Capítulo 19
Travis se acercó a nosotros temblando como gelatina, normalmente él no aparentaba emociones, no sonreía, no tenía miedo, no demostraba ira a menos de que lo estuviesen atacando directamente, Travis es una persona cerrada y me siento afortunada de haber tenido la oportunidad de ver sus sonrisas y oír sus carcajadas, por eso me duele tanto ver como tiembla del miedo al ver cómo su padre destruye el futuro que estaba intentando construir, y al mismo tiempo, como quiere lastimarnos... yo puedo salir sola de esto... quizá, pero ¿Esa bebé? La pobre no tiene culpa de nacer, menos de tener como padre a una bestia como su donador de semen ¿Cómo... puede consentir que le hagan daño a esa criatura?
- Papá, por favor... haré cualquier cosa, lo que quieras, iré dónde sea que me digas y seguiré tus ordenes, no volveré a escapar ni a faltar a lo que prometí.
Travis padre con un solo movimiento de cabeza, hizo que uno de sus ángeles se acercara a Travis, cortándole el paso, estábamos a dos malditos metros de distancia.
- No lo escuches - dije- No caigas en su trampa, no creo que un padre lastime a su propia hija.
- Princesita, yo no soy el Diablo que te crío - aplastando más la navaja contra mi cuello. Otro hilillo de sangre, más dolor- Yo si soy capaz de deshacerme de lo que interfiere en mis planes, lastima que tu mamá no sabe escuchar, deberían haberte abortado.
- ¡Lucia, no lo escuches! - Dijo papá agitado, luchando con el ultimo bastardo que tuvo la valentía de enfrentarlo- Para tu mamá y para mí has sido lo mejor que nos pasó.
- Lo dice el que desapareció años porque no quería saber de esta perra.
Jalando mi cabello más fuerte, obligándome a descubrir una nueva porción de mi cuello.
Mierda.
No sé qué me duele más, si el corte en el cuello o sus palabras.
- Lucia, lo sabes, te amo, yo te amo.
Dijo papá.
- Lo sé. Papá, yo lo sé, no caeré en su trampa.
Comenzando a respirar agitada, esto tenía toda la pinta de despedida y no estoy lista para dejar este mundo.
- Te voy a ayudar ¿Sí? Papá te va a ayudar, siempre voy a estar para protegerte.
Acercándose a grandes zancadas, mamá seguía ocupada.
- Alto ahí Diablo, o le corto el cuello aquí mismo - provocando otro pequeño corte- vas a hacer lo que yo diga.
Papá se detuvo.
- Travis, te juro que, si le haces algo, nada te va a salvar de la muerte, voy a reventar tu cabeza contra el piso hasta que tu cerebro no tenga forma.
Amenazó mi progenitor.
- Papá, por favor, dije que haría lo que fuera, déjala ir - Travis dio otro paso hacia nosotros- Sólo vamos a casa, vámonos, deja a los Diablos en paz, tuviste tu venganza, me tienes a mí, lo conseguiste, ahora por favor... sólo... acabemos con esto y vamos a casa.
La desesperación en su voz era palpable, me duele el pecho de sólo escucharlo.
- Ah hijo ¿No te lo dije- Con burla- Los padres tienen la obligación de dar una lección a sus hijos para que lo piensen dos, tres veces, antes de cometer otra estupidez - sonrió con malicia- Lucia ¿Cuántos meses faltan para que cumplas veinte?
- Tres.
Respondí con los dientes apretados.
- Tres meses, bien, será divertido tenerte con nosotros durante ese tiempo.
- No. Papá no, por favor, dije que iría, yo cumplo mis promesas, por favor, dejala ir, sólo...
- No. Cállate Travis.
Dijo tajante. El pelinegro dejó de hablar enseguida.
- Según la asistente social, quien adopte a esa mocosa de mierda, debe tener al menos veinte años de diferencia con ella, y para joderte la vida hijo mío, para que te arrepientas todos los días de tu vida, haré que tu linda noviecita sea la que se haga cargo de mi error, bueno, tuyo, dijiste que te harías cargo, se va a joder la vida, o quizá la abandone, quien sabe, no me interesa - encogiéndose de hombros- así que debemos esperar tres meses hasta que tu puta personal cumpla los veinte, nos divertiremos a lo grande ¿No crees señorita?
Jalando más fuerte de mi cabello, obligándome a observarlo.
- Vete a la mierda, hijo de puta.
Escupiendo su rostro.
La mano que sostenía la navaja fue llevada a su propio rostro para limpiar con el dorso de esta, viéndome irritado.
