Capítulo 2

Llegué a casa, ayudando a papá a bajar del auto las gaseosas que compramos para la comida mientras él llevaba mi maleta y su bolso de entrenamiento.

Él simplemente no puede dejar la coca cola, y normal, porque según él, la light o zero le da acidez, todo lo que tenga pocas calorías le da acidez, yo no entiendo como mantiene el cuerpo tan trabajado si se come literal las ollas completas.

— ¡Hola mamá!

Dejando las botellas sobre la isla en la cocina, rodeándola con mis brazos.

— ¡Mi princesa! ¿Cómo estuvo el viaje? Vi la presentación ¡Estuviste perfecta! Eres increíble, mi amor.

Llenándome el rostro de besos.

— Mamá — medio quejas, medio sonrisas— Gracias, por siempre apoyarme, y el viaje estuvo increíble, la tía Katherina me dio un tour increíble por la ciudad, es la primera vez que voy siendo mayor de edad, así que quería que aprovecháramos el tiempo.

— Nena, tu hermano y tú, siempre serán los orgullos de tu papá y mío — Papá rodeó los hombros de Jack, que venía con las ensaladas que mamá pidió, acercándose a nosotras— Me alegro que te hayas divertido, la vida de una bailarina es difícil, pero divertida cuando sabes equilibrar.

— Y la de un boxeador también, Jack — dijo papá— Hubo un tiempo que, para mí, todo era viajes, pero hay que saber elegir las prioridades, ustedes siempre son mi prioridad.

Besó la frente de mi hermano y la mía, para acabar dándole un corto beso en los labios a mamá.

Decidí que si no tengo una relación como esta, no quiero nada, ellos son mi ejemplo.

— Tanto romance a estas horas, joder, náuseas, me dan nauseas.

Dijo el tío Oren, con una sonrisa en los labios, besando ambas mejillas, rodeándome en un apretado abrazo.

— Felicidades, cielo, tu papá y yo, hicimos una repisa más grande para tus premios y los de tu hermanito.

Apretando las mejillas de Jack.

— Gracias tío Oren, por eso te quiero tanto.

— Ten linda, para la fiesta de esta noche, tu papá ya le contó a tu mamá, y tu mamá a nosotros, como felicitaciones por tu sólo, estuviste radiante, como siempre.

Dijo el tío Marcus, uniéndose a la reunión familiar, dándome un buen montón de billetes, ser pediatra suena tentador, viendo cuánto dinero gana.

— Tío... gracias, pero es mucho.

— Déjame malcriarte, eres la niñita de mis ojos, bueno, de mi ojo, porque el otro es de tu hermano.

Desordenando su cabello.

Sin duda, mi familia es grande, extraña y disfuncional.

Amaba a mi familia.

Comer como siempre aquí era todo un caos, mamá y yo seguíamos las dietas al pie de la letra, mientras los demás, se tragaban lo que mamá cocino, una lasaña que se ve estupenda, con queso rebosante por los bordes, salsa de tomate natural, finas laminas de masa para poner más relleno, y carne, papá adora la carne, curioso es que yo saliera vegetariana, pero, de todas maneras, el olor de esa comida me hacía babear de lo delicioso.

Miré mi plato, viendo la dieta dura de esta semana, dos laminas de queso fresco, un tomate, tres hojas de lechuga bien picadas y dos aceitunas.

Las dietas son una mierda.

Pero me sirven para mantener la línea, así, el instructor no nos dirá vacas obesas si subimos unos miseros 100 gramos.

La vida de una bailarina de ballet es dura, pero es divertida si sabes equilibrar.

Seguía el consejo de mamá.

Y hoy me divertiría.

Papá orgulloso, pulió mi trofeo antes de ponerlo en su lugar, me sonrió y besó mi coronilla antes de pasar por mi lado, yendo al cuarto de entrenamiento, dónde ayudaba a Jack con su postura, sus golpes, las vendas y todo eso, era su momento del día, algo de ellos, algo que compartían y disfrutaban, adoraba eso.

Adoraba a mi papá.

Y claro que este es mi momento con mamá, una tradición nuestra desde que pude ponerme de pie por mi cuenta, bailar y bailar hasta que las puntas ya no servían y debíamos cambiarlas.

Adorábamos bailar, eso es lo nuestro.

