Capítulo 14
Debo admitir que tuve miedo de tomar la decisión que tomé, sería una gran pérdida la verdad, nunca en mi vida hice una locura como esta, claro que nunca antes estuvo mi vida en juego, supongo que es un costo bajo...
Antes de que el padre de Travis lograra cortarme el cuello, tomé la navaja que oculté en mi brasier e intenté clavarlo en su pierna sin éxito, pateó la cara interna de mis rodillas, obligándome a caer al piso, sujetando mi cabello en alto mientras forcejeaba para ser liberada, mamá estaba frente a mí, gritando y luchando desesperada por ir en mi ayuda, vi el terror en sus ojos, debo actuar, debo hacer algo.
Sentí una presión en el pecho cuando estiré mi mano aún con la navaja bien afilada que solía llevar a los campamentos, cortando mi cabello, liberándome de ese hijo de puta, aprovechando mi posición en el piso, pateé sus bolas, sujeté su cabeza y lo llevé al piso conmigo, colocando mi brazo diestro alrededor de su cuello, sujetando mi codo con la mano izquierda, ahorcándolo.
— Muérete hijo de puta, muérete.
Soportando los rasguños en un intento de ser liberado.
Sonreí de satisfacción cuando vi su rostro tornarse rápidamente rojo, luego azul, lila, y por fin perdió el conocimiento.
Lloré de frustración cuando me levanté, pateando su costado, guardé ambas navajas para que no fueran utilizadas en mi contra, viendo mi cabello en el piso, tocando el que aún me quedaba, cortes desorganizados, el más corto acariciando mi hombro, yo, que el cabello me llegaba al culo.
— Ahora tú vas a soltar a mi mamá, y tú también, hijo de puta.
Tomé el bate nuevamente y no dudé en ir hacia el primer sujeto, golpeándolo tan fuerte en la sien que no tuvo oportunidad de levantarse de nuevo, el siguiente sujeto, aterrado por mi nueva faceta, soltó a mamá y comenzó a retroceder, alguien intentó detenerme, alguien quiso golpearme, voltee y golpee su rostro con el puño cerrado sintiendo mis propios huesos crujir por el esfuerzo, maldije y seguí mi camino, atrapando al hijo de puta que lastimó a mi progenitora, lo golpee tantas veces con el bate, tantas veces... si no hubiese visto que su pecho subía y bajaba con lentitud, podría pensar que lo había matado, estaba furiosa, realmente furiosa.
— Lucía, ya está, Lu, cálmate, hija.
Mamá llegó conmigo, acariciándome por los brazos, besando mi hombro, susurrando palabras tranquilizadoras para hacer que me detuviera, la pelea comenzó a enfriarse, los ángeles comenzaron a temer por sus vidas, los Diablos cobraron vida al ver que su líder aún seguía en pie, que aún todos estábamos vivos.
— Hija... lo siento, tu cabello...
Dijo tocando mi melena desorganizada.
— Creo que necesito un nuevo corte — deslizando mi brazo por mi rostro para secar mis lágrimas— ¿Estás bien?
— Sí cielo, estoy bien, pero tu cuello...
Toqué la zona, viendo sangre impregnada en mi mano ¿Cuándo?
— No me di cuenta — limpiando la sangre en mi ropa— No duele, no te preocupes.
Tomando su mano, caminando directo a papá, duro como una roca, poniéndose de pie con lentitud, viniendo hacia nosotras, encontrándonos a medio camino.
— Mierda, Lucía — abrazándome con fuerza— Nunca vuelvas a hacer algo tan peligroso ¿Sabes el miedo que tuve? Tú no sabes lo que él hizo, no sabes de lo que es capaz.
Apoyé mi rostro en su pecho, llorando otra vez.
Mierda, estoy hecha una sensible hoy.
— Lo sabría si ustedes no me ocultaran todo siempre ¿Creían que no me enteraría de esto? ¿De la nota? ¿Del gato muerto en la casa hermana? ¿De mi hermano en Rusia? — dando un paso atrás, dejando sus cálidos brazos— ¿Qué hizo él? ¿Por qué los odia tanto? ¿Por qué quiere vengarse?