- Elije. Te vas conmigo por las buenas, o mato a la mocosa y te llevo por las malas.
Señalándome con la navaja.
- No serías capaz.
Lo reté.
- Tito. Mátala.
El ángel que tenía a la bebé, levantó el saco hasta lo que más pudo, dispuesto a dejarla caer sobre las piedras, con una sonrisa de satisfacción que me hizo temblar hasta los huesos.
- ¡Está bien! ¡Está bien! ¡Mierda! Iré, iré, pero la bebé no tiene la culpa, déjala en paz, sólo... sólo déjala.
- ¿Te harás cargo, puta? Si perturba mi sueño, bien sabes lo que haré con ella.
Sin soltar mi cabello.
- Lo haré maldita sea, dije que lo haría, ni siquiera sentirás que está ahí.
- Tito, dásela.
Sin cuidado alguno, el tal Tito se acercó un poco, lanzándome el saco con la bebé dentro, la atrapé muriendo del miedo, sacándola con rapidez de ese lugar, revisando que todo estuviese bien, que sus bracitos y sus piernas no se hubiesen roto, afortunadamente no había nada malo con ella, sólo estaba asustada.
- Ya cielo, ya... - abrazándola de forma protectora- No te harán daño, tranquila, recibiré todas las balas por ti, te cuidaré de estos hijos de puta.
- Lucia, no puedes ir, mi papá... él...
Observé a Travis, seguía asustado, y su padre seguía con los dedos enredados en mi cabello, no podía correr por más rápido que lo intentara.
- Lo escuchaste, si no voy por las buenas, la va a matar - señalando a la bebé- yo no dejo que papá mate ni a los insectos ¿Cómo podría vivir sabiendo que por mi culpa una bebé murió?
- Lucia.
Papá llamó mi atención, viéndose tranquilo, pero lo conocía tan bien... de sus palmas corría sangre, se está clavando las uñas, soportando el dolor, manteniéndose en control, es admirable...
Papá está guardando su reputación, yo también debo cuidar la mía.
- No moriré, te lo prometí.
Mamá llegó agitada, soltándose el cabello, temblando de pies a cabeza.
- Lucia...
- Ustedes criaron a una guerrera, no a una perra débil - citando las palabras de mi padre- No dejaré que dobleguen mi voluntad, les haré la vida tan imposible que desearán regresarme - carcajee asustada, sé lo que le hicieron a mamá, no me iría mejor- Nos vemos en un par de meses, por favor inventa una excusa para el abuelo, querrá matarme cuando me vea otra vez, a la persona pequeña - haciendo referencia a mi hermano, no quería que los Ángeles recordaran su existencia- Díganle que lo amo, Harry por favor... deja de llorar, te prometo una fiesta de chocolate cuando vuelva - mi labio inferior tembló al verlo derrumbarse en los brazos de Jacob- Tío Connor... gracias por ayudarme antes, estás un poco loco, pero sigues siendo familia... y te quiero - observándolo- Tío Oren, tío Marcus, mis padres van a necesitarlos, por favor... no los dejen solos, papá probablemente haga locuras, tiene la tendencia de lastimarse cuando no puede controlar la situación - entonces miré a mis progenitores, mamá estaba blanca como el papel, papá la sujetaba- mami... gracias por todo, fuiste la mejor madre del mundo, y perdón por todas las dificultades que te hice pasar, perdón por hacerte sufrir ahora... yo... no hay... no hay forma de evitar esto, perdón mamá, perdóname... - ella negó, negó muchas veces, pero no fue capaz de pronunciar palabras, sólo sollozos y jadeos ahogados- Papito - continué- Te lo prometí, voy a vivir, no pienso sacrificarme por nadie, tengo mucho que quiero hacer aún - asintió, intentando mantenerse firme- Voy a volver y entonces podrás volver a entrenarme, porque de seguro estaré fuera de forma - acariciando la espalda de la pequeña que comenzaba a calmarse- y cuando vuelva, no volveremos a separarnos.
Travis padre jaló de mi cabello, obligándome a ponerme de pie, me quitó la cangurera y la lanzó a los pies de su hijo.
- Bien ángeles, nos vamos.
Dijo el hombre, sin soltarme.
Travis hizo el ademán de abrirse paso para seguirnos, pero su padre se lo impidió.
- ¿Qué crees que haces?
Preguntó.
- Ir contigo, es lo que querías.
Su padre sonrió de lado.
- No aún. Vas a quedarte con tus amigos Los Diablos para soportar la ira y el sufrimiento de todos, vas a recibir los golpes y los insultos por estos tres meses, luego haremos el intercambio, la perra, por tu cabeza.