Diez de la noche, dejé descansar mis pies para la fiesta que tendría hoy, me arrastré directo al baño para tomar una ducha, luego, envuelta en una toalla grande para el cuerpo y otra más pequeña para el cabello, caminé directo hacia mi cuarto, colocando a Doja Cat para iniciar mi preparación para la fiesta, y como soy una maniática, claro que tenía una lista.

¿Cabello seco? Listo.

¿Maquillaje? Listo.

¿Crema en el cuerpo? Listo.

¿Ropa? Mmm... esto está un poco más complicado.

Observé mis opciones frente a la cama, definitivamente iría con el top rojo, alter, corto, cruzado en el frente, sin espalda, sin duda, esta es la mejor opción si quería cumplir mi cometido.

No tener buenas intenciones.

Para las piernas, un poco más recatado, jeans negros rasgados en los muslos, zapatillas del mismo color para finalizar el look, estaba lista.

Tomé mi cangurera, metí dentro algo de dinero y mi móvil, documentos, porque uno nunca sabe cuándo puede acabar en la cárcel por X razón, y salí del cuarto, encontrándome con papá, vestía su pijama y llevaba el cabello mojado, probablemente acaba de salir de la ducha.

— Mierda, Lu ¿Vas a ir así vestida a la fiesta?

Me observé.

— Así es ¿Demasiado?

Comenzando a dudar.

— No, no es demasiado, eres libre de vestirte como tú quieras, pero si alguien intenta sobrepasarse, ya sabes, rodilla en la ingle, luego en su nariz, y lo pensará dos veces antes de siquiera pensar en ti.

Reí.

Papá era un tipo duro, pero sobreprotector a su manera.

— Claro papá, lo haré tal y como me enseñaste, aprendí mucho de ti.

Besó mi coronilla y sonrió.

— Toma un par de preservativos del cuarto, nunca dependas de lo que lleve un hombre encima, es mejor ser precavida, te libras del embarazo con eso que tienes en el brazo, pero no de las enfermedades de transmisión sexual.

— Claro papá, siempre lo tengo en mente.

— Las llaves del auto están colgadas, diviértete, cielo.

— ¡Gracias papá! Dormiré allá hoy, así que no te preocupes.

— ¡Nos vemos mañana!

Sin más, fui por los preservativos.

Cómo dice papá, uno nunca sabe.

Bajé las escaleras, me despedí de mamá, que estaba preparada para llevar a Jack a la pijamada que tendría con sus amigos, le di un beso en la mejilla a los tíos y salí de casa, directo a la fiesta.

Mia fue la primera en cruzarse en mi camino, iba de la mano con su nueva chica, Samanta, ambas bailarinas y de la misma clase, lo peor que podría hacer, joder.

Mia es conocida por no durar más que un par de semanas con sus parejas ¿Te imaginas lo incómodo que sería ver a tu ex en cada clase? Yo no podría vivir con ello.

— Bonita noche, Landon, pero no tanto como tu padre ¿No vino a dejarte esta vez?

Mirando tras de mí, sin soltar la mano de su chica.

Reí.

— No, esta vez vine sola, papá me regaló un auto hace unos meses ¿Recuerdas?

Señalando mi bebé, un Jeep azul como el de Styles de Teen Wolf, estoy obsesionada con él, y si tendría un auto, debía ser como ese o no quería nada.

Soy una malcriada, debería cambiar eso.

— Cierto, el Jeep azul ¿Dormirás en mi casa hoy?

Observé a Samanta, acercándome a ella, dándole un beso en la mejilla a modo de saludo.

— No gracias, no quiero escucharlas teniendo sexo, me quedaré en la casa de Britt, Julieta u Olivia, cualquiera que no tenga planes de joder hoy.

Britt apareció de la nada, colgándose de mi cuello, casi haciéndome caer.

— Escuché joder ¿Tendremos sexo esta noche?

Besando mi mejilla, luego la de Mia y la de Samanta.

— Mi papá me envió con bastante látex — sacando los preservativos— Dos para ti — dándole a Britt— para ustedes no hay — señalando a las chicas— Las dos están limpias e hijos no van a tener.

— A tijerazos, no hay embarazo — Dijo Mia sin vergüenza— Mamá Jessa dice eso.