— Lucía, eso...
Dijo papá.
Mi madre lo interrumpió, posando su mano sobre su brazo, acariciándolo.
— Creo que es hora, no más mentiras.
¿Por qué ambos estaban tan serios?
— Lucía, mira...
Estábamos en medio de algo importante cuando alguien apareció sosteniendo un fierro en lo alto de su cabeza, caminando directo a nosotros, papá actuó rápidamente, sujetó el fierro y golpeó al sujeto la boca del estómago y luego en el rostro, viéndolo caer inconsciente al piso.
— Estamos en algo importante, hijo de puta.
Lanzando el fierro lejos.
Joder.
Ese era mi padre.
— ¿Decías...?
Mirando a mamá.
— Cuando tu padre y yo éramos jóvenes, no recuerdo bien... si tenía veinte o veintiuno, algo por el estilo, no me gusta recordar esos días — acariciando su brazo, ella estaba temblando— yo ya pertenecía a los Diablos, estábamos en el pacto de la calavera como es la costumbre, yo... fui a dar una vuelta con tu tío Oren, en ese momento me secuestraron. Tú... sabes las reglas, saben lo que les hacen a las chicas de la otra pandilla.
No...
Mierda ¿No me digas que...?
— Cielo, tranquila, yo estoy contigo.
Le dijo papá, abrazándola de forma protectora, besando su coronilla.
— Travis — señalando al hombre que casi me mata— él era mi pareja de baile en la academia, hacíamos todo juntos, pero era un ángel, me dijo que, si algún día algo sucedía, no podría ayudarme, y así pasó. Yo... cuando me secuestraron... los Ángeles me llevaron a una especie de galpón en dónde... dónde... me... — buscando las manos de papá, buscando la fortaleza que no poseía para decir esas palabras en voz alta— me... ellos... abusaron de mí Lucía, me violaron, en grupo, todos ellos, y Travis no hizo nada, se quedó ahí hasta que yo no pude soportarlo más.
— Pero papá ¿Dónde estaba papá? ¿Dónde estaban todos? ¿Por qué no te ayudaron? ¿Por qué...?
Sintiendo indignación y rabia.
— Si llegamos — dijo papá— Pero era demasiado tarde — su voz tembló— tu madre... ellos... ya... habían abusado de ella, llegué tarde y nunca me perdonaré por ello. Tuvimos días difíciles después, psicólogo, médicos, muchas peleas, tuve miedo de que tu madre se quitara la vida. No comía, no era capaz de dormir por las noches sin tener pesadillas, no se sentía a salvo cerca de ningún hombre. Es por esta razón que tomamos medidas legales contra todos los Ángeles, todo quien tuviera el tatuaje se iba directo a prisión por abuso sexual, agresión, consumo y venta de drogas y un montón de otros cargos, luego de veinte años, salieron algunos hijos de puta, como este — pateando a... Travis, que asco que tenga el mismo nombre de su padre, un maldito violador— Lucía no es seguro para ti quedarte en casa, te enviaremos con Katherine.
— ¿Qué? Papá no voy a irme, no te dejaré a ti y a mamá ¿Olvidas que también soy un Diablo? Reglas son reglas.
Deslizó la mano por su cabello con frustración, tocando mi cabello mal cortado con lastima.
— Saben que eres nuestro punto débil, no puedes quedarte, no importa si debo pelear con los míos para protegerte, yo sólo... quiero mantenerte a salvo.
— Lucía, creo que debes escucharlos.
Travis.
— ¿Qué haces aquí? Dijiste que no vendrías, te dije que te quedaras al margen.
Sintiendo terror.
Si alguien se enteraba que era un Ángel caído.
— Lucía, estoy cansado de mentir — mostrando su brazo. Dónde antes había un ángel, ahora había una mancha de tinta negra— voy a contarles toda la verdad, creo que... me gustas, y no podría tolerar que algo te sucediera, voy a decir todo, hasta lo que tú no sabes con tal de que estés bien, tú eres lo único que me ha importado en esta vida, y quiero protegerte.