- Pero papá, y-yo creí... yo...
Palideciendo más aún.
- No. Ya te lo dije, te estoy dando una lección, quiero que sufras.
Papá se acercó a Travis, rodeando sus hombros.
- Tú no has hecho nada malo, no es tu culpa tener el padre que tienes - lo tranquilizó- mi hija tomó esta decisión, ella es una guerrera, y aunque sea a pedazos, regresará a casa.
- Señor, usted sabe de lo que ellos son capaces.
Temblé.
No quería imaginar los calvarios que viviría.
- Lo sé, y sé lo mal que mi esposa lo pasó a manos de ellos, pero aquí... yo... soy egoísta, si intento algo, la van a matar, y yo no estoy listo para ver a mi hija muerta.
- Regresaré en pedazos - dije- es cierto, pero soy una persona fuerte, nada que un poco de terapia y el apoyo de mi familia no pueda arreglar.
Travis padre comenzó a empujarme para volver a caminar, alejándonos del pacto de la calavera.
- Lucia... te juro que tome el tiempo que me tome, voy a regresar por ti, limpiaré el camino, te vengaré y volveré por ti, ya sean meses o años.
Dijo Travis en su desesperación, siendo sujetado por mi padre.
Ambos sabemos que nuestro futuro juntos acaba de ser destrozado.
- Vive bien angelito - dije- Te quise como no tienes idea, fuiste el mejor polvo de mi vida también, mi lugar seguro - sin dejar de caminar- espero que en algún momento de tu vida seas feliz.
- ¡Lucia!
Su grito desgarrador, la forma en la que se le quebró la voz al decir mi nombre terminó por romperme, derramé un par de lagrimas abrazando a la bebé para poder ocultarlas, escuchando los comentarios de los ángeles sobre lo que pensaban hacerme o lo mucho que disfrutarían torturándome.
Fui metida en una camioneta gris a la fuerza, dos hombres a mis costados, manoseando mis piernas durante todo el trayecto, horas y horas de viaje en las que sólo se me permitió salir para pasar al baño en la gasolinería o cambiar los pañales de la bebé, tuve que pedir la ayuda de una mujer que pasaba por ahí para que me enseñara la forma correcta de mudar a un recién nacido, la pequeña tenía apenas tres días de nacida por lo que dijo Travis padre en el trayecto, probablemente salió hoy temprano del hospital... pobre.
Me dolían los brazos por el esfuerzo de cargar a la bebé todo el camino, no estaba acostumbrada al peso, me temblaban.
Cruzamos el gran letrero que decía Bienvenido a Pensilvania, al parecer este sería nuestro destino, condujeron hasta el área rural, deteniendo la camioneta, todo el mundo bajó y por supuesto que me obligaron a bajar también, caminando hasta la casa roja de madera, de aspecto viejo, tras esta un enorme granero y un montón de animales por doquier.
- Entra joder, estas no son vacaciones.
Dijo Travis padre, empujándome con tal fuerza que casi perdí el equilibro, afortunadamente el chico que abrió la puerta para nosotros me sostuvo, hubiese sido una tragedia terminar en el piso con un bebé tan frágil en brazos.
- Dale la bebé a Nick y sígueme.
La apreté contra mi pecho, mirándolo mal.
- No le pasará nada, te lo prometo - dijo el tal Nick, el chico que me sostuvo- Le cambiaré la ropa, compré de todo para recibirlas, aquí hace frío y va muy desabrigada, se enfermará.
Miré a la bebé... es cierto, hace frío y lleva sólo una capa de ropa.
- E-está bien, pero si la escucho llorar, te romperé todos los dedos.
Amenacé en tono bajo.
- Lo juro por mi vida, ella estará bien.
Con manos temblorosas, le entregué a la niña, viendo que la tomó cuidadoso de no despertarla, meciéndola con cuidado.
- Listo, ya la dejaste, ven aquí ahora, te daré tu bienvenida.
Dijo Travis padre.
Sujetó mi brazo con fuerza, arrastrándome hacia las escaleras, Nick me observó con lastima, dándome la espalda mientras el maldito loco subía las escaleras conmigo, recorriamos el pasillo y me empujaba dentro de un cuarto, dónde una gruesa cuerda colgaba de las vigas.
- De rodillas y levanta las manos.
Tragué grueso.
- ¿Y tú crees que yo nací para seguir ordenes?
Levantó la mano y me cruzó el rostro de un puñetazo, desorientándome por unos segundos.
- ¿Tengo que volver a repetirlo?
Negué.