Haciendo alusión a mi madre.

Es cierto, ella siempre lo dice.

— Cambiando el tema de los tijerazos — lamiendo mis labios— ¿Vieron al chico nuevo en el gimnasio de mi abuelo?

Viendo el móvil, el de todas pitó a la vez, eso quiere decir que Julieta y Olivia están aquí, con ellas, el grupo estaba completo.

— Ya sé quien es — Dijo Britt, arrastrándonos al interior de la fiesta, las chicas estaban en la piscina en el patio trasero— Travis Grey ¿Sabías que su mamá era prostituta?

— ¿De dónde sacaste eso?

Enlazando mi brazo con el suyo, atenta a lo que estaba por decir.

— Es lo que dicen — encogiéndose de hombros— y digo era, en tiempo pasado, porque todo lo que hizo por él fue parirlo, luego lo dejó a su suerte, su papá está en la cárcel, dicen que él envió conocidos para que lo criaran, por eso es tan duro, la calle lo crío, y pelea de puta madre, dicen que lo descubrieron en los barrios bajos, organizan peleas por dinero, él peleaba ahí, y dicen que tu padre fue el que lo descubrió.

La observé con confusión, llegando al patio trasero, acercándonos a la mesa de los tragos.

— ¿Por qué mi padre iría a esos lugares? Es peligroso — frunciendo el ceño— No creo esa historia sobre Travis, es mejor no especular, no lo conocemos.

— ¿De qué libro de Wattpad sacaste esa historia?

Carcajeó Mia.

— Es lo que sus compañeros dicen, y es lo que las chicas murmuran en medio del cigarrillo del descanso.

Encogiéndose de hombros.

Britt siempre trae los mejores chismes, pude haberle creído, pero papá no iría a esos lugares, si vas es única y exclusivamente para drogarte o buscar problemas, y papá no hacía nada de eso.

Tomé la botella de agua y la olí antes de verter un poco dentro del vaso rojo, luego fue por los hielos, lamiendo uno de ellos.

— ¿Por qué estás lamiendo el hielo?

Salté de la impresión, soltando un "Mierda" lo suficientemente alto como para que lo escuchara, dejando caer el hielo en el proceso.

— ¿Mierda? Vaya... — fingiendo sorpresa— Le diré a tu padre que su perfecta hija dice groserías.

Medio sonreí, tomando otro hielo, lamiéndolo.

— En ocasiones, el hielo lo hacen de vodka, no quiero arriesgarme.

Travis estiró su mano y tomó un vaso rojo, depositando dos hielos dentro.

— ¿Y eso qué tiene de malo? ¿No te gusta el vodka?

Observando con confusión la botella de agua frente a mí.

De reojo, vi como las chicas murmuraban y clavaban sus codos en el costado de la otra, armando sus propias teorías de por qué estábamos hablando, incluidas Julieta y Olivia que se nos unieron.

— Yo no bebo.

Metiendo dos hielos en mi agua, mientras él ponía por lo menos cuatro dedos de vodka dentro de su vaso.

Uuf... eso es demasiado.

— ¿No bebes? ¿Y eso por qué? ¿A qué vienes a una fiesta si no es para beber?

Rellenando su vaso con gaseosa blanca.

— Soy bailarina ¿Sabes cuantas calorías tiene el alcohol? No puedo arriesgarme, nosotras no bebemos. Y en una fiesta hay mucho más por hacer, si vienes sólo por el alcohol... — lamiendo mis labios lentamente, con la intención de tentarlo— Pues es una lástima.

Apoyó su mano en la mesa, colocándose frente a mí, acorralándome.

— ¿Tienes alguna idea en mente? — imitando mi acción, lamiendo sus labios— estoy abierto a nuevas posibilidades.

Tras nosotros, Julieta formó un circulo con sus dedos pulgar e índice, mientras su otra mano se cerró, dejando erguido el dedo índice, introduciéndolo en la circunferencia.

Britt movía su mano junto a su rostro mientras empujaba la mejilla con su lengua, simulando un oral.

Intenté con todas mis fuerzas no reírme, este era un momento serio, no podía estallar en risas en medio de un coqueteo.

— Bueno... hay un montón de cuartos arriba...

Me gusta probar la carne nueva del gimnasio del abuelo.