— Travis... por favor...
Acercándome a él, sintiendo mis mejillas arder por la confesión, desechando esos sentimientos casi de inmediato, la preocupación por su vida era mucho más importante.
— No importa lo que suceda — acariciando mi rostro— Me cansé de mentir, quiero ser sincero por una vez en la vida, quiero hacer las cosas bien — mirando a mis padres— señor ¿Podemos ir a un lugar más tranquilo? Necesito contarle muchas cosas.
— Podemos, claro — mirando a su alrededor— Los ángeles comienzan a escabullirse como las malditas ratas que son, la pelea ya terminó.
Papá abrazó a mamá para caminar, apoyándose ambos en el otro, mientras Travis me abrazaba a mí, besando mi coronilla.
Esa simple acción me dolió en el alma, porque parecía una despedida, y no estaba lista para separarme de él todavía, quería averiguar qué tanto me importaba.
— Bien. Qué tienes para decir.
Dijo papá, apoyándose en su motocicleta, abrazando sus costillas, él estaba muy lastimado, necesitaba ir a casa y descansar.
— Señor, mi padre es Travis Prest, el sujeto que participó en el abuso sexual hacia su esposa — Dijo con manos temblorosas— Me ha estado manipulando para acercarme a su hija y llevársela a los Ángeles caídos, ese es su plan, quiere a Lucía, porque sabe que es su punto débil, es de ambos. Por esta razón creo que es mejor que ella se vaya lejos de aquí, los ángeles creen que sigo de su parte, están esperando que confíen lo suficiente en mi para atacar, pero yo... no quiero ser uno de ellos, yo nunca elegí ser un ángel y tampoco quiero seguir las ordenes de papá, yo acabo de borrar mi tatuaje — mostrándoles el brazo— ese ángel caído es la nueva insignia de los ángeles caídos, mi padre envió la nota a la casa hermana, los quiere muertos, y a usted — mirando a mi madre— Dijo que la siguiente vez que la tuviese en frente, no se marcharía como la ultima vez, se quedaría y participaría de su tortura.
Mamá tembló de pies a cabeza, sujetándose con fuerza de papá para no caer.
— Me estás diciendo que eres un ángel caído y te acercaste a mi hija para hacerle daño.
— Sólo seguía ordenes, señor, no sabe lo cruel que puede ser mi padre, jamás fue mi intención dañar a Lucía, ella realmente me gusta, quiero protegerla, por eso estoy aquí, dispuesto a decirle todo lo que sé, y pidiendo humildemente que me acepte como un Diablo, no quiero tener nada que ver con los ángeles, nunca más.
Papá se levantó y apoyó a mamá en la motocicleta, inmediatamente me puse frente a Travis, no permitiría que papá lo lastimara, él no es malo, es victima de las circunstancias, como nosotros, y a pesar de estar enojada porque me mintió todo este tiempo, yo... no creo que sea mala persona.
— Lucía ¿Tú sabías que era un ángel?
Preguntó papá.
— Sí, lo sabía.
— ¿Y no pensaste que era mala idea estar cerca de él?
— Nunca me dio razones para desconfiar, siempre me protegió, me apoyó y me abrió su corazón, mostrándome su mayor temor.
— ¿Cuál sería ese?
— Mi padre, señor — dijo Travis— Lucía ya lo había visto, fue en ese momento que decidí dejar todo por ella, quiero cuidarla, quiero... que esté bien, sólo eso, sólo quiero su bienestar.
Papá suspiró, parecía aliviado.
