis. Te estoy entregando una de mis pertenencias más valiosas.

Papá tomó mi mano, la besó y la colocó entre las manos de Travis.

— Prometo que la cuidaré con mi vida, señor.

Besando mi mano.

— Más te vale, porque si la haces llorar, te haré pedacitos.

Señalándolo.

— Ya ve a sentarte antes de que mamá te lance un zapato — le dije— está pidiéndole a tío Marcus que se lo quite.

Señalando.

Volteó relajado, pero al ver que no mentía, se apresuró a caminar hacia su asiento.

No pude evitar reír.

— Tu papá me matará un día de estos — viéndome como si fuera lo más importante de su vida— Pero vale la pena tomar el riesgo si puedo tenerte todos los días de mi vida.

— Te amo.

Dije.

— También te amo.

Sonriendo.

Oren nos interrumpió antes de poder darnos un beso, él sacó una licencia única y exclusivamente para ser quien nos casara el día de hoy.

— Sucios ¿Qué nadie les dijo que los besos, el manoseo y el sexo es después del matrimonio?

Sonriendo pícaro.

Como si alguno de nosotros respetara esas reglas.

— Esto es lo mejor ¿Cuándo pensaron que tendrían un ministro de bodas tan sexy? — tomando su tableta— pero bueno, esto no es sobre mí, ignórenme, ignórenme.

De todas maneras, ya todo el mundo estaba riendo.

Así es como quería mi boda, carajo.

— Bueno, iniciemos, pónganse todos de pie — dijo. Todo el mundo se levantó— Para qué los quiero de pie, siéntense carajo — carcajeó— Lo siento, me tomaré en serio esto — partiéndose de la risa, secándose las lágrimas— Ay mierda, estoy disfrutándolo tanto — observando lo que escribió para el día de hoy— Ok, ahora sí — botando el aire contenido— El deseo de esta pareja ha sido que esta ceremonia no sea como las habituales, aburridas, cuadradas, extremadamente estructuradas, y que fuera al puro estilo de Los Diablos, por eso, en lugar de que los case un juez o un padrecito, han decidido que los case, yo, su humilde servidor — haciendo una falsa reverencia— Si les soy sincero, cuando Travis y Lucia me pidieron que dirigiera esta ceremonia, yo creí que estaban jugando conmigo, digo, de todas las personas ¿Tenía que ser el psiquiatra con déficit de atención? Chicos, que la he cagado unas dos o tres veces ya y ni siquiera hemos comenzado, esto es algo importantísimo y al menos estoy asegurándome de que sea inolvidable. Bueno, hablemos de este par de locos, mi hijo aquí presente — señalando— Tenía la misión de enamorar a esta dura diablilla — señalándome— con la intención de fragmentar a Los Diablos y destruirnos, pero ¿Qué pasó? Pues el chico aquí se enamoró, mi pequeña, en poco tiempo, le robó el corazón y lo tenía como perrito callejero siguiéndola a todas partes, pero como todas las historias de amor, algo pasó, problemas, grandes problemas que los llevó a vivir separados por dos largos años, años en los que sufrieron, lloraron, odiaron y dejaron de creer en el amor... hasta que se volvieron a ver, porque cómo dice el dicho, dónde fuego hubo, cenizas quedan, y la llama del amor entre estos dos, nunca se apagó, y mi Travis, que es un romántico, le prometió un Pudin y no mencionaré la procedencia de este porque hay niños, sólo les daré una pista, con sus futuros hijos — todos carcajearon otra vez— ambos son unos pervertidos, déjenme aconsejarles algo, no todo es sexo niños, hay que hablar más y follar menos si no quieren llenarse de niños — todos rieron otra vez. Ya me duele el estómago de tanto reír— porque yo les pregunté a cada uno por separado que cuantos niños querían, Lucia dijo que con dos ya estaba bien y Travis dijo que con cuatro o cinco se conformaba ¡Se conformaba señores! Así que... vayan pensando en los nombres, porque ustedes dos, tú sobre todo, hija — señalándome— Das miedo. Pero creo que ambos así se entienden bien, así que sin más relleno, por favor, Travis, tus votos matrimoniales.

Cediéndole la palabra.