Sonrió de lado, bebiendo de su vaso, dando un paso atrás, metiendo su mano libre dentro del bolsillo, cargando el peso en uno de sus pies.

— Eres la hija de quien es prácticamente mi jefe ¿Crees que sea una buena idea? No quiero que me corra por acostarme con su hija.

— ¿Mi papá correrte por eso? — Sí, es posible— No, a él no le importa con quien me acuesto, hombre o mujer, nunca a interferido en mi vida sexual.

La música subió de volumen, maldita sea, no puedo usar mi tono de "Perra seductora" si estoy gritando.

— Me encantaría — susurró en mi oído— Pero ahora mismo tengo planes, vine a reunirme con un amigo, tengo una pelea.

Miré a Britt sobre los hombres del pelinegro. Quizá su historia sí tenía algo de razón.

— Una pelea ¿Dónde?

Cuidado Lucía, cuidado.

— Lejos de aquí dónde viven los ricachones, iré dónde vive la gente como yo.

Sus labios rozaban mi oído con cada una de las palabras que salían de su boca.

— ¿Dónde es eso? Deberías ser más específico.

Deslizando mis dedos sobre el tatuaje en su antebrazo, el ángel caído.

— En los barrios bajos, dónde las bailarinas como tú no van.

En mi cabeza, eso no sonó como un insulto.

— Pues creo que ya deberías marcharte ¿Dónde está tu amigo?

— ¿No quieres divertirte conmigo hoy? En mi territorio, claro.

Alejándose un poco, para observarme.

— No gracias, tengo cosas que hacer aquí hoy, yo conduzco, no puedo dejar a mis amigas.

Asintió, bebiendo de su vaso.

— Sí, tienes razón, es mejor que te quedes con ellas, nos vemos, Lucia.

Besó mi mejilla antes de dar media vuelta y entrar a la casa, con su vaso de vodka a medio beber.

— Mierda — Dijo Britt apenas se acercó— Creí que te iba a comer ¿Qué hacían? ¿Un juego de rol entre el lobo y la caperuza? Porque te vi con cara de cómeme y fóllame, por favor.

Bebí agua, sintiendo mi garganta completamente seca.

— Parte de tu historia tenía razón, Britt, admití, pudimos haber llevado a cabo el juego de rol dónde yo me iba a tragar su pene, pero él tenía una pelea en los barrios bajos, me invitó a ir.

— ¿Por qué no fuiste?

Sirviéndose un vaso de agua.

— Yo hubiese ido.

Dijo Olivia.

Mia, Julieta y Samanta afirmaron en señal de aprobación.

— No quiero meterme en la boca del lobo, primero debo saber con qué estoy jugando — observando el lugar por dónde el pelinegro desapareció— Es divertido cuando juego en mi territorio, no mucho si no sé dónde o con qué voy a encontrarme.











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BUENAS BUENAS MIS AMOREEEEES

TRAJE UN NUEVO CAPITULOOOOO 

ESTA VE, PARA CONOCER A LAS LOCAS AMIGAS DE LUCIA, HAY QUE DECIRLO, TODAS ESTÁN MÁS LOCAS QUE UNA CABRA JAJAJAJAJA 

PERO MI FAVORITA ES LA CHISMOSA DE BRITT, MIA TAMBIÉN TIENE LO SUYO, YA IREMOS CONOCIENDO MÁS DE LAS OTRAS.

TRAVIS ESTÁ ATRAYENDOLAA, SEDUCIENDOLA LENTAMENTE

TODAS SABEMOS QUE NOS GUSTA AQUELLO QUE NO PODEMOS TENER, ES LEY

HAY QUE DECIR QUE LUCÍA FUE INTELIGENTE, OTRA QUE SE CREA A OJOS CERRADOS TODO LO QUE LE DICE UNA PERSONA QUE ACABA DE CONOCER, PUEDE TERMINAR MUY MAL

LUCÍA FUE CRIADA POR JESSA Y LUCA, ESTE ULTIMO SIEMPRE LE DIJO QUE NO DEBÍA CONFIAR EN LO QUE UN HOMBRE LE DIJERA, NO A CIEGAS, Y JODER, APRENDIÓ MUY BIEN

NOS LEEMOS PRONTO MIS AMORES

BESOOOOOS

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