Capítulo 16

Llegada la noche, en fila prácticamente, nos lavamos los dientes, observándonos en el espejo en el proceso, estos estaban al aire libre, luces grandes alumbraban el área a la redonda, todo lo demás estaba tenuemente iluminado por ampolletas entre las ramas de los árboles, y para mi sorpresa, la táctica del abuelo para que la relación de todos comenzara a mejorar, funcionó, todo el mundo se empujaba o hacía bromas mientras cepillaban sus dientes, todos menos Travis y Parker, que estaban hablando un par de metros lejos de nosotros, no querían ser escuchados.

— Tengo miedo ¿Qué pasará si vuelven a pelear? El entrenador nos ha matado lo suficiente, y me di cuenta de que a medida que mejor nos llevamos, menos difícil es seguir la rutina, más bien... hemos jugado estas últimas horas, quiero seguir jugando.

Dijo Joe con horror.

— No creo que quieran pelear, se ven... tranquilos — dijo Alex, acercándose— Si algo que aprendido de Travis estos días, es que no golpea a nadie a menos de que le den motivos, Parker lo provocó antes, dos veces.

Asentí.

— Estoy de acuerdo con eso — Dije. Escupiendo la pasta— Travis no discute sin provocaciones, y bueno... ya habrán escuchado las estupideces que Parker dijo... él no me agrada.

— Nadie que hable así de un compañero es de fiar — Sentenció Noah— todos tenemos pasados tormentosos, el entrenador y el señor Luca se especializan en buscar chicos con vidas que se irán directo a la basura sin alguien que nos guíe.

Asentí dándole la total razón, la finalidad de ese gimnasio es ayudar a quien necesita ser ayudado, por eso amo a mi familia y el legado que está dejando, mi abuelo podría tener cientos de gimnasios, podría administrar grandes lugares, y bueno... lo hace, pero decidió quedarse en el lugar dónde comenzó, dónde conoció a papá, dónde su buena racha inició, siempre fiel a sus valores.

— Miren chicos, miren eso, parece que se acabó el entrenamiento militar para nosotros.

Dijo Stephan, señalando con su cepillo de dientes a Parker y Travis, dándose la mano, palmeándose la espalda, luego comenzaron a caminar hacia nosotros, relajados.

— ¿Qué pasó?

Preguntó Joe.

Joe, el indiscreto, así le diremos desde hoy.

— Estuvo mal lo que dije sobre él — explicó Parker— Me intimidó el chico nuevo, tiene buenas técnicas, es fuerte, sólo... fue un intento estúpido de alimentar mi ego, eso estuvo mal, muy mal, él y yo — señalando— todos nosotros — señalándonos— somos un equipo, si uno no tiene éxito, el resto tampoco. Además, no debería estar escarbando en el pasado de otra persona, así que yo... pues... me disculpé, es lo correcto disculparse cuando cometemos un error.

— ¡Parker, amigo! Por fin decidiste hacerte hombre — dijo Liam, rodeando el cuello de este con su brazo— me enorgulleces.

— Cállate idiota — empujándolo con una sonrisa en el rostro— Hice lo que tenía que hacer.

Sonrojado hasta las orejas.

— Bueno, yo... todos saben mi pasado — comenzó a decir Travis— y como el señor Luca me encontró... y...

— Y cómo te estás cogiendo a su hija, lo sabemos.

Carcajeó Stephan sin querer sonar grosero.

— Sí, eso también — dije— Continua, guapo.

Guiñándole un ojo a Travis.

— Bueno, lo que intento decir — medio sonriendo— es que no me importa si es un pasado de mierda, o si es vergonzoso, todo lo que me pasó me hace estar aquí hoy, me agradan chicos, disfruto aprendiendo con ustedes, así que... olvidemos los problemas pasados, discúlpenme por las dificultades que les di con el entrenador, y... comencemos de nuevo.

Parker, que ya fue soltado por Liam, fue el primero en acercarse para rodear sus hombros, comenzando a reír.

— Ya era hora que te soltaras, hombre, eras tan solitario y callado que creí que nos mirabas por encima del hombro, me equivoqué, y lo siento.

— Esa fue la ultima de mis intenciones, suelo ser algo tímido al principio, lo siento.

— Ay, par de perras lloronas — Noah se les lanzó encima— Así se habla.

Uno a uno, nos acercamos para unirnos al abrazo, disfrutando de la armonía que por fin pudimos conseguir, viendo al abuelo observándonos a la lejanía, asintiendo de forma aprobatoria hacia nosotros.