— A decir verdad, Travis, te investigué. La casa en la que vives está en territorio de ángeles, eso me hizo pensar, podré parecer ingenuo y fácil de engañar, pero no es así — dando otro paso hacia nosotros, me apreté contra Travis, aún siendo su escudo, sujetando su brazo— tu madre es prostituta, tu padre le pagó todos los meses gestantes, al darte a luz, te dio a tu primera familia adoptiva, tu padre adoptivo abusó de ti — otro paso— la segunda familia adoptiva, eras demasiado travieso, como un niño normal, por lo que te amarraban a un radiador y te alimentaban como los perros — otro paso— tercera familia adoptiva, te quemaron la espalda con cigarrillos y te daban pastillas para dormir, no te dabas cuenta de lo que sucedía, te tatuaron a los trece años, obligándote a conocer todo sobre los Diablos para serle de utilidad a tu padre, él te veía sólo como una herramienta para lastimar a mi hija. No terminaste la escuela y comenzaste a vivir en la calle desde los quince años, te hiciste de dinero recién a los diecisiete, cuando comenzaste a visitar las peleas clandestinas, así es como arrendaste la casa en la que vives, dónde los ángeles te roban y te maltratan cada vez que tienen oportunidad.
Travis bajó la cabeza, avergonzado, apretando los puños, papá literalmente investigó todo su pasado, yo... no pensé que la vida del chico tras de mí había sido tan difícil...
— Mi niña, hazte a un lado, no le haré daño.
Asentí, dando un paso al costado, sin soltar el brazo de Travis, quería darle consuelo de alguna manera, quería apoyarlo.
— Travis ¿Estás seguro de la decisión que estás tomando?
— Sí señor, quiero vivir bien, sin arrepentimientos, estoy cansado de ser usado y desechado, no quiero que me lastimen o lastimen a las personas que quiero.
Papá asintió, apoyando su mano en el hombro de Travis.
— Enviaré a mis hombres a tu casa, sacarán todo lo que tengas ahí, te mudarás inmediatamente a la casa hermana, en ella tendrás compañeros, amigos que te cuidarán la espalda, te aseguro que nadie te volverá a poner una mano encima, y yo mismo te tatuaré, desde hoy, eres un Diablo, con nosotros tienes una nueva familia.
Solté un gemido de felicidad, derramando lágrimas de alivio.
— Gracias papá.
Lanzándome a su cuello, abrazándolo con fuerza.
— Hija, tú sabes que amo tus muestras de afecto, pero ahora mismo estoy tan lastimado que... duele...
Lo solté de golpe, viéndolo soltar un quejido, abrazando sus costillas otra vez.
— Lo siento.
— Tranquila mi niña — acariciando mi cabello— Y... en vista de la nueva información, sabes que debes marcharte.
— Claro que no me voy a ir, ahora tengo otra razón más para quedarme, protegerte a ti, a mamá... y a Travis.
Señalando a este último.
— Yo intento protegerte, no me protejas tú a mí.
Dijo el pelinegro de ojos bonitos.
— No necesito que me protejan, puedo cuidarme la espalda yo solita.
Dando media vuelta para enfrentarlo.
— Sí. Dile eso a tus heridas y a tu cabello ¿Qué le vamos a decir al entrenador?
— Mierda, el abuelo — mirando a mis padres— No están en condiciones de conducir por su cuenta, los llevaremos a casa y luego tomamos un Uber ¿Qué dices?
Mirando a Travis.
— Hecho.
— Bien — asentí— mamá, yo te llevo a ti, Travis, lleva a mi papá.
— Buen plan — dijo mi padre, palmeando la espalda de Travis— ¿Te tatúo hoy mismo? Me encanta tatuar nuestra calavera.
— ¿Se encuentra bien cómo para hacerlo, señor?
Preguntó Travis, caminando a su lado.
— Claro que sí, no me dicen Diablo por ser un debilucho que no aguanta un par de golpes.
Esperando a que Travis subiera a su moto, subiendo tras él.
— Señor... esos no son un par de golpes.
Encendiendo la moto.
— Sólo cállate y conduce antes de que cambie de opinión, te estoy entregando la seguridad de mi hija, carajo, cuídala o te corto las pelotas, ya no puedo seguir fingiendo amabilidad.
Mamá carcajeó.
— Ya sabía yo que no iba a soportar mucho tiempo sin explotar, Luca — acercándose a él, besando su mejilla— Estoy orgullosa de ti, tomaste una decisión sabia sin utilizar la violencia, estaremos bien, buscaremos como salir adelante, siempre lo hacemos.