Apretando las manos en puño, fui hacia el lugar que señaló, me arrodillé y levanté las manos, quedándome quieta mientras amarraba mis muñecas con tanta fuerza que pronto mis manos se quedarían sin circulación.
- Más te vale que no me muerdas - desabrochando su pantalón- si usas los dientes, aunque sea un poco, te moleré a golpes ¿Oíste?
Liberando su pene, comenzando a masturbarse sin pudor frente a mi rostro.
- ¿Y si te canto una canción? - riendo de los nervios- Vete a la mierda, también tu mamá, y tu hermana, y tu trabajo, y tu malogrado auto, y esa mierda a la que llamas arte - me golpeó. Pero no iba a detenerme- Vete a la mierda, también tus amigos a los que nunca volveré a ver, todos a excepción de tu perro, váyanse a la mierda.
Me golpeó otra vez, y luego otra, y luego otra... no pude seguir cantando.
Mierda... era la canción ideal para este bastardo.
Levanté la cabeza a duras penas, riendo al sujeto agitado frente a mí, sintiendo el sabor metálico de la sangre dentro de mi boca.
- Estás loca, tu madre ya estaba llorando a estas alturas.
Enredando sus dedos en mi cabello, masturbándose con la mano libre.
- Una lástima, yo soy más masoquista, como mi padre, desearás devolverme antes de los tres meses.
- Si usas los dientes...
- Sí... sí... sin dientes, lo sé ¿Vas a hacerlo o no? ¿Cómo tuviste dos hijos con ese pene pequeño? Tu hijo lo tiene mucho más grande, Travis sí que era algo digno de ve...
Metió su pene hasta mi garganta sin darme la oportunidad de respirar, tuve arcadas no por no manejar las estocadas bruscas de este hijo de puta, más bien me daba asco el dueño de lo que tengo en la boca, estaba tan asqueada, tan asustada...
Terminó corriéndose en mi boca, apenas sacó su pene, cubrió mis labios con su mano, obligándome a tragarlo todo. Tosí del asco, un poco desorientada aún, esos golpes me estaban costando la consciencia, casi no me di cuenta cuando me encontré desnuda de cintura hacia abajo, separó mis piernas y me penetró sin cuidado, sujetándose a mis caderas para adentrarse con mayor fuerza, destruyéndome por completo.
En todo ese sufrimiento, ni siquiera abrí la boca, me mordí la lengua todo el tiempo sin emitir gemidos o sollozos, nada, no le daría la dicha de verme sufrir, no demostraría nada, no...
Todo se puso peor cuando invitó a sus amigos al cuarto, aprovecharon mis manos atadas para hacer lo que se les dio la gana conmigo, marcando con golpes y apretones mi blanquecina piel, mierda... son unos malditos animales.
- Una vez a la semana vendremos a visitarte - sujetó mi rostro, ya no tenía fuerza para levantarlo, mis manos seguían atadas- y haré contigo lo que se me de en gana - besando mis labios. Que asco...- ¿Tu madre será tan deliciosa como tú?
Mordí su labio con fuerza, arrancándole un trozo.
- Atrévete a tocarle... un dedo... y... te... mato...
Escupiendo.
Hablar se me hacía muy agotador, estaba muy lastimada.
- ¿Matarme tú? ¿En este estado? - carcajeó, cruzándome el rostro de una cachetada- Me divertiré mucho adiestrándote, perra, llamaré a tu padre ahora, le diré que si involucran a la policía, se despida de volver a ver tu rostro - palmeando mi mejilla- le contaré lo bonito que dejé tu cuerpo, es más - sacó su móvil y me fotografió desnuda, lastimada y violada- para que el mismo pueda apreciarlo. Adiós.
Él y sus amigos dejaron el cuarto, voces en la planta baja, no podía entender qué mierda decían, luego la camioneta alejándose del lugar.
Segundos después, pasos apresurados por las escaleras, era Nick... creo... tenía los ojos demasiado inflamados como para ver bien.
- Mierda... mierda... mierda... - Desatándome con rapidez- Esos hijos de puta... esos bastardos siempre hacen lo mismo - cargándome sin esfuerzo. No me resistí- Soy de los buenos, te ayudaré, te limpiaré ¿De acuerdo? Pido perdón de forma anticipado por tocar tu cuerpo, lo siento.
Sonreí sin ganas, dejándome llevar ¿Qué más iba a hacer?
- ¿De los buenos...? De ser bueno... tú... no estarías aquí...
- Soy hijo de un ángel, condenado a esta mierda de vida, si abro la boca terminaré peor que tú, soy cobarde... lo siento...
Depositándome con cuidado dentro de la bañera.
- No... no es ser cobarde, es ser inteligente, es la única forma de sobrevivir.
Sintiendo el agua fría tocar mi cuerpo.
- Pronto se calentará, dale un momento.
Asentí.
- ¿La bebé...?
Preocupada.
- Está bien, sigue dormida, no te preocupes, no le hicieron nada, tampoco se la llevaron.
Suspiré aliviada.
- Eso es bueno...
- ¿Cómo pasó todo esto? ¿Cómo te atraparon?
Tomó uno de mis brazos, deslizando una esponja con jabón por este, siendo muy cuidadoso con las heridas, el agua poco a poco comenzó a tornarse roja.
- Me enamoré de un ángel caído, más bien me enamoró uno, uno que... tenía la misión de hacer sufrir a mis padres a través de mí, yo sabía qué era, sabía cual era su misión y aun así decidimos intentarlo...
- ¿Qué pasó con él?
- Se quedó con mi padre, Travis no tiene la culpa de nada, su padre es el enfermo...
- Vaya historia... ¿Qué harán ahora? ¿Por qué tú estás aquí y él allá?
- No sé que pasará con nosotros... su padre quiere darle una lección a Travis, me dejó aquí para lastimarme mientras él se culpa estando rodeado de mi pandilla, mi papá es el líder, lo aceptó como diablo, él era de los nuestros...
- Vaya mierda... lo siento mucho.
Suspiré.
El agua estaba en la temperatura ideal, me arde el cuerpo, pero me sentía tan liviana...
- Tengo... pastillas abortivas por si quieres una, lo ultimo que necesitas es embarazarte de uno de esos bastardos.
Nick me agrada.
- Me cuido, pero dame una de todas maneras, tengo el implante del brazo, 99% de efectividad, no quiero un 1% con su rostro para toda la vida.
Asintió.
- Te... daré un poco de privacidad - dijo en cierto momento- cuando te cargué, te escurría por los muslos, supongo que querrás...
- Ah... sí - sonrojándome- Gracias Nick.
- Seré tu amigo aquí, por el tiempo que te obliguen a quedarte.
- Tres meses.
- Tres meses... ya veo... suerte... chica.
- Lucia. Me llamo Lucia.
- Suerte, Lucia.
Se levantó y dejó el cuarto de baño, sólo entonces me di el lujo de llorar con autentica desesperación, permitiendo que gruesas gotas rodaran por mis mejillas y se perdieran en el agua.
Estaba asustada, estaba muerta del miedo, y mi papito no está aquí para defenderme, es la primera vez que él no está para mí, y eso... me aterra.
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BUENAS BUENAAAAS
AQUÍ COMIENZA LA FILA PARA LA LLORADITA X1
PAPA TRAVIS TENÍA TODO PLANEADO JODER, TODO PARA JODERLE LA EXISTENCIA A TRAVIS, PARA CAGARLE TANTO LA MENTE QUE NO QUERRÁ VOLVER A DESOBEDECERLO, LLEVARSE A LUCIA Y A LA NIÑA QUE QUERÍA SALVAR FUE EL PEOR ESCENARIO PARA ÉL, TRAVIS ESTABA DISPUESTO A SEGUIRLO, PERO NO... TRAVIS PADRE TENÍA OTROS PLANES
SE LA LLEVÓ A OTRO ESTADO, DÓNDE NO LA ENCONTRARÍAN Y AMENAZÓ CON MATARLA SI INVOLUCRABAN A LA POLICIA, NO ES NADA DE TONTO
¿PODEMOS IMAGINAR LO QUE SENTIRÁ LUCA CUANDO LE LLEGUEN LAS IMAGENES DE SU HIJA? ES QUE DE AQUÍ ESCUCHO COMO SE LE ROMPE EL CORAZÓN Y PIERDE LA CORDURA QUE OBTUVO CON AÑOS DE PRACTICA, ESE HOMBRE VA A PERDER LA CABEZA Y JESS VOLVERÁ A LA DEPRESIÓN, ELLA VIVIÓ LO QUE SU HIJA VA A VIVIR Y POR MÁS TIEMPO, A ELLA NO LA PODRÁN SALVAR
NICK HASTA EL MOMENTO ME AGRADA, SIENTO QUE AL MENOS EN ÉL LUCIA PODRÁ APOYARSE:c
Y LA POBRE BEBÉ JODER, CASI LA MATAN A LA POBRE, TRAVIS PADRE MERECE LA MUERTE
NOS LEEMOS EN EL SIGUIENTE CAPITULO BELLAS
SEGUIRÉ CON LA LLORADITA
BESOOS EN LA COLA
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