— Lucia — su voz temblaba— Aunque no pueda cambiar el pasado, si puedo prometer que en el futuro celebraré tus triunfos como si fueran míos y estaré a tu lado en cada uno de los pasos que des, prometo estar siempre para ti, en las buenas y en las malas, y con esta promesa de amor, reafirmo lo seguro que estoy de dar este paso contigo, y prometo darte un futuro lleno de felicidad y amor — Jacob, su padrino, le dio el anillo— Te entrego este anillo, para que cada día en que lo veas, recuerdes todas y cada de las promesas que he hecho y de como lucho a diario para cumplirlas, pase lo que pase.

Levantando el anillo, tomando mi mano.

— Lucia Landon ¿Aceptas a Travis Vance como tu esposo?

Preguntó el tío Oren.

— Acepto.

Dije sin dudar.

Travis sonrió amplio.

Sus manos temblorosas deslizaron el anillo por mi dedo, depositando un beso sobre este.

— Ahora es turno de Lucia.

Dijo tío Oren.

— Dicen que cuando conoces al amor de tu vida, el tiempo se para, y a tu lado, lo he comprobado — dije sonriente— Desde que nuestras vidas se cruzaron, desde el momento en el que me di cuenta de que no te veía como un simple amigo, mi mente se hizo un caos, porque... todo en lo que podía pensar era en ti, en las ganas que tenía de verte, en cómo quería besarte, en las ganas que tenía de quitarte la ropa y... — me callé. Era demasiado para el corazón de papá. En su lugar, carraspee— Me di cuenta que quería todo contigo, una vida, una familia, una casa, todo, lo quería todo, porque tú y nuestra pequeña familia es lo que me hace feliz — Harry, mi padrino, me entregó el anillo— Es por eso que con este anillo, te prometo que haré el intento de ser menos exigente en... ciertas acciones que involucran poca ropa, intentaré no ser tan pesada con mis antojos, y que pase lo que pase, te amaré todos y cada uno de los días de mi vida, porque tú eres mi complemento... yo creí que jamás encontraría el amor, jamás creí en él hasta que me topé contigo, y me di cuenta de que había nacido para conocerte, para ser tuya y que tú fueras mío, estábamos destinados a encontrarnos.

— Travis Vance ¿Aceptas a Lucia como tu esposa?

Dijo tío Oren, llorando.

— Acepto.

Dijo Travis, con sus ojos aguados.

Deslicé el anillo por su dedo, depositando un beso sobre este después, sonriéndole.

— Por el poder que me confirió la nación, es un agrado para mí presentarles al señor y la señora Vance, ahora sí, tortolos, Hijo, puedes besar a la novia.

Travis me acercó a él, rodeando mi cintura con su brazo, dejando el espacio suficiente para no aplastar al bebé, acunando mi rostro con su mano libre, besándome dulcemente.

— ¡Qué vivan los novios!

Gritaron Los Diablos.

Por fin joder, por fin soy la señora Vance.




~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

BUENAS BUENAS AMOR DE MIS AMOREEEES

POR FIN SE CASAROOOON

HARRY CON EL MAQUILLAJE ME DIO MIL AÑOS DE VIDA

JESSA SIN SABER COMER CHOCOLATE JAJAJAJJA LA AMO

EL HECHO DE QUE NO SE DIERAN CUENTA DE LA HORA, JODER, YA ME VEO YO SIENDO ASÍ JAJAJAJA

LUCIA LLORANDO PORQUE NO QUERÍA DEJAR DE SER LA PRINCESA DE PAPI, TAN LINDOOO

Y LUCA DICIENDO QUE SI QUERÍA ESCAPARSE JAJAJAJAJA ESTE HOMBRE NO CAMBIA, LO AMO

Y LOS VOTOS? LUCIA ME HIZO LLORAAAAR

SI MI FUTURO ESPOSO NO ME MIRA COMO LA MRIA TRAVIS, NO ME CASO

OREN SE ROBÓ EL PROTAGONITO EN TODO CASO JAJAJAJAJA ES QUE ESTE HOMBRE NO CONOCE LO QUE ES LA SERIEDAD, LO AMO

NOS LEEMOS EN EL SIGUIENTE CAPITULO, MIS AMORES

BESITOOOOS EN LA COLAAAAAA

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top