Papá le sonrió embobado, asintiendo.
Mamá le dijo que nos veíamos en casa mientras caminaba hacia su motocicleta, dónde yo la esperaba sentada y lista para partir, rodeó mi cintura con sus brazos y partimos directo a casa.
***
Apenas llegamos a casa, papá arrastró a Travis hacia su gimnasio personal, dónde tenía su material para tatuar, ni siquiera quiso que le curaran las heridas, la adrenalina seguía corriendo por sus venas y quería aprovecharla para hacer su obra de arte, el tatuaje de calavera con cuernos que tanto amaba.
Mientras tanto, mamá y yo decidimos tomar un baño juntas, hace mucho que no lo hacíamos, también me consoló cuando comencé a lavarme el cabello y busqué los treinta centímetros faltantes, adoraba mi cabello, pero al menos... debería agradecer que estoy viva y que mis padres están bien, que salimos prácticamente victoriosos de esa masacre en la que teníamos todas las de perder.
— ¿Quieres que te lo arregle?
Dijo apenas salimos del baño, haciendo alusión a mi cabello.
— Sí, por favor.
— De acuerdo, iré por las tijeras — besando mis manos— gracias por arriesgarte hoy por nosotros cielo, me sentí aterrada cuando te vi ahí, pero parecías tan segura, tan decidida a ayudarnos... tuve mucho miedo, pero también me sentí muy orgullosa — observándome con nostalgia— ¿Cómo creciste tan rápido? Aún recuerdo cuando eras bebé y te sentabas en el piso del estudio de baile para verme dar clases, cuando te leía cuentos para ir a dormir y compartíamos cama porque no te gustaba dormir sola, la primera vez que te tuve en mis brazos — sus ojos se cristalizaron, en consecuencia, los míos también— Te prometo hija mía, que nada malo te va a pasar, si quieres quedarte y luchas, te protegeré, porque eres mi niñita, la luz de mis ojos, y no permitiré que esas bestias te hagan lo mismo que me hicieron a mí, no quiero que pases por lo que yo pasé fue... horrible.
— Mamá ¿Puedo preguntar algo que me ha estado dando vueltas?
— Claro, cielo, lo que quieras.
Las fechas coincidían, estaba curiosa sobre mi procedencia... quizá me estaba pasando de la raya, pero necesitaba saber.
— ¿Yo... sí soy hija de papa? Digo... a ti te... violaron y yo... las edades...
Tragó grueso y tomó mis manos, acariciándolas mientras su labio inferior temblaba, soportando las ganas de llorar.
— Luego de mi violación, me hicieron un montón de exámenes, también me dieron la píldora del día después, se aseguraron de que no estuviera embarazada, me hice test de embarazo, muchos, pasadas las semanas de ese horrible suceso. Eres hija de Luca, Lucía, se puede decir que yo lo obligué a tener sexo conmigo cuando estaba sintiéndome... fea, cuando sentí inseguridad de si yo le seguía gustando o estaba conmigo por culpabilidad, estaba tomando tantos medicamentos que decidí no usar anticonceptivos, eso se repitió un par de veces, así... naciste tú.
Fui producto de una necesidad de contacto físico post violación...
— ¿Estabas... contenta mamá'? Cuando supiste — tragando grueso— Digo... eras joven, tenías un futuro, tú y papá se estaban recuperando de un golpe... yo... llegué a interferir con sus vidas, si no fuera por mí...
— Hija, no vayas por ahí, no, estás equivocada. Tú me salvaste Lucía, luego de un tiempo, tuve el valor de salir al mundo otra vez, me hice el test con unas amigas de la pandilla, Oren fue el primero en saber además de ellas, fuiste mi primera alegría en meses, estaba tan feliz... de hecho, ese día, los chicos de la casa hermana, que es dónde vivía, te hicieron una fiesta de bienvenida, estaban muy contentos con tu llegada, igual que yo.
— Pero papá...