Esa noche no quise intentar nada con Travis, era su momento saborear lo que es tener amigos por primera vez.

Nos quedamos hasta las cinco de la mañana hablando con todos, conociéndonos mejor.

****

El fin del campamento fue peor de lo que imaginamos.

Nos divertimos, hicimos los pases, nuevos amigos y dejamos atrás el entrenamiento militar, jugando, cocinando juntos o simplemente divirtiéndonos en el lago, dónde... claro, el abuelo se dio cuenta de mis heridas, y tuve una charla de casi dos horas de los peligros de los animales salvajes y de si estaba 100% segura de si fue un gato u otro animal.

Terminó alertando al dueño del campamento en caso de que otra persona sufriera un daño igual.

Me sentí culpable por ello, pero es mejor una mentira que lo mantendrá a salvo, a la verdad dura y peligrosa que lo hará odiarnos o peor... lo llevará a su muerte.

***

LUCA

Recargado en mi motocicleta, fumé mi cigarrillo en compañía de mi esposa, esta vez, recargada en el capot del auto mientras esperábamos a los chicos, papá dijo que estaban a punto de llegar.

— ¿Seguiremos con el plan entonces? — Dijo Jess— Tu hija te va a odiar.

Probablemente lo haría al comienzo, pero sé que entenderá mis razones.

— Travis me agrada y sé que Lucía le hace bien, pero es necesario separarlos, al menos por ahora.

— Bien, pues se lo dirás tú mismo, ahí vienen.

Señaló con diversión el minibús que se acercaba con la música a tope y malos cantantes en el interior, todo el mundo lucía contento, al parecer, el campamento funcionó.

Mi padre es un genio.

— Deséame suerte.

Dije, irguiéndome con lentitud, aún me duele el cuerpo, esta vez sí que estuve al borde de la muerte.

— No la necesitarás, Lucía se enojará ahora, lo entenderá después, sólo has lo que tengas que hacer.

Encogiéndose de hombros, tomando mi mano.

— Bien, hagamos esto — viendo a todo el mundo salir— Sigamos el plan.

Algo nervioso.

No soporto que Lucía me vea con enojo.

— ¡Papá! ¡Mamá! —Vino a nuestro encuentro, abrazándonos con fuerza— ¿Cómo están? ¿Se sienten bien? No se ven bien... ay por favor, díganme que vieron un médico.

La abracé con fuerza, sintiéndome culpable al verla herida y con el cabello recortado ¿Qué hubiese pasado si algo le sucedía? Si algo le pasaba a mi niñita, yo...

— Papá, estoy bien — dijo acariciando mi espalda con cuidado— Sólo... ¿Pueden decirme cómo están ustedes? Su estado era peor que el mío.

— Estoy bien cielo, si tú estás bien, todo está bien.

Alejándome para verla al rostro.

— Yo también cariño — dijo Jess— Todo está perfecto — tomando los bolsos de nuestra hija— Pero ahora, tenemos un lugar al que ir.

Ayudándome a iniciar esa conversación.

— ¿Dónde? El plan era ir a la casa hermana con Travis.

Señalando al chico que reía y bromeaba con los demás del gimnasio.

Se está adaptando.

— No Lucía — dije suspirando— No irás a la casa hermana, ni a El pacto de la calavera, tampoco verás a Travis, al menos una semana.

Volteó lentamente para verme con incredulidad.

Ahí estaba esa mirada matadora que no quería ver.

— ¿Qué?

Preguntó indignada.

— No quiero que lo llames ni lo mensajees.

— Papá, estás loco, no puedes ordenarme qué hacer.

Miré a mi esposa, divertida con la situación mientras yo recibía las miradas lanza dagas de nuestra hija.

— Hablaremos en casa ¿De acuerdo? Te contaré los detalles, ahora debo llevármelo, nos están esperando.

— ¿Quién? ¿Dónde? ¿Va a estar todo bien?

Sujetando mi brazo con fuerza.

— ¿Ese chico te importa?

Señalando a Travis, quien ahora estaba mirándonos.

— Pues sí.

Sin vacilar.

— ¿Y se lo dijiste?

— No sé de qué manera me importa.

Admitió.

— Bien. Hablaremos en casa.

Besé su frente y me marché en dirección al desconcertado chico con su mochila al hombro.

— Vamos Travis, tú y yo tenemos una larga conversación — Viendo a Jessa, hacer subir a Lucía de mala gana al auto, llevándosela— Pero primero, hablemos de mi hija.

— Señor... yo...

— No — lo corté— Tú tranquilo, estoy más que seguro que sí eres lo que ella necesita, estoy intentando cuidarte a ti — suspiré— Lucía heredó mis malos genes, le encanta barrer el piso con sus conquistas, y tú me agradas, a ella le agradas, de lo contrario, no te habría llevado a casa, eres el primer chico que consigue eso, punto extra para ti — caminando hacia mi moto— por eso, un consejo, le prohibí a Lucía pisar la casa hermana y asistir al pacto de la calavera, una semana ¿Por qué? Te preguntarás tú, bueno, extrañar a las personas hace que uno se de cuenta de lo que quiere de ellas, creo que necesitas cortar contacto con ella durante esa semana, sin llamadas ni mensaje, has que te extrañe, Jessa lo hizo conmigo... como cinco años, bueno, más bien yo la cagué, pero esa es otra historia — aterrado, odiaba recordar ese tiempo— Y te aseguro que nunca más me alejé de ella, Lucía es cómo yo, te aseguro que obtendrás una respuesta por su parte si haces esto.

Parecía sorprendido por mi consejo, o quizá fue el corto pedacito de mi vida que acabo de compartirle, no sé qué haya sido.

— ¿Y si Lucía se enoja conmigo?

preguntó dudoso.

Se preocupa de lo que mi hija piense sobre él, punto extra para Travis.

— Tú tranquilo, ella cree que yo la he castigado o algo por el estilo, por ahora, luego le contaré una historia en la que no me odie y siga respetando ese tiempo ¿Qué me dices? ¿Quieres hacerlo? Porque si no quieres... bueno, sigue aferrándote a ella y después...

Sonando vacilante, casi como si contara el desenlace de una fallida historia de amor.

— No señor, sí quiero hacerlo, usted la conoce mucho más que yo, haré lo que sea.

Respondió de inmediato.

— Así se habla muchacho, ahora me agradas más — sonriendo— Vamos a la casa hermana, todo el mundo te espera.

Asintió sin chistar, subiendo a la moto.

Que fácil es engañar a estos dos chicos.

Oh... la juventud ingenua, claramente a Lucía le contaré la otra verdad de mi plan, ser un doble agente y ayudar a estas dos almas perdidas será divertido.

***

Llegados a la casa hermana, todo el mundo estaba ahí, incluido mi medio hermano Connor, sonriente y bien vestido, como siempre, a pesar de que a Lucia le tengo estrictamente prohibido quedarse mucho tiempo con él, y sobre todo quedarse a solas con ese sujeto, Connor... no quedó bien, algo en su cabeza no está en su lugar, y sigue creyendo que Lucía es su hija, eso... me preocupa, y papá es su tutor legal, es él quien debe internarlo nuevamente, pero le da lástima...

— Luca.

Dijo de forma seca.

Sigue odiándome.

— Sí, ese es mi nombre, ahora hazte a un lado — suspiré— esta ni siquiera es tu casa, deberías ir con papá, es peligroso que te quedes todo el tiempo aquí.

Hace mucho dejó de vivir aquí, pero sigue viniendo casi a diario.

— Sé cómo cuidarme solo.

Sentenció.

— Por supuesto — pasando por su lado— Travis, te aconsejo mantenerte alejado de él, es mi medio hermano, pero no de fiar.

— De acuerdo.

Sin preguntar más allá, sabe cuál es su lugar.

— Ahora aquí...

— ¡Bienvenido!

Cerré los ojos y bufé ¿Por qué no me lo esperé? Aquí adoran las fiestas y las sorpresas.

— Estos son tus nuevos compañeros de casa, Diablos, él es Travis, es...

— Ya sabíamos de ti super bombón, Lucía babea por ti por mensaje, la tienes loquita amigo, por cierto, mi nombre es Harry, estoy junto a tu cuarto, pregúntame lo que quieras, los amigos de Lucia son mis amigos, bueno, no con el nivel de intimidad de su amistad, yo tengo novio y mi novio sólo permite que juguemos con Lucia, digo... don Diablo — observándome— No quise decir que hacíamos tríos con su hija, no lo hacemos, menos teníamos planeado bañarla en chocolate para hacerla el postre, jamás haríamos eso con su hija... señor.

Suspiré.

En ocasiones me encantaría que Lucia no tuviera amigos con la boca tan grande, estoy seguro de que cualquier padre querría evitar escuchar este tipo de detalles de la vida privada de su princesa.

— Harry, vuelve a poner a mi hija en la frase, trio y chocolate, y te arrancaré la lengua ¿ok?

Asintió rápidamente.

— Sí, señor.

— ¿Llegó Lucía? Tengo listo el chocola...te.

Dijo Jacob, disminuyendo el tono de su voz en cuanto me vio.

— Lucia no va a venir, ni hoy, ni mañana, ni pasado, ni...

— Don Diablo, no me diga que la obligó a marcharse, lo sentimos mucho, no quisimos ponerla en peligro — dijo Harry— es que estábamos preocupados por usted y la señora Jessa, Lucia no nos hubiese perdonado dejarla fuera.

— No es por eso Harry, y ya te lo dije, hicieron bien, Lucia es... espectacular, sin ella ahí, mi mujer y yo probablemente estaríamos muertos.

— Muchos de nosotros también, señor, Lucia fue la esperanza que necesitábamos, teníamos pensado dar una fiesta en su honor ¿Cuándo podrá volver? ¿Por qué no puede venir?

Preguntó Jinx.

— Lucia podrá volver en una semana, les contaré lo que sucede — todos se acercaron— Mi hija es una fanática de las relaciones sin compromiso, ella jamás admite lo que siente, sólo sigue adelante, sé lo que tengo y lo que crie, y sé que le gusta este chiquillo de aquí — señalando a Travis con la cabeza— Así que quiero que lo extrañe, si no tiene contacto con él, llamadas, mensajes, visitas, sé que admitirá lo que siente por fin, así que, ella estará por acá la próxima semana.

— Pero señor, eso quiere decir que tampoco irá al pacto de la calavera ¿Y si algo sale mal? ¿Y si vuelven a atacarnos? La necesitamos.

Dan.

Siempre agudo.

— Dudo mucho que tengamos problemas por un tiempo, los ángeles terminaron muy dañados, necesitan recuperarse.

Asintió no muy seguro.

— Bueno, hechas ya las semi presentaciones — dando un paso atrás— Travis, tus cosas están en el cuarto, Harry te lo mostrará, preséntense todos, beban hasta que no se puedan el culo, no es necesario ir al pacto hoy, fiesta en casa, disfruten, saquen dinero del fondo común e incluyan al chico nuevo en las tareas de la casa, cuéntenle como funciona todo.

Travis entró en pánico, observándome.

— P-pero señor, yo...

— Hasta luego Travis, lo harás bien, confía en ti.

Di media vuelta y subí a la moto, encendí el motor y fui directo a casa a toda leche, abrí el portón y conduje todo ese tramo, esquivé el huerto de mi esposa, conduciendo directo al garaje, estacionando la moto, abrí por la puerta que daba directo al jardín trasero, entré a la casa y comencé a buscar vida en ella, lo primero que encontré fue a Jess, estaba en una video llamada con Jack, practicando su ruso.

Lo extraño tanto...

— Hola cariño — acercándome para saludar— ¿Cómo va todo allá?

— ¡Bien! La tía Katherine me está ayudando con el idioma, ya tengo amigos en la escuela, asisto a un nuevo gimnasio y... todo es genial acá, pero los extraño.

Suspiré.

— Yo también te extraño campeón... pronto podrás volver a casa, sólo debemos arreglar un par de asuntos con tu madre y tu hermana.

— ¿Por qué hacen cosas peligrosas? No soy tonto papá ¿Por qué me dejan fuera de todo siempre?

Miré a Jess.

— Lucía está en su cuarto, tú encárgate de eso, yo me encargo de esto, intentaré... ver que puedo contar, ya sabes.

Asentí.

— Jack, hijo, no es que te dejemos fuera — dije— Pero hay cosas de las que debes enterarte a tu debido tiempo.

— Diablos ¿No es así?

A la mierda, sí que lo sabe todo.

— Tú cómo...

— Los oí, y sin querer vi el móvil de mamá hace un tiempo, ese chat extraño, todo el mundo tiene el mismo tatuaje que ustedes ¿Qué pasa si yo sé el secreto? ¿Qué va a pasarme? Yo también...

— No — dijo Jessa de forma tajante— Jack, no vayas por ahí, aunque lo sepas todo, no vas a unirte a ni una mierda, eres demasiado joven, quizá cuando crezcas...

Decidí dejarle esto a Jess, yo no sabía que hacer en este caso, si por mi fuera, Lucía tampoco sería parte, ahora que Jack lo sabe todo... carajo, debe guardar el secreto al menos cuatro o cinco años más, ya después... dejaré que se una, pero no ahora, nunca lo pondría en ese riesgo, tiene apenas trece años, sería matar a mi hijo, podrá enojarse con nosotros por la decisión que tomamos, pero no, él no se unirá, no está en discusión.

Llegué al cuarto de mi hija toqué tres veces y esperé, no hubo respuesta.

— Lu ¿Puedo pasar?

Jamás entro al cuarto de ella sin tocar, debo respetar su intimidad, quizá está cambiándose de ropa, o tomando un baño, o simplemente no quiere que entre, no puedo invar así como así su espacio.

— ¿Lu?

Volví a intentar.

— Ya estoy lista papá, entra.

De mala gana.

Abrí la puerta, viéndola con la toalla en la cabeza y una de sus camisetas grandes para andar por casa, estaba sentada sobre la cama, mirándome mal.

— ¿Me vas a explicar qué pasó con Travis y por qué no me dejas verlo? Nunca antes te importó a quien veía.

Caminé hasta ella, tomando asiento en la cama.

— Lucia, a simple vista, se nota que a Travis le cuesta conectar con las personas, su pasado debió afectar su lado social de alguna manera, por eso tomé esta decisión. Todos Los Diablos entran solos a la pandilla, se ven en la obligación de entablar conversaciones con el resto, hacer amigos, así como tú ¿O es que yo te presenté a alguien? ¿O tu madre? — ella negó— Quiero que Travis haga amigos por las suyas, no que estés interfiriendo en sus relaciones, yo creo que en una semana, conviviendo con los chicos de la casa, le servirá para hacer amigos y confiar en quienes lo rodean, Travis es un chico muy dañado, no confía fácil, sé lo que se siente eso, me veo reflejado en él, y quiero que sea feliz, así que por favor, no te contactes con él, deja que se adapte a su nuevo entorno, hazle un bien, has esto por él.

Jugó con sus dedos, hizo esas morisquetas que hace con la boca cuando piensa y entonces levantó la cabeza.

— Está bien papá — suspiró— si es por su bien, supongo que puedo hacer eso, también quiero que Travis se sienta parte de nosotros. De haber sabido que estas eran tus intenciones, no te habría mirado mal, o maldecirte en silencio, o hacerle una escena a mamá... en fin, nos habríamos ahorrado mucho.

— Sí, bueno... de habértelo contado, hubiésemos tardado más tiempo allá, Travis lo hubiese escuchado y no quería hacerlo sentir mal.

— Hablando de eso, tienes que disculparte ¿Cómo puedes tener tan poco tacto para hablar sobre lo mal que lo pasó? Papá a él le dolió, me lo dijo.

Llevé mi mano al cabello, recordando la forma en la que dije la verdad.

— Carajo... tengo que aprender a decir las cosas, me disculparé con él, tranquila —besando su coronilla— y ahora que ya hicimos las pases, tenemos otro problema.

— No más problemas... — se quejó— ¿Qué es ahora?

Su rostro se transformó en cuanto supo que Jack sabía la verdad, no dudó en ir a la sala y hablar con él para calmarlo, en ocasiones, los hermanos mayores eran más escuchados que los padres, Jack admiraba a Lucia, afortunadamente eso la calmó, funcionó.









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HOLA HOLA MIS AMOREEEEES

LUCA SE LAS DIO DE DOBLE AGENTE HOY, AYUDANDO A AMBOS CHICOS, SIENTO QUE HIZO BIEN, ESTÁ AYUDANDO A TRAVIS, LUCA TAMBIÉN LO PASÓ MAL, QUIERE DARLE UN MEJOR FUTURO AL CHICO QUE PASÓ COSAS SIMILARES 

ORGULLOSA DE MI VARÓN QUÉ QUIEREN QUE LES DIGA

Y HARRY??? JAJAJAJA HARRY SE MAMÓ, CONTANDOLE ESAS COSAS A LUCA, YO NO SÉ CÓMO NO LO MATARON AHÍ MISMO, Y JACOB TENÍA LISTO EL CHOCOLATE JAJAJAJAJA AY QUE ME HACEN REIR 

Y JACK? JODEEEEER

QUE NO SE LE VA UNA AL NIÑO!! 

TIENE TRECE AÑOS Y YA SABE TODO, TENDRÁ QUE OCULTAR LA VERDAD HASTA QUE TENGA LA EDAD PARA SOBREVIVIR EN ESE MUNDO, SE SIENTE EXCLUIDO EL POBRE, PERO LO MEJOR ES QUE SE QUEDE AL MARGEN

NOS LEEMOS PRONTO MIS AMORES, BESOOOS

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