— Tu padre y yo tuvimos problemas, es cierto, Luca tuvo una mala experiencia con sus propios padres, no creía ser capaz de criar bien a otra persona, sé que al comienzo sí se arrepintió y estaba... molesto, pero cuando te conoció, no pudo volver a separarse de ti, le robaste el corazón — acariciando mi rostro— tu papá te adora, lo sabes, él te ama más que a nada en el mundo.
Abracé a mamá, llorando con fuerza como cuando era pequeña, tenía una confusión de emociones en estos momentos, sentía angustia, dolor, culpabilidad, nostalgia, felicidad... sólo quería que todo estuviera bien.
¿En qué momento las cosas comenzaron a salir mal? La vida de todos peligraba, sin duda, fue la mejor idea de todas enviar a Jack al extranjero, es la única manera de que esté seguro, tiene trece años nada más, es muy pequeño para comprender este complejo mundo de adultos.
***
Mamá cortó mi cabello con paciencia y cariño, sonriéndome a través del espejo cada vez que las tijeras cortaban un mechón, hoy perdí mucho cabello, tengo un bonito corte en el cuello que de seguro todos en el campamento notarán, y los rasguños en los brazos que... no sabía como ocultar, creo que diré que me pelee con un gato intentando bajarlo de un árbol, el abuelo me creerá, siempre me cree, sumando también el hecho de que ahora tenía una bonita melena, tendría mucho que explicar.
Aprovechando que estaba en casa, cambié mis ropas no sin antes curar las heridas de mamá y llevarla a la cama, el agotamiento emocional y físico debe ser demasiado, besé su frente como ella solía hacer cuando era niña y la arropé, prometiéndole que todo estaría bien y que regresaría a casa el martes, asintió no sin antes decir que me cuidara mucho y se durmió.
Papá estaba esperándome con Travis en la puerta principal, nuestro Uber ya había llegado, ellos parecían haber hablado de ciertas cosas más en mi ausencia, Travis lucía con orgullo su nuevo tatuaje.
— Si sabes algo más... cualquier cosa...
Dijo papá.
— Se lo haré saber señor, y gracias por la oportunidad que me dio, no lo defraudaré.
La complicidad en ambos ha cambiado.
— Cuida a mi niña ¿Sí?
— Lo haré señor.
— El martes, todas tus cosas estarán en la casa hermana, Lucía te llevará, tiene amigos viviendo ahí, preséntaselos — me dijo— se llevarán bien, lo sé.
— Yo también lo creo — asentí— Nos vemos el martes, papá.
— Nos vemos tesoro, cuídate, y no vuelvas a cometer locuras como hoy — tocando mi cabello— estoy orgulloso de ti.
— Y yo estoy orgullosa de tenerte como papá.
Ahí estaba otra vez mi padre emocional y sensible, con ojos cristalizados.
— Vete ya antes de que comience a llorar delante de tu no novio, tengo que mantener mi reputación.
Carcajee.
— Cura tus heridas y ve a la cama.
Caminando hacia atrás.
— Lo haré.
Sonreí una ultima vez, tomé la mano de Travis y caminamos hacia el exterior con lentitud, directo al Uber que nos esperaba.
— Lucía — levanté la cabeza, observándolo— gracias por hoy.
— ¿Por qué me das las gracias? No recuerdo haber hecho nada.
— Por querer protegerme mientras le contaba a tu padre mi objetivo para acercarme a ti, sé que... debiste sentirte muy molesta en ese momento.
Solté su mano, abriendo la puerta del Uber, deslizándome por el asiento, esperando a que él hiciera lo mismo, saludamos al chofer, cerró la puerta y el auto se puso en movimiento.
— Sí... estaba molesta, pero... decidí creerte y entenderte, tu padre es la peor persona que he conocido, además, los Ángeles siempre están hablando mal de ti, te roban, te pisotean... sé que hacías lo imposible por sobrevivir, por eso no te culpo.
Estiró su mano y tomó la mía entre las suyas, observando mis nudillos lastimados.
— Yo... lo dije en serio cuando dije que me gustabas — mi corazón se aceleró— no quiero forzarte a nada que no quieras, sólo... quiero que me permitas estar a tu lado, tener la oportunidad de demostrar que puedo ser el hombre que mereces.
Me deslicé por el asiento, un poco más cerca de él, apoyando mi cabeza en su hombro.
— Yo... sé que me suceden cosas contigo, Travis, pero no tengo claro qué es, sólo sé que no quiero estar lejos de ti — acariciando sus dedos con calma— quiero descubrirlo en el proceso.
— Entonces no nos alejemos, yo... le prometí a tu padre que te protegería, pienso cumplir con mi palabra.
Nos quedamos en silencio el resto del viaje, sólo abrazándonos, tocándonos, trazando círculos en las manos del contrario, disfrutando la paz y la compañía, la tranquilidad que nos proporcionaba la presencia del otro.
Llegamos al campamento casi a las cinco de la mañana, aún podía dormir algo antes de levantarme para preparar el desayuno, Travis y yo entramos en silencio a la tienda, nos quitamos la ropa, abrimos los sacos y abrazados conciliamos el sueño.
Esa noche, soñé con Travis padre, cumplía su promesa y tomaba a mi madre por la fuerza delante de mí, papá estaba muerto y la siguiente en la lista de tortura era yo.
Fue la peor pesadilla que he tenido en mucho tiempo.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
BUENAS BUENAS MIS AMOREEEEES
TRAJE UN NUEVO CAPÍTULO UN POCO MÁS TRISTE DE LO NORMAL, PERO ESPERANZADOR
AL MENOS, JESS Y LUCA SABEN QUÉ ES LO QUE QUIERE TRAVIS PADRE, SABE CUAL ES SU PRINCIPAL OBJETIVO, Y ME PARECIÓ DE LO MÁS ROMANTICO QUE TRAVIS HIJO DEJARA TODO DE LADO CON TAL DE AYUDAR A LUCIA, LITERALMENTE ÉL LO DEJÓ TODO, Y SE ARRIESGÓ A CONTAR AL LIDER DE LOS DIABLOS QUÉ ERA Y CUAL ERA SU OBJETIVO
YO INSISTO, ME SACO EL SOMBRERO POR TRAVIS, ESE SÍ ES UN HOMBRE CON LOS PANTALONES BIEN PUESTOS, QUE A PESAR DE TODO LO QUE PASÓ, SIGUE LUCHANDO POR TENER UN FUTURO MEJOR Y VIVIR SIN ARREPENTIMIENTOS, AHORA POR FIN ES UN DIABLO, Y TENDRÁ PERSONAS QUE LO RESPETEN Y PROTEJAN COMO SIEMPRE DEBIÓ SER
ME DIO MUCHA PENA SU PASADO:c ÉL SI QUE ESTUVO SÓLO Y TUVO QUE SOPORTAR MUCHO DOLOR
TUVE MIEDO POR LUCÍA, QUÉ QUIEREN QUE LES DIGA, TENÍA UNOS TRES FINALES TRAGICOS PARA ELLA, PERO NO PUDE JAJAJAJAJA ESTE ERA EL ESCENARIO EN EL QUE MENOS LASTIMADA SALÍA
FUE VALIENTE AL CORTARSE EL CABELLO ASÍ, LITERALMENTE MI PELO LO ES TODO, SI MI PELO SE VE MAL, COMO QUE TODA YO SE VE MAL, ME PONGO MIL PRODUCTOS PARA CUIDARMELO, CORTARSELO ASÍ, DE FORMA TAN BRUSCA Y DISPAREJO... ELLA FUE VALIENTE, LANZARSE AL PELIGRO PARA SALVAR A SUS PADRES SIN IMPORTARLE SU PROPIA SEGURIDAD...
LITERAL, ESTE CAPÍTULO ME HIZO TENER SENTIMIENTOS ENCONTRADOS, SENTÍ TODOOO
NOS LEEMOS EN EL PROXIMO MIS AMOREEES
QUE TENGAN BONITO DÍA